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26/10/2021

Οι πατέντες, τα εμβόλια και η «αριστερά της προόδου»

του Νίκου Προγούλη, Δρόμος της Αριστεράς, 23/10/2021

Ο Νίκος Προγούλης γεννήθηκε το 1962 στην Αθήνα.

Έχει σπουδάσει οικονομικά, και έχει εργασιακή εμπειρία 22 ετών, κυρίως σε μεγάλες πολυεθνικές εταιρείες στην Ελλάδα και τη Γερμανία. Παράλληλα, σε μια προσπάθεια εξισορρόπησης με τα προσωπικά του ενδιαφέροντα, επέστρεψε το 2003 στις σπουδές κάνοντας ένα μεταπτυχιακό και στη συνέχεια διδακτορικό στη Φιλοσοφία στο Πανεπιστήμιο Αθηνών.
Τα τελευταία 10 χρόνια έχει αρθρογραφήσει σε διάφορα περιοδικά κι έχει πάρει μέρος σε μια σειρά φιλοσοφικών συνεδρίων. Από το 2009 κάνει σεμινάρια οικονομικών για ενήλικες, κυρίως στην Εταιρεία Διαπολιτισμικών Σπουδών και στο Πανεπιστήμιο Αθηνών, όπου προσπαθεί να συνδυάσει την οικονομία με τη φιλοσοφία. Συγγραφέας του Ο κόσμος των πολυεθνικών «εκ των έσω» και του Η ανάδυση της εικόνας του χρηματοπιστωτικού καπιταλισμού (με τον Φώτη Τερζάκη)

Ελάχιστοι, ακόμη και μεταξύ των ειδικών, είναι σε θέση να παρακολουθήσουν τη «σκληρή επιστημονική συζήτηση» που διεξάγεται μέσα από μελέτες, ανακοινώσεις, δημοσιεύσεις και να αξιολογήσουν τα νέα στοιχεία που διαρκώς έρχονται στο φως σχετικά με την «πανδημία», τον τρόπο αντιμετώπισής της κι ακόμα ειδικότερα σχετικά με τις επιδόσεις των εμβολίων.

Από την άλλη πλευρά όλοι, ή τουλάχιστον όλοι όσοι ήταν στοιχειωδώς νηφάλιοι, είχαν τη δυνατότητα να αντιληφθούν ότι οι πολιτικές ηγεσίες και τα πιστά σε αυτές ΜΜΕ, από την αρχή και σαν «έτοιμες από καιρό», τρομοκράτησαν και παραπλάνησαν συστηματικά την κοινή γνώμη σχετικά με την επικινδυνότητα της επιδημίας: υιοθετήθηκαν μοντέλα που προέβλεπαν εκατόμβες θυμάτων και, παρότι αυτά δεν επαληθεύονταν, οι προβλέψεις συνεχίζονταν με τα ίδια μοντέλα χωρίς τροποποιήσεις, η υπερκαταγραφή των θυμάτων γινόταν με κεντρική εντολή, κ.ο.κ.

Πώς συνέβη λοιπόν κι ένα τόσο μεγάλο, συγκριτικά, μέρος της κοινωνίας και ειδικά της Αριστεράς (με ή χωρίς εισαγωγικά), επί της ουσίας συντάχθηκε με τις κυβερνητικές πολιτικές κι αποδέχτηκε την ακραία θέση των, άμεσα ή έμμεσα, υποχρεωτικών εμβολιασμών; Το ερώτημα δεν αφορά μόνο την Ελλάδα, θα μπορούσε να τεθεί σε πολύ ευρύτερο, αν όχι σε παγκόσμιο, επίπεδο.

Εννοείται ότι δεν μας ενδιαφέρουν οι περιπτώσεις όσων έχουν απτά συμφέροντα, οικονομικά ή άλλα, ούτε όσων θεώρησαν ότι είναι πιο ασφαλείς αν συμπλεύσουν με το ρεύμα, ούτε όσων τρομοκρατήθηκαν ή ζαλίστηκαν από τον βομβαρδισμό των ΜΜΕ. Μας ενδιαφέρει το πιο σκεπτόμενο και καλοπροαίρετο κομμάτι της κοινωνίας που, αν και αναγνώρισε ίσως μια υπερβολική βιασύνη ή αυταρχικότητα στον «άνωθεν» χειρισμό, αυτό που κατανόησε ήταν ότι, κατά βάθος, εδώ υπάρχει η εξής σύγκρουση: οι δυνάμεις του ορθού λόγου, της επιστήμης και της προόδου συγκρούονται με το ανορθολογικό, το οπισθοδρομικό, το ξεπερασμένο. Ο κόσμος, τελικά, πρέπει να πάει μπροστά!

Όμως η «πρόοδος», αυτή η γενική και αφηρημένη πορεία προς το «καλύτερο», έχει πολύ συγκεκριμένες επί μέρους διαδρομές εντός των συγκεκριμένων κλάδων. Ποιες δυνάμεις καθόρισαν την κατεύθυνση που πήρε στο συγκεκριμένο ζήτημα, όπου κάθε άλλη δυνατή λύση παραμερίστηκε και επιλέχθηκε ως μονόδρομος η πιο high-tech (και high-risk) λύση των DNA ή mRNA εμβολίων; Γιατί η «πρόοδος» πήρε αυτή κι όχι κάποια άλλη κατεύθυνση;

Carta abierta de l@s profesor@s del noroeste de Siria a los líderes del mundo

The Syria Campaign, 25/10/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala 

 

Dos pequeñas lloran aterradas tras los ataques que mataron a diez personas, entre ellas cuatro estudiantes, en la ciudad de Ariha, Idlib, al noroeste de Siria (Foto vía Cascos Blancos)

🚩Si eres educador·a y quieres firmar esta carta en solidaridad con l@s profesor@s siri@s, envía un correo electrónico a info[at]thesyriacampaign.org  con tu nombre completo y tu afiliación.

