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19/09/2024

FAUSTO GIUDICE
Guerra al cuerpo, al corazón, a los ojos
o
la destrucción de la humanidad con el litio pirateado

Israel, a través de sus cibertentáculos armados, el Mossad y la Unidad 8200, ha inaugurado una nueva forma de guerra del terror que ningún escritor de ciencia ficción había imaginado. Primera etapa: 3.000 beepers/pagers explotando al mismo tiempo en todo el Líbano y Siria. Segunda etapa: cientos de walkie talkies explotando a su vez. Los detentores de estos aparatos y las personas cercanas a ellos quedaron destrozadas, lisiadas, ciegas y quemadas. Una batería de litio sobrecalentada puede alcanzar temperaturas apocalípticas de mil grados Fahrenheit (537 grados Celsius).

Dejemos una cosa clara desde el principio: no, el Mosad no secuestró un arsenal de 5.000 dispositivos destinados a Hezbolá para insertarles una carga explosiva (algunos dicen que de 3, otros que de 30 gramos). Simplemente pirateó los localizadores y provocó un sobrecalentamiento explosivo de sus baterías. Al acercarse el aparato a los ojos para leer el mensaje, las personas a las que iba dirigido sufrieron a menudo quemaduras en la cara, se les arrancaron los ojos y padecíeron otras sombrías tragedias.

¿Por qué se ha difundido tan ampliamente la fábula de las cargas explosivas insertadas en pilas? Es obvio: la industria que produce todo tipo de dispositivos alimentados por baterías de litio se encontró ante la perspectiva de una catástrofe mundial en cuestión de minutos. Si se puede hacer estallar un buscapersonas o un walkie talkie pirateándolos, se puede hacer estallar cualquier aparato conectado: teléfono, computadora, coche, robot de cocina, central eléctrica, bicicleta eléctrica [he oído informes de bicicletas que han explotado en garajes de Argentina] y... cigarrillo electrónico [como hicieron los ucranianos con los soldados rusos] etc. etc.

Pánico en Gold Apollo, el fabricante taiwanés de localizadores A924, pero también en todos los demás fabricantes, desde Foxconn (iPhones) hasta Elon Musk (Tesla). A Gold Apollo no se le ocurrió nada mejor que acusar a una pobre [bueno, menos pobre que yo] consultora siciliana afincada en Budapest, donde dirige una empresa de asesoría (en particular para la UNESCO), de haber fabricado bajo licencia los A924 en cuestión. Esto era falso: la mujer, Cristiana Arcidiacono-Borsany, de Catania y licenciada por la London School of Economics, había actuado a lo sumo como intermediaria entre los taiwaneses y el subcontratista, que aún no ha sido identificado y localizado.

Así que no, el Mossad no secuestró el cargamento de A924 en ruta hacia el Líbano en medio del mar, entre Budapest y Beirut, para atrapar 5.000 aparatos, volverlos a meter en su embalaje, meterlo todo de nuevo en el contenedor y transportarlo a Beirut (¿y con qué medios?). Simplemente llevó a cabo una operación relativamente sencilla de pirateo de los aparatos. Previamente, había emprendido una campaña de intoxicación destinada a sembrar la paranoia en las filas de los combatientes libaneses, haciéndoles creer que había tomado el control de todos sus teléfonos, para que se inclinaran por los localizadores.

El objetivo principal de estos actos de guerra es golpear, mutilar, matar y aterrorizar, bajo la piel, en lo más íntimo de las personas y de sus seres queridos, padres, compañeros y vecinos. El objetivo es evidente: aplastar a la resistencia libanesa y enviar una seria advertencia a todos los componentes del Eje de la Resistencia, en Irán, Irak y Yemen, y a todos los que puedan tener la tentación de unirse a él, desde Marruecos hasta Filipinas, pasando por Pakistán y la India. En cuanto a los palestinos, ya habían aprendido de su experiencia y Yahya Sinwar y sus compañeros hace tiempo que no utilizan ningún dispositivo conectado.

Pero los “orientales” no son los únicos en el punto de mira de esta apocalíptica operación de piratería. Los “occidentales” también están en el punto de mira, y no sólo la gente corriente como tú y yo, sino los Grandes, los Gordos, los Poderosos, desde Elon Musk a Jeff Bezos, los Drahi, los Kretinsky y los millonarios chino-taiwaneses, la gran familia de adictos al litio. El mensaje de Israel es claro: «Si no hacéis lo que os decimos, os hacemos saltar por los aires».

