Richard Luscombe en Orlando, The
Guardian, 11-9-2025
Traducido por Tlaxcala
Richard Luscombe es corresponsal de The Guardian US con sede en
Miami, Florida.
Parviz
Sabeti se
había fabricado una nueva vida anónima para él y su familia, pero hoy se
enfrenta a una demanda que reclama 225 millones de dólares en daños y
perjuicios por atrocidades cometidas en las cárceles de Teherán y otros
lugares.

Los vecinos de la acaudalada comunidad de Windermere, en
Florida, los conocen como Peter y Nancy, un matrimonio jubilado aparentemente
amable al que saludan durante sus paseos matinales, siempre contentos de
recibir a sus dos brillantes hijas adultas, una de ellas una respetada
profesora de ciencias en la Universidad de Harvard.
Sin embargo, detrás de los altos muros de su mansión
frente al lago, valorada en 3,6 millones de dólares, se esconde una realidad
más oscura y celosamente guardada: “Peter” es en realidad Parviz Sabeti, el
antiguo jefe presunto de la policía secreta y “verdugo en jefe” del régimen
prerrevolucionario del Sha de Irán. Hoy se enfrenta en Florida a una demanda de
225 millones de dólares por atrocidades cometidas en las cárceles de Teherán y
otros lugares. [Cada uno de los tres demandantes reclama 75 millones de
dólares, NdT].
El mes pasado, un juez federal de distrito dictaminó que
Sabeti, de 89 años –tras haber logrado construir una vida anónima para él y su
familia desde que huyó de su país en 1978– debe responder ante la justicia en
una demanda interpuesta por tres personas que se presentan como ex presos
políticos.
En los documentos judiciales, los demandantes afirman
haber formado parte de los miles de detenidos por la SAVAK, la tristemente
célebre agencia de seguridad interior e inteligencia del Sha, por ser
percibidos como opositores. Alegan haber sufrido abusos bajo las órdenes
directas de Sabeti: violaciones, electrocuciones, casi ahogamientos y
extracción forzada de uñas.
“Apolo”
Un dispositivo particularmente bárbaro, sostienen, era
“Apolo”, una silla eléctrica bautizada con el nombre del programa espacial usamericano,
equipada con un casco metálico que amplificaba los gritos de las víctimas en
sus propios oídos.
Antiguos presos mutilados por la SAVAK, la policía política del Sha, 28 de febrero de 1980 en Irán – Michel Artault/Gamma-Rapho/Getty Images
Sabeti no ha respondido públicamente a las acusaciones
presentadas ante el tribunal, aunque en el pasado negó que la SAVAK hubiera
torturado a detenidos, asegurando que él “siempre se opuso a la tortura”.
Aunque su paradero permaneció desconocido durante casi 45
años, su papel en el gobierno iraní –como director del departamento de
seguridad interior de la SAVAK y presunto arquitecto de su crueldad– nunca
estuvo en duda.
Un informe secreto de la CIA, redactado en 1978 y
publicado en 2018, lo identificaba como un aliado ferozmente leal del Sha,
“ampliamente reconocido como uno de los hombres más poderosos y temidos del
régimen… con autoridad para detener, interrogar y procesar a opositores en todo
el país”, según la demanda.
Las estimaciones sobre el número de víctimas de la SAVAK
entre su creación en 1957 y su disolución en 1979 varían, pero se calcula que
miles fueron detenidos y torturados, y al menos varios cientos asesinados.
Los tres demandantes, iraníes residentes en California de
entre 68 y 85 años, afirman haber sido secuestrados por la SAVAK en Teherán,
golpeados para arrancarles confesiones falsas y luego encarcelados. La petición
de los abogados de Sabeti para desestimar el caso por prescripción fue
rechazada el 12 de agosto por el juez federal Gregory Presnell, del distrito
central de Florida. Un juicio podría celebrarse el próximo año.