A los líderes mundiales:

Somos los profesores de los alumnos del noroeste de Siria que son atacados deliberadamente en sus casas, en las aulas y mientras se dirigen a la escuela. Vamos a trabajar con miedo a que se produzca otro ataque, un día traumatizante más, que sabemos afectará a nuestros alumnos para el resto de sus vidas.

Nuestra carta no puede ser más urgente. En la madrugada del miércoles 20 de octubre, cuatro estudiantes y nuestro colega, el profesor de árabe Qamar Hafez, murieron trágicamente de camino a la escuela cuando las fuerzas gubernamentales sirias atacaron con proyectiles de artillería la ciudad de Ariha, en el sur de Idlib.

Al menos 55 niños han sido asesinados en los últimos cuatro meses por los gobiernos sirio y ruso, casi un niño cada dos días, y un millón de niños en Idlib están aterrorizados de poder ser los siguientes o de perder a su mejor amigo en cualquier momento. Al igual que los profesores de todo el mundo, estamos profundamente comprometidos con los niños a los que enseñamos, y hacemos todo lo que podemos para intentar protegerlos, pero no es suficiente. Necesitamos que los líderes mundiales detengan los ataques y garanticen que los niños estén a salvo y puedan continuar su educación.

Estamos entrenados para evacuar el aula cuando caen las bombas. Hacemos simulacros regularmente con los niños, ya que solo disponemos de unos minutos cuando hay un aviso de que se acerca un bombardero, así que tenemos que movernos rápido. El entrenamiento en sí puede ser confuso para los niños pequeños, que no entienden qué estamos practicando.

Cuando hay un avión de guerra cerca, pedimos a los niños que mantengan la calma y los llevamos a un refugio, normalmente una pequeña habitación bajo la escalera, donde nos escondemos durante horas hasta que es seguro salir. Esos son los momentos más difíciles. Respondemos a las llamadas y los mensajes de texto de los padres, y hacemos todo lo posible para ayudar cuando los niños entran en pánico y piden volver a casa.

Una de nuestras estudiantes, Yamila al Yasem, de diez años, fue asesinada en julio. Ya había Ya había huido de su casa muchas veces debido a los ataques, pero no quedaba ningún lugar seguro al que ir y, a las 5 de la mañana del 12 de julio, las fuerzas de Asad bombardearon su casa matando a Yamila. Ninguno de sus compañeros de tercer grado se sentó en la silla de Yamila durante todo un mes hasta que llegó un nuevo alumno. Nuestras escuelas ya han sido objeto de ocho ataques en 2021 y nos preocupa que cada vez sean menos los niños que regresan a la escuela cada año escolar. El intenso miedo ha hecho que muchos estudiantes se aíslen y se depriman. La mitad de los niños en edad escolar en el noroeste de Siria están ya fuera de la escuela debido a los bombardeos y los desplazamientos. Estos niños necesitan desesperadamente la rutina y los sistemas de apoyo que conlleva la escuela.

Se supone que las escuelas son un espacio seguro para que los niños aprendan y crezcan, no un objetivo de aviones de guerra y misiles. Como profesores, seguiremos yendo a trabajar aunque tengamos que arriesgar nuestras vidas bajo las bombas, pero necesitamos que la comunidad internacional actúe para poner fin a los ataques y hacer que Rusia y el gobierno sirio rindan cuentas de tan horribles crímenes para que nuestras aulas puedan volver a estar llenas de estudiantes.

Firmantes

 

 

AHMED AL-SAMMAK
El “shock colectivo” causado por los eventos traumáticos que inflige Israel hace que se disparen los problemas de salud mental en Gaza

Ahmed Al-Sammak, Middle East Eye, 24/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
 

 


Ahmed Al-Sammak es un periodista independiente que vive en la Franja de Gaza

 

El bloqueo y las múltiples ofensivas de Israel han hecho proliferar los trastornos de estrés postraumático (TEPT), las alteraciones del estado de ánimo y otras afecciones relacionadas con el estrés.

Mohammed al-Asdudi recibió un disparo de un francotirador israelí en una protesta pacífica. Dice: “Esta herida me ha abierto las puertas del infierno”
(Foto: Ahmed Al-Sammak/MEE)
 

Orfan Shaimaa (*) se prepara para asistir a su 15ª sesión de apoyo psicológico en Friends for Mental Health (FFMH), una organización no gubernamental que opera en la Franja de Gaza.

Mientras se dirige a la sesión, mira cuidadosamente a su alrededor de vez en cuando para asegurarse de que nadie la reconoce; desea evitar el estigma que suelen sufrir los pacientes de salud mental en el asediado enclave.

Esta joven de 20 años remonta su trauma psicológico al segundo día de la ofensiva israelí de mayo contra Gaza, en la que murieron 253 palestinos, entre ellos 66 niños, 39 mujeres y 17 ancianos, y casi 2.000 resultaron heridos.

“El 12 de mayo no teníamos ni un shekel, así que mi padre, Wael, tuvo que ir a la granja en la que trabaja desde hace años a recoger algunas verduras para venderlas y traer pan y algo de comida”, dijo Shaimaa a Middle East Eye sentada en la sala donde asiste a sus sesiones psicológicas.