 

-Los bombardeamos de vuelta a la Edad de Piedra hace una década...
-¿Y?
-¡Ahora se comportan como malditos cavernícolas!
-Asombroso

Curtis LeMay, el general de la fuerza aérea yanqui que quemó dos tercios de las ciudades japonesas hasta los cimientos durante la Segunda Guerra Mundial y que se sintió decepcionado por la negativa de Kennedy a dejarle hacer lo mismo con Cuba, sugirió en sus memorias de 1968, que en lugar de negociar con Hanoi, USAdebería «devolverlos a la Edad de Piedra bombardeándolos», destruyendo fábricas, puertos y puentes «hasta que hayamos destruido todas las obras del hombre en Vietnam del Norte». Esto es con lo que nos amenazan hoy los sionistas: «Nosotros o el caos».

Así que es hora, seamos quienes seamos, de pensar seriamente en cómo deshacernos de los dispositivos de litio y (re)encontrar otras formas de comunicarnos: algunos sugieren la telepatía, otros las señales de humo de los sioux. Yo, por mi parte, optaría por las viejas palomas mensajeras. Cualquier otra sugerencia será bienvenida.

 

FAUSTO GIUDICE
War on the body, the heart, the eyes
or
the destruction of humanity by hacked lithium

Israel, through its armed cybertentacles, Mossad and Unit 8200, has inaugurated a new form of war of terror that no science-fiction writer had ever imagined. First stage: 3,000 beepers/pagers exploding at the same time throughout Lebanon and Syria. Second stage: hundreds of walkie-talkies exploding in their turn. The holders of these devices and the people close to them were shredded, crippled, blinded and burned. An overheated lithium battery can reach apocalyptic temperatures of a1,000°F (537°C).

Let's get one thing straight right away: no, Mossad did not hijack a stockpile of 5,000 devices intended for Hezbollah in order to insert an explosive charge (some say 3 grams, others 30 grams). He simply hacked the pagers and caused their batteries to overheat explosively. As they brought the device close to their eyes to read the message, the people targeted were often burned in the face, had their eyes gouged out and suffered other grim tragedies.

Why has the fable of explosive charges inserted into batteries been circulated so widely? It's obvious: the industry producing all kinds of devices powered by lithium batteries found itself faced with the prospect of a global catastrophe in a matter of minutes. If you can blow up a pager or a walkie-talkie by hacking into them, you can blow up any connected device: telephone, computer, car, household robot, power station, electric bicycle [I've heard reports of bicycles exploding in garages in Argentina] and...electronic cigarette [as the Ukrainians did with Russian soldiers] etc. etc. etc.

Panic at Gold Apollo, the Taiwanese producer of A924 pagers, but also at all the other manufacturers, from Foxconn (iPhones) to Elon Musk (Tesla). Gold Apollo could think of nothing better than to accuse a poor [well, less poor than me] Sicilian consultant based in Budapest, where she runs a consultancy business (notably for UNESCO), of having manufactured the A924s in question under licence. This was false: the woman, Cristiana Arcidiacono-Borsany, from Catania and a graduate of the London School of Economics, had at most acted as an intermediary between the Taiwanese and the subcontractor, who has not yet been identified.

So, no, Mossad did not hijack the shipment of A924s en route to Lebanon in the middle of the sea between Budapest and Beirut in order to trap 5,000 pagers, put them back in their packaging, put everything back in the container and transport it to Beirut (and by what means?). It simply carried out a relatively simple operation to hack into the devices. Previously, he had engaged in a deception campaign aimed at sowing paranoia in the ranks of the Lebanese fighters, by making them believe that it had taken control of all their telephones, to get them to favour pagers.

The main aim of these acts of war is to strike, mutilate, kill and terrorise, under the skin, in their most intimate part, people and their loved ones, parents, companions and neighbours. The aim is obvious: to crush the Lebanese resistance and send a serious warning to all the components of the Axis of Resistance, in Iran, Iraq and Yemen, and to all those who might be tempted to join it, from Morocco to the Philippines, via Pakistan and India. As for the Palestinians, they had already learnt from their experience and Yahya Sinwar and his companions have not used any connected devices for some time now.

