20/09/2025

LYNA AL TABAL
Informe sobre el genocidio en Gaza: léanlo conmigo si quieren, ¡no cambiará nada!

Lyna Al Tabal, RaiAlYoum, 17-9-2025
Traducido por Tlaxcala



Cada mañana estalla el sol sobre el Machrek, misiles, fuego, promesas internacionales, cada mañana comienza la cuenta regresiva para nuevas víctimas.
Este artículo no soporta el silencio prolongado, ¡maldito sea silencio! Callarse significa que eres parte del crimen.

Luego, de repente, te das cuenta de que el rojo en el cielo no es un atardecer romántico, es sangre mezclada con el fuego de los bombardeos. El color que era símbolo del amor se ha vuelto color de muerte, es el color de la sangre mezclada con el fuego del bombardeo, esto es exactamente lo que ven en el cielo de Gaza. Gaza arde, sus niños envueltos en mantas empapadas de sangre, las madres vacilan entre el grito y la oración, los padres se golpean el rostro y tratan de despertar a sus hijos muertos. Esto no es el día del Juicio Final, es un día más ordinario en Gaza.


Por primera vez en setenta años de masacres la ONU ha descubierto de repente que Israel está cometiendo en Gaza lo que el diccionario humano llama “genocidio”. En su informe la comisión internacional de investigación declaró que el ejército israelí ha cometido cuatro de los cinco elementos del genocidio tal como lo dispone la Convención de 1948:
• Matar a miembros del grupo,
• Infligir daño físico o mental grave,
• Imponer condiciones de vida destinadas a destruir al grupo total o parcialmente,
• Crear condiciones que apunten a impedir los nacimientos dentro del grupo.

Solo el quinto apartado, el relacionado con el secuestro de niños, aún no ha recibido el “honor” de la firma israelí, quizá por falta de tiempo, o porque simplemente prefieren matar a los niños en brazos de sus madres.

El informe señala con frialdad que estos crímenes fueron cometidos con premeditación, sellados con las declaraciones de Netanyahu, Gallant y Herzog.

Léanlo conmigo si quieren. No cambiará nada.

Punto primero: matar al grupo meta
El informe indica sesenta mil mártires hasta ahora, y el número va en aumento, la mitad son mujeres y niños. El resto son civiles. Su único pecado: estar vivos, eso es todo.
La revista The Lancet, que normalmente escribe sobre enfermedades como el cáncer o del hígado, se encuentra de lleno en el genocidio documentando el colapso de la esperanza de vida en Gaza: de 75,5 a 40,5 años. Israel no se contenta con matar gente, hurta la vida de quienes aún no han nacido.
Los hospitales, “infraestructuras protegidas” en el derecho internacional, se han convertido en objetivos militares, sé que lo sabes!
El informe registra 498 ataques documentados; las maneras de matar son muchas: casas, refugios, zonas seguras, y un asedio que impide agua, pan y medicinas. El hambre misma es diseñada por Israel con tanto cuidado como cualquier bomba inteligente.

Punto segundo: infligir daño grave
La muerte no fue suficiente, había que humillar, desplazar bajo los bombardeos, huir de las casas hacia nada, y de ahí hacia las tumbas. Se debe añadir la tortura en las prisiones para completar el cuadro. La comisión internacional documentó todo con frialdad académica, parada en medio de un matadero que se desborda con todos los colores de la sangre y todas sus formas. Luego añade la frase que repite en cada informe suyo: “Esto podría usarse ante la Corte Penal Internacional.”

Punto tercero: imponer condiciones de vida propicias para el genocidio
La ONU tardó dos años en decir que Israel usaba el hambre como arma. Dos años de hambre, de sed, de bombardeos, antes de que escribieran esa frase en el informe. El pan, el agua, las escuelas, los hospitales, todo se convirtió en escombros y se evaporó, y la comisión lo llama “crímenes contra la humanidad”. ¡Gracias por este descubrimiento!

Punto cuarto: impedir los nacimientos

El futuro mismo fue puesto en la lista de objetivos en Gaza, incluso la idea primera de la vida fue exterminada… El informe de la comisión documenta el bombardeo de la más grande clínica de fertilidad del territorio, la quema de cuatro mil fetos, mil muestras de esperma y óvulos… Israel decidió aniquilar la idea misma antes de que se convirtiera en vida. No niños, no esperanza, no generaciones nuevas… todo quemado. ¡Imaginen! Es más fácil para Israel que esperarlos para que nazcan.

Navi Pillay, presidenta de la comisión, ha pedido la prohibición de armar a Israel, el enjuiciamiento de los criminales y el fin de este genocidio. Gritó: el silencio es cómplice del crimen… En marzo pasado, la comisión dijo: “las acciones de Israel podrían calificar como genocidio”. Hoy, la palabra “podrían” ha caído, simplemente. No ha cambiado nada salvo el número de cuerpos de los mártires.

En cuanto al comunicado del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, es una copia del comunicado del año pasado, del año anterior, y del anterior también: “alegaciones falsas, informe fraudulento, mentiras…” las mismas alegaciones desde hace medio siglo, repetidas por los portavoces oficiales en Tel Aviv… Israel es inocente, rodeado por civiles, cercado por niños con los zapatos rotos, un ejército que enfrenta, en su relato, una amenaza existencial de madres buscando los restos de sus hijos bajo los escombros.

Medio siglo del mismo discurso, un ejército armado hasta los dientes que mata niños y afirma ser la víctima. Al final nada de justicia. Nada de vergüenza. La sangre llena el lugar… solo sangre, mucha sangre que ahoga la tierra, y encima flotan palabras insulsas de solidaridad.

El informe (en inglés)



LYNA AL TABAL
Rapport sur le génocide à Gaza : lisez-le avec moi si vous voulez, ça ne changera rien !

Lyna Al Tabal, RaiAlYoum, 17/9/2025
Traduit par Tlaxcala



Chaque matin, le soleil explose au-dessus du Machrek, des missiles, du feu, des promesses internationales, chaque matin, le compte à rebours commence pour de nouvelles victimes.

Cet article ne tolère pas le silence prolongé, maudit soit le silence ! Se taire, c’est être complice du crime.

Puis, soudain, on réalise que le rouge dans le ciel n’est pas un coucher de soleil romantique : c’est du sang mêlé aux flammes des bombardements. La couleur qui était symbole de l’amour est devenue couleur de la mort, c’est exactement ce que vous voyez dans le ciel de Gaza… Gaza brûle, ses enfants sont enveloppés de couvertures trempées de sang, les mères vacillent entre les cris et les prières, les pères se frappent le visage et essayent de réveiller leurs enfants morts. Ce n’est pas le jour du Jugement dernier, c’est juste un autre jour ordinaire à Gaza.

Pour la première fois depuis soixante-dix ans de massacres, l’ONU a soudainement découvert qu’Israël commet à Gaza ce que le dictionnaire des humains appelle un « génocide ». Dans son rapport, la commission d’enquête internationale a déclaré que l’armée israélienne a commis quatre des cinq éléments constitutifs du génocide tels que définis dans la Convention de 1948 :

• Tuer des membres du groupe,
• Infliger des atteintes graves à l’intégrité physique ou mentale,
• Imposer des conditions de vie destinées à détruire, en tout ou en partie, le groupe,
• Créer des conditions visant à empêcher les naissances au sein du groupe.

Seul le cinquième élément, relatif à l’enlèvement d’enfants, n’a pas encore reçu l’« honneur » de la signature israélienne, peut-être par manque de temps, ou parce qu’ils préfèrent tout simplement tuer les enfants dans les bras de leurs mères.