“Salió de nuestra casa a las 8 de la mañana para ir a la granja de Beit Lahiya, en el norte de la Franja [de Gaza].

“Después de dos horas, llamó a mi madre y le preguntó si quería que le llevara algo antes de volver”, dijo, con los ojos llenos de lágrimas, y añadió que “para llegar hasta casa, se necesitan diez minutos de camino”.

“Pero pasó hora y media y no vino. Le llamamos muchas veces, pero no pudimos contactar con él porque su teléfono estaba sorprendentemente apagado”, dijo.

“Su rostro estaba deformado”

Como siempre que está en la cocina, aquel día la madre de Shaimaa estaba escuchando la radio.

De repente, el locutor dijo que cuatro campesinos habían sido atacados en Beit Lahiya y que habían llevado sus cuerpos al Hospital Indonesio, en el norte de la Franja de Gaza.

“Mientras mi madre nos contaba las noticias y nos pedía que llamáramos a algún compañero de mi padre, sonó su teléfono”, cuenta Shaimaa.

“Después de contestar, se desmayó. Entonces, cuando mis ocho hermanos y yo estábamos intentando reanimarla, oímos a mi primo llorar a gritos y decir ‘mi tío Wael ha sido martirizado’.

“Nos quedamos helados al momento. ‘¡Qué! ¿Qué has dicho?’, le pregunté. De repente, todos mis tíos y primos que viven en el mismo edificio vinieron a nuestra casa”.

Al cabo de una hora, la familia de Shaimaa oyó fuertes ruidos mientras los dolientes se empujaban unos a otros para ver el cuerpo de Wael, que había llegado en una ambulancia frente a su casa.

“No nos permitieron verlo porque tenía la cara deformada a causa de las heridas. Cuando vi la ambulancia, estuve varias horas desmayada.

“Cuando acabó la última guerra, no salía de casa. Como consecuencia de todo lo vivido, empecé a sufrir ataques de pánico, ansiedad severa y depresión”.

25/10/2021

PETER MAASS
Colin Powell fue un buen hombre que ayudó a destruir Iraq

Peter Maass (bio en español), The Intercept, 18/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
 

Como secretario de Estado en 2003, Powell mintió en las Naciones Unidas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq.

“Me entristece que Colin Powell haya muerto sin ser juzgado por sus crímenes en Iraq". -  Muntadher Alzaidi


Colin Powell ha sido aclamado, a su muerte, como un pionero. Ciertamente lo fue.

Criado en el sur del Bronx por padres inmigrantes, Powell se graduó en el City College de Nueva York y ascendió en las filas del ejército estadounidense hasta convertirse en jefe del Estado Mayor Conjunto bajo el mandato del presidente George H. W. Bush durante la Guerra del Golfo Pérsico. Posteriormente, como es bien sabido, fue el primer secretario de Estado negro de EE. UU. durante la presidencia de George W. Bush. Falleció el 18 de octubre pasado, a los 84 años de edad, por complicaciones relacionadas con la covid-19.

Sus contemporáneos en EE. UU. no encuentran suficientes palabras de elogio. “Colin Powell fue la estrella del norte para una generación de altos oficiales militares estadounidenses, incluido yo”, escribió el almirante retirado James Stavridis. Para Richard Haass, que dirige el Consejo de Relaciones Exteriores, Powell fue “la persona intelectualmente más honesta que he conocido”.

La historia es muy diferente en Iraq, donde millones de personas comparten probablemente los sentimientos de Muntadher Alzaidi, quien memorablemente lanzó sus zapatos sobre George W. Bush durante una conferencia de prensa en 2008 en Bagdad. En su reacción a la muerte de Powell, Alzaidi solo expresaba su tristeza por el hecho de que no se enfrentara a un juicio por crímenes de guerra por su papel fundamental en la invasión de Iraq. “Estoy seguro de que el tribunal de Dios le estará esperando”, escribió Alzaidi en Twitter.

24/10/2021

Mikhaïl Garine, le communiste juif antisioniste qui voulait entendre la Hatikvah au Goulag

Ze'ev Binyamin Begin, Haaretz, 22/10/2021
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Ze'ev Binyamin « Benny » Begin (Jérusalem, 1943) est un géologue et politicien israélien, qui a été brièvement ministre et député successivement des partis Hérout, Likoud et, actuellement, Tikva Hadasha (Nouvel Espoir). Il est le fils de Mieczysław Wolfovitch Biegun, plus connu sous le nom de Menahem Begin, qui fut le chef du groupe terroriste Irgoun et des partis Hérout et Likoud et Premier ministre d’Israël, revendiquant l’héritage de Vladimir Jabotinsky, le chef de l’aile « révisionniste » (droitière) du mouvement sioniste.

 Dans son livre "Les Nuits blanches", mon père, Menahem Begin, a décrit son amitié avec Mikhaïl Garine, un juif souffreteux et un ardent communiste avec qui il a partagé une couchette dans un goulag soviétique en 1941. On pensait que Garine avait disparu, comme des millions d'autres victimes dans ces camps de travail forcé. Puis, il y a quelques mois, un contact a été établi avec le petit-fils de Garine.