But the ‘Orientals’ are not the only ones being targeted in this apocalyptic piracy operation. “Westerner”s are being targeted too, and not just ordinary people like you and me, but the Big, the Fat, the Powerful, from Elon Musk to Jeff Bezos, the Drahi's, the Kretinskys and the Chinese-Taiwanese millionaires, the great family of lithium addicts. Israel's message is clear: ‘If you don't do what we tell you to do, we'll blow you up’.

 

Curtis LeMay, the Yankee air force general who burnt two-thirds of Japanese cities to the ground during the Second World War and who was disappointed by Kennedy's refusal to let him do the same in Cuba, suggested in his 1968 memoirs, that instead of negotiating with Hanoi, the US should ‘take them back to the Stone Age by bombing them’, destroying factories, ports and bridges ‘until we have destroyed all the works of man in North Vietnam’. This is what the Zionihilists are threatening us with today: ‘Us or chaos’.

So it's time, whoever we are, to think seriously about how to get rid of the lithium devices and find (back) other ways of communicating: some suggest telepathy, others the smoke signals of the Sioux. I for one would opt for good old carrier pigeons. Any other suggestions are welcome.

FAUSTO GIUDICE
La guerre au corps, au cœur, aux yeux
ou
la destruction de l’humanité par le lithium piraté

Israël, par ses cyberbras armés tentaculaires, le Mossad et l’Unité 8200, a donc inauguré une nouvelle forme de guerre de terreur qu’aucun auteur de science-fiction n’avait imaginée. Première étape : 3000 bipeurs/pagers explosant au même moment dans tout le Liban et en Syrie. Deuxième étape : ces centaines de talkie-walkies explosent à leur tour. Les détenteurs de ces appareils et les personnes proches d’eux ont été déchiquetés, estropiés, aveuglés, brûlés. Une batterie de lithium en surchauffe peut atteindre la température  apocalyptique de mille degrés Fahrenheit (537 °C).

Mettons tout de suite les choses au point : non, le Mossad n’a pas détourné un stock de 5 000 appareils destinés au Hezbollah pour y insérer une charge explosive (les uns disent de 3 grammes, d’autres de 30 grammes). Il s’est contenté de hacker les pagers et de provoquer une surchauffe explosive de leurs batteries. Approchant l’appareil de leurs yeux pour lire le message, les personnes ciblées ont été souvent brûlées au visage, eu les yeux crevés et autres sinistres tragédies.

Pourquoi la fable des charges explosives insérées dans les batteries a-t-elle circulé urbi et orbi ? C’est évident : l’industrie  productrice d’appareils en tous genres fonctionnant avec des batteries au lithium s’est retrouvée en quelques minutes face à la perspective d’une catastrophe planétaire. Si on peut faire sauter un pager ou un talkie-walkie en les piratant, on peut faire sauter tout engin connecté : téléphone, ordinateur, voiture, robot ménager, centrale électrique, bicyclette électrique [on me signale des explosions de vélos dans des garages en Argentine] et...cigarette électronique [comme l'ont fait les Ukrainiens avec des soldats russes] etc. etc. 

Panique chez Gold Apollo, le producteur taïwanais des pagers A924, mais aussi chez tous les autres fabricants, de Foxconn (iPhones) à Elon Musk (Tesla). Gold Apollo n’a rien trouvé de mieux que d’ accuser une pauvre [enfin, moins pauvre que moi] consultante sicilienne installée à Budapest où elle dirige une boîte de consultants (notamment pour l’UNESCO) d’avoir fabriqué sous licence les A924 en question. Ce qui était faux : la dame, Cristiana Arcidiacono-Borsany, originaire de Catane et diplômée de la London School of Economics, a tout au plus servi d’intermédiaire entre le Taïwanais et le sous-traitant, non identifié à ce jour.

Donc, non, le Mossad n’a pas détourné en pleine mer, entre Budapest et Beyrouth, la cargaison d’A924 en route vers le Liban pour piéger 5 000 appareils, les remettre dans leurs emballages, replacer le tout dans le container et l’acheminer vers Beyrouth (et par quel moyen ?). Il a tout simplement procédé à une opération relativement simple de piratage des appareils. Auparavant, il s’était livré à une campagne d’intoxication visant à semer la paranoïa dans les rangs des combattants libanais, en leur faisant croire qu’il avait pris le contrôle de tous leurs téléphones, pour les amener à privilégier les bippeurs/pagers.

