المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

12/10/2023

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Tardocolonialismo sionista

Luis E. Sabini Fernández, 12-10-2023

2023: tras el 7 de octubre, la ideología sionista vive uno de sus momentos de gloria.


Diluvio de Al Aqsa, por Ahmad Qaddura, Suecia

Lo que han hecho Hamas y Yihad Islámica desde el 7 de octubre de 2023 (a 50 años exactos del desencadenamiento de la guerra de Yom Kippur, de Egipto contra Israel), en las inmediaciones de la Franja de Gaza, en kibutzim cercanos y ciudades aledañas como Bersheva o Ashkelon, ha sido violento, con asesinatos cometidos con crueldad; arrasando un festival, baleando gente, secuestrando población civil (y militares, que en una sociedad tan militarizada como la israelí es a veces difícil distinguir). Una suerte de “invasión” con muy escasos medios materiales; equipados los “asaltantes” con motocicletas, con alas delta, todos componentes más propios de una guerrilla que de un verdadero ejército; mucha resolución, “poniendo el cuerpo”.

La “respuesta” que lleva a cabo el estado sionista habrá de ser, ya va siendo, mucho más conmocionante, decuplicando, centuplicando las víctimas entre los palestinos alcanzados por la “furia” israelí (mediante una mezcla de superioridad militar y material, forjada por el sionismo en las últimas décadas con una impronta supremacista que forjó el sionismo desde mucho antes de las persecuciones nazis de los ’40).[1]

La primera incursión aérea israelí de respuesta a la “invasión” del 7 de octubre, al estilo de las que se llevaran a cabo bajo la modalidad de castigos mortales y colectivos, en varias oportunidades (2006, 2008, 2012, 2014, sin que a la llamada “comunidad  internacional” jamás se le haya movido un pelo), despliega una oleada de torturas simultáneas sobre cientos de hombres, mujeres, niños, con cráneos destrozados, muslos seccionados, hemorragias mortales, brazos arrancados, rostros desfigurados; todo incluido en ataques inmisericordes con bombas sobre edificios –no sobre cuarteles– de viviendas de civiles con dormitorios, comedores, baños, habitados por bebitos, ancianos, niños, sus padres, jóvenes que juegan a la pelota, que escuchan música.

Genocidio en etapas, con silencio esperable de la ONU, pero también de muchísimas redes independientes, autónomas (nadie quiere quedar como antisemita).

La versión del holocausto cuidadosamente construida por  el IHRA,[2] que les garantizaría a judíos situarse al margen de toda sospecha, por su condición básica de víctimas, es sencillamente una coartada. Más allá de lo efectivamente sufrido por judíos bajo el nazismo. Porque, como bien ha definido el historiador, judío, con víctimas del nazismo en su familia, Norman Finkelstein: “<El Holocausto> es una representación ideológica del holocausto nazi. Al igual que la mayoría de las representaciones similares, ésta tiene una conexión, si bien tenue, con la realidad."[3]

En resumen, Israel y quienes detentan su poder hacen su jugarreta: presentarse como víctimas cuando son los que “producen” la mayor cantidad de víctimas. Es Israel el gran generador de locura, miseria y muerte entre palestinos. Porque el colonialismo, el racismo, siempre han generado lo anterior y también resistencia. A veces resulta difícil de aceptar esta última por su carga de odio. Porque el negado, excluido, expropiado no acierta siempre en la respuesta. Bueno fuera. [4]

 
Diluvio de Al Aqsa, por Morad Kotkot, Jordania

Abya Yala en el Mediterráneo oriental

Procuremos ensanchar el ángulo de mira: el sionismo hace con los palestinos lo que los conquistadores europeos hicieron en Abya Yala, conocida por cómo fue rebautizada por los recién llegados: América.