Le rapport mentionne froidement que ces crimes ont été commis avec préméditation, estampillés par les déclarations de Netanyahou, Gallant et Herzog.

Lisez-le avec moi si vous voulez. ça ne changera rien.

Point un : élimination du groupe ciblé

Le rapport recense soixante mille martyrs à ce jour, et le nombre augmente, dont la moitié sont des femmes et des enfants. Le reste sont des civils. Leur seule faute : être vivants, c’est tout.

La revue The Lancet, qui parle habituellement de maladies du cancer ou du foie, se retrouve au cœur du génocide en documentant l’effondrement de l’espérance de vie à Gaza : de 75,5 à 40,5 ans. Israël ne se contente pas de tuer des gens, il vole la vie de ceux qui ne sont pas encore nés.

Les hôpitaux, des « infrastructures protégées » selon le droit international, sont devenus des cibles militaires… je sais que vous savez !
Le rapport enregistre 498 attaques documentées. Les façons de tuer sont nombreuses : maisons, abris, zones supposément sûres, et un siège qui empêche l’eau, le pain et les médicaments. La faim même est conçue par Israël aussi soigneusement que n’importe quelle bombe intelligente.

Point deux : infliger des atteintes graves

La mort ne suffisait pas, il fallait l’humiliation, la déportation sous les bombardements, la fuite des maisons vers rien, de là vers les tombes. Il faut ajouter la torture dans les prisons pour que le tableau soit complet. La commission internationale a tout documenté avec une froideur académique, debout au milieu d’un abattoir débordant de toutes les couleurs du sang et de toutes ses formes. Puis elle ajoute la phrase qu’elle répète dans chacun de ses rapports : « Cela pourrait être utilisé devant la Cour pénale internationale ».

Point trois : imposer des conditions de vie propices au génocide

L’ONU a mis deux ans pour dire qu’Israël utilise la famine comme arme. Deux années de faim, de soif, de bombardements, avant qu’ils écrivent cette phrase dans le rapport. Le pain, l’eau, les écoles, les hôpitaux, tout est devenu ruine et s’est évaporé, et la commission appelle ça des « crimes contre l’humanité ». Merci pour cette découverte !

Point quatre : empêcher les naissances

L’avenir lui-même a été mis sur la liste des cibles à Gaza, même la première idée de la vie a été exterminée. Le rapport de la commission documente le bombardement de la plus grande clinique de fertilité du secteur, la combustion de quatre mille fœtus, mille échantillons de sperme et ovules… Israël a décidé d’anéantir l’idée elle-même avant qu’elle ne devienne vie. Pas d’enfants, pas d’espoir, pas de nouvelles générations… tous brûlés. Imaginez ! C’est plus facile pour Israël que d’attendre pour qu’ils naissent.

Navi Pillay, présidente de la commission, a demandé l’interdiction de la fourniture d’armes à Israël, le procès des criminels et l’arrêt de ce génocide. Elle a crié : le silence est complice du crime. En mars dernier, la commission avait écrit : « les actes d’Israël pourraient relever du crime de génocide ». Aujourd’hui, « pourraient » a disparu, tout simplement. Rien n’a changé sauf le nombre des corps des martyrs.

Quant au communiqué du ministère des Affaires étrangères israélien, c’est une copie du communiqué de l’année dernière, de l’année précédente, et de l’année d’avant : « allégations mensongères, rapport falsifié, mensonges… » les mêmes allégations depuis un demi-siècle, reprises par les porte-parole officiels de Tel Aviv. Israël est innocent, encerclé par des civils, cerné par des enfants aux chaussures déchirées, une armée qui fait face, dans son récit, à une menace existentielle venant de mères cherchant les restes de leurs enfants sous les décombres.

Un demi-siècle du même discours, une armée bardée d’armes jusqu’aux dents qui tue des enfants et prétend être la victime. Au final pas de justice. Pas de honte. Le sang remplit les lieux, rien que du sang, beaucoup de sang qui noie la terre, et au-dessus duquel flottent des mots de solidarité ternes.

Le rapport (en anglais)



18/09/2025

ZVI BAR’EL
La supervivencia de una Esparta israelí depende de un estado permanente de guerra

Zvi Bar'el , Haaretz, 16-9-2025
Traducido por Tlaxcala


La conquista de la ciudad de Gaza se supone que debe proporcionar al Estado de Israel la imagen de la victoria total. Porque no es Irán, ni Siria, ni Líbano y ciertamente tampoco los hutíes en Yemen quienes son el enemigo definitivo que Benjamín Netanyahu no ha logrado derrotar, sino el propio Hamás, la organización que él cultivó durante años como un activo estratégico e ideológico. Hamás debía ser la bomba al borde del camino que borraría la caracterización de la Organización para la Liberación de Palestina y de la Autoridad Palestina como los únicos representantes del pueblo palestino y, de este modo, impedir el reconocimiento internacional de un Estado palestino.


Una protesta exigiendo la liberación inmediata de los rehenes israelíes, cerca de la residencia del primer ministro Benjamín Netanyahu en Jerusalén, el martes 16 de septiembre de 2025.  Foto Ammar Awad/REUTERS

Fue una asociación maravillosa que duró muchos años, que confirió al Hamás un miniestado en Gaza y que entregó a Netanyahu la realización del sueño de una Gran Tierra de Israel. Hasta que Hamás traicionó a su socio y no cumplió su propósito.

Supuestamente Hamás puso fin a su papel de apoderado de Netanyahu y ahora debe ser borrado como castigo por haber frustrado la estrategia mesiánica que combatía la solución de dos Estados. Pero tomar el control de la ciudad de Gaza no es solo otra historia de venganza. Israel ya ha cobrado con creces su venganza por la masacre que, debido al completo abandono de Netanyahu, Hamás cometió el 7 de octubre de 2023. Los palestinos han pagado treinta veces o más por cada israelí asesinado, y por cada casa incendiada en el kibutz Nir Oz o en Sderot, barrios enteros y ciudades han sido arrasados. La muerte de otros 10.000 o 20.000 palestinos en la actual ola de destrucción no añadirá dulzura alguna a la venganza.

Esa venganza ha sido reemplazada por la necesidad de permanecer en el poder, aunque ello signifique la destrucción de la patria, que será sustituida por un Estado formado por todas sus colonias: en Gaza, Cisjordania, el sur del Líbano y el oeste de Siria.

Esa destrucción no solo se manifiesta en los campos de exterminio de Gaza, que han anulado todo valor humano y moral, que han llevado el poder del ejército israelí al límite, que imponen y seguirán imponiendo una carga económica insoportable y que han convertido a Israel en un Estado paria. El arquitecto de esta destrucción nacional tuvo el descaro de definirla claramente cuando comparó a Israel con Esparta. Esparta no es solo un símbolo de poderío militar, supervivencia y valor. Fue un modelo considerado digno de imitación por Adolf Hitler y Benito Mussolini.

En el libro clandestino que Hitler escribió en 1928, y que recibió el título de El segundo libro de Hitler, publicado únicamente después de la Segunda Guerra Mundial, escribió: «El dominio de seis mil espartanos sobre 350.000 ilotas solo fue posible gracias a su superioridad racial... Ellos crearon el primer Estado de la raza».

Esa Esparta, que fue destruida y solo dejó tras de sí un legado simbólico, ha vuelto ahora a la vida en Israel. Si hasta ahora identificábamos el inicio de procesos que estaban transformando a Israel en un Estado fascista basado en la superioridad racial, la guerra en Gaza terminará el trabajo. Ya ha cosechado logros ideológicos impresionantes.