Au printemps 1941, au pied des montagnes de l'Oural, sur les rives de la rivière Pechora, non loin du cercle polaire, dans l'un des nombreux goulags soviétiques, deux prisonniers politiques juifs se rencontrent : un communiste nommé Garine e et un sioniste nommé Begin. Le premier a été condamné pour s'être livré à une "activité trotskyste contre-révolutionnaire" ; le second a été reconnu coupable - en raison de ses activités sionistes - d'être un "élément socialement dangereux pour la société". Tous deux ont été condamnés sans procès, en vertu de l'article 58 du code pénal soviétique, à huit ans dans un "camp de travail correctionnel". Avec d'autres prisonniers, tant politiques que criminels (ces derniers étant connus sous le nom d'Ourki-truands), tous deux ont déchargé des rails de chemin de fer et d'autres équipements des péniches sur la rivière. Ils ont participé à la construction de la ligne ferroviaire du nord de la Russie, longue de 1 000 kilomètres, qui s'étend de Kotlas à Vorkouta, au bord de l'océan Arctique.

Dessin Eran Wolkowski

Begin, maigre et frêle après avoir passé neuf mois dans une prison soviétique à Vilna, puis avoir été transporté au camp de Pechora par train de marchandises sur 2 000 kilomètres, a décrit la santé de son nouvel ami dans "Nuits blanches", un récit de son arrestation et de son incarcération dans le camp de travail et le système pénitentiaire soviétiques : "un mauvais cœur, une température élevée constante et un pouls rapide". Les chances que l'un des deux hommes sorte vivant du camp de travail forcé sont minces.

Le récit de la vie de Garine e a laissé une profonde impression sur Begin ; ses paroles sont restées gravées dans la mémoire de mon père. En effet, il a cité Garine dans son livre de 1950 "La Révolte : L’histoire de l’Irgoun", et plus tard, il a développé leur rencontre dans "Les Nuits blanches"  Les nuits blanches: mes souvenirs des camps soviétiques; traduit de l'anglais par Jacques Hermone et Patricia Lerand, éditions Albatros, 1978), où la description de la vie de Garine est citée en détail :

« Sais-tu quel âge j'avais lorsque j'ai rejoint le Parti ? Je n'avais pas plus de 17 ans quand je suis devenu bolchevik et que j'ai commencé à travailler pour la Révolution. Pendant la guerre civile, j'étais dans la Garde rouge et j'ai pris part à de nombreuses batailles contre les Blancs. J'ai été fait prisonnier. Les Blancs m'ont battu et torturé horriblement, mais ils n'ont pas réussi à obtenir quoi que ce soit de moi... Lorsque la guerre civile s'est terminée, on m'a confié diverses tâches au sein du parti en Ukraine. J'étais encore jeune, mais je travaillais dur et me consacrais corps et âme au Parti. Quelle époque ! Je travaillais pour le parti et j'étudiais à l'université. Lorsque j'ai terminé mes études, on m'a confié des postes encore plus élevés... J'ai travaillé pendant quelques années au secrétariat du Parti en Ukraine. J'ai fini par en devenir le secrétaire général. De ce poste, j'ai été transféré à un poste encore plus élevé. J'ai été convoqué à Moscou et intégré à la rédaction de la Pravda. Je suis devenu rédacteur en chef adjoint du journal du parti.

 

Mikhaïl Davydovitch Garine et sa femme Alexandra Zakharovna Vasilyeva (1902-1938) vers 1921, date de leur mariage. Elle a laissé des mémoires en deux tomes, Punis sans culpabilité et Et les tulipes poussent sur les pierres

« En 1937, l'année où ils sont devenus fous, ma femme a été arrêtée. Je ne t’ai pas parlé de ma femme. Nous nous sommes rencontrés alors que nous étions tous deux étudiants. Ma femme était aussi membre du parti, et un membre très actif. Ma femme n'est pas juive, mais quelle différence cela fait-il ? Notre vie de famille était merveilleuse. Nous avons eu un fils et une fille. Ma femme m'aidait dans mon travail, et je l'aidais. Son principal intérêt était la science. Dans son travail scientifique, elle allait de succès en succès. Elle est devenue maître de conférences à l'université, puis à l'Institut Krasni Professori [Institut du professorat rouge]... Et tout à coup, en 1937, elle a été arrêtée... l'interrogateur l'avait accusée de trotskisme et avait exigé des aveux. Elle n'a pas avoué. Elle n'avait jamais été trotskyste ».

ANTONIO MAZZEO
L'OTAN s’exerce à la guerre nucléaire dans les cieux de la moitié de l'Italie

 Antonio Mazzeo, 24/10/2021
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Depuis le 18 octobre, le ciel du nord et du centre de l'Italie est le théâtre d'un important exercice de l'OTAN, Steadfast Noon 2021 : de nombreux chasseurs-bombardiers, avions radars et avions ravitailleurs y participent. Les jeux de guerre simulent la mobilisation aérienne et les opérations d'approvisionnement en armes en vue d'une guerre nucléaire. Les deux principales bases opérationnelles de Steadfast Noon sont Aviano (Pordenone) et Ghedi (Brescia), où sont logées les ogives nucléaires tactiques B-61, qui sont mises à jour et modernisées pour être utilisées par les nouveaux chasseurs-bombardiers F-35 "Lighting II" achetés par divers pays membres et non membres de l'OTAN, Italie en tête.

"Le lundi 18 octobre, l'OTAN a donné le coup d'envoi de son exercice annuel de dissuasion avec des dizaines d'avions de toute l'Alliance pour se préparer à la défense des alliés européens", rapporte la note publiée par le bureau de presse de l'OTAN. "L'exercice d'une semaine est appelé Steadfast Noon et se déroule dans le sud de l'Europe avec la participation d'avions et de personnel de 14 pays de l'OTAN".