He aquí una semblanza de Miko Peled, un judío israelí, pero a diferencia de la inmensa mayoría de sus conciudadanos, con conciencia crítica (o si usted  prefiere, autoconciencia):

El racismo y la violencia contra las personas de color en EE.UU. no es nada nuevo. De hecho EE.UU., con sus afirmaciones de [ser] «la tierra de los libres» siempre ha sido un estado racista, genocida y violento. Fue fundado sobre el genocidio de los nativos y sobre las espaldas de los esclavos africanos. EE.UU. cometió los crímenes de guerra más atroces en la historia de la humanidad, incluido el genocidio, el uso de armas nucleares, la destrucción de las democracias y el apoyo a dictadores asesinos en todo el mundo. Y la lista continúa desde los primeros días de la Unión hasta hoy.” [5]

Lo que resulta significativo es cómo los sionistas judíos se identifican con EE.UU. y cómo procuran seguir la senda –colonialista– de los siglos XVII, XVIII, XIX, de EE.UU., en pleno siglo XX (y en el XXI…) en Palestina. Un poco a destiempo, como ignorando “el nuevo tiempo” devenido a partir de 1945, justamente desde EE.UU.

Es un modelo peculiar, empero. Porque a la vez que “se inspiran” en el tratamiento de razas “inferiores” o “inmaduras”  en EE.UU. para llevar a cabo su política de implantación en Palestina, Israel ha procurado ejercer la mayor infiltración imaginable de la sociedad estadounidense, con lo cual el ligamento entre EE.UU. e Israel es doble: el país norteamericano está visualizado como figura “paterna” o modélica, y a la vez como entidad que recibiría los “beneficios” de todos los aportes judíos. Cito otra vez a Peled: “Hay innumerables áreas en la vida de los EE.UU. en las que Israel y diversas organizaciones sionistas influyen e interfieren. La Federación Judía, la Liga Antidifamación y AIPAC son las más comúnmente reconocidas, pero son solo tres de las innumerables organizaciones que operan en los cincuenta estados y persiguen sin descanso los intereses israelíes en todas las facetas de la vida estadounidense. Estas organizaciones interfieren en las elecciones estadounidenses al invertir dinero en las campañas de los candidatos proisraelíes.” (ibíd.) Hablamos de un aporte financiero sustantivo y decisivo en las tomas de decisión.

Tras las voladuras de tres torres neoyorquinas –las gemelas y una más, todo por el precio de dos aviones y miles de víctimas mortales– y el peculiar boquete en el Pentágono del 11 de setiembre de 2000 (con su treintena de muertos), y pese a la inmediata redada de cientos de israelíes bajo sospecha por parte de los organismos de seguridad de EE.UU. (fueron más los detenidos judíos que los árabes en las horas posteriores a las voladuras), Israel logra que “desde el 11 de setiembre muchas fuerzas policiales estadounidenses [sean] entrenadas por expertos en seguridad israelíes.” (ibíd.)

Analizando la penetración judeoisraelí en EE.UU., James Petras señalaba que entre los muchos “proyectos sionistas con considerable financiamiento, hechos para capturar a jóvenes judíos y convertirlos en instrumentos de la política exterior israelí [está] “Taglit-Birthright” que ha gastado más de 250 millones de dólares durante la última década enviando a más de un cuarto de millón de judíos a Israel durante 10 días de intenso lavado de cerebro.[…] Se somete a los estudiantes a una fuerte dosis de militarismo al estilo israelí […] como parte de su adoctrinamiento; en ningún momento visitan Cisjordania, Gaza o Jerusalén Este (Boston Globe, 26 ago 2010). Se les insta a convertirse en ciudadanos de doble nacionalidad e incluso se les alienta a servir en las fuerzas armadas israelíes.[6]

Raza y sexo

Si nos damos cuenta del parentesco entre la “conquista de América” y el proyecto colonialista anglosionista en Palestina, algo que postulan y promueven conocidos dirigentes israelíes, podremos percibir más claramente el destino atribuido a conquistadores y a colonizados.

“El único indio que vale es el indio muerto”. Esa atroz expresión de los coleccionistas de cabelleras de indios asesinados traducía en pleno siglo XIX un giro crematístico muy modernoso, porque las autoridades (públicas o privadas) pagaban por cabellera. Una forma práctica de asegurarse “el despeje territorial”: la tarea que llevaron a cabo los Rosas y Roca en las pampas argentinas; los Rivera en el territorio del Uruguay. Ese “comercio” cumple con una de las leyes sagradas del privilegio: la inversión de la verdad. Porque los “relatos de aventura” para niños han enseñado siempre que los indios eran cazadores de cabelleras (y no por la paga, sino por su crueldad innata).

