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27/01/2022

NICK TURSE
Otro soldado entrenado por USA da otro golpe de Estado en África Occidental, esta vez en Burkina Faso

 Nick Turse, The Intercept, 26/01/2022
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

 Nick Turse (1975) es un redactor de The Intercept que informa sobre seguridad nacional y política exterior. Es autor de “Next Time They'll Come to Count the Dead: War and Survival in South Sudan”, así como de “Tomorrow's Battlefield: U.S. Proxy Wars and Secret Ops in Africa” y “Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam”. Ha escrito para el New York Times, Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, The Nation y Village Voice, entre otras publicaciones. Ha recibido el premio Ridenhour de periodismo de investigación, el premio James Aronson de periodismo sobre justicia social y una beca Guggenheim. Turse es miembro del Nation Institute y director de TomDispatch.com.

Meddy, Tanzania


El líder de un golpe de Estado en Burkina Faso es el último de una serie de soldados entrenados por Estados Unidos que han derrocado a líderes civiles.

Manifestantes en Uagadugú, Burkina Faso, que muestran su apoyo a los militares sosteniendo una foto del teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba el 25 de enero de 2022.(Foto: Olympia de Maismont/AFP vía Getty Images)

A principios de esta semana, los militares tomaron el poder en Burkina Faso, derrocando al presidente democráticamente elegido del país, Roch Marc Christian Kaboré.

El golpe fue anunciado en la televisión estatal el lunes por un joven oficial que dijo que los militares habían suspendido la constitución y disuelto el gobierno. A su lado se encontraba un hombre vestido de camuflaje al que presentó como el nuevo líder de Burkina Faso: El teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, comandante de una de las tres regiones militares del país.

Damiba es un soldado con una sólida formación militar gracias en gran medida al ejército estadounidense, que tiene un largo historial de entrenamiento de soldados en África que luego dan golpes de Estado. Resulta que Damiba participó en al menos media docena de ejercicios de entrenamiento estadounidenses, según el Mando de África de EE. UU., o AFRICOM.

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Europe, playing with fire in Ukraine
A "prophetic" article from 2014

When I was preparing to write my weekly article that I had decided to dedicate to the analysis of the situation in Ukraine, I received an email from my dear friend, Juan Pablo Cárdenas, a Chilean journalist with a long professional career, whose opinions are always highly considered by me, to in order to improve the work.

Juan Pablo reminded me of an article I wrote on September 2, 2014 called “Europe, playing with fire in Ukraine”, which was published by the Radio Editions of the University of Chile that at that time he directed in a book entitled “ Crazy world where I was born. An international system in permanent transformation”. In the message, Juan Pablo rescued the “prophetic and accurate” character of said analysis. I asked him if he thought I should publish it again and his response was forceful: "I would be very happy."

With the greatest respect for the reader, seven and a half years later, I deliver these lines again. Incredibly –and as Juan Pablo perceived it- the analysis is fully valid, it would only be necessary to change some names and facts that were recent at that time. But he left it unchanged so that the reader can assess current events and perceive that they respond to a calculated and continued policy of the United States, which has had Democratic and Republican governments in the period.



Ukraine 2014

Ali Divandari
(Iran) in cooperation with Mondrian!!!

 Europe, playing with fire in Ukraine

I don't know if anyone has noticed, but in my opinion, the conflict in Ukraine is the most dangerous that has taken place on the planet since the end of the cold war. It is true that in the period there have been several invasions of African countries, coups in Latin America, a deep economic and financial crisis, the bloody disintegration of Yugoslavia, genocide within the framework of a permanent siege by Israel against the Palestinian people , the constant threat of a NATO attack on Iran, and the post-imperial intervention wars in Afghanistan, Iraq, Libya and Syria, but in none of these has direct confrontation between two or more nuclear powers been or is so close. This has an explanation in the local, regional and global context. Let's go from the particular to the general.

It is no secret to anyone that there was a coup in Ukraine. It has its origin precisely in NATO's need to create a conflict situation like the one that exists today. The government of the ousted President Yanukovych was an obstacle to this. In that sense, the current Ukrainian government has been nothing more than a creation of the United States and Europe.

As in Syria and Iraq, where until two months ago the Islamic State was made up of freedom fighters from Syria and today they are classified as terrorists, in Ukraine it should not be forgotten that the revolts leading to the coup d'état, supported by the West , were carried out by Nazi-inspired organizations whose first actions were the attack on synagogues. Even Ukraine's Chief Rabbi Moshe Reuven Azman recommended his community, in February this year, to leave Kiev and the country, stating that he did not want to push his luck, because "there are constant threats of attack on Jewish institutions." Of course, the government of Israel and the United States remained embarrassingly silent.

Thus, conditions were created to impose, in the midst of a brutal psychological campaign, the elections that brought the current government to power. In the current situation, his speech, supported by that of the NATO spokesmen, is so aggressive that it reminds one of the cold war with longing. The President of Ukraine, Petro Poroshenko assured that Ukraine was “very close to the point of no return”. According to him, “the point of no return it is a large-scale war.” Adding fuel to the fire, NATO Secretary General Anders Fogh Rasmussen, who is famous for his abrupt statements according to German journalist Michael Stürmer, stated that the organization he heads is willing to strengthen cooperation with Ukraine.