Ha socavado la mayoría de los sistemas que defendían la democracia israelí. Ha convertido al sistema judicial en un felpudo intimidado y ha reclutado al sistema educativo para impartir adoctrinamiento nacional-religioso. Dicta la narrativa ideológica «correcta» a los medios, al cine y al teatro, y ha etiquetado de traidor a todo aquel que no homenajea al gobernante. También ha convertido la esperanza de reemplazar al gobierno mediante elecciones en una perspectiva incierta.

Y a diferencia de los regímenes dictatoriales «tradicionales» que persiguen y reprimen a sus rivales políticos, el gobierno israelí puede incluso utilizar a la oposición como un adorno del que presumir para mantener su imagen de administración democrática que representa «la voluntad del pueblo».

El problema es que cuando una banda se apodera de un país, no es como una operación militar que termina con la derrota del enemigo. Apuntalar el régimen requiere una lucha incesante contra rivales internos potenciales y, lo más importante, requiere una legitimación pública constante. Ahí entra en juego la nueva misión que involucra a Gaza y a Hamás. Porque la supervivencia de la Esparta israelí depende de un estado permanente de guerra.

La buena noticia es que, incluso si el último miembro de Hamás es asesinado, seguirán existiendo más de 2 millones de gazatíes que se encargarán de que la conquista de Gaza sea solo un anticipo de la guerra eterna que perpetuará la sumisión y obediencia del público israelí al régimen de bandas que lo controla.

ZVI BAR’EL
La survie d’une Sparte israélienne dépend d’un état de guerre permanent

Zvi Bar'el , Haaretz, 16/9/2025
Traduit par Tlaxcala

La conquête de la ville de Gaza est censée offrir à l’État d’Israël l’image de la victoire totale. Ce n’est pas l’Iran, ni la Syrie, ni le Liban et certainement pas les Houthis au Yémen qui sont l’ennemi ultime que Benjamin Netanyahou n’a pas réussi à vaincre, mais bien le Hamas, l’organisation qu’il a entretenue pendant des années comme un atout stratégique et idéologique. Le Hamas était censé être la charge explosive au bord de la route qui ferait disparaître la caractérisation de l’Organisation de libération de la Palestine et de l’Autorité palestinienne comme seuls représentants du peuple palestinien et, de ce fait, empêcher la reconnaissance internationale d’un État palestinien.

Ce fut un partenariat merveilleux qui a duré de nombreuses années, qui a conféré au Hamas un mini-État à Gaza et qui a remis à Netanyahou l’accomplissement du rêve d’un Grand Israël. Jusqu’au moment où le Hamas a trahi son partenaire et n’a pas rempli sa mission.


Une manifestation exigeant la libération immédiate des otages israéliens, près de la résidence du Premier ministre Benjamin Netanyahou à Jérusalem, mardi 16 septembre 2025. Photo Ammar Awad/REUTERS

Le Hamas a apparemment mis fin à son rôle de proxy de Netanyahou et doit maintenant être anéanti en punition pour avoir saboté la stratégie messianique qui combattait la solution à deux États. Mais prendre le contrôle de la ville de Gaza n’est pas seulement une histoire de vengeance de plus. Israël a depuis longtemps vengé le massacre que, par son abandon total, Netanyahou a permis que le Hamas commette le 7 octobre 2023. Les Palestiniens ont payé trente fois ou plus pour chaque Israélien tué, et pour chaque maison incendiée au kibboutz Nir Oz ou à Sderot, des quartiers entiers et des villes ont été effacés. La mort de 10 000 ou 20 000 Palestiniens supplémentaires dans la rafale actuelle de destruction n’ajoutera rien à la douceur de la vengeance.

Elle est remplacée par le besoin de rester au pouvoir, même si cela signifie la destruction du pays-mère, qui sera remplacé par un État de toutes ses colonies — à Gaza, en Cisjordanie, dans le sud du Liban et dans l’ouest de la Syrie.

Cette destruction n’apparaît pas seulement sur les champs de massacre de Gaza, qui ont anéanti toute valeur humaine et morale, qui ont poussé la puissance de l’armée israélienne à ses limites, qui imposent et continueront d’imposer un fardeau économique insupportable et ont transformé Israël en État paria. L’architecte de cette destruction nationale a eu la décence de la définir clairement lorsqu’il a comparé Israël à Sparte. Sparte n’est pas seulement un symbole de puissance militaire, de survie et de courage. Ce fut un modèle jugé digne d’imitation par Adolf Hitler et Benito Mussolini.

Dans le livre clandestin qu’Hitler a écrit en 1928, et qui a reçu le titre « Le deuxième livre d’Hitler », publié seulement après la Seconde Guerre mondiale, il a écrit : « Le contrôle de six mille Spartiates sur 350 000 Hilotes n’a été possible que grâce à leur supériorité raciale... Ils ont créé le premier État racial. »

Cette Sparte, qui fut détruite et ne laissa derrière elle qu’un héritage symbolique, est maintenant revenue à la vie en Israël. Si jusqu’à présent nous avions identifié le début de processus métamorphosant Israël en un État fasciste fondé sur la supériorité raciale, la guerre à Gaza achèvera le travail. Elle a déjà enregistré des succès idéologiques impressionnants.

Elle a sapé la plupart des mécanismes qui défendaient la démocratie israélienne. Elle a transformé le système judiciaire en paillasson intimidé et a enrôlé le système éducatif pour dispenser un endoctrinement national-religieux. Elle dicte le récit idéologique « approprié » aux médias, au cinéma et au théâtre, et a étiqueté comme traître quiconque ne rend pas hommage au chef. Elle a aussi fait de l’espoir de remplacer le gouvernement par des élections une perspective incertaine.

Et contrairement aux régimes dictatoriaux « traditionnels » qui persécutent et répriment leurs rivaux politiques, le gouvernement israélien peut même se servir de l’opposition comme d’un ornement qu’il exhibe pour préserver son image d’administration démocratique qui représente « la volonté du peuple ».

Le problème, c’est que lorsqu’une bande prend le contrôle d’un pays, ce n’est pas comme une opération militaire qui se termine par la défaite de l’ennemi. Le maintien du régime exige une lutte incessante contre des rivaux domestiques potentiels et, surtout, requiert une légitimation publique constante. C’est là que la nouvelle mission impliquant Gaza et le Hamas entre en jeu. Parce que la survie de la Sparte israélienne dépend d’un état de guerre permanent.

La bonne nouvelle, c’est que même si le dernier membre du Hamas est tué, il restera plus de 2 millions de Gazaouis qui feront en sorte que la conquête de Gaza soit seulement un avant-goût de la guerre éternelle qui perpétuera la soumission et l’obéissance du public israélien au régime de gangs qui le contrôle.

17/09/2025

MICHAEL TRACEY
La droite yankee a enfin son “moment George Floyd”
Charlie Kirk, saint et martyr

Michael Tracey, 17/9/2025
Traduit par Tlaxcala


Michael Tracey (1988) est un journaliste et commentateur politique usaméricain inclassable, qui a déclaré avoir été enregistré comme électeur démocrate toute sa vie, mais est très critique vis-à-vis de ce parti, notamment son volet “politique identitaire”.