Según la demanda, Sabeti “pasó las últimas cuatro décadas
fuera de la vista pública, ocultando su identidad y paradero”. Él y su esposa
Nasrin, de 75 años, podrían haber permanecido en el anonimato si una de sus
hijas no lo hubiera “revelado accidentalmente” en un tuit de febrero de 2023,
que lo mostraba en una manifestación en Los Ángeles contra el gobierno islámico
iraní.
La foto de Sabeti reapareció el 19 de febrero de 2023 en Múnich, en una manifestación de monárquicos partidarios de Reza Pahlavi, acompañada de la frase «Pesadilla de futuros terroristas» y adornada con su declaración del 7 de septiembre de 1978: «Si se disuelve la SAVAK, los terroristas reinarán en Irán».
Aunque la revelación pudo ser accidental, y permitió
directamente a los abogados de los demandantes localizarlo y presentar la
demanda, algunos la ven como una maniobra de la diáspora iraní en USA para
“blanquear” la historia del régimen caído del Sha y preparar a la opinión
pública a favor de un futuro gobierno prooccidental.
Reza Pahlavi, a veces apodado el “príncipe heredero” de
Irán por ser hijo del último Sha Mohammad Reza Pahlavi, declaró en una
entrevista al Guardian en 2023, en el punto álgido de las
manifestaciones contra Teherán, que trabajaba en una “carta de principios
democráticos” para un futuro gobierno iraní. Desde entonces se ha presentado
como dispuesto a reemplazar al ayatolá Ali Jamenei y convertirse en jefe de
Estado interino.
En este marco, Sabeti habría trabajado como “asesor de
seguridad” de Reza Pahlavi, según un artículo publicado en 2023 en el sitio del
Consejo Nacional de la Resistencia Iraní, coalición política que se presenta
como un parlamento en el exilio [emanación de la organización de los
Muyahidines del Pueblo, NdT].
Los intentos del Guardian por contactar con Sabeti
–por correos electrónicos, llamadas telefónicas a su domicilio y mensajes a sus
cuatro abogados– han sido infructuosos.
Una cosa no está en debate: la comodidad de la que Sabeti
y su familia han disfrutado en USA desde su llegada a Florida en 1978, tras
huir de Teherán unas semanas antes de la revolución islámica de 1979.
Según documentos filtrados del Departamento de Estado, la
familia Sabeti habría transferido una suma importante desde Irán –estimada por
una fuente en más de 20 millones de dólares. En Florida, americanizaron sus
nombres a Peter y Nancy. Bajo estas identidades, Sabeti fundó una empresa
inmobiliaria próspera en Florida central. Él, su esposa y sus dos hijas figuran
aún como directivos de varias compañías activas.
Los registros públicos muestran que la familia posee al
menos ocho propiedades en el condado de Orange, incluida la mansión de
Windermere (5 habitaciones, 6 baños) adquirida por 3,5 millones de dólares en
agosto de 2005.
El Departamento de Estado y la CIA no respondieron a las
preguntas sobre el estatus migratorio de los Sabeti en USA o las condiciones de
su admisión en 1978. Sin embargo, Parviz y Nasrin Sabeti disponen de una
inscripción electoral activa en Florida y votaron en la elección presidencial
de 2024, prueba de su naturalización usamericana.
Una vecina declaró ver a menudo a la pareja, en
particular a Nasrin, paseando por el barrio, pero precisó que los Sabeti
parecían sobre todo apegados a su discreción. Su casa estaba casi siempre
silenciosa, salvo por las visitas ocasionales de sus hijas.
Ninguna de las hijas respondió a las solicitudes de
comentarios.
El fiscal general republicano de Florida, James Uthmeier,
no respondió a la pregunta de si abriría una investigación penal sobre las
actividades de Sabeti, como ya lo ha hecho con otras personas acusadas de
crímenes en el extranjero y residentes en Florida.
Sara Colón, abogada de los demandantes, celebró la
negativa del juez Presnell a desestimar el caso y su decisión de preservar el
anonimato de sus clientes, quienes declararon haber recibido amenazas de muerte
desde la presentación de la demanda.

