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17/10/2021

GIDEON LEVY
Il n'y a pas de droite ou de gauche en Israël, juste des sionistes et des non-sionistes

Gideon Levy, Haaretz, 17/10 /2021
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

La semaine dernière, Angela Merkel a exprimé son admiration pour la viabilité de la nouvelle coalition israélienne. La chroniqueuse de Haaretz Carolina Landsmann se demande, sur ce site, si nous avons un gouvernement fourbe ou un gouvernement qui a découvert la plus grande tromperie de tous les temps. Le journaliste Ron Cahlili affirme que la droite idéologique et la gauche sioniste sont une seule et même chose. Tous ont abordé la grande histoire, celle du chat qui est sorti du sac : Il n'y a ni gauche ni droite en Israël. La seule division idéologique est entre les sionistes, qui comprennent presque tout le monde, et les non-sionistes, beaucoup moins nombreux.

La chancelière peut donc avoir l'esprit tranquille. Aucun miracle ne s'est produit lors de la formation du gouvernement actuel et l'Allemagne n'a aucune leçon à en tirer. Il n'y a pas eu d'"accident politique", comme le dit le Premier ministre. Il est facile de maintenir la coalition actuelle car il s'agit d'une coalition de consensus, sans grands écarts entre ses composantes. Le Likoud (moins Netanyahou) et les ultra-orthodoxes pourraient rejoindre une coalition mur à mur, représentant une société mur à mur.

Merav Michaeli, Naftali Bennett et Nitzan Horowitz [ministre de la Santé, parti Meretz, « sioniste de gauche »] lors d'une visite de l'aéroport international Ben-Gourion, en juin. Photo : Haim Zach / GPO

On se souviendra de ce gouvernement comme de celui qui a révélé la grande supercherie, même si c'est par inadvertance. Il a surgi sur les vagues de la haine ressentie envers Netanyahou, et il existe (et continuera à exister) sur la base de l'unité sous-jacente de ses partenaires. Si Merav Michaeli [ministre des Transports et de la Sécurité routière, travailliste, NdT] remplaçait Naftali Bennett demain matin, il n'y aurait pas de tremblement de terre. À part quelques changements de style, Israël resterait tel qu'il est.

ANTONIO MAZZEO
Gasto loco en armas: contra el Frente Polisario, Marruecos compra drones a Turquía

Antonio Mazzeo, Africa Express, 15/10/2021
Traducido por
Fausto Giudice, Tlaxcala

El Reino de Marruecos está almacenando drones asesinos para aumentar su capacidad de ataque contra las unidades saharauis y cualquier posible "enemigo" dentro y fuera de la frontera.

El 17 de septiembre, las fuerzas armadas marroquíes recibieron los primeros vehículos no tripulados (UAV) Bayraktar TB2 adquiridos en Turquía. Así lo ha revelado el sitio web especializado sudafricano Defenceweb. Las autoridades de Rabat firmaron en abril el contrato para el suministro de 13 aviones no tripulados, por un valor total de 70 millones de dólares", informa Defenceweb. “En julio, el personal militar marroquí comenzó a formarse en Turquía en el uso de los aviones no tripulados”.


El Bayraktar TB2, expuesto en el Teknofest, Estambul, Turquía, el 22 de septiembre de 2021. (Foto AA)

Las fuerzas armadas del Reino de Marruecos también recibirán cuatro estaciones de control en tierra y un sistema digital para recoger y procesar la información de los drones. Se creará un centro de mando y control de operaciones en una base aérea marroquí donde los técnicos turcos proporcionarán formación y apoyo técnico y logístico al personal militar marroquí encargado de operar los nuevos y sofisticados sistemas de armas.

Los Bayraktar TB2 fueron diseñados y construidos por la industria militar privada "Baykar" de Estambul, especializada en la producción de aviones no tripulados, sistemas de mando, control e inteligencia (C3I) e inteligencia artificial. Fundada en 1984, "Bayrak" es propiedad al cien por cien de la familia Bayraktar; el presidente del consejo de administración es Selçuk Bayraktar, yerno del presidente turco Recep Tayyp Erdogan, al haberse casado con su hija Sümeyye.

ANTONIO MAZZEO
Dépenses folles en armes : contre le Front Polisario, le Maroc achète des drones à la Turquie

Antonio Mazzeo, Africa Express, 15/10/2021
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Le Royaume du Maroc stocke des drones tueurs pour renforcer ses capacités de frappe contre les unités sahraouies et tout "ennemi" éventuel à l'intérieur et à l'extérieur de la frontière.

Le 17 septembre, les forces armées marocaines ont reçu les premiers véhicules sans pilote (UAV) Bayraktar TB2 achetés en Turquie. C'est ce qu'a révélé le site spécialisé sud-africain Defenceweb. Le contrat pour la fourniture de 13 drones, d'une valeur totale de 70 millions de dollars, a été signé par les autorités de Rabat en avril", rapporte Defenceweb, « En juillet, les militaires marocains ont commencé à s'entraîner en Turquie à l'utilisation des drones ».