 

JD Vance a généreusement rempli le vide lundi après-midi comme animateur invité de « The Charlie Kirk Show ». Comme à peu près tous les autres politiciens républicains du pays, le vice-président a affirmé à quel point il avait été un grand « ami » de Charlie. Du président de la Chambre au directeur du FBI, en passant par la procureure générale, chacun a proclamé que Charlie était un « cher ami » à lui, et il serait extrêmement impoli de se demander si ces « amitiés » n’étaient pas d’abord d’ordre politique et transactionnel, plutôt que fondées sur un véritable lien affectif. (Pour ne pas être en reste, RFK Jr. a déclaré que lui et Charlie étaient des « âmes sœurs ».)


Pendant les pauses publicitaires de l’émission de Vance, diffusée en radio, les spectateurs de la diffusion sur Rumble ont eu droit à des extraits vidéo de Charlie lors de ses nombreuses tournées de « débats » universitaires. Un extrait en particulier s’est démarqué. Non, ce n’était pas l’un de ces classiques devenus viraux dans lesquels il DÉTRUISAIT totalement une étudiante fluide de genre de 19 ans, alors qu’elle bégayait péniblement en parlant des trans dans le sport. C’était bien plus banal — mais en un sens, bien plus révélateur.

Charlie était engagé dans un échange avec un type à propos de l’histoire aujourd’hui largement oubliée du « Signalgate », qui s’est avérée être le premier scandale de la seconde administration Trump. Ou du moins, le premier quasi-scandale.

Pour ceux dont la mémoire est logiquement courte sur ce genre de choses : en mars 2025, Jeffrey Goldberg, du magazine The Atlantic, a révélé qu’il avait été ajouté par inadvertance à un groupe de discussion Signal — l’application de messagerie chiffrée — avec des membres haut placés de l’administration Trump, alors qu’ils chorégraphiaient le lancement d’une nouvelle campagne de bombardements au Yémen. Un échange mémorable montrait JD Vance répondre par un seul mot, « Excellent », dès qu’on lui annonçait — par Mike Waltz, conseiller à la sécurité nationale bientôt limogé — que la première salve de bombardements usaméricains avait fait s’effondrer un immeuble résidentiel yéménite entier. Apparemment, Vance n’avait besoin d’aucun détail pour s’exclamer que ce développement était « Excellent ». Waltz répondit avec des émojis drapeau US et « coup de poing ». Vance avait auparavant écrit par texto qu’il allait « dire une prière pour la victoire », et ses prières furent apparemment exaucées par la destruction d’un bâtiment civil.

Dans la mesure où cet épisode aurait dû constituer un vrai scandale, la partie réellement scandaleuse était que ces hauts responsables gouvernementaux, qui ne savaient pratiquement rien du Yémen et pouvaient à peine expliquer les objectifs de la mission militaire, se montraient si désinvoltes et légers dans le lancement inconsidéré d’une nouvelle guerre. La superficialité particulière d’un soi-disant « non-interventionniste » comme Vance, qui rejoignit très vite le chœur des va-t-en-guerre, était un aperçu utile. Mais bien sûr, ce n’est pas de ça que le « scandale » allait traiter. À la place, on eut droit au sempiternel recyclage sur la « bonne conservation et transmission d’informations classifiées » — le faux-scandale washingtonien classique.

Ramses, Cuba

Bref, c’est de ça que Charlie Kirk discutait avec ce gars à casquette, qui se disait très préoccupé par les protocoles d’information classifiée de l’administration Trump.

L’échange n’était évidemment pas aussi susceptible de devenir viral que des classiques du genre « Charlie Kirk détruit une gauchiste trans pleine de piercings » ou « Charlie Kirk ridiculise un hippie trans aux cheveux longs ». Il n’avait pas non plus la force argumentative de ses autres punchlines de « débat » électrisants, que nos enfants et petits-enfants apprendront sans doute un jour, en se rassemblant autour du souvenir du « diseur de vérité » assassiné. Par exemple : « Savez-vous qui est Richard Spencer, le suprémaciste blanc ? Savez-vous qu’il vient d’apporter son soutien à Kamala Harris ? David Duke, l’ancien chef du Ku Klux Klan, a aussi soutenu Kamala Harris. »

Mais le dialogue autour du « Signalgate » fut néanmoins instructif — car il révélait exactement qui était Charlie Kirk et quelle fonction il remplissait.

« Je suis sûr que vous avez déjà été ajouté à des groupes de discussion de 30 ou 40 personnes », dit Charlie à l’homme à casquette, très troublé par la mauvaise gestion d’informations classifiées. « Et vous avez confiance que chaque acronyme désigne vraiment un responsable gouvernemental. »

« Évidemment, cela ne se reproduira pas », assura Charlie. « Pour être clair, Signal avait été approuvé par l’administration Biden. C’était un canal sécurisé approuvé par le gouvernement fédéral. »

Pourquoi cet échange banal est-il notable ? Parce que si l’on remarque bien, il n’y avait là aucun principe réel en jeu — si ce n’est l’impératif suprême de Charlie : défendre l’administration Trump à tout prix. Le seul principe opératoire, pour Charlie, était que le gouvernement devait être défendu, et il s’en chargeait. Que l’application Signal ait été ou non un canal de communication approuvé n’avait intrinsèquement rien à voir avec le « conservatisme », le « nationalisme » ou la lutte contre l’agenda woke — toutes ces postures idéologiques que Charlie pouvait parfois adopter. C’était simplement ce qu’il fallait dire ce jour-là, par pur hasard, pour soutenir l’exécutif — dont Charlie était considéré comme un membre honoraire. C’est pourquoi il pouvait parler en son nom, comme un porte-parole. « Évidemment, ça ne se reproduira pas », dit-il — avec un apparent savoir de première main sur les ajustements internes de politique post-Signalgate. En jouant les porte-paroles du gouvernement sans en être officiellement un employé, Charlie avait une utilité particulière pour les puissants. Il pouvait passionnément défendre la cause du gouvernement, sans être limité par les contraintes qui pèsent sur un vrai fonctionnaire. Il est alors très clair pourquoi il était si adoré par chaque politicien républicain et chaque officiel de l’administration : il était leur relais de communication indéfectible. Bien sûr qu’il était considéré comme un « cher ami » par la classe politique républicaine — par gratitude pour ces services inestimables qu’il fournissait gratuitement.

Il est donc facile de comprendre pourquoi cette nouvelle flambée de « cancel culture » républicaine a éclaté en faveur de Charlie. Les puissants — ses « amis » — ont une motivation supplémentaire pour le venger. Il était considéré comme un membre indispensable de leur appareil de gouvernement et de communication. Lorsqu’il a été abattu, c’était comme si un haut responsable de l’administration Trump avait été abattu. « Je le voyais sans cesse à la Maison-Blanche », dit Todd Blanche, le procureur général adjoint. « Je pense qu’il a travaillé chaque jour à la transition, d’une façon ou d’une autre, à un endroit ou un autre. L’administration Trump porte sa marque », dit Susie Wiles, cheffe de cabinet. « Charlie Kirk a joué un rôle essentiel pour nous amener les bonnes personnes, pour constituer les équipes », dit JD Vance.

