المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

25/07/2025

LUIS E. SABINI FERNÀNDEZ
Proyecto Arazatí en Uruguay: ¿descartado o redivivo?

Luis E. Sabini Fernández, Revista Futuros, 23-7-2025

El gobierno del presidente Yamandú Orsi acaba de cancelar el proyecto Arazatí que había presentado el entonces presidente Luis Lacalle Pou en el muy inapropiado período en que su presidencia ya había perdido las elecciones para el nuevo período presidencial.


Con el descarte de tal proyecto resultan corroboradas las dudas y críticas que el mencionado proyecto había cosechado desde muy diversos ángulos; la muy problemática toma de agua bruta del Río de la Plata; el invento de un lago artificial alojado en el río con el ridículo nombre de “polder”; la afectación a toda suerte de actividad local en la zona de Arazatí “invadida” por tal proyecto, el descomunal monto a pagar en dólares, hipotecando todo el futuro de OSE a corto y largo plazo, que iba a bloquear disponibilidad de recursos para muchos otros proyectos y necesidades del sector.

Pero el trámite que acabamos de ver a la luz del día sorprende no por su franqueza sino por su modalidad.

Llama la atención que los titulares del proyecto Arazatí no hayan sufrido ni un rasguño en su foja de credibilidad por haber presentado algo que ha sido desechado por su baja calidad como proyecto, su insuficiencia en la consideración ambiental, su abultado monto…

Y que, en algunas reuniones, cabildeos entre la parte empresaria y el nuevo elenco gubernamental, hayan resuelto, “en el mejor de los mundos” cambiar las condiciones del contrato, rehaciendo ahora un proyecto que, en lugar de rondar los 300 millones de dólares iniciales, rondará, inicialmente, los 200 millones de dólares, para hacer otra construcción, en otro sitio, con otras distancias en las conexiones y cañerías correspondientes.

La pregunta que queda en pie es cómo se evalúa este nuevo otro proyecto.

Alguien podría suponer que los montos que rondaban los 300 millones de dólares deberían bajar a 100 millones, en cambio de a los 200 millones estimados a ojos de buen cubero por los titulares del consorcio Aguas de Montevideo y los titulares del gobierno.

Los pasos más sensatos parecen ser que una vez desechado el proyecto Arazatí “por acumulación de faltas”, su proceda a su rescisión. Lisa y llana. Eventualmente, sus titulares podrían reclamar por los daños infligidos a su patrimonio, por lo ya invertido (que parece ser poco) y el lucro cesante.

El consorcio puede evaluar cuánto le conviene exigir la incursión en gastos y esfuerzo o cuánto apostar a ganar un nuevo contrato.

Porque el proyecto que ahora ha brotado de la mesa de negociaciones entre el Grupo de Montevideo y el gobierno de Yamandú Orsi, por tratarse de un proyecto radicalmente distinto al original, parecería merecer una nueva licitación.

El acuerdo amistoso, cambiando todo lo que hay cambiar,  deja en una nebulosa la razón de los montos de la inversión, del proyecto. Que no es una minucia.

La conferencia de prensa brindada por “las partes”, Alejandro Ruibal, Edgardo Ortuño, nos mostró una confianza mutua, recíproca, que lamentablemente no se compadece con el trámite. Podemos alegrarnos que las partes de un negocio o contrato público-privado mantengan un trato cordial y de confianza. Pero ese “espíritu” no tiene porqué prolongarse entre otros “actores” en juego, la sociedad en general, en primerísimo lugar.

Si los proyectos se estimaran “a ojos de buen cubero” y la sociedad se sintiera satisfecha con los resultados, entonces diríamos adiós a las licitaciones y a la brega por limitar los gastos y asegurar las calidades.

Pero la experiencia nos dice que es exactamente al revés: tenemos que ceñirnos a normas y regulaciones, sabiendo que, aun así, resulta muy difícil no errar, no malgastar, no defraudarse. Pero sin tales recaudos, la cosa sencillamente desbarranca.

GIDEON LEVY
La infamia de la hambruna deliberada: la guerra de hambre de Israel contra Gaza

Gideon LevyHaaretz , 24-7-2025
Traducido por Fausto GiudiceTlaxcala

Naima, una madre palestina de 30 años, sentada con su hijo desnutrido de 2 años, Yazan, en su casa dañada en el campo de refugiados de Al-Shati, al oeste de Gaza, esta semana. Foto: Omar El-Qatta /AFP

El plan israelí de limpieza étnica en la Franja de Gaza avanza a un ritmo acelerado, quizás incluso más rápido de lo previsto. Además de los importantes éxitos ya registrados en masacres y destrucción sistemática, en los últimos días se ha presenciado otro logro crucial: la hambruna deliberada ha comenzado a dar sus frutos.