Un disidente iraní, con el rostro oculto, tumbado sobre una rejilla de tres niveles equipada con quemadores, encontrada en el sótano de un alto cargo de la SAVAK, incendiada por manifestantes el 31 de diciembre de 1978 – Derek Ive/AP
«Estas decisiones representan un avance positivo para los
sobrevivientes de la tortura que buscan rendición de cuentas y justicia. Este
caso no pretende solamente poner fin a la impunidad, sino afirmar que los
sobrevivientes tienen derecho a perseguir la justicia y a recuperar su dignidad
sin miedo», declaró.
El Colectivo Iraní por la Justicia y la Rendición de
Cuentas, asociación que milita por las víctimas de tortura y sus familias, dijo
esperar que el caso Sabeti contribuya a poner fin al “ciclo de violencia”
observado en Irán, primero bajo el Sha y luego bajo el gobierno islamista que
lo sucedió.
«El mensaje debe ser claro y simple: todas las víctimas
merecen justicia, y todos los que participaron en la tortura y la represión
deben rendir cuentas», afirmó un portavoz.
«Las raíces de las políticas brutales que hoy lleva a
cabo la República Islámica de Irán están ligadas a los métodos de tortura
instaurados por Sabeti y la SAVAK. [Este caso] debe marcar el rechazo a un
futuro Irán que restablezca la SAVAK o conceda una amnistía general a las
fuerzas de seguridad actuales implicadas en tortura y represión.
Solo a través de la justicia y la rendición de cuentas
podremos superar la violencia y la represión horribles que han dominado Irán
durante décadas.»
Testimonios
de los tres demandantes, cuyo anonimato fue preservado, citados por, The
Independent, 24 de febrero de 2025:
Juan Nadie I: Estudiante en la
Universidad de Tabriz, arrestado en su dormitorio en 1974 por la SAVAK. Según
la demanda, fue torturado durante semanas, acusado de haber entregado a un
compañero una recopilación de poemas políticos prohibidos. La tortura habría
sido “coordinada” y “aprobada” por Sabeti. Tras 40 días de interrogatorios
violentos, fue llevado ante un tribunal militar, acusado de atentar contra la
seguridad nacional y condenado a cuatro años de prisión.
«Ha sufrido toda su vida problemas renales debido a las lesiones e infecciones
padecidas en prisión. Todavía lleva las cicatrices de los latigazos, que
ocultó, al igual que los detalles de su calvario, a la mayoría de las personas
de su entorno.»
Juan Nadie II: Artista, miembro de
un colectivo artístico clausurado por la SAVAK en los años setenta. Arrestado y
encarcelado en varias ocasiones por defender la libertad de expresión, fue
condenado por un tribunal militar a 12 años de prisión, de los cuales cumplió
7, durante los cuales afirma haber sido “torturado repetidamente” por orden de
Sabeti.
«Su tortura le dejó una pesada carga psicológica. Cada día es una lucha. Ha
seguido años de terapia para intentar superar las secuelas. Tan solo pensar en
su tortura es una experiencia visceral y dolorosa. A veces sufre reacciones de
estrés postraumático cuando intenta hablar de ello: temblores, mareos.»
Juan Nadie III: Estudiante de
secundaria al momento de su arresto por la SAVAK, acusado de haber difundido
panfletos anti-Sha. Tras ser denunciado por un compañero detenido con un arma
artesanal, fue inculpado de participación en un grupo armado y condenado a dos
años de prisión. Según la demanda, allí sufrió torturas atroces, «todas
autorizadas y supervisadas por Sabeti», cuyas secuelas aún lo afectan.
«Revivir y contar su tortura es una experiencia penosa, a veces vergonzosa y
humillante. El trauma le dejó una pesada carga que lleva consigo toda la vida,
aunque ha hecho todo lo posible por afrontarla.»