Análogamente a “la limpieza étnica” que hemos conocido por siglos en las Américas, tenemos, por ejemplo, el testimonio de soldados israelíes, que han declarado –no sabemos si por honestidad intelectual o por chutzpah– que no tienen dificultad alguna, procesal, judicial, si matan a un palestino. Si suman una cabellera a su foja de servicio.

Españoles e ingleses tuvieron distintos comportamientos con los oriundos. Los ingleses rechazaron esa mezcla de sangre (que viene tras la mezcla de jugos sexuales). Los españoles también, tratándose de indios varones con hembras hispanas, pero en absoluto rechazaron el contacto de españoles con “indias”. Al contrario, recién llegados los conmocionó la presencia de mujeres bañadas y limpias.[7] Así comienza el llamado “mestizaje” en América, mal llamada Latina. La desaparición, simbólica o material, de los nativoamericanos es lo que permite que la historia oficial sostenga con impunidad el manejo genealógico afirmando que “descendemos de los barcos”.

Los sionistas en Palestina optaron por “el modelo” inglés; por eso las parejas mestizas son más bien excepcionales. Una política sexual que preserva el linaje. La aceptación de parejas cruzadas tiende a desgastar un racismo étnico. Su rechazo, en cambio, ahonda la posibilidad racista.

Entonces, para entender los últimos acontecimientos del “conflicto palestino-israelí”; Hamas descargando una andanada de cohetes Kassam más o menos mejorados; secuestrando civiles y militares israelíes; población enardecida victimando a israelíes tomados como rehenes, hay que visualizar esas barbaridades junto con las descargadas impunemente por colonos o  militares israelíes sobre campesinos sin armas, sobre jóvenes  o niños que tiran piedras, sobre jovencitas que blandiendo una tijera quieren herir a algún ocupante y es matada sin más. Año tras año, mes tras mes, día tras día.

Recordemos que cuando en 2019 se inician Marchas por la Tierra, sin armas, sin piedras, solo reclamando eso; tierra (crecientemente cercenada y apropiada por sionistas), el aparato de seguridad israelí “contesta” con francotiradores que desde distancia y cómodamente alojan balas en las ingles de manifestantes pacíficos.

Dado que los alcanzados empezaron a morir con inesperada frecuencia, desangrados, el mando israelí cambió la orden a los cómodos (y bien entrenados) francotiradores: no a las ingles sino a los tobillos. Dejaban rengos de por vida, pero no producían el trastorno psíquico y el repudio consiguiente de tantos asesinatos por manifestación.

Ése es el valor de la vida palestina en Israel, como lo recordamos por testimonios sinceros de soldados. Así hay que entender que muchos palestinos, también terminen despreciando la vida de los israelíes.

Aquella hospitalidad histórica, proverbial, de los palestinos (en  el siglo XIX), conviviendo con el Antiguo Yishuv –con los judíos inmemoriales de Palestina, con quienes no se les conoce conflicto– no fue destruida por los palestinos –musulmanes, cristianos o agnósticos– sino por los sionistas. Con el Nuevo o moderno Yishuv. El 7 de octubre fue otro intento, otro “asalto al cielo”. 

Notas

[1]   De todos modos, con datos provisorios, las víctimas israelíes reportadas hasta hoy –se señalan centenares–  no tienen comparación con bajas israelíes en conflictos anteriores, como las intifadas 1987 y 2000 o las invasiones a la Franja de Gaza, donde las muertes palestinas resultaron centenares o miles y las israelíes ni decenas.

[2]  International Holocaust Remembrance Alliance. Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto.

[3]  The Holocaust Industry, Verso Books, N. Y., 2010.

[4]  Un deslinde se impone: Hamas constituye una red religiosa, una suerte de “soldados de Allah”. Tengo enorme desconfianza por todos los saberes divinos. Hamas se aferra a una actividad intolerante que explica el comportamiento afiebrado de sus adherentes. De todos modos, no hay que olvidar que incluso sus atrocidades responden a abusos del muy democrático Israel, con su política genocida, por más gradual que se la presente.

[5]  “«Intercambio mortal», la vigilancia racista de Estados Unidos tiene raíces en Israel”, www.rebelion.org, 5 jun. 2020.

