المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

12/10/2021

KRISTEN ROUPENIAN
El impacto del Premio Nobel de Abdulrazak Gurnah

Kristen Roupenian, The New Yorker, 10/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Kristen Roupenian (Plymouth, Massachusetts, 1981) es una escritora usamericana que se hizo más famosa por “Cat Person”, un relato corto del New Yorker que se convirtió en viral. Se graduó en el Barnard College, se doctoró en Literatura en Harvard y tiene un máster de Escritura de la Universidad de Michigan. Se incorporó al Cuerpo de Paz y enseñó salud pública y educación sobre el VIH en Kenia. Antes de “Cat Person”, sólo había publicado en pequeñas revistas literarias. En 2019, publicó You Know You Want This (Lo estás deseando, editorial Anagrama).

Las bellas y sensoriales novelas de Gurnah están animadas por corrientes de influencia literaria independientes del mundo anglosajón.

Gurnah, que aparece aquí en su casa de Canterbury (Inglaterra), es autor de novelas como “Gravel Heart”, “By the Sea” y “Paradise”.
(Foto: Facundo Arrizabalaga/EPA-EFE/Shutterstock)

 Conocí la obra del premio Nobel Abdulrazak Gurnah cuando estudiaba para los exámenes de campo de literatura poscolonial en 2009, y lo que más recuerdo es la forma en que su escritura cortocircuitó mi mordaz respuesta analítica, que había alcanzado proporciones monstruosas. En ese momento de mi carrera de posgrado no podía pasar una página de ficción sin garabatear un lío de signos de interrogación y exclamación y comentarios inanes en los márgenes. Pero me sumergí en “Paradise”, la novela histórica de Gurnah sobre el África oriental colonial, publicada en 1994, como una persona que todavía sabía leer por placer. Mis recuerdos más claros del libro tienen que ver con su riqueza sensorial, sus destellos de erotismo y la interioridad soñadora de la protagonista, aunque la evocación de la novela de una red de comunidades multilingües, que se ven amenazadas por una monocultura colonial invasora, aseguró que tuviera mucho que anotar una vez que volviera a coger la pluma.

Unos años más tarde enseñé la sexta novela de Gurnah, “By the Sea”, en una clase de literatura poscolonial. Ese libro, que describe la tensa relación entre dos hombres de Zanzíbar que se reúnen en Inglaterra años después de su primer encuentro, encajaba perfectamente con los temas del curso sobre historia, identidad y memoria, pero en mis propios recuerdos (ciertamente imperfectos), no se había enseñó tan bien como esperaba, por razones que le honran. “By the Sea” es larga, envolvente y se centra en los personajes; es una novela que pide ser experimentada más que discutida.

AMENA ELASHKAR
El Líbano en las tinieblas

Amena ElAshkar, The Electronic Intifada, 4/10/2021
Fotos de Ahmad Abu Salem

Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Amena ElAshkar es una refugiada palestina y periodista en el Líbano, trabajando en Alaraby TV Network y escribiendo para varios sitios internacionales. Tiene un máster en Estudios Israelíes por la SOAS (Universidad de Londres) y una licenciatura en Interpretación y Traducción de Lenguas por la Universidad Internacional del Líbano.

 

 Burj al-Barajneh, un campo de refugiados palestinos en Beirut, se ha visto afectado por los cortes de electricidad durante todo el verano

Umayma al-Ali mantuvo la puerta de su casa abierta de par en par durante los meses de verano. Dejar que la brisa del mar entrara en su casa significaba que al menos el salón estaría fresco. Era la única zona a la que alcanzaba la luz solar.

Como tantos otros en el campo de refugiados de Burj al-Barajneh, al-Ali y su familia sufrieron unos meses de verano extremadamente duros.

Los precios de los alimentos eran altos y ella solo podía permitirse comprar carne -un alimento básico en su dieta- de vez en cuando.

Intentó congelar la carne. Sin embargo, debido a la escasez de electricidad, su congelador no podía contar con un suministro de energía constante.

“La carne se me descongeló varias veces, pero nos la comíamos de todos modos”, dijo. “Sé que no es saludable. Pero con el precio que pagué por ella, me resultaría muy difícil tirarla”.

“Convertirme en vegetariana no cambiaría mucho las cosas”, añadió, riendo como para demostrar que su sentido del humor sigue intacto a pesar de todas las dificultades. “En estos días de calor, las verduras se pudrirían enseguida”, dijo.