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18/06/2021

Sobre el trumpismo y el netanyahuísmo: cómo Benjamin Netanyahu ganó USA y perdió Israel

Ramzy Baroud, 16/6/2021 (nota biográfica) 

Traducido por Sinfo Fernández

El ahora ex primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, es tan usamericano como israelí. Mientras que otros líderes israelíes han hecho de su sólida relación con Washington una de las piedras angulares de su política, el estilo político de Netanyahu fue esencialmente usamericano desde el principio.

Pasó muchos de sus años de formación en USA; vivió en Filadelfia cuando era niño antes de pasar del Instituto Cheltenham a obtener un título en Gestión y Dirección de Empresas por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en 1976. Luego optó por vivir en USA, no en Israel, cuando se incorporó al Boston Consulting Group.

Probablemente por motivos familiares, a saber, la muerte de su hermano Yonatan, Netanyahu regresó a Israel en 1978 para dirigir el “Instituto Antiterrorista Yonatan Netanyahu”. Allí no duró mucho. Regresó a USA para servir como Representante Permanente de Israel ante las Naciones Unidas de 1984 a 1988. En aquel momento, Israel estaba gobernado por una coalición en la que se rotaban dos primeros ministros, el líder laborista Shimon Peres y Yitzhak Shamir, del Likud.

En aquellos días, términos como “laborismo” y “Likud” significaban muy poco para la mayoría de los políticos usamericanos. El Congreso de USA estaba, aparentemente, enamorado de Israel. Para ellos, la política israelí era un asunto interno. Las cosas han cambiado y Netanyahu ha jugado un papel importante en ese cambio.

No obstante, incluso en las últimas tres décadas, cuando Netanyahu estaba más comprometido con la política israelí, siguió siendo, en el fondo, usamericano. Su relación con las élites de USA era diferente a la de los anteriores líderes israelíes. No solo sus ideas políticas y su intelecto se moldearon en USA, sino que también logró generar una marca política única de solidaridad pro-Israel entre los usamericanos. Netanyahu es un nombre que resulta muy familiar en USA.

Uno de los éxitos atribuidos a su enfoque hacia la política usamericana fue la formación de vínculos profundos y permanentes con los florecientes grupos fundamentalistas cristianos del país. Grupos como Cristianos Unidos por Israel de John Hagee utilizaron el apoyo a Israel, basado en profecías mesiánicas y bíblicas, como punto de unidad y trampolín hacia el mundo de la política. Netanyahu los usó como aliados de confianza que, eventualmente, compensaban la creciente falta de entusiasmo por Israel entre los círculos liberales y progresistas de todo el país.

La conexión Israel-evangélicos pareció ser, en aquel momento, un golpe maestro que podría atribuirse al “genio” político de Netanyahu. En efecto, parecía haber garantizado la lealtad usamericana hacia Israel de forma indefinida. Esta afirmación quedó repetidamente demostrada, en especial cuando los fundamentalistas acudían al rescate de Israel cada vez que este último participaba en una guerra o se enfrentaba a cualquier tipo de amenaza, ya fuera real, imaginaria o fabricada.


Florin Balaban (Luxemburgo)

Bibi et la solution à un seul État

Traduit par Fausto Giudice


Je suis légèrement amusé par les nombreuses voix qui célèbrent ce qui est perçu comme la fin de l'ère Netanyahou. Bien sûr, je ne suis pas un partisan de Netanyahou, loin de là, mais je reconnais à Netanyahou le mérite qui lui revient.  Le « roi Bibi », comme ses partisans juifs l'appellent souvent, a en fait été un facteur crucial dans la montée de la résistance palestinienne et de l'unité palestinienne.  Bibi était un pragmatique qui a réussi à entraîner sa nation, la région et même le monde entier dans une série de catastrophes, dans une tentative désespérée mais acharnée de se sauver lui-même. Bibi n'est pas un conspirateur. Il a tout fait au grand jour et, malgré cela, il reste l'homme politique le plus populaire d'Israël.

Comme je l'ai déjà souligné à maintes reprises, Israël n'est pas politiquement divisé. La grande majorité des membres de la Knesset (MK) israélienne sont à la droite de Netanyahou. L'establishment politique israélien est divisé sur Netanyahou, mais principalement en raison de divergences personnelles.