Encore une fois, dans une société libre, avec tant de largesses de milliardaires flottant un peu partout, Charlie Kirk avait parfaitement le droit d’être un fonctionnaire officieux de l’État, et de jouer ce rôle public de communicant pour ses « amis ». Mais quand JD Vance prend le micro et proclame, mélodramatiquement, que la meilleure manière d’honorer Charlie « est de faire briller la lumière de la vérité comme une torche dans les lieux les plus sombres… car que fut-il, sinon un homme qui disait la vérité ? » — là, nous sommes aspergés de seaux entiers de balivernes. Quiconque est rationnel, même s’il admirait Charlie à certains égards, devrait reconnaître que son aspiration suprême n’était pas la « vérité », mais de servir ses puissants « amis » dans l’administration Trump et le Parti républicain. Oui, il fut peut-être un habile opérateur partisan, mais un opérateur tout de même, et l’idéal de servir des intérêts politiques partisans est incompatible avec l’idéal de la recherche de la vérité. Pourtant, on nous ordonne désormais d’affirmer que Charlie faisait la deuxième chose, et qu’il est tombé martyr pour ça. Et si l’on ose trop dénigrer son héritage glorifié, « Vous serez tenus responsables, et nous vous humilierons publiquement aussi », dit la procureure générale Pam Bondi — qui a aussi confié qu’elle et Charlie « se parlaient beaucoup au téléphone ». La dernière fois qu’ils se sont vus, dit-elle, il lui a fait un « énorme câlin ».

Selon la plus haute responsable de l’application de la loi du pays, Pam Bondi : « Ce n’est pas de la liberté d’expression de dire : “C’est bien ce qui est arrivé à Charlie.” Nous renvoyons des gens. Nous voyons des gens en ligne publier des discours de haine — ils doivent être réduits au silence. Ils doivent être arrêtés. Et ils doivent savoir qu’il y a des conséquences à leurs actes. »

Tout d’abord, c’est bel et bien de la liberté d’expression de dire : « C’est bien ce qui est arrivé à Charlie. » Une telle déclaration peut être jugée grossière, répugnante, choquante, ou odieuse — mais c’est précisément pourquoi nous avons le Premier Amendement : pour protéger même les discours les plus répréhensibles. Rien, absolument rien, dans une telle déclaration hypothétique ne la placerait en dehors des précédents établis par la Cour suprême, qui protège même les discours politiques les plus honnis. Vous avez littéralement le droit de protester aux funérailles de soldats usaméricains morts avec des pancartes disant « Vous irez en enfer » et « Merci mon Dieu pour les soldats morts », selon la Cour suprême. Dire « C’est bien ce qui est arrivé à Charlie » n’approcherait même pas du seuil fixé dans Brandenburg v. Ohio (1969), qui interdit au gouvernement de punir un discours politique sauf s’il est « destiné à inciter ou à produire une action illégale imminente et susceptible de l’inciter ou de la produire ». Applaudir la mort de Charlie Kirk, si l’on voulait le faire, n’atteindrait jamais ce seuil d’« incitation ». Voilà pourquoi vous avez le droit d’appeler à la révolution violente aux USA. Donc oui, vous pouvez aussi célébrer la mort de Charlie Kirk. (Ce que vous ne pouvez pas faire, c’est dire : « Toi là-bas, va tuer ce type, comme ils ont tué Charlie Kirk. »)


En même temps, d’après tout ce que j’ai vu, ces arguties constitutionnelles sont pratiquement sans objet. Très peu — voire aucun — des individus punis jusqu’à présent pour leurs discours politiques au sujet de Charlie Kirk n’ont en réalité célébré son assassinat. Je suis sûr qu’il y a quelques illuminés et têtes brûlées qui l’ont peut-être fait — le pays est vaste — mais la quasi-totalité des exemples que j’ai vus ne contiennent aucune célébration explicite du meurtre, et relèvent plutôt d’un discours politique que les nouveaux censeurs de la droite ne supportent pas, ou veulent faire passer pour une incitation à la violence.

Peut-être le cas le plus scandaleux jusqu’ici est celui de Darren Michael, professeur à l’université Austin Peay State, au Tennessee. Quand j’ai entendu qu’il avait été renvoyé pour avoir dit quelque chose de négatif sur Charlie Kirk, j’ai supposé que cela devait être vraiment dingue. Après tout, il est professeur de théâtre, et les professeurs de théâtre peuvent être très extravagants. Mais en réalité, son geste ne pouvait pas être plus anodin : il a simplement publié une capture d’écran d’un titre d’article de Newsweek de 2023.

À ce moment-là, Marsha Blackburn, sénatrice républicaine du Tennessee (et candidate au poste de gouverneure, donc directement influente sur le système universitaire de l’État), a tweeté aux administrateurs d’Austin Peay pour exiger des mesures face à ce « crime » consistant à poster un titre d’article sur Facebook. En quelques heures, Darren Michael fut effectivement licencié du poste qu’il occupait depuis 2007, au motif que son post était « insensible, irrespectueux et interprété par beaucoup comme une justification d’une mort illégale ». Interprété ainsi par qui, exactement ? Marsha Blackburn ? C’est tout simplement scandaleux. Si ce n’est pas de la « cancel culture », qu’est-ce que c’est ? Pourquoi ces revanchards de droite n’admettent-ils pas simplement qu’ils n’ont jamais eu de problème avec la « cancel culture » en tant que telle — ils voulaient juste être ceux qui l’exercent ?

En 2020, on risquait une « annulation » immédiate si l’on tweetait le mauvais mot sur George Floyd, ou sur la « suprématie blanche », ou sur les pronoms de genre, ou tout autre concept à la mode alors dans le complexe des médias et ONG de gauche/libéral. En 2025, JD Vance appelle tous les bons citoyens à traquer quiconque pourrait exprimer des opinions politiques jugées insuffisamment révérencieuses sur Charlie Kirk. « Dénoncez-les », implore Vance. « Et surtout, appelez leur employeur. »

C’est juste un copier-coller de la « cancel culture » de gauche/libérale qui faisait rage il y a quelques années, et que nous avions tous convenu d’avoir « poussée trop loin ». Mais apparemment, pas la droite aigrie et revancharde : elle voulait juste contrôler l’arme de l’annulation. Ce qu’elle fait désormais. Et elle est déchaînée.

Le gouverneur Gregg Abbott, du Texas, a exigé l’expulsion immédiate d’un étudiant de Texas State University qui avait été filmé en train de tenir des propos impolis sur Charlie Kirk. Il n’a pas fallu longtemps au président de l’université pour annoncer une chasse à l’homme urgente afin d’identifier le coupable — comme si un crime sensationnel avait été commis. L’université du Mississippi a licencié une employée pour avoir écrit qu’elle « n’avait pas de prières à offrir à Kirk », car elle n’aimait pas ses opinions politiques. L’auditrice d’État du Mississippi s’en est plaint sur Twitter — et aussitôt, elle fut renvoyée. Une neurologue de l’université de Miami fut rapidement virée après avoir tweeté : « Ce qui est arrivé à Charlie Kirk est arrivé à d’innombrables bébés, enfants, filles, garçons, femmes et hommes palestiniens, pas seulement ces deux dernières années de génocide en cours, mais depuis des décennies. » Un peu gênant, non ? Motif pour un licenciement immédiat et une condamnation publique ? Quoi ??? Les administrateurs de l’université de Miami ont même eu l’audace de publier un communiqué affirmant que « la liberté d’expression est un droit fondamental » — tout en annonçant que la femme était renvoyée pour son discours politique.

Ce qui semble se passer, c’est que des politiciens républicains, dans des États qui leur sont acquis, ont saisi l’occasion politique de se placer en première ligne pour venger Charlie Kirk, le héros de droite tombé — et quoi de mieux, pour ce faire, que de harceler avec rancune des employés publics de petites enclaves universitaires libérales. Marsha Blackburn a une primaire républicaine à remporter dans le Tennessee, donc bien sûr qu’elle va tout faire pour glorifier Charlie de façon tapageuse, et punir ses détracteurs. Même mort, Charlie continue de jouer son rôle de précieux fonctionnaire politique.