[6]   “Las bases locales y estatales del poder sionista en EE.UU.”, 2010, https://rebelion.org/las-bases-locales-y-estatales-del-poder-sionista-en-ee-uu/ .

[7]  Y la ausencia de mujeres hispanas. Porque la inmigración anglo fue de parejas o familias y la española de segundones “fijosdalgos”, desheredados por el derecho de primogenitura, que venían hambrientos de poder y de sexo porque inicialmente solo cruzaron el Atlántico varones.

MARK LEVINE
La conception de la violence de Fanon ne s’applique pas en Palestine

Mark LeVine, Aljazeera, 10/10/2023
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Le colonialisme israélien est bien plus que de la “violence à l’état de nature” et il faudra donc bien plus qu’une “plus grande violence” pour le vaincre.

Mark LeVine est professeur d’histoire et directeur du programme d’études mondiales sur le Moyen-Orient à l’université de Californie à Irvine. Son dernier ouvrage s’intitule We’ll Play till We Die : Journeys Across a Decade of Revolutionary Music in the Muslim World (University of California Press). Il est aussi guitariste de rock.

Au lendemain de l’attaque sans précédent du Hamas contre Israël depuis Gaza, mon fil d’actualité Facebook a été envahi par des amis partageant des variantes d’une célèbre citation du philosophe et psychiatre anticolonialiste d’origine martiniquaise Frantz Fanon, selon laquelle la violence du colonialisme ne peut qu’être, et sera naturellement, contrée par la violence du colonisé. La citation est tirée de l’ouvrage Les Damnés de la terre et ne peut être comprise que dans le contexte de l’argumentation plus complète de Fanon : "Le colonialisme n’est pas une machine à penser, n’est pas un corps doué de raison. Il est la violence à l’état de nature, et ne peut s’incliner que devant une plus grande violence. » [p. 61]

Emad Hajjaj

Personne ne peut nier le caractère brillant de Fanon ni sa compréhension pionnière et profonde des effets psychologiques de la violence coloniale sur le colonisé et le colonisateur (en tant que psychiatre, il a traité des officiers coloniaux français et des Algériens et a constaté qu’ils souffraient de troubles psychiatriques similaires). Mais la seconde partie de l’argumentation de Fanon, la plus célèbre, n’est pas compréhensible sans la première partie, et la première partie - en particulier dans le contexte israélien - est de fait profondément erronée.

Le colonialisme, en particulier le colonialisme de peuplement - et encore plus particulièrement le colonialisme de peuplement sioniste - est en grande partie une “machine à penser” dotée d’une logique et d’une rationalité très puissantes et anciennes qui sont la clé de son succès. C’est pourquoi il est essentiel, pour ceux qui analysent et combattent la violence coloniale, de se demander à quoi ressemblerait une “plus grande violence” et comment elle peut être mesurée, sans parler de sa réalisation.

Je n’ai encore vu aucun scénario plausible dans lequel les Palestiniens acquièrent les moyens de déployer une “violence bien plus grande” à l’égard d’Israël/de l’entité sioniste pendant un certain temps, quel que soit le rapport de force géostratégique concevable. Même si l’Iran (la seule puissance qui soutient la Palestine de manière significative), par exemple, voulait livrer des armes plus lourdes aux Palestiniens, le contrôle d’Israël sur les points d’accès, ainsi que celui de l’Égypte et de la Jordanie, l’en empêcherait. La Palestine n’est pas l’Ukraine, soutenue par de grandes puissances et capable d’utiliser des corridors terrestres, maritimes et aériens pour obtenir un flux ininterrompu de livraisons d’armes afin de lutter contre un adversaire beaucoup plus grand et mieux armé. C’est même tout le contraire.

Plus largement, la Palestine d’aujourd’hui n’est pas l’Algérie de 1956, qui était la référence la plus importante de Fanon. Israël n’est pas non plus la France, avec une métropole où les colons peuvent revenir (à moins que nous ne considérions Tel Aviv comme la métropole). Il n’y aura pas de guerre d’indépendance de longue haleine aboutissant à ce que la grande majorité des Juifs quittent à la française une Palestine reconquise. Mais il existe plusieurs scénarios qui pourraient conduire à un retour de la Nakba, comme le réclament aujourd’hui de nombreux politiciens israéliens.