Los efectos de esta política se propagaron rápidamente, cobrándose víctimas en cantidades comparables a las causadas por los bombardeos. Quienes no mueren mientras esperan comida probablemente sucumban al hambre.

El arma de la hambruna deliberada está dando resultados. Mientras tanto, la Fundación “Humanitaria” de Gaza se ha convertido en un trágico éxito. No solo cientos de gazatíes han sido asesinados a tiros mientras hacían fila para recibir los paquetes distribuidos por la Fundación, sino que otros no pueden llegar a los puntos de distribución y mueren de hambre. La mayoría son niños y bebés.

Solo el miércoles, 15 personas murieron de hambre, entre ellas tres niños y un bebé de seis semanas. Ciento dos personas han muerto desde el inicio de la guerra, incluidos 80 niños, y el número de muertos ha ido en aumento en los últimos días.

Las imágenes ocultadas al público por los criminales medios locales israelíes, cuya falta de cobertura sobre Gaza jamás será olvidada ni perdonada, son vistas por el resto del mundo. Estas imágenes evocan las imágenes de los supervivientes de los campos de concentración, imágenes del Holocausto. Ocultarlas es negar el fenómeno.

Los esqueletos de bebés y niños pequeños, vivos y muertos, con sus huesos sobresaliendo a través de tejido graso quemado o músculos marchitos, con los ojos y las bocas bien abiertos, con expresiones muertas.

Palestinas pidiendo comida a una organización benéfica en medio de una crisis alimentaria en Gaza en julio. Foto de Mahmoud Issa/Reuters

Yacen en el suelo de los hospitales, en camas vacías o son llevados en carretas de burros. Son imágenes del infierno. En Israel, muchos rechazan estas fotos, dudando de su veracidad. Otros expresan alegría y orgullo al ver a bebés muriendo de hambre. Sí, eso nos pasó a nosotros también.

Transformar la hambruna deliberada en un arma legítima y aceptable para los israelíes, ya sea mediante un apoyo abierto o una indiferencia escalofriante, es el paso más demoníaco hasta ahora en la guerra de Israel contra la Franja de Gaza.

También es el único para el que no se puede inventar justificación, excusa ni explicación. Ni siquiera la desbordante maquinaria propagandística de Israel puede encontrar una. La hambruna se ha convertido en un arma legítima, ya que constituye otro medio para lograr el objetivo: la limpieza étnica.

Este hecho debe ser internalizado y la continuación de la guerra debe verse desde esta perspectiva. Así como Israel se beneficia de las muertes causadas por las armas, también se beneficia del hambre que mata a cientos de personas. Solo así será posible convertir Gaza en un lugar inhabitable, y solo así sus habitantes podrán marcharse “por voluntad propia”, primero a la ciudad “humanitaria” y luego a Libia, o quién sabe dónde.

 


Palestinos huyen de sus hogares con sus pertenencias después de que el ejército israelí ordenara la evacuación del este de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, en mayo. Foto: Hatem Khaled/Reuters

La hambruna es ahora visible en todas partes. Los periodistas palestinos en Gaza que aún no han sido asesinados por el ejército israelí informan que no han comido nada en dos o tres días.

Incluso médicos extranjeros hablaron el miércoles sobre lo que habían comido, y sobre todo lo que no habían comido. Una médica canadiense del Hospital Naser dijo que solo había comido un pequeño plato de lentejas en los dos días anteriores. Ya no podrá seguir atendiendo a los enfermos y heridos de esta manera. Esto también es positivo para Israel.

Un equipo de Al-Jazeera acompañó a un joven que salió en busca de comida para sus hijos. Buscó y buscó hasta encontrar dos bolsas de harina israelí y una botella de aceite en un puesto de mercado. El precio era de varios cientos de shekels por bolsa, y regresó a casa con las manos vacías, junto a sus hijos hambrientos. El estudio de televisión detalló entonces las tres etapas que conducen a la muerte por inanición. Los hijos de este hombre estaban en la segunda etapa.

 Un joven palestino lleva una bolsa de comida de un convoy del Programa Mundial de Alimentos (PMA) descargado rumbo a Gaza en junio. Foto Jehad Alshrafi / AP Aron Ehrlich / Ilustración fotográfica

Esta hambruna deliberada convirtió esta guerra en la más terrible de las guerras israelíes, y sin duda la más criminal de todas. Nunca antes dos millones de personas habían sido víctimas de hambre de esta manera.