Parmi les personnes auxquelles Pam Bondi a juré de « demander des comptes » et de les « humilier publiquement » figurent des employés d’Office Depot filmés en train de peut-être mal gérer une demande d’impression d’affiches pour une veillée en hommage à Charlie Kirk — bien qu’il ne soit pas clair, comme d’habitude, ce qui s’est réellement passé d’après les bribes de vidéos publiées. Mais peu importe — vraiment ? Nous en sommes à détruire la vie de travailleurs de service qui n’ont pas respecté la bonne étiquette politique ? C’est comme la frénésie George Floyd / COVID qui recommence, sauf que cette fois, ceux qui appellent à « rendre des comptes » et à « l’humiliation publique » incluent la procureure générale, avec tout le poids de l’appareil fédéral derrière ses menaces délirantes. Au moins en 2020, on pouvait théoriquement ignorer les journalistes et activistes d’ONG émotifs exigeant la participation à leurs rituels absurdes d’épuration raciale. C’est un peu plus difficile d’ignorer le Département de la Justice.

Et avant que quelqu’un essaie de prétendre que je suis moi-même hypocrite, parce que j’aurais soi-disant soutenu ou jamais critiqué les précédentes vagues de « cancel culture », vous auriez tort de manière hilarante. Faites deux secondes de recherche avant de vous ridiculiser. J’ai littéralement été pris à partie par des manifestants de Portland pour avoir osé faire du journalisme de base. Des « antifa » encagoulés m’ont arraché mon téléphone, menacé de me casser la mâchoire, et m’ont chassé. J’étais peut-être le seul journaliste du pays à avoir passé des mois à parcourir tout le territoire pour couvrir les manifestations, émeutes et destructions. J’étais en guerre avec la moitié de l’industrie médiatique en ligne à cause de leurs tactiques de chantage émotionnel délirantes. Ils auraient absolument adoré me « cancel », mais ils ne le pouvaient pas, car je n’avais pas de patron à qui se plaindre. (Et je n’en ai toujours pas — tant pis, JD.)  “Why Media Liberals Have To Lie About “Cancel Culture”  [Pourquoi les libéraux des médias doivent mentir au sujet de la « culture de l'annulation » ] est le titre d’un article que j’ai écrit ici même en avril 2021. Voici un autre article, de juin 2020, pour Unherd, intitulé “How US journalism lost its spine: the media is petrified of showing even mild scepticism of woke orthodoxy” [Comment le journalisme usaméricain a perdu son échine dorsale : les médias ont peur de montrer le moindre scepticisme envers l'orthodoxie woke].

Je n’ai pas besoin d’une seule seconde de me justifier de mon opposition à la cancel culture. J’ai déjà risqué ma sécurité physique, ma réputation et ma carrière pour la critiquer, bien avant que JD Vance et Pam Bondi ne découvrent soudainement les joies d’annuler des gens à tour de bras.

Mais c’est exactement ce qui se passe maintenant : la droite a enfin trouvé son « moment George Floyd ». En 2020, toute l’élite institutionnelle s’est déchaînée pour imposer une orthodoxie idéologique autour de George Floyd, exigeant la révérence absolue et menaçant quiconque osait la remettre en question. En 2025, la même logique est recyclée, mais appliquée à Charlie Kirk.

La mort tragique et violente de George Floyd a été instrumentalisée pour justifier une expansion délirante du pouvoir social et politique de la gauche, alimentant une vague d’hystérie morale. Cinq ans plus tard, la mort tragique et violente de Charlie Kirk est instrumentalisée de la même manière par la droite — comme prétexte pour punir arbitrairement, imposer la révérence obligatoire, et renforcer son pouvoir politique.

La droite n’a jamais vraiment haï la cancel culture. Elle enviait simplement l’arme.
Et maintenant qu’elle la manie, on voit exactement à quoi elle sert : non pas à rendre la société plus juste, ni à défendre la « vérité », mais à écraser ses ennemis, récompenser ses amis et étouffer toute dissidence.

La boucle est bouclée.


Alors s’il vous plaît, épargnez-moi les leçons sur « l’hypocrisie ». Épargnez-moi les lamentations selon lesquelles je serais désormais mauvais parce que j’ai la capacité de me réajuster lorsque les circonstances politiques changent. Désolé de ne pas être intéressé par le fait de rester bloqué de façon permanente en 2021, ce qui, je le sais, est un truc qui a rapporté gros à beaucoup de gens. Pardonnez-moi de reconnaître que la droite a désormais pris le pouvoir et que, parmi ses toutes premières priorités, elle a lancé une croisade de censure à l’échelle gouvernementale — d’abord au nom d’Israël, maintenant au nom de Charlie Kirk. Désolé si cela vous contrarie d’entendre que la droite est actuellement la principale menace pour la liberté d’expression, malgré les foutaises totales qui vous ont été inlassablement déversées dans vos flux YouTube et X pendant la campagne de l’an dernier.

Et désolé si vous ne voulez pas entendre que le problème commence au sommet, malgré le grotesque décret que Trump a signé quelques heures après son investiture le 20 janvier, censé « restaurer la liberté d’expression » — alors que lui et ses sycophantes s’emploient obstinément à faire exactement le contraire. Ce matin, quand on lui a demandé ce qu’il pensait de Pam Bondi déclarant son intention de s’attaquer vigoureusement au « discours de haine », Trump s’est vanté d’avoir déjà poursuivi avec succès ABC News pour s’être livré à « une forme de discours de haine » — et d’avoir soutiré un règlement de 15 millions de dollars directement pour ses poches personnelles. Pour être clair, je suis d’accord sur le fait que George Stephanopoulos d’ABC a commis une faute journalistique lorsqu’il a déclaré faussement que Trump avait été « reconnu coupable de viol ». Néanmoins, la jubilation punitive de Trump laisse entrevoir un certain confort à utiliser le pouvoir gouvernemental pour infliger une punition à des propos politiques qui lui déplaisent, sous le prétexte fraîchement inventé que cela pourrait constituer un « discours de haine ». Bien que son commentaire d’aujourd’hui à propos d’ABC ait eu un ton semi-plaisantin, Trump n’a manifestement pas eu la moindre envie de réprimander Bondi pour son djihad contre le « discours de haine ». En réalité, il répète sans cesse à quel point il pense qu’elle fait un travail fantastique.

Rappelons-nous : la raison centrale pour laquelle Trump a nommé Bondi en premier lieu était sa volonté et son empressement à servir, avant tout, comme une fidèle marionnette. (Un peu comme Charlie Kirk, sauf qu’elle dispose du pouvoir de poursuite judiciaire.) Si cela sonne comme une attaque hystérique façon MSNBC aux oreilles de certains lecteurs, je comprends, mais qu’on me cite une seule autre raison pour laquelle Pam Bondi aurait été nommée par Trump comme second choix pour le poste de ministre de la Justice, après qu’un autre fidèle de Trump, Matt Gaetz, a dû se retirer. Bondi et Gaetz étaient deux personnes dont l’identité publique était entièrement dédiée à plaire et à cirer les bottes de Trump. Il est certain qu’il est douteux que Trump ait nommé l’un ou l’autre pour leur expertise juridique — Gaetz était à peine un avocat en exercice. Bondi, elle, n’était plus procureure générale de Floride depuis six ans, et avait entre-temps occupé son temps avec des activités aussi stimulantes que lobbyiste « contre la traite des êtres humains » financée par le Qatar et chroniqueuse pour Fox News.

