Adolfo Pérez Esquivel, Página12, 13-10-2025

Te envío el saludo de Paz y Bien que tanto necesita la humanidad y los pueblos que viven en la pobreza, conflictos, guerras y hambre. Esta carta abierta es para expresarte y compartir algunas reflexiones.
Me sorprendió tu designación como Premio Nobel de la Paz que te otorgó el Comité Nobel. Me vinieron a la memoria las luchas contra las dictaduras en el continente y en mi país, dictaduras militares que soportamos desde 1976 hasta 1983. Resistimos las cárceles, torturas y el exilio con miles de desaparecidos, niños secuestrados y desaparecidos y los vuelos de la muerte de los cuales soy un sobreviviente.
En 1980, el Comité Nobel me otorgó el Premio Nobel de la Paz; han pasado 45 años y continuamos trabajando al servicio de los más pobres y junto a los pueblos latinoamericanos. En nombre de todos ellos asumí esa alta distinción, no por el Premio en sí, fue por el compromiso junto a los pueblos que compartrn las luchas y esperanzas para construir un nuevo amanecer. La Paz se construye día a día y debemos ser coherentes entre el decir y el hacer.
A mis 94 años, continúo siendo un aprendiz de la vida y me preocupa tu postura y tus decisiones sociales y políticas. Por lo tanto te envío estas reflexiones.
El gobierno venezolano es una democracia con sus luces y sombras. Hugo Chávez marcó el camino de libertad y soberanía del pueblo y luchó por la unidad continental, fue un despertar de la Patria Grande. Estados Unidos lo atacó permanentemente: no puede permitir que ningún país del continente salga de su órbita y la dependencia colonial; continúa sosteniendo que América Latina es su “patrio trasero”. El boqueo a Cuba por los Estados Unidos durante más de 60 años es un ataque a la libertad y derecho de los pueblos. La resistencia del pueblo cubano es un ejemplo de dignidad y fortaleza.
Me sorprende cómo te aferras a los Estados Unidos: debes saber que no tiene aliados, ni amigos, sólo tiene intereses. Las dictaduras impuestas en América Latina fueron instrumentadas por sus intereses de dominación y destruyeron la vida y la organización social, cultural y política de los pueblos que luchan por su libertad y autodeterminación. Los pueblos resistimos y luchamos por el derecho a ser libres y soberanos y no colonia de los Estados Unidos.
El gobierno de Nicolás Maduro vive bajo amenaza de los Estados Unidos y del bloqueo, basta tener presente las fuerzas navales en el Caribe y el peligro de invasión a tu país. No has dicho una palabra o apoyas la injerencia de la gran potencia contra Venezuela. El pueblo venezolano está listo para enfrentar la amenaza.
Corina, te pregunto. ¿Por qué llamaste a los Estados Unidos para que invada Venezuela? Al recibir el anuncio que te otorgaron el Premio Nobel de la Paz se lo dedicaste a Trump. El agresor a tu país que miente y acusa a Venezuela de ser narcotraficante, mentira semejante a la de George Bush, que acusó a Saddam Hussein de tener “armas de destrucción masiva”. Pretexto para invadir Irak, saquearla y provocar miles de víctimas, mujeres y niños. Estuve al final de la guerra en Bagdad en el hospital pediátrico y pude ver la destrucción y muertes por aquellos que se proclaman los defensores de la libertad. La peor de las violencias es la mentira.
No olvides Corina que Panamá fue invadida por los Estados Unidos, que provocó muertes y destrucción para capturar un exaliado, el general Noriega. La invasión dejó 1200 muertes en Los Chorrillos. Hoy, Estados Unidos pretende apoderarse nuevamente del Canal de Panamá. Es una larga lista de intervenciones y dolor en América Latina y el mundo por Estados Unidos. Aún continúan abiertas las venas de América Latina, como decía Eduardo Galeano.
Me preocupa que no hayas dedicado el Nobel a tu pueblo y sí al agresor de Venezuela. Creo Corina que tienes que analizar y saber dónde estás parada, si eres una pieza más del coloniaje de Estados Unidos, sometida a sus intereses de dominación, lo que nunca puede ser para el bien de tu pueblo. Como opositora al gobierno de Maduro, tus posturas y opciones generan mucha incertidumbre, recurres a lo peor cuando pedís que Estados Unidos invada Venezuela.
Lo importante es tener presente que construir la Paz requiere mucha fuerza y coraje en bien de tu pueblo, que conozco y quiero profundamente. Donde antes había chabolas en los cerros que sobrevivían en la pobreza e indigencia hoy hay viviendas dignas, salud, educación y cultura. La dignidad del pueblo no se compra ni se vende.
Corina, como dice el poeta: caminante no hay camino, se hace camino al andar. Ahora tienes la posibilidad de trabajar para tu pueblo y construir la Paz, no provocar mayor violencia, un mal no se resuelve con otro mal mayor. Solo tendremos dos males y nunca la solución del conflicto.
Abre tu mente y corazón al diálogo, al encuentro de tu pueblo, vacía el cántaro de la violencia y construye la Paz y unidad de tu pueblo para que entre la luz de la libertad e igualdad.