"Cet exercice est une activité d'entraînement de routine et n'est pas lié à un quelconque événement mondial actuel", a ajouté l'OTAN. "Il est accueilli par un pays différent chaque année. Steadfast Noon implique des vols d'entraînement avec des chasseurs-bombardiers à double capacité, ainsi que des chasseurs conventionnels, soutenus par des avions de surveillance et de ravitaillement en vol. Aucun système d'armes avec des munitions opérationnelles n'est utilisé. Cet exercice contribue à faire en sorte que la dissuasion nucléaire de l'OTAN reste sûre et efficace". Enfin, le service de presse de l'Alliance rappelle qu'au sommet de l'OTAN qui s'est tenu en juin dernier à Bruxelles, les chefs d'État et de gouvernement ont déclaré que l'objectif fondamental de la capacité nucléaire de l'OTAN est de préserver la paix, de prévenir la coercition et de décourager l'agression ». Toujours à Bruxelles, les chefs de gouvernement des pays alliés ont souligné qu'étant donné la détérioration du climat de sécurité en Europe, une alliance nucléaire crédible est essentielle.

Un moment religieux lors du sommet de l’OTAN, le 14 juin 2021 à Bruxelles

Aucune autre information n'a été fournie sur l'exercice de simulation de guerre nucléaire : le type d'avion utilisé, l'identité des pays impliqués et les zones du sud de l'Europe où les manœuvres auront lieu sont tous top secret. Le rôle clé du centre et du nord de l'Italie et des deux grandes bases aériennes d'Aviano et de Ghedi pour Steadfast Noon 2001 a toutefois été documenté par les analystes d'ItaMilRadar, le site web qui suit quotidiennement les vols militaires au-dessus du ciel italien et de la Méditerranée centrale.

GIDEON LEVY
Les colons juifs font de la récolte des olives une saison de cauchemar pour les paysans en Cisjordanie

 Gideon Levy, Haaretz, 22/10/2021. Photos : Hadas Parush 
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Les colons juifs ont détruit des cultures et vandalisé des oliviers appartenant à un couple de Palestiniens d'une soixantaine d'années. Au cours des deux dernières semaines, 18 attaques de colons ont eu lieu en Cisjordanie. Quelque 8 000 oliviers ont déjà été victimes cette année - et la saison ne fait que commencer.

Cela aurait pu et aurait dû être leur heure de gloire. La récolte des olives. Une fête familiale saisonnière qui implique une rencontre avec la nature, le travail de la terre et une récolte dans l'oliveraie, dont les arbres ont été plantés par les ancêtres de la famille. C'est aussi censé être leur source de revenus la plus sûre, face à une économie instable et fragile, où personne ne sait ce que l'avenir lui réserve ni ce que décidera un soldat au hasard d'un checkpoint.

Nada Salah 

Cette belle saison est devenue un cauchemar. Un autre cauchemar. Il ne se passe pratiquement pas un jour sans que les colons n'attaquent, ni un matin sans que l'on découvre des arbres abattus, mutilés ou dépouillés de leurs fruits. Depuis le début de l'année, 8 000 arbres ont déjà été vandalisés en Cisjordanie, selon le Bureau de coordination des affaires humanitaires des Nations unies, par des centaines de colons qui ont pris part aux pogroms. Rien qu'au cours des deux dernières semaines, 18 incidents de ce type ont eu lieu, selon Yesh Din-Volontaires pour les droits humains, une ONG israélienne.

Alors que toute la Cisjordanie est désormais peinte aux couleurs de la récolte - il n'y a pas une route sans couvertures ou bâches (sur lesquelles tombent les fruits), sans échelles et sans familles entières rassemblées à côté et cueillant des olives - il y a apparemment peu de personnes qui n'ont pas ressenti le bras brutal et maléfique de leurs voisins juifs. Ceux qui volent des sacs d'olives à des personnes qui les ont soignés pendant des années et qui ont très peu d'autres sources de revenus, voire aucune ; qui frappent les troncs et les branches avec des haches ; qui brûlent les bosquets et déracinent les arbres.

Eretz Israël - si beau, entier et indivis. La haine et la méchanceté nationalistes écrasantes s'accompagnent de la haine de la terre et de la haine de la nature, de la terre et de ses fruits.

Ibrahim et Nada Salah

Cette semaine, nous étions les invités de deux agriculteurs sexagénaires qui n'ont pas connu de récolte paisible depuis des années. Mais cette année, le pillage et les actes de mutilation des colons semblent être plus intenses que jamais. Ce sont des gens qui savent que rien de mal ne leur arrivera s'ils volent, déracinent ou brûlent. Ils sont juifs - et les soldats des forces de défense israéliennes sont sous leur emprise et les protégeront presque toujours, même quand ils agissent hors la loi.

23/10/2021

Benny Gantz interdit sept ONG palestiniennes comme organisations terroristes

Jonathan Lis et Hagar Shezaf, Haaretz, 22/10/2021
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Dans une déclaration commune, Amnesty International et Human Rights Watch ont qualifié cette décision d'"escalade alarmante", tandis que le ministère palestinien des Affaires étrangères l'a "condamnée sans équivoque".


Le ministre israélien de la Défense [et Premier ministre à partir du 17 novembre], le général de brigade Benny Gantz, a signé vendredi un décret déclarant sept organisations de la société civile en Cisjordanie comme organisations terroristes.