Donc oui, en d’autres termes, il est juste de dire que tout ce que fait Bondi a l’enthousiaste appui de Trump. Y compris sa dernière vendetta contre le « discours de haine ». Souvenez-vous : Trump a publié l’un de ses messages les plus délirants sur les réseaux sociaux, ce qui est un exploit pour lui, le 12 juillet — dans le but précis de défendre Bondi, qui avait été critiquée par des soi-disant « influenceurs MAGA », ou comme Trump les appelait, ses « gars » et dans certains cas, ses « nanas ». Parmi ces dernières figurait Laura Loomer qui, après l’échec épique de Bondi sur les « dossiers Epstein », s’était amusée à surnommer la procureure générale « Scam Blondi ». De cette façon, Laura ne faisait qu’imiter le style de surnoms caractéristique de Trump, mais il n’a pas semblé apprécier la plaisanterie. À la place, il a publié un mur de texte maniaque sur Truth Social, fustigeant ses « gars et nanas » — ce qui incluait alors en bonne place Charlie Kirk — parce qu’ils ne soutenaient pas Bondi avec suffisamment de ferveur.

C’est parce que c’était lors du fameux rassemblement « Turning Point USA » de Charlie Kirk que des gens comme Dave Smith avaient pu monter sur scène et déclarer — comme s’il s’agissait d’un fait avéré — que Trump avait activement couvert « un vaste réseau de violeurs d’enfants ». Les participants à la conférence, qui idolâtrent Trump jusqu’à l’absurde, se sont néanmoins sentis obligés d’applaudir comme des phoques la déclaration ridicule de Dave Smith — accusant leur Président préféré d’être complice de viols d’enfants. Cela devait être une dissonance cognitive d’ampleur historique. Imaginez-vous huer et applaudir à l’idée que le Président couvre activement un immense réseau pédophile, tout en paradant joyeusement avec votre casquette rouge MAGA, sans percevoir la moindre contradiction.

Quoi qu’il en soit, Trump n’a pas hésité à dénoncer et désavouer de façon flamboyante ses partisans les plus acharnés au profit de Pam Bondi, parce qu’il pense qu’elle est tout simplement fantastique. « Elle restera dans l’histoire comme la meilleure procureure générale que nous ayons eue », a déclaré Trump le 21 août. « Et je le pense vraiment. »
« Pam Bondi — les gens ne savent pas quelle star elle est. Elle est incroyable », a dit Trump le 12 septembre.

Donc, si vous n’aimez pas le fait que Bondi promette de criminaliser agressivement le « discours de haine », ne nous insultez pas en essayant de suggérer une distance entre elle et Trump, car cette tentative d’absoudre Trump est désormais pathétique. Pathétique aussi est le fait de régurgiter sans réfléchir les propos de RFK Jr., ce tuyau d’incendie de propagande incessante, qui a eu l’impudence d’apparaître hier dans l’émission de JD Vance et d’y déclarer que ce qu’il partageait le plus avec son « âme sœur » Charlie, c’était leur « engagement total pour la liberté d’expression ». Cela, après que RFK a passé des mois à diriger un effort intergouvernemental visant à punir les propos politiques jugés trop critiques envers Israël. Et dans cette même émission, Vance a livré l’un des plaidoyers les plus enflammés pour la Cancel Culture de droite (autrement dit, la censure) que vous puissiez entendre — appelant à surveiller, dénoncer et punir les propos politiques de citoyens privés. L’audace du spectacle serait presque comique, si elle n’était pas si pernicieuse.

Aujourd’hui, dans tout l’Oklahoma, les écoles ont reçu l’ordre d’observer une minute de silence* en l’honneur de Charlie Kirk, au motif qu’il aurait promu le « débat constructif ». Mais après avoir regardé plusieurs de ces « débats » tant vantés, généralement accompagnés d’un titre suffisant et d’une vignette YouTube racoleuse, je peux dire qu’ils figurent parmi les exemples d’expression publique les moins « constructifs » que j’aie jamais vus. Ce que faisait Kirk était une pâle imitation de « débat », conçue pour humilier de pauvres étudiants de deuxième année, dont les mines déconcertées pouvaient ensuite être utilisées pour générer du contenu viral médiocre et des revenus. Personne d’authentiquement intéressé par la culture d’un débat substantiel ne se comporterait ainsi. En réalité, cela ternit le mot même de « débat ». Cela dit, oui : les participants étaient des adultes, même si on les appelle familièrement des « étudiants », et ils participaient volontairement. Donc, dans une société libre, chacun est en droit de prendre part à ces pseudo-exercices de « débat » s’il le souhaite vraiment.

Cependant, vivre dans une société libre signifie aussi que nous n’avons pas à rester les bras croisés pendant que des agents du gouvernement nous contraignent à obéir à leurs rituels de béatification artificiels — où nous sommes censés hocher la tête et convenir solennellement que Charlie Kirk a été intronisé au panthéon national des martyrs de la vérité. Si c’est si évident que Charlie mérite cette distinction, pourquoi ne pas honorer ce que l’on prétend être son héritage, et organiser un vrai débat ?

* Une grande partie des écoles publiques ont refusé d'obéir à cette injonction [NdT]

Lire
➤ 
Comment Charlie Kirk est devenu l’homme qui susurre l’air de la trumperie à l’oreille des jeunes aux USA (Robert Draper, février 2025)

➤ Un prix baptisé Charlie Kirk lancé à Jérusalem pour honorer la jeunesse engagée aux côtés d’Israël

 

YANIV KUBOVICH
Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor del ejército israelí, ordenó la evacuación total de la ciudad de Gaza, ignorando la opinión de la abogada militar jefe

Yaniv Kubovich, Haaretz, 10/9/2025
Traducido por Tlaxcala

La principal jurista del ejército israelí advirtió que la transferencia de población era jurídicamente indefendible sin un análisis completo de las condiciones humanitarias para un millón de personas en el sur de Gaza. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, ignoró su advertencia y dio la orden. Fuentes militares afirmaron que los dirigentes “crearon un escenario que no existe, cuando todos sabían que la evacuación no podía llevarse a cabo”.


El jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, a principios de esta semana. Foto Unidad del Portavoz de las FDI

El lunes, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, ordenó la evacuación de toda la población de la ciudad de Gaza, en contra de la posición de la abogada general militar, la generala Yifat Tomer-Yerushalmi.

La semana anterior, Tomer-Yerushalmi había advertido a Zamir que no podía determinarse que las operaciones de evacuación previstas hacia el sur de Gaza fueran legales, y exigió que se pospusieran las notificaciones de evacuación hasta que existieran condiciones adecuadas para recibir a la población. Pero Zamir ignoró su postura.

Pocos días después, convocó una reunión con el jefe del Mando Sur de las FDI, Yaniv Asor, y el Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), Ghassan Alian, excluyendo a la abogada general. Los tres decidieron ordenar a todos los residentes de la ciudad de Gaza que se trasladaran al sur, sin informar a Tomer-Yerushalmi de la decisión.

La abogada general militar es la autoridad de las FDI encargada de interpretar el derecho internacional. Altos mandos señalaron que no recordaban un caso en el que un jefe del Estado Mayor hubiera ignorado la posición de la principal jurista en un asunto de tanta importancia.