 
Le Bayraktar TB2, exposé à la Teknofest d'Istanbul, le 22/9/2021. (Photo AA)


Les forces armées du Royaume du Maroc recevront également quatre stations de contrôle au sol et un système numérique pour collecter et traiter les informations provenant des drones. Un centre de commandement et de contrôle des opérations sera installé sur une base aérienne marocaine où des techniciens turcs assureront la formation et le soutien technique et logistique du personnel militaire marocain chargé de faire fonctionner les nouveaux systèmes d'armes sophistiqués.
Les Bayraktar TB2 ont été conçus et construits par l'industrie militaire privée "Baykar" d'Istanbul, spécialisée dans la production d'avions sans pilote, de systèmes de commandement, de contrôle et de renseignement (C3I) et d'intelligence artificielle. Fondé en 1984, "Bayrak" est entièrement détenu par la famille Bayraktar ; le président du conseil d'administration est Selçuk Bayraktar, gendre du président turc Recep Tayyp Erdogan, dont il a épousé la fille Sümeyye.

JOHN FEFFER
La transición al cambio climático en la era de los multimillonarios: ¿Un mundo de lucro o de economía climática solidaria?

John Feffer, TomDispatch.com, 5/10/2021

Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

John Feffer es un escritor, editor y activista usamericano. Colaborador habitual entre otros de TomDispatch,  es autor de la novela distópica Splinterlands y de Frostlands, el segundo volumen de la misma. Completa la trilogía, de reciente aparición, Songlands.  Ha escrito también The Pandemic Pivot. Es director de Foreign Policy in Focus en el Institute for Policy Studies, donde está desarrollando un nuevo proyecto para una Transición Global Justa. @johnfeffer

Se suponía que era la transición más importante de los tiempos modernos.
Prácticamente de la noche a la mañana, un sistema sucio, ineficaz e injusto que abarcaba once husos horarios iba a sufrir una transformación extrema. Para acelerar el proceso se dispuso de miles de millones de dólares. Un nuevo equipo de expertos en transición elaboró el proyecto y el público lo aceptó de forma abrumadora. Lo mejor de todo es que este gran salto adelante serviría de modelo para todos los países desesperados por salir de un statu quo fracasado.
 
Pero no fue así.

Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991 y Rusia emergió de sus escombros como el mayor Estado sucesor, los funcionarios de la recién elegida administración de Boris Yeltsin se asociaron con un grupo de expertos extranjeros para trazar el camino hacia un sistema postsoviético de democracia y libre mercado. Occidente ofreció miles de millones de dólares en préstamos, mientras los rusos generaban más fondos mediante la privatización de activos estatales. Con todos esos recursos, Rusia podría haberse convertido en una enorme Suecia del Este.

 En cambio, gran parte de esa riqueza desapareció en los bolsillos de oligarcas que se acabaron de forrar. Durante la década de 1990, Rusia sufrió una catástrofe económica, con una salida del país de entre 20.000 y 25.000 millones de dólares al año y una caída del producto interior bruto (PIB) de casi el 40% entre 1991 y 1998. La Unión Soviética fue una vez la segunda economía mundial. En la actualidad, gracias únicamente a la dependencia de las industrias de exportación de combustibles fósiles y armas de la era soviética, Rusia se encuentra justo fuera de los diez primeros puestos en producción económica total, situándose por debajo de Italia y la India, pero solo consigue el 78º puesto -es decir, por debajo de Rumanía- en PIB per cápita.

 Los fracasos de la transición rusa pueden atribuirse al colapso del imperio, a décadas de decadencia económica, al triunfalismo vengativo de Occidente, a la venalidad desenfrenada de los oportunistas locales, o a todo lo anterior unido. Sin embargo, sería un error desestimar este relato de advertencia como una mera peculiaridad histórica.

Si no tenemos cuidado, el pasado ruso podría convertirse en el futuro de la humanidad: una transición fallida, una oportunidad de oro desperdiciada.

Al fin y al cabo, el mundo se dispone ahora a gastar billones de dólares para una transición aún más masiva, esta vez de una economía igualmente sucia, ineficiente e injusta basada en los combustibles fósiles a... ¿qué? Si la comunidad internacional aprende de algún modo las lecciones de las transiciones anteriores, algún día todos viviremos en un mundo mucho más equitativo y neutro en carbono, alimentado por energías renovables.

Pero no apuesten por ello. El mundo está sustituyendo poco a poco la energía sucia por las renovables, pero sin abordar ninguno de los problemas de carácter industrial del sistema actual. Deberíamos recordar el modo en que los rusos sustituyeron la planificación estatal por el libre mercado, solo para acabar con los defectos del capitalismo, conservando muchos de los males del orden anterior. Y ese no es ni siquiera el peor escenario. La transición podría no producirse en absoluto o el proceso de descarbonización podría alargarse tan interminablemente durante décadas de forma que resultara totalmente ineficaz.

Los defensores de los Nuevos Acuerdos Verdes prometen resultados beneficiosos para todos: los paneles solares y las turbinas eólicas producirán energía abundante y barata, la crisis climática se reducirá, los trabajadores dejarán los trabajos sucios por otros más limpios y el Norte Global ayudará al Sur Global a dar el salto hacia un futuro gloriosamente verde. En realidad, sin embargo, las transiciones de tal escala y urgencia nunca han sido beneficiosas para todos. En el caso de la transición rusa desde el comunismo, casi todo el mundo salió perdiendo y el país sigue sufriendo las consecuencias. Otras transformaciones a gran escala del pasado -como las revoluciones agraria e industrial- fueron igualmente catastróficas a su manera.

A fin de cuentas, quizá una parte fundamental del problema no radique solo en el defectuoso statu quo, sino en el propio mecanismo de la transición.