المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

21/11/2021

MOHAMED OSMAN
Sudán retrocede peligrosamente

Mohamed Osman, Foreign Policy in Focus, 18/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

  

Mohamed Osman es un becario Aryeh Neier en la Open Society Justice Initiative que trabaja en temas de justicia internacional. Colaboró con el Comité Internacional de la Cruz Roja como asesor jurídico en Sudán. También ha llevado a cabo una serie de consultorías y trabajos de investigación sobre derechos humanos durante su estancia en aquel país, incluyendo cuestiones de ciudadanía, derechos de la mujer y derecho islámico.  Obtuvo su licenciatura en Derecho por la Universidad de Jartum, un diploma de posgrado en derechos humanos por la Universidad de Jartum y un máster en derechos humanos internacionales y derecho humanitario por la Universidad de Essex (2015-2016). Su tesis se centró en la aplicación del Estado de derecho por parte de los grupos armados de la oposición en los territorios que controlan.

Desde la toma del poder militar del 25 de octubre, la represión violenta ha vuelto con toda su fuerza. ¿Puede la comunidad internacional apoyar el Estado de derecho?

Usamerican@s de origen sudanés protestan en San Francisco por el golpe militar, octubre de 2021 (Shutterstock)

En septiembre me reuní en Jartum con la madre de un estudiante de medicina asesinado por las fuerzas de seguridad durante las protestas de Sudán de 2018-2019.

“La razón por la que me levanto cada día es porque tengo la pequeña esperanza de poder encontrar justicia para mi hijo”, confiesa. “No solo es por él, sino para evitar que otros padres tengan que enfrentarse a la devastación de perder a sus hijos por culpa de la violencia estatal”.

En este periodo de incertidumbre para Sudán, una cosa está clara: sería fundamentalmente erróneo y peligroso desechar la justicia por los graves abusos pasados y por los más recientes en nombre de la conveniencia política.

Nuestra investigación y la de muchas otras organizaciones para documentar los abusos generalizados en Sudán durante las últimas tres décadas muestra que la impunidad rampante de las atrocidades ha alimentado las violaciones y la inseguridad actuales. Esta impunidad ha permitido durante mucho tiempo que los autores de los abusos que se encuentran a la cabeza de la cadena de mando ejerzan aún más poder.

Líderes clave de la parte militar del gobierno de coalición destituido por los militares el 25 de octubre eran a su vez un remanente del régimen derrocado en abril de 2019, con su propia cuota de presuntos abusos sin respuesta. De hecho, apenas unos meses antes de la firma del acuerdo de transición en agosto de 2019, estos mismos líderes militares -incluyendo a Mohamed Hamdan Dagalo (“Hemedti”), el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)- fueron quienes supervisaron la dispersión violenta de la sentada de los manifestantes en Jartum.

MPPS
Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí; Mohamed Lamin Haddi, desaparecido
Carta al ministro de Asuntos Exteriores de España

He aquí la carta enviada al ministro Albares por
Cristina Martínez Benítez de Lugo, del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis

 

Excmo. Sr. ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
Plaza de la Provincia
28012 - Madrid

    Madrid, 15 de noviembre de 2021

Asunto:   Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí
                Mohamed Lamin Haddi, desaparecido


Excmo. Sr. ministro,

En esta semana se cumplirá un año de confinamiento de la familia Jaya. El tema ha llegado al Parlamento. El diputado Aitor Esteban le preguntó qué pensaba Vd. hacer para salvar la vida de la familia Jaya. También la diputada Marta Rosique preguntaba al Gobierno por la situación de Sultana Jaya, si el Gobierno estaba al corriente, si estaba realizando algún tipo de mediación diplomática con las autoridades marroquíes para poner fin a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental; en caso contrario, si se tenía previsto llevar a cabo alguna acción al respecto, y qué acciones lleva a cabo el Gobierno para velar por la situación que se vive en territorio del Sáhara Occidental. Tampoco en esta ocasión hemos recibido respuesta del Gobierno si no es un corta y pega genérico que muestra una falta de empatía con la situación de Sultana Jaya y su familia y su pueblo. La diputada Rosique estaba haciendo preguntas concretas sobre la acción del Gobierno con respecto a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado y, específicamente con respecto al caso de las Jaya, y el Gobierno contesta con vaguedades:

 “Los derechos humanos son un principio rector de la política exterior del Gobierno de España, por lo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación se defienden y promocionan en todos los países.

En todas las relaciones con los países, tanto bilateralmente como a través de la Unión Europea, este Gobierno hace valer su defensa, de manera global y en los casos particulares”.