De plus, lorsque Fanon parle de l’effet “cathartique” et “purificateur” de la violence par/pour le colonisé dans Peau Noire, Masques Blancs, un autre argument souvent cité, il est important de rappeler qu’il fait d’abord référence au colonisé qui « adopte subjectivement une attitude de Blanc » et non à l’utilisation de la violence pour se purifier de la maladie psychologique du colonialisme en préparation de la longue lutte pour l’indépendance. Lorsque le moment de la violence révolutionnaire survient, explique-t-il dans Les Damnés de la terre, c’est encore au début de la lutte, lorsque le sujet colonisé, dégradé depuis longtemps, « découvre que sa vie, sa respiration, les battements de son cœur sont les mêmes que ceux du colon. Il découvre qu’une peau de colon ne vaut pas plus qu’une peau d’indigène. C’est dire  que cette découverte introduit une secousse essentielle dans le monde ». À ce moment-là, « toute l’assurance nouvelle et révolutionnaire du colonisé en découle. Si, en effet, ma vie a le même poids que celle du colon, son regard ne me foudroie plus, ne m’immobilise plus, sa voix ne me pétrifie plus. Je ne me trouble plus en sa présence. Pratiquement, je l’emmerde. Non seulement sa présence ne me gêne plus, mais déjà je suis en train de lui préparer de telles embuscades qu’il n’aura bientôt d’autre issue que la fuite ».

Dans le cas de la Palestine, ce type de violence s’est produit en 1921, 1929 et surtout en 1936, et non en 1987 ou 2000. Elle s’est appuyée sur l’autoreconnaissance des Palestiniens en tant que nation indépendante qui a vu le jour au début du 20e siècle, en même temps que le sionisme.

Je crains qu’en se concentrant sur la composante psychologique et le pouvoir de la violence, ainsi que sur le sentiment de liberté et de respect de soi produit par une violence telle que celle de la dernière attaque de masse, les gens placent les Palestiniens à un stade de développement national bien plus précoce qu’ils ne le sont aujourd’hui, ce qui conduit à des stratégies de résistance qui ne correspondent pas à l’état actuel du développement national ou au moment stratégique et politique. Cela permet également aux dirigeants israéliens, tels que le ministre de la défense Yoav Gallant, de déclarer, comme on pouvait s’y attendre, que « nous combattons des animaux humains et nous agissons en conséquence », alors qu’Israël entame ce qu’il faut bien appeler un siège mortel de la bande de Gaza, tandis qu’une grande partie du monde hoche la tête en semblant le comprendre.

En effet, pendant plus de 50 ans d’occupation et 30 ans d’ “autonomie” palestinienne post-Oslo, plutôt que “ le colonisé [qui]se guérit de la névrose coloniale en chassant le colon par les armes”, ce qui s’est produit (comme je l’ai appris lors d’entretiens avec des thérapeutes dans les rares centres de santé mentale de Gaza depuis la fin des années 1990 jusqu’aux années 2000), c’est la transmission des traumatismes, les anciens prisonniers du Fatah torturés par Israël torturant à leur tour les membres du Hamas en utilisant les mêmes techniques que celles utilisées par les Israéliens sur eux - souvent en criant sur leurs victimes en hébreu tout en les torturant dans les mêmes pièces où ils ont été torturés. Le Hamas a poursuivi ce cycle pendant les deux décennies où il a exercé un contrôle effectif sur Gaza. Et aujourd’hui, nous le voyons avec des foules qui acclament les Israéliens kidnappés, battus et assassinés.

Quelle que soit la catharsis que cela constitue, ce n’est pas celle qui mènera à la victoire sur une société israélienne qui utilise la violence contre les Palestiniens comme sa propre catharsis traumatique depuis 75 ans, dans un monde qui a une très grande tolérance pour les victimes civiles palestiniennes, la plupart des Occidentaux continuant à soutenir Israël chaque fois qu’il y a un grand nombre de victimes juives israéliennes.