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Europa, jugando con fuego en Ucrania
Un artículo «profético» de 2014

Cuando me preparaba para escribir mi artículo semanal que había decidido dedicar al análisis de la situación en Ucrania, me llegó un correo de mi apreciado amigo, Juan Pablo Cárdenas, periodista chileno de dilatada trayectoria profesional, cuyas opiniones son siempre altamente consideradas por mí, a fin de mejorar el trabajo.

Juan Pablo me recordaba un artículo que escribí el 2 de septiembre de 2014 denominado “Europa, jugando con fuego en Ucrania”, que fue publicado por las Ediciones de la Radio de la Universidad de Chile que en ese momento él dirigía en un libro titulado “Mundo de locos donde he nacido. Un sistema internacional en permanente transformación”. En el mensaje, Juan Pablo rescataba el carácter “profético y acertado” de dicho análisis. Le consulté si creía que debía publicarlo nuevamente y su respuesta fue contundente: “Me parecería muy bien”.

Con el mayor respeto hacia el lector, siete años y medio después, vuelvo a entregar estas líneas. Increíblemente –y tal como lo percibió Juan Pablo- el análisis tiene plena vigencia, solo habría que cambiar algunos nombres y hechos que en ese momento eran recientes. Pero lo dejó sin cambios para que el lector valore los acontecimientos actuales y pueda percibir que los mismos responden a una política calculada y continuada de Estados Unidos que en el período ha tenido gobiernos demócratas y republicanos.  


Ali Divandari (Irán), en colaboración con Mondrian, 2014

Europa, jugando con fuego en Ucrania

No sé si alguien se habrá dado cuenta, pero en mi opinión, el conflicto de Ucrania es el más peligroso de cuantos se hayan desarrollado en el planeta desde el fin de la guerra fría. Es verdad que en el período se han vivido varias invasiones a países africanos, golpes de Estado en América Latina, una profunda crisis económica y financiera, la sangrienta desintegración de Yugoslavia, el genocidio en el marco de un asedio permanente de Israel  contra el pueblo palestino, la amenaza constante de ataque  de la OTAN a Irán y las guerras posteriores a las intervenciones imperiales en Afganistán, Irak, Libia y Siria, pero en ninguna de ellas ha estado o está tan cerca el enfrentamiento directo entre dos o más potencias nucleares. Ello tiene explicación en el contexto local, regional y global. Vayamos de lo particular a lo general.

Para nadie es un secreto que en Ucrania hubo un golpe de Estado. El mismo tiene su origen, precisamente en la necesidad de la OTAN de crear una situación de conflicto como la que hoy existe. El gobierno del derrocado presidente Yanukovich era un obstáculo para ello. En ese sentido, el actual gobierno ucraniano no ha sido más que una creación de Estados Unidos y Europa.

Al igual que en Siria e Irak, donde hasta hace dos meses el Estado Islámico estaba formado por luchadores por la libertad de Siria y hoy son catalogados de terroristas, en Ucrania no se debe olvidar que las revueltas conducentes al golpe de Estado, aupadas por Occidente, fueron llevadas a cabo por organizaciones de inspiración nazi cuyas primeras acciones fueron el ataque a sinagogas. Incluso el principal rabino de Ucrania Moshe Reuven Azman recomendó a su comunidad, en febrero de este año, abandonar Kiev y el país, afirmando que no quería tentar la suerte, porque “constantemente existen amenazas de ataque a las instituciones judías”. Por supuesto, el gobierno de Israel y el de Estados Unidos mantuvieron vergonzoso silencio.

Así, se crearon condiciones para imponer en medio de una brutal campaña sicológica las elecciones que llevaron al poder al actual gobierno. En la situación actual, su discurso, secundado por el de los voceros de la OTAN es tan agresivo que hace recordar con añoranza la guerra fría. El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, aseguró que Ucrania estaba “muy cerca del punto de no retorno”. Según él, “el punto de no retorno es una guerra a gran escala". Echándole leña al fuego el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen, quien es famoso por sus declaraciones bruscas según el periodista alemán Michael Stürmer, afirmó que la organización que dirige está dispuesta a fortalecer la cooperación con Ucrania.

En el mismo contexto, el ministro de defensa de Ucrania Valery Geletey indicó que su país “está en el umbral de una ´gran guerra` con Rusia, cuyas pérdidas se medirán en miles y decenas de miles” de víctimas. Llama la atención la utilización de la denominación de “gran guerra” que fue, la dada por los pueblos de la Unión Soviética a la que emprendieron para expulsar al ejército nazi de su territorio con el costo de 20 millones de ciudadanos caídos.

Vale decir que los argumentos que se dan tanto por parte de los gobiernos occidentales como el de Ucrania para hacer estas inflamantes aseveraciones, se basan en una supuesta participación directa de las fuerzas armadas rusas en el conflicto. Lo cierto es que hasta ahora nadie ha podido presentar una prueba válida al respecto. Ante el emplazamiento del gobierno ruso en ese sentido, las respuestas han sido vagas y superficiales.

En la memoria, están las armas atómicas nunca encontradas en Irak, los asesinatos masivos de Gadafi en Libia que después se supo habían sido un escenario hollywoodense montado en Catar y decenas de historias falsas que signan la historia de la agresiva política exterior de Estados Unidos y la consuetudinaria tendencia a tergiversar la realidad por parte de sus presidentes.