GIDEON LEVY
Une brève histoire de l’infanticide en Palestine occupée

 Gideon Levy, Haaretz, 20/11/2021
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

D’abord nous avons eu honte, puis nous avons été choqués, et nous avons même enquêté. Puis nous l'avons nié et nous avons menti. Après cela, nous l'avons ignoré et refoulé, nous avons bâillé et perdu tout intérêt. Maintenant, c'est la pire phase de toutes : Nous avons commencé à faire l'éloge des tueurs d'enfants. C'est dire jusqu'où nous sommes allés.

Mohammed al-Durra et son père sur des images tirées d'une vidéo de septembre 2000. Crédit : AP

Le premier enfant dont je me souviens n'avait même pas un jour. Sa mère, Faiza Abou Dahouk, l'a mis au monde à un poste de contrôle. Les soldats l'ont repoussée de là et de deux autres postes de contrôle, jusqu'à ce qu'elle doive le porter, tout au long d'une nuit froide et pluvieuse. Lorsqu'elle est arrivée à l'hôpital, il était déjà mort.

L'affaire a été soulevée lors d'une réunion du cabinet ministériel. Un agent a été licencié et une mini-tempête s'en est suivie. C'était en avril 1996, pendant l'année de l'espoir et des illusions. Quatre ans plus tard, lorsque la seconde Intifada a éclaté, des soldats ont tué Mohammed al-Dura devant les caméras et Israël était déjà passé à la phase des démentis et des mensonges :    Dura n'est pas mort. Les soldats israéliens ne l'ont pas tué ; peut-être s'est-il tiré une balle, peut-être est-il encore en vie aujourd'hui.

Des restes de honte et de culpabilité s'accrochaient encore, d'une manière ou d'une autre. Après cela sont venues 20 années d'indifférence et de complaisance. Des soldats et des pilotes ont tué 2 171 enfants et adolescents, et aucun de ces cas n'a choqué qui que ce soit ici, ni déclenché une véritable enquête ou conduit à un procès. Plus de 2 000 enfants en 20 ans - 100 enfants, trois classes par an. Et tous, jusqu'au dernier, ont été déclarés coupables de leur propre mort.

DELLAIR YOUSSEF
Der deutsche Rassismus blüht unter dem Deckmantel der Sympathie

Dellair Youssef, Raseef22 (Arabisch, Englisch), 26/10/2021
Übersetzt von Fausto Giudice, Tlaxcala

Dellair Youssef ist ein in Berlin lebender Regisseur, Journalist und Autor, geboren in Damaskus, Syrien. @dellair_youssef

„Ich musste mein Land unter bestimmten politischen Umständen verlassen und habe einige schwierige Zeiten durchgemacht, bevor ich nach Berlin kam. Ich dachte immer, dass Berlin der sichere Ort sei, der Ort der Stabilität, an dem ich mein Leben und das Leben meiner Familie aufbauen würde. Aber die mentale Anstrengung und die Energie, die dieser Ort erfordert - die ich vorher nicht kannte und die ich jetzt zu verstehen beginne - erschöpfen mich“, sagt die ägyptische Journalistin Basma Mustafa gegenüber Raseef22.

Anfang 2020 veröffentlichte die britische Zeitung The Guardian ein Interview mit dem zeitgenössischen chinesischen Künstler Ai Weiwei, nachdem er von Berlin nach London gezogen war. Weiwei, der als einer der mächtigsten und einflussreichsten Künstler der Welt gilt, sagte in dem Interview: „Faschismus bedeutet, eine Ideologie für höher als andere zu halten und zu versuchen, diese Ideologie durch die Ablehnung anderer Denkweisen zu reinigen. Das ist Nazismus. Und dieser Nazismus ist im heutigen deutschen Alltag durchaus vorhanden“.

In dem Interview erzählt Ai Weiwei von vielen rassistischen Erfahrungen, die er in den Jahren, in denen er in Berlin lebte, machte, bis er sich schließlich entschloss, Deutschland zu verlassen. Anti-Asiatischer Rassismus ist nicht die einzige Art von Rassismus, mit der die Bewohner Deutschlands täglich konfrontiert werden.

Zusammengesetzter Rassismus im kulturellen Bereich

„Es ist nicht einfach, die Form des Rassismus zu erklären“, sagt der palästinensische Grafikdesigner, Verleger und Mitbegründer der Khan Al-Janub-Bibliothek, Fadi Abdelnour, gegenüber Raseef22. Abdelnour erklärt den deutschen kulturellen institutionellen Rassismus, indem er ihn in mehrere Schichten unterteilt, was ihn wiederum zu einem indirekten Rassismus macht, der sich in Sympathie und Hilfsbereitschaft tarnt. Es handelt sich um ein Stereotyp, das von vielen Faktoren gesteuert wird, z. B. von Angebot und Nachfrage auf dem Markt und vom eurozentrischen Orientalismus.