Selon un communiqué du ministère de la Défense, ces organisations opèrent au sein d'un réseau dirigé par le « groupe terroriste » du Front populaire de libération de la Palestine.

Certains de ces groupes opèrent comme des organisations de défense des droits humains : Addameer offre un soutien juridique aux prisonniers et collecte des données sur les arrestations et les détentions administratives, et travaille activement à mettre fin à la torture et aux violations des droits des prisonniers. Defence for Children International Palestine surveille les meurtres d'enfants et les conditions de détention des mineurs arrêtés en Israël.

Selon la déclaration, ces groupes "ont reçu d'importantes sommes d'argent de pays européens et d'organisations internationales tout en utilisant des méthodes de fraude et de tromperie." L'argent a ensuite été utilisé par le FPLP pour promouvoir le terrorisme, recruter des membres et payer des salaires à des prisonniers sécuritaires et à leurs familles ainsi qu'à des terroristes.

"Les groupes sont contrôlés par les hauts dirigeants du FPLP et emploient de nombreux membres du groupe à des postes de direction et sur le terrain - y compris des militants qui ont été impliqués dans le terrorisme", peut-on lire dans la déclaration.

Les sept groupes sont Addameer, Al-Haq, Bisan Center for Research and Development, Defence for Children International Palestine, Samidoun Palestinian Prisoner Solidarity Network, l'Union des comités de femmes palestiniennes et l’Union des Comités  de travail agricole, [membre de l'union internationale de paysans Via Campesina, NdT]. [L'ONG sioniste NGO Monitor a identifié 7 autres ONG « liées à l'organisation terroriste du Front populaire de libération de la Palestine (FPLP) et financées par des structures gouvernementales européennes et, dans certains cas, d’ailleurs », NdT].

22/10/2021

MATTHEW COLE/ANDREW QUILTY
Los cipayos afganos de la CIA, acusados de crímenes de guerra, podrán comenzar una nueva vida en USA

Andrew Quilty (fotos) y Matthew Cole, The Intercept, 5/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
 

Antes de que los talibanes se hicieran con el control de Kabul en agosto pasado, los comandos afganos respaldados por Estados Unidos, conocidos como Unidades Cero, eran los fantasmas del campo de batalla afgano. Junto con sus asesores de la CIA, eran muy temidos y, en los últimos años, prácticamente invisibles.



Los afganos que esperan entrar en el aeropuerto internacional Hamid Karzai son contenidos por combatientes de la infame unidad paramilitar respaldada por la CIA conocida como la 01, en Kabul el 24 de agosto de 2021

Pero en las frenéticas y violentas semanas que transcurrieron entre la victoria de los talibanes y la retirada del ejército estadounidense, los combatientes pertenecientes a una Unidad Cero conocida como la 01 -y otras milicias vinculadas conocidas colectivamente como Unidades Nacionales de Ataque, o UNS- ayudaron a los estadounidenses en la seguridad del aeropuerto internacional Hamid Karzai. Al hacer disparos de advertencia día y noche, los combatientes de la 01 trataban de acorralar y registrar a las multitudes de afganos y extranjeros que trataban de entrar en el aeropuerto para embarcar en los vuelos de evacuación, mientras que los combatientes talibanes luchaban aquellos días por mantener el control en otras entradas del aeropuerto.

Una noche de finales de agosto, un comandante afgano de la 01 cuyos combatientes custodiaban la puerta noroeste del aeropuerto pidió a un periodista de The Intercept que tomaba fotografías que se identificara ante el controlador estadounidense del combatiente. El controlador, que llevaba una gorra de béisbol y una pistola atada a la cintura, sugirió que si el periodista quería salir en un vuelo de evacuación, debía hacerlo de inmediato. Tengo que evacuar enseguida, dijo el hombre, a “mis chicos”, refiriéndose a los combatientes de la 01. Después, la puerta se iba a cerrar definitivamente. El estadounidense se dirigió entonces al comandante de la 01 y le explicó el valor que los ciudadanos del país, al que él y sus combatientes iban a volar pronto, daban a la prensa libre.

La CIA dio prioridad a la evacuación de los miembros de la Unidad Cero de Afganistán, sacando en avión hasta 7.000 de los antiguos comandos y sus familiares, mientras se dejaban atrás miles de exempleados vulnerables del gobierno y del ejército de Estados Unidos, activistas de los derechos humanos y trabajadores humanitarios. Los comandos de la UNS se negaron a permitir que una exintérprete del gobierno estadounidense atravesara las puertas del aeropuerto a menos que les diera 5.000 dólares por ella, su marido y sus tres hijos, informó Al Jazeera. La mujer, que dijo que ella y sus familiares fueron golpeados por miembros de la UNS en el aeropuerto, no podía permitirse pagar ese soborno. Dos exmiembros de otra unidad militar entrenada por Estados Unidos, la KKA o Unidad Especial Afgana del Ejército Nacional Afgano, dijeron a The Intercept desde un piso franco en Kabul que no se hizo ningún esfuerzo formal para evacuarlos, y que los miembros de la unidad que pudieron embarcar en los vuelos lo habían conseguido a través de conexiones personales. Los dos exmiembros habían sido rechazados por los milicianos de la 01 después de acercarse a la puerta noroeste del aeropuerto. Desde entonces, dijeron, al menos cuatro miembros del KKA habían sido localizados por combatientes talibanes y asesinados.