Zamir recalca con frecuencia su compromiso de actuar de acuerdo con el derecho internacional, tanto públicamente como en conversaciones con reservistas preocupados por posibles violaciones del derecho de la guerra. “Las FDI siempre actúan conforme al derecho interno e internacional”, declaró en mayo. “Cualquier acusación que cuestione la integridad de nuestras acciones o la moralidad de nuestros soldados carece de fundamento”.

La semana pasada, Zamir celebró varias reuniones con altos funcionarios legales y mandos militares sobre la evacuación de los residentes de la ciudad de Gaza y su traslado al sur. Durante estas discusiones, el jefe del Estado Mayor, el jefe del Mando Sur y el comandante de COGAT fueron instados a proporcionar a la abogada general militar un informe completo detallando la situación humanitaria en el sur de Gaza y el estado de las infraestructuras requeridas por el derecho internacional en las zonas designadas para recibir a la población.

Las estimaciones indican que alrededor de 1,2 millones de personas en la ciudad de Gaza tendrían que desplazarse al sur, incluidos 700.000 residentes de antes de la guerra y unos 500.000 desplazados internos que se habían refugiado allí.


Palestinos desplazados, que huyen del norte de Gaza debido a una operación militar israelí, se dirigen al sur tras la orden de evacuación de las FDI, en el centro de la Franja de Gaza, el miércoles. Foto Mahmoud Issa/Reuters

Fuentes militares israelíes familiarizadas con las discusiones de la semana pasada –en las que participaron el jefe de las FDI, altos mandos y la abogada general– afirmaron que los dirigentes militares presentaron una imagen irreal de las condiciones humanitarias en el sur de Gaza. “Crearon un escenario que no existe, sin ningún trabajo serio de base, cuando todos sabían que no era la realidad y que la evacuación no podía llevarse a cabo”, dijo un responsable de seguridad conocedor del asunto.

Según estas fuentes, la información parcial y superficial presentada durante las discusiones se mostró en mapas poco claros en los que áreas ya completamente ocupadas aparecían como disponibles para nuevos residentes. Los cálculos del Mando Sur y de COGAT mostraban que, en las zonas designadas como seguras y destinadas a albergar a la población, se asignaban apenas siete metros cuadrados por persona, muy por debajo de los estándares del derecho internacional.

Las FDI habían anunciado planes para introducir 100.000 tiendas de campaña en el territorio para albergar a los residentes durante el invierno, pero fuentes militares afirmaron que, en la práctica, solo se estaban proporcionando lonas simples, no tiendas cerradas.

Estas fuentes también señalaron que, contrariamente a lo que sostenía el ejército, los hospitales del sur de Gaza estaban al borde del colapso y no podían atender a más heridos debido a la grave saturación. Trasladar a un millón de personas a zonas sin servicios médicos adecuados podría provocar un desastre humanitario, suscitar críticas internacionales y potencialmente conducir a sanciones de países que apoyan a Israel.


La generala Yifat Tomer-Yerushalmi, abogada general militar, en la Corte Suprema en 2024. Foto Oren Ben Hakoon

El jueves, la abogada general contactó al jefe de las FDI y dejó claro que no podía determinarse que el ejército estuviera preparado para evacuar la ciudad de Gaza, operación que debía comenzar el domingo. Tomer-Yerushalmi explicó que organizaciones internacionales, incluida la Cruz Roja, la ONU y otras agencias de ayuda que coordinan con las FDI en Gaza, ya habían expresado serias preocupaciones sobre las difíciles condiciones en el sur.

Señaló que estas organizaciones habían repetido en reuniones y foros con altos funcionarios de las FDI que evacuar a la población del norte de Gaza violaría el derecho internacional y las leyes de la guerra debido a las condiciones ya extremas en el sur. La abogada general dijo a Zamir que aceptaba la evaluación de la División de Investigación de la Dirección de Inteligencia Militar, que confirmaba que existía base para las afirmaciones de las organizaciones internacionales, en contra de la imagen presentada por algunos altos mandos israelíes. Los funcionarios de inteligencia subrayaron que Israel debía ser capaz de dar una respuesta creíble a estas preocupaciones.


Palestinos cargan sacos de harina descargados de un convoy de ayuda humanitaria que llegó a la ciudad de Gaza desde el norte de la Franja, el domingo 24 de agosto de 2025. Foto Abdel Kareem Hana/AP

La principal jurista de las FDI declaró por tanto que los avisos y panfletos de evacuación para los residentes de la ciudad de Gaza debían posponerse. Señaló que, aunque el jefe del ejército había ordenado recibir un informe detallado de COGAT sobre las condiciones humanitarias necesarias para la operación, ningún informe de este tipo había sido entregado antes del previsto traslado de población. Según ella, tampoco se había presentado ningún otro documento completo sobre el tema. Subrayó que, sin esa preparación, sería imposible “afrontar los desafíos legales previstos” respecto a la legalidad de la evacuación.

Un alto funcionario de las FDI criticó a Tomer-Yerushalmi, alegando que buscaba retrasar las órdenes de evacuación en el último minuto. Afirmó que, desde el inicio de la guerra, no había hecho nada para impedir el fuego indiscriminado contra civiles ni había investigado incidentes graves como la muerte de trabajadores humanitarios en Rafah o los ataques contra hospitales. También aseguró que temía las críticas de la derecha política y de otros sectores dentro de las FDI, lo cual influía a veces en sus decisiones.

Otra fuente militar señaló que, durante las discusiones previas a la orden de evacuación, la abogada general preguntó a los representantes de COGAT sobre las condiciones de saneamiento en el sur de Gaza. Aunque reconoció que no cumplían los estándares del derecho internacional, finalmente aceptó no convertirlo en una condición previa para iniciar la evacuación.


Personas observan panfletos lanzados por el ejército israelí instando a evacuar hacia Muwasi, que caen sobre la ciudad de Gaza, el martes. Foto Omar al-Qattaa/AFP

El lunes se celebró otra reunión con el jefe de las FDI, el jefe del Mando Sur, el jefe de COGAT y otros altos funcionarios para planificar el traslado de población. La abogada general no estuvo presente y se tomó la decisión de comenzar la evacuación de la ciudad de Gaza y distribuir los panfletos entre los residentes. Tras la reunión, Tomer-Yerushalmi reafirmó a altos mandos de las FDI que su interpretación legal –que las notificaciones de evacuación debían posponerse hasta presentar una respuesta detallada a las preocupaciones internacionales– seguía sin cambios.

Insistió en que abordar estas preocupaciones era necesario tanto para mantener la legalidad de las operaciones militares en Gaza como para proteger a los altos mandos de las FDI de posibles acciones judiciales en tribunales internacionales.






El martes, el portavoz de las FDI, Avichay Adraee, emitió un aviso de evacuación en árabe a todos los residentes de la ciudad de Gaza.

Tras la publicación de este aviso, altos juristas militares aclararon que la orden no había recibido aprobación legal y que, en las circunstancias actuales, su legalidad no podía ser defendida.

En respuesta, el portavoz de las FDI declaró que el ejército “opera conforme a toda la legislación, y cualquier otra afirmación es incorrecta”. Añadió que “la abogada general militar participa en todas las evaluaciones operativas sobre Gaza, incluidos los movimientos de población, y ha señalado al personal correspondiente las condiciones necesarias para ello”.

Según las FDI, las órdenes de evacuación fueron aprobadas por responsables profesionales de COGAT “tras verificar que se cumplían las condiciones requeridas y que la situación humanitaria en el sur de Gaza permitía la operación”.
La respuesta de las FDI no mencionó la posición de la abogada general militar sobre la orden de evacuación.