Enfin, il convient de noter que Fanon a considéré la présence de la France en Algérie sous l’angle du colonialisme/impérialisme européen de manière plus générale, en expliquant : « Très concrètement l’Europe s’est enflée de façon démesurée de l’or et des matières premières des pays coloniaux : Amérique latine, Chine, Afrique. De tous ces continents, en face desquels l’Europe aujourd’hui dresse sa tour opulente, partent depuis des siècles en direction de cette même Europe les diamants et le pétrole, la soie et le coton, les bois et les produits exotiques. L’Europe est littéralement la création du tiers monde. Les richesses qui l’étouffent sont celles qui ont été volées aux peuples sous-développés ». [Les Damnés de la Terre, p. 99]

Quoi que l’on puisse dire du colonialisme sioniste/israélien et de l’immense vol des ressources palestiniennes qu’il a impliqué, son objectif premier a été le vol et la colonisation de terres afin d’établir sa propre souveraineté sur ce territoire pour que ses citoyens puissent y vivre. Il est beaucoup plus proche du colonialisme nord-américain et australien - où les maladies, le nettoyage ethnique à grande échelle et finalement le génocide ont décimé la population indigène - que du colonialisme français en Algérie ou même en Afrique du Sud, où les Africains indigènes constituaient la grande majorité de la population totale. En effet, à l’instar de ces autres colonies européennes, les Juifs sionistes se sont dès le départ imaginés comme la population indigène et, dès le début des années 1970, ils ont tenté de s’identifier directement aux sujets coloniaux de Fanon ayant besoin d’une violence cathartique pour créer leur (re)nouvelle(s) nation(s).

Tragiquement, Fanon est mort en 1961, un an avant l’indépendance de l’Algérie. Il n’a pas vécu assez longtemps pour voir les réalités de la politique postcoloniale en Algérie, ou dans toute l’Afrique d’ailleurs, où, comme le romancier kenyan et penseur décolonial Ngugi wa Thiong’o l’a si bien montré, les dirigeants des États nouvellement indépendants ont presque immédiatement commencé à traiter leurs peuples de la même manière que leurs anciens colonisateurs (un phénomène également vécu par l’[In]Autorité palestinienne et le Hamas depuis Oslo).

Il y a quarante ans, lorsqu’il décrivait cette dynamique de gouvernance postcoloniale dans ses mémoires de prison révolutionnaires, Wrestling with the Devil : A Prison Memoir, Thiong’o a utilisé le terme “néocolonial”, non pas pour indiquer la poursuite du contrôle européen par d’autres moyens, mais plutôt pour décrire la manière dont les dirigeants anticoloniaux ont adopté (et adapté) les mêmes techniques brutales et autoritaires que leurs colonisateurs pour asseoir et maintenir leur pouvoir ; une critique de la “colonialité du pouvoir” qui est aujourd’hui au cœur de la pensée décoloniale, de plus en plus populaire.

Cette colonialité du pouvoir ne permettra jamais aux Palestiniens d’accéder à une indépendance réelle, ni par l’intermédiaire de l’[I]AP néocoloniale, ni avec le Hamas à la tête du pays. Si les Palestiniens veulent vaincre le colonialisme sioniste, il faudra probablement une analyse de sa violence et de son pouvoir bien différente de celle proposée par Fanon il y a trois quarts de siècle, et il faudra probablement un changement de paradigme dans les concepts fondamentaux de ce que sont une nation, la liberté et l’indépendance à un moment où le monde entier, et pas seulement la Palestine/Israël, se dirige vers la conflagration.

Union Sacrée : le gouvernement israélien d’urgence comprendra un cabinet de guerre spécial pour la “guerre au Hamas”

Michael Hauser Tov, Haaretz, 11/10/2023
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Le Premier ministre Netanyahou, le ministre de la Défense Yoav Gallant et Benny Gantz - qui a précédemment occupé les fonctions de chef d’état-major des FDI et de ministre de la Défense - formeront un gouvernement d’urgence et dirigeront un cabinet de guerre. Le ministre des Affaires stratégiques Ron Dermer et le député Gadi Eisenkot siègeront en tant qu’observateurs.

Netanyahou, Gantz et Gallant annoncent la formation d’un gouvernement d’urgence, mercredi soir. Photo : Service de presse du gouvernement israélien

Le Premier ministre Benjamin Netanyahou et le président du Parti de l’unité nationale, Benny Gantz, se sont mis d’accord mercredi pour former un gouvernement d’urgence pendant la guerre en cours contre le Hamas.