La capacidad de la CIA para evacuar a sus aliados parece haber superado con creces la de otras entidades gubernamentales estadounidenses e indica su papel fundamental en la guerra. La agencia evacuó hasta 20.000 “socios” afganos y sus familiares, informó el Washington Post, casi un tercio de los 60.000 afganos que Estados Unidos ha acogido en total. La CIA no ha respondido a una solicitud de comentarios.

La mayor parte de la cobertura sobre los esfuerzos de la CIA ha sido elogiosa. Pero las Unidades Zero eran conocidas por sus mortíferas incursiones nocturnas que mataron a un número incalculable de civiles en todo Afganistán. The Intercept ha documentado diez incursiones llevadas a cabo por la 01 en la provincia de Wardak, al suroeste de Kabul, en las que murieron al menos 51 civiles, incluidos varios niños, muchos de ellos con disparos efectuados a corta distancia, en asaltos tipo ejecución. La mayoría de las misiones de la 01 estaban dirigidas por un pequeño número de “asesores” de la CIA, como eran conocidos por sus combatientes afganos, o por fuerzas especiales estadounidenses cedidas por el Mando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono.

“Estados Unidos no debería ofrecer refugio a quienes cometieron crímenes de guerra o graves abusos contra los derechos humanos”, dijo Patricia Gossman, directora asociada de la división de Asia de Human Rights Watch, que escribió un informe sobre los abusos de las unidades. “En Afganistán, estas fuerzas nunca han rendido cuentas por sus acciones, que incluyeron ejecuciones sumarias y otros abusos. Estados Unidos y cualquier otro país que reasiente a miembros de estas unidades debe examinar a los que llegan e investigar su posible participación en violaciones de los derechos humanos”.

La mayoría de los miembros de la Unidad Cero fueron trasladados en avión a Qatar, donde los oficiales paramilitares de la CIA trabajaron para conseguir que sus antiguos colegas afganos fueran enviados a Estados Unidos, según un ex alto funcionario de inteligencia estadounidense con conocimiento directo de la operación. Los excomandos afganos están alojados en bases militares estadounidenses, incluidas dos en Virginia y Nueva Jersey, y en la base aérea de Ramstein, Alemania, mientras esperan su reasentamiento, según han informado el ex alto funcionario estadounidense, dos ex altos funcionarios de inteligencia afganos y un excomando de otra unidad afgana que fue evacuado a la misma base estadounidense que algunos miembros de la Unidad Cero. Otro pequeño grupo de miembros de la Unidad Cero se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos, pero se espera que lleguen a Estados Unidos dentro de unas semanas, dijo uno de los exfuncionarios afganos a The Intercept. Ambos exfuncionarios afganos dijeron que han hablado con familiares que antes pertenecían a las Unidades Cero y que ahora están en Estados Unidos.

Conocidas en el gobierno estadounidense como los mohawks, las Unidades Zero comenzaron como una fuerza de comandos irregulares controlada por la CIA. La agencia de inteligencia entrenó a los equipos para que actuaran como guerrilleros desde pequeños puestos de avanzada estadounidenses, principalmente en el norte y el este del país, cerca de la frontera con Pakistán. Gran parte del objetivo original del programa era posibilitar que la CIA realizara incursiones transfronterizas en Pakistán, una actividad políticamente peligrosa y raramente aprobada para el personal estadounidense.

Las Unidades Cero permitían a Estados Unidos realizar operaciones discutibles y evitar la rendición de cuentas, y eran similares en algunos aspectos al programa Phoenix de la CIA durante la guerra de Vietnam. Para ese programa, la agencia creó Unidades Provinciales de Reconocimiento (UPR) compuestas en su mayoría por guerrilleros survietnamitas dirigidos por comandantes estadounidenses. Al igual que las Unidades Cero afganas, las UPR recogían información y asesinaban a los sospechosos de pertenecer a Viet Cong.

En 2010 el gobierno afgano firmó un acuerdo con la CIA para convertir las UNS en un órgano conjunto con el antiguo servicio de inteligencia de Afganistán, la Dirección Nacional de Seguridad, o DNS, según los dos ex altos funcionarios afganos que participaron en el acuerdo. Aunque las misiones serían dirigidas conjuntamente, las unidades siguieron siendo financiadas exclusivamente por el gobierno estadounidense, dijeron los dos exfuncionarios afganos a The Intercept. El cambio permitió a la CIA alegar una negación plausible frente a las acusaciones de abusos de derechos humanos o crímenes de guerra.

Pero en 2019, el más alto funcionario de defensa de Afganistán, el entonces asesor de seguridad nacional afgano Hamdullah Mohib, dijo a The Intercept que la 01 estaba controlada por la CIA. “Francamente, no soy plenamente consciente (...) de cómo trabajan”, dijo entonces. “Hemos pedido que se nos aclare cómo se producen esas operaciones, quiénes están involucrados, cuáles son sus estructuras, cuándo se crearon, por qué no están bajo control afgano…”

Justo después de que el presidente Joe Biden tomara posesión de su cargo en enero, la CIA concedió a la DNS el presupuesto de un año y dijo que la agencia ya no iba a apoyar a las Unidades Cero ni seguiría financiándolas, según declaró a The Intercept un antiguo funcionario de la inteligencia afgana.

Referencia a la Unidad Cero pintada con espray el 6 de septiembre de 2021 dentro de la base Eagle, a pocos kilómetros al noroeste del centro de Kabul, donde la CIA y la O1 tenían su base antes de la retirada estadounidense de Kabul

 La base Eagle, el extenso complejo de la CIA y la 01 en la ladera de una colina al noreste de Kabul, solía estar vedada a todos, excepto a los aliados más cercanos de Estados Unidos.