Israël est maintenant gouverné par une coalition très faible qui ne tiendra probablement pas longtemps. Un affrontement frontalier mineur à Gaza ou une marche de l'extrême droite juive à Jérusalem pourrait renverser le gouvernement et mettre fin à « l'esprit de changement » en Israël. Étant donné que le gouvernement actuel ne dispose que d'une majorité d'un seul membre de la Knesset, chaque membre de la coalition a le pouvoir de renverser le gouvernement ou d'exercer une pression importante sur le dirigeant. Le gouvernement est pratiquement paralysé. 

Les presentamos a la OTAN, la peligrosa alianza “defensiva” que intenta dirigir el mundo


Jon Schwarz
, The Intercept, 15/6/2021 

Traducción del inglés por S. Seguí

Antes de colaborar con First Look Media, Jon Schwarz trabajó para Michael Moore y su productora Dog Eat Dog Films, y fue productor de investigación para el documental de Moore “Capitalism: A Love Story”. Sus trabajos han aparecido en numerosas publicaciones, entre otras New Yorker, The New York Times, The Atlantic, Wall Street Journal, Mother Jones y Slate, y ha colaborado con National Public Radio y “Saturday Night Live”. En 2003 se ganó una apuesta de 1.000 dólares a que Iraq no tenía armas de destrucción masiva.

La cumbre del lunes mostró de qué modo la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha decidido que tiene una misión global abiertamente expansiva.

En una escala, la semana pasada, en su viaje a Bélgica para asistir a la cumbre de la OTAN del lunes, el presidente Joe Biden visitó una base de la Real Fuerza Aérea en el este de Inglaterra.[1] “En Bruselas”, dijo a la multitud reunida, “dejaré bien claro que el compromiso de Estados Unidos con nuestra alianza de la OTAN y con su artículo 5 es sólido como una roca. Es una obligación sagrada la que tenemos bajo el Artículo 5.”

Estas líneas iban dirigidas a un número ínfimo de seres humanos. Ciertamente, casi ningún usamericano tiene la menor idea qué es el Artículo 5 o lo que establece.

Pero las palabras de Biden fueron realmente significativas. El artículo 5 es una cláusula del Tratado del Atlántico Norte, el documento fundacional de la OTAN, que establece que cualquier ataque armado contra cualquier miembro de la alianza “se considerará un ataque contra todos ellos”.

He aquí el elemento central de cómo Estados Unidos dirige el mundo y pretende seguir dirigiéndolo en el futuro. También significa que si nos enfrentamos a la perspectiva de compartir el poder con otros –hoy en día esto significa principalmente China– podemos acabar destruyendo el mundo.

El Tratado del Atlántico Norte es también conocido como el Tratado de Washington, lo cual indica la mayor parte de lo que hay que saber sobre él. Se redactó en 1949, en una época en la que el poder de Estados Unidos era tan avasallador que podía simplemente dictar sus condiciones a sus aliados. La mayor parte de los escasos debates celebrados con los diplomáticos de otros países tuvieron lugar en secreto a lo largo de dos semanas en el Pentágono. Participó en su redacción un funcionario del Departamento de Estado, portador del delicioso nombre de Thomas Achilles, que más tarde afirmó que su jefe le había dicho: “No me importa si las alianzas enredadas han sido consideradas peor que el pecado original desde la época de George Washington. Tenemos que negociar una alianza militar con Europa Occidental en tiempos de paz y tenemos que hacerlo rápidamente.”

La justificación pública de la OTAN era que se trataba de una alianza defensiva necesaria para impedir que la Unión Soviética invadiera Europa Occidental. La justificación privada, tal y como la articuló Achilles, era algo diferente.

En ese momento Europa Occidental estaba devastada, postrada y desmoralizada y necesitaba urgentemente confianza y energía en su interior. Con los ejércitos soviéticos en la mitad de Europa, y todavía con toda su capacidad bélica, y con los partidos comunistas como actores políticos mayores en Francia e Italia, era igualmente fundamental contar con algo que suscitara el respeto soviético.