Ces actes de guerre visent avant tout à frapper, mutiler, tuer, terroriser, sous la peau, au plus intime des personnes et de leurs proches, parents, compagnons, voisins. Le but est évident : écraser la résistance libanaise et lancer un avertissement sérieux à toutes les composantes de l’Axe de la Résistance, en Iran, en Irak, au Yémen et à tous ceux qui seraient tentés de le rejoindre, du Maroc aux Philippines, en passant par le Pakistan et l’Inde. Quant aux Palestiniens, ils avaient déjà tiré les leçons de leur expérience et cela fait un bon moment que Yahya Sinwar et ses compagnons n’utilisent plus aucun appareil connecté.

Mais les « Orientaux » ne sont pas les seuls à être ciblés dans cette opération de piraterie apocalyptique.  Les « Occidentaux » aussi le sont, et pas seulement les simples pékins comme vous et moi, mais les Grands, les Gros, les Puissants, d’Elon Musk à Jeff Bezos en passant par les Drahi, les Kretinsky et les millionaires sino-taïwanais, la grande famille des accros au lithium. Le message d’Israël est clair : « Si vous ne faites pas ce que nous vous ordonnons de faire, on vous fait sauter ». 

-On les a ramenés à coups de bombes à l'âge de pierre il y a une décennie...
-Et ?
-Maintenant , ils se comportent comme des putains d'hommes des cavernes !
-Étonnant

Curtis LeMay, le général yankee de l'armée de l'air qui avait réduit en cendres les deux tiers des villes japonaises pendant la Seconde Guerre mondiale et qui fut déçu par le refus de Kennedy de le laisser faire la même chose à Cuba, suggérait dans ses mémoires de 1968, qu'au lieu de négocier avec Hanoï, les USA devraient « les ramener à l'âge de pierre en les bombardant », en détruisant les usines, les ports et les ponts « jusqu'à ce que nous ayons détruit toutes les œuvres de l'homme au Nord-Vietnam ».C’est aujourd’hui le contenu de la menace agitée par les sionihilistes : « Nous ou le chaos ».

Il est donc temps, qui que nous soyons, de réfléchir sérieusement à la manière de nous défaire des engins au lithium et de (re)trouver d’autres moyens de communiquer : certains suggèrent la télépathie, d’autres les signaux de fumée des Sioux. J’opterais pour ma part pour les bons vieux pigeons voyageurs. Toute autre suggestion bienvenue.

 

Verwandlung, Verdrängung, Vernichtung
ein bescheidener Vorschlag, um aus dem Albtraum zu erwachen
Ein Buch von Christof Wackernagel

Vor einem knappen Jahrhundert wurde die Menschheit von einer Pest  der Neuzeit heimgesucht. Man nannte sie die „Spanische Grippe“. Sie war überhaupt nicht spanisch, sondern wurde von US-Soldaten in Europa und auf der ganzen Welt verbreitet. Wie viele Menschen daran starben, wird nie bekannt werden: In China oder Indien gab es damals keine Statistiken. Die bekannte Zahl liegt bei 50 Millionen, hauptsächlich in Europa und den USA. Heutzutage hat eine andere Pest zugeschlagen. Sie wurde Corona oder COVID-19 genannt. Klaus Schwab, der Guru von Davos, nutzte die Gelegenheit, um das wahnwitzige transhumanistische Projekt des „Great Reset“, des „Großen Neustarts“, auszupauken. Christof Wackernagel nennt das „Biofaschismus“ oder „Internationalsozialismus“. Können wir in einer Welt, in der sich, bis repetita, „alles ändert, damit sich nichts ändert“, noch von Emanzipation, Solidarität derer von unten, kurz gesagt, von Revolution träumen? Der Autor ist davon überzeugt. Lassen Sie sich von seinen 26 Artikeln überzeugen, die wie Lichtzeichen in der dämmerichten mondlosen Nacht unseres Jahrhunderts wirken.

 Christof Wackernagel
Verwandlung, Verdrängung, Vernichtung
ein bescheidener Vorschlag, um aus dem Albtraum zu erwachen
Die Glokale Werkstatt/Promosaik LAPH, September 2024
Sammlung „erga omnes“ Nr. 1
140 Seiten
Kostenfrei
Freiwillige Beiträge an wglocal[at]gmail[dot]com über paypal

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