Der syrische Theaterregisseur Anis Hamdoun sagte gegenüber Raseef22 im Zusammenhang mit der Stereotypisierung arabischer Künstler: „Es ist unter den Kulturschaffenden in Deutschland deutlich zu spüren, dass die Art und Weise, wie Kulturinstitutionen mit Nicht-Deutschen (und in diesem Fall spreche ich vor allem von Syrern) umgehen, darin besteht, dass sie die Künstler in den Bereich des Krieges und der Zerstörung stellen, wo wir so behandelt werden, als ob wir nur eines können - mit Krieg umgehen. Es liegt eine große Ignoranz und Überlegenheit in der Art und Weise, wie sie mit uns umgehen.

„Man kann zum Beispiel eine Finanzierung für einen Film über ISIS oder einen Film über den Krieg in Syrien bekommen, aber es ist nie einfach, eine Finanzierung für ein gemeinschaftsbasiertes Drama in Algerien zu bekommen“, sagt Abdelnour und fügt hinzu, dass Araber immer in einem Bild gezeigt werden, das viel „Unglück“ enthält. „Wir sehen zum Beispiel keine toten weißen Körper, nur sehr selten, während unsere Körper Freiwild sind. Diese Dinge sind unausgesprochen, aber fest verankert, sowohl in der Kultur als auch in der Kunst“.


DELLAIR YOUSSEF
En la Siria de Assad, la escuela es una cárcel
Mini dictaduras y violencia de Estado en las aulas

Dellair Youssef, Syria Untold (inglés, árabe)18/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

  

Dellair Youssef es un periodista, escritor y cineasta sirio. Ha dirigido varias películas, como The Princes of the Bees, Exile, Banyas: The Beginnings y Clothesline. También es autor de Tales of this Time, publicado en 2014, y Good Morning Lovelies, publicado en 2020. Youssef vive en Berlín. @dellair_youssef

 

Las escuelas públicas de Siria son feas, se parecen a una cárcel y son a menudo violentas. Tal situación no es fruto del azar, sino de un diseño, argumenta Dellair Youssef.


Las escuelas en Siria son como prisiones. Tienen altos muros y barrotes en las ventanas, y tanto los profesores como las profesoras golpean a sus alumnos con palos de todos los tamaños, colores y formas. Los instructores militares, no muy diferentes de los oficiales del ejército, solían imponer castigos de tipo militar.

 

Tras el inicio del llamado “proceso de desarrollo y modernización” y el ascenso de Bashar al-Asad a la presidencia a principios de la década de 2000, esos instructores militares fueron sustituidos por profesores. Al igual que sus predecesores, mantenían una vigilancia constante sobre los alumnos y estaban obsesionados con la disciplina. La mayoría de ellos eran antiguos oficiales del ejército o voluntarios de los servicios de seguridad y mujabarat. Su misión seguía siendo en gran medida la misma, sólo cambiaban sus títulos.

La violencia que tiene lugar dentro de estas escuelas, además de otros factores vinculados con las condiciones sociales y la relación de las escuelas con el régimen, empuja a muchos estudiantes a abandonar los estudios en las diversas etapas. ¿Qué hay detrás de este fracaso escolar?


Recuerdos de la escuela en Siria

 

Las escenas de violencia que presencié durante más de una década de asistir a las escuelas sirias, desde los primeros cursos hasta la secundaria, son demasiado numerosas para contarlas.

 

En el último año de la escuela primaria, cuando mis compañeros y yo estábamos en sexto grado a la tierna edad de 11 o 12 años, asistí a la escuela Mohieddine bin Arabi en el barrio Rukn al-Din de Damasco. Una de las profesoras solía golpear tanto a los niños como a las niñas. Una vez golpeó brutalmente a un niño de mi clase y después le dio una patada. Luego le dobló el brazo al chico por la espalda y le obligó a apoyarse en su rodilla, rompiéndole el brazo. Volvió a la escuela al día siguiente con el brazo enyesado y se vio obligado a pedir disculpas a la profesora.

 

Más adelante, en octavo curso, por alguna razón, los alumnos tomaron la costumbre de quemar sus libros de texto al terminar sus cursos. Así que el guía de la escuela -el encargado de realizar determinadas tareas logísticas para las clases- se fue un día de la escuela pensando que los alumnos le tendrían miedo y dejarían de quemar sus libros. Al fin y al cabo, tenía fama de ser violento y de golpear a todo el que se interpusiera en su camino con lo que llevara encima.