Desde la carretera, los transeúntes podían ver un campo de tiro excavado en la ladera de la colina y una estrecha carretera que serpenteaba hasta un grupo de estructuras de color beige. Menos visible era el complejo de hangares para helicópteros, depósitos de munición y cuarteles, así como el antiguo lugar negro de la CIA conocido como el Hoyo de la Sal, donde se realizaban interrogatorios y torturas en los primeros años de la guerra.

La seguridad del perímetro era extrema, incluso para los estándares de Afganistán. Una zanja rodeaba un muro de tierra de dos metros de altura. A continuación, había una alambrada de concertinas, bolardos rojos descoloridos unidos por cables de acero y un muro de barro y hormigón de 3 metros rematado con más alambre con concertinas, con puestos de guardia levantados cada 300 pies. Los focos iluminaban toda la circunferencia por la noche.

Antes de 2019, los combatientes de la 01 salían de la base Eagle en convoyes de vehículos para las misiones nocturnas. Eso cambió cuando los convoyes en dos misiones de Wardak sufrieron embocadas, según un antiguo oficial antiterrorista de la DNS que solía acompañar a la 01 en sus incursiones en la provincia. A partir de entonces, casi todas las misiones de la 01 se llevaron a cabo en Wardak a bordo de helicópteros Chinook estadounidenses. Los residentes que viven cerca de la base Eagle dijeron a The Intercept en 2019 que oían el ruido distintivo de los helicópteros de doble rotor varias veces a la semana, que partían a primera hora de la tarde y regresaban antes del amanecer. Por lo demás, rara vez se veía a los combatientes de la 01.

Pero los talibanes sabían quiénes ocupaban la base Eagle. El 25 de julio de 2019, un coche bomba con un suicida tuvo como objetivo a los oficiales de la CIA que viajaban en Toyota Land Cruisers sin distintivos y estaban llegando a la puerta, dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid en una entrevista ese año. Los residentes locales confirmaron que ese día se produjo un atentado contra Land Cruisers blancos en la puerta del complejo. El incidente atrajo poca atención de los medios de comunicación. Un portavoz de Resolute Support, la ya desaparecida misión militar de Estados Unidos en Afganistán, dijo a The Intercept que no tenía constancia de ninguna baja militar extranjera en Kabul ese día. La CIA declinó hacer comentarios.

 Decenas de vehículos civiles y militares calcinados en el interior de la base Eagle de la CIA el 6 de septiembre de 2021. Un depósito de municiones, una armería y varias otras estructuras también fueron destruidas por explosivos e incendios antes de la salida de Estados Unidos.

Los combatientes talibanes han ocupado las amplias instalaciones desde que parte de ellas fueron destruidas por el fuego y los explosivos en los últimos días de la retirada militar estadounidense de Afganistán a finales de agosto. A principios de septiembre, una semana después de que el último avión militar estadounidense partiera de Kabul, combatientes talibanes, vestidos con una versión más oscura de los trajes de faena con el mismo patrón de rayas de tigre que lleva la 01, escoltaron a los periodistas por las ruinas de la base Eagle, guiándolos por zonas que, según dijeron, habían sido limpiadas de minas terrestres y trampas explosivas que habían dejado allí los estadounidenses y sus socios afganos.

Los combatientes pertenecían a la Brigada “Badr” 313 de los talibanes, una unidad de comandos de élite que recibe su nombre de la batalla de Badr de hace 1.400 años, cuando se dice que el profeta Mahoma venció a las fuerzas enemigas con sólo 313 hombres. Los dirigía un miembro talibán de unos 40 años que hablaba inglés y llevaba ropa tradicional, gafas de sol y una mascarilla quirúrgica.

Casi dos semanas antes, en el anochecer del 26 de agosto, un ataque suicida en el aeropuerto y los disparos posteriores acabaron con la vida de alrededor de 170 personas, entre ellos 13 miembros del ejército estadounidense. Los habitantes de Kabul estaban en vilo. Cuando otra enorme explosión pudo escucharse en toda la ciudad antes de la medianoche, muchos temieron que se hubiera producido un segundo ataque mortal. Pero esa explosión era una detonación controlada de las varias que destruyeron depósitos de municiones, armerías y vehículos, así como varias instalaciones dentro de la base Eagle que la CIA no quería dejar a los talibanes una vez que la Agencia la abandonó finalmente. Brian Castner, asesor principal de Amnistía Internacional para casos de crisis en materia de armas y operaciones militares y antiguo oficial de desactivación de explosivos de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, dijo que las fotos de The Intercept del lugar sugerían “una retirada muy precipitada y desordenada”.

Toda una constelación de balas, morteros y granadas ensuciaban los cimientos carbonizados de los depósitos de municiones destruidos por el fuego. En el armazón quemado de lo que parecía ser una armería, cañones de Kalashnikovs, ametralladoras PKM y DShK alimentadas por cinta, lanzagranadas propulsados por cohetes y tubos de mortero yacían amontonados como palos de golf.

En el interior de un edificio de dormitorios, los característicos uniformes con rayas de tigre de las Unidades Zero colgaban de ganchos o estaban tirados por el suelo. En una taquilla de acero, entre los embalajes desechados de aparatos tácticos y las fotos de pasaporte de una joven familia, un parche militar en forma de pentágono rezaba “El Escudo & las Espadas de Afganistán, UNS (01)”.