Le gouvernement établira un cabinet de guerre spécial et n’adoptera aucune législation non liée à la guerre, selon l’accord. Les membres du cabinet de guerre spécialisé seront Netanyahou,  Gantz et le ministre de la Défense Yoav Gallant.

« Nous mettons de côté toutes les autres considérations, car le sort de notre pays est en jeu », a déclaré  Netanyahou lors d’une annonce commune publiée mercredi soir.

Gallant a dénoncé la “barbarie” du Hamas, qu’il a qualifiée de “sans précédent depuis l’Holocauste”, tandis que Gantz a souligné l’unité du peuple israélien, qui « se serre les coudes pour envoyer un message clair à nos adversaires ».

Gantz a déjà été ministre de la Défense et chef d’état-major de Tsahal. Le ministre des Affaires stratégiques Ron Dermer (Likoud), proche allié de Netanyahou, et l’ancien chef des forces de défense israéliennes Gadi Eisenkot, membre du parti de Gantz, seront des observateurs. Dermer n’a pas servi dans l’armée.

Le cabinet de guerre fonctionnera sous les auspices du comité ministériel pour la sécurité nationale. Selon les termes de l’accord, quatre membres du parti de Gantz rejoindront le comité ministériel en tant que membres à part entière et un en tant qu’observateur. Le comité est notamment chargé de présenter des recommandations et des directives concernant la situation des otages israéliens.

Lors de sa première réunion, le cabinet de guerre élaborera un plan stratégique qui sera soumis à l’approbation du comité ministériel. Il devra se réunir au moins toutes les 48 heures pour faire le point et prendre des décisions.

Selon les termes de l’accord signé par Netanyahou et Gantz, le nouveau gouvernement n’adoptera aucune loi ou résolution qui ne soit pas liée à la situation d’urgence actuelle sans le consentement des deux parties. Cela signifie que la réforme judiciaire très controversée du gouvernement est morte, du moins pour l’instant.

L’accord stipule que tous les hauts responsables resteront en fonction jusqu’à la fin de la guerre. Toute nouvelle nomination rendue nécessaire par la situation d’urgence sera faite avec le consensus de Netanyahou et de Gantz.

Selon l’accord, si le principal parti d’opposition, Yesh Atid, rejoint le gouvernement d’urgence, le leader du parti, Yair Lapid, fera également partie du cabinet de guerre.

Gantz, Eisenkot et leurs collègues de parti, Gideon Sa’ar, Chili Tropper et Yifat Shasha-Biton, seront les cinq législateurs qui rejoindront la coalition et le cabinet de sécurité en tant que ministres sans portefeuille. Shasha-Biton et Eisenkot serviront d’observateurs. Le ministre des Affaires stratégiques, Ron Dermer, siégera également en tant qu’observateur au sein du cabinet de guerre.

Plusieurs sources du Likoud ont déclaré précédemment que Sara Netanyahou, l’épouse du Premier ministre, avait tenté de retarder la mise en place du gouvernement d’urgence. « Il y a une personne dans l’État d’Israël qui n’est pas intéressée par l’unité - Sara Netanyahou », a déclaré l’une des sources. En réponse, le porte-parole du Likoud a publié une déclaration au nom de Sara Netanyahou : « L’unité est à l’ordre du jour ».

Netanyahou et Gantz se sont rencontrés mercredi matin dans le cadre des négociations sur la mise en place d’un gouvernement d’urgence. Les deux hommes devaient se rencontrer mardi soir, mais la rencontre a été reportée en raison des réunions en cours avec le cabinet de sécurité.

Gantz et Netanyahou se sont rencontrés juste après une réunion entre les chefs de la coalition, et plus de trois jours après l’offre initiale de Gantz sur la formation d’un gouvernement d’urgence.

Des sources du Likoud ont admis mardi que Netanyahou avait refusé de faire avancer les pourparlers avec Gantz avant de se coordonner avec les chefs de la coalition. Lors de la réunion qui s’est tenue hier au quartier général de Tsahal, un accord presque total a été exprimé au sein de la coalition pour la mise en place d’un cabinet de guerre - la seule opposition exprimée l’a été par le ministre de la Sécurité nationale Itamar Ben-Gvir.