Pero hay algo peor que la inanición deliberada: la indiferencia con la que la reciben en Israel. A una hora y media en coche de donde otro bebé, Yussef al-Safadi, murió el miércoles, su familia no ha podido encontrar un sustituto de la leche materna. En el momento de su muerte, Canal 12 transmitía un programa de cocina y los índices de audiencia eran excelentes.

 

¡Soldados israelíes, culatas al aire!
Fania Oz llama a la deserción y la insubordinación

La historiadora israelí Fania Oz-Salzberger, hija del renombrado escritor Amos Oz, llama a todos los soldados a negarse a servir en Gaza
 

 Soldados, regulares y reservistas,

Padres y abuelos de soldados,

No hay otra opción: niéguense a servir en Gaza. ¡Niéguense, niéguense, niéguense!

Los rehenes y sus sufrientes familias han sido traicionados por el gobierno israelí.

La hambruna masiva en Gaza es un hecho horrible e innegable.

La masacre diaria en los centros de distribución de alimentos no es defensa propia, sino un atroz crimen de guerra.

El derecho internacional hace tiempo que dejó de estar de nuestra parte.

Los soldados sacrifican sus jóvenes vidas en vano, y peor que en vano: por un propósito nefasto y destructivo. La opinión pública moderada de todo el mundo y los aliados restantes de Israel nos rechazan con horror. No porque sean antisemitas, sino porque son humanos.

La derecha mesiánica nos está llevando, en su locura, hacia un aislamiento global total, con la fe absoluta en que existe un Dios y que está de nuestro lado.

¡Niéguense, niéguense, niéguense!

 

Soldats israéliens, crosse en l'air !
Fania Oz appelle à la désertion et à l'insoumission

L’historienne israélienne Fania Oz-Salzberger, fille du célèbre écrivain Amos Oz, appelle tous les soldats à refuser de servir à Gaza.



Soldats, réguliers et de réserve,
Parents et grands-parents de soldats,
Il n’y a pas d’autre choix : refusez de servir à Gaza. Refusez, refusez, refusez.
Les otages et leurs familles en souffrance ont été trahis par le gouvernement israélien.
La famine massive à Gaza est un fait horrible et indéniable.
Le massacre quotidien dans les centres de distribution de vivres n’est pas de la légitime défense, mais un crime de guerre atroce.
Le droit international n’est plus de notre côté depuis longtemps.
Les soldats sacrifient leur jeune vie en vain, et pire qu’en vain : pour un but néfaste et destructeur.
L’opinion publique modérée du monde entier et les derniers alliés d’Israël nous rejettent avec horreur. Pas parce qu’ils sont antisémites, mais parce qu’ils sont humains.
La droite messianique nous entraîne dans sa folie vers un isolement global total, avec la foi absolue qu’il existe un Dieu et qu’il est de notre côté.
Refusez, refusez, refusez

GIDEON LEVY
L’infamie de la famine délibérée : la guerre de la faim menée par Israël à Gaza

 Gideon LevyHaaretz, 24/7/2025
Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala

Naeema, une mère palestinienne de 30 ans, est assise avec son fils de 2 ans, Yazan, souffrant de malnutrition, dans leur maison endommagée du camp de réfugiés d’Al-Shati, à l’ouest de Gaza, cette semaine. Photo Omar El- Qatta /AFP

Le plan israélien de nettoyage ethnique de la bande de Gaza progresse à un rythme soutenu, peut-être même mieux que prévu. Outre les succès significatifs déjà enregistrés en matière de massacres et de destructions systématiques, ces derniers jours ont vu une autre réalisation cruciale : la famine délibérée a commencé à porter ses fruits.

Les effets de cette politique se propagent rapidement, faisant des victimes en nombre comparable à celui des décès causés par les bombardements. Ceux qui ne meurent pas en attendant de la nourriture ont de fortes chances de succomber à la faim.

L’arme de la famine délibérée fonctionne. La Fondation « humanitaire » de Gaza, quant à elle, est devenue un succès tragique. Non seulement des centaines de Gazaouis ont été abattus alors qu’ils faisaient la queue pour recevoir les colis distribués par la Fondation, mais d’autres ne parviennent pas à atteindre les points de distribution et meurent de faim. La plupart sont des enfants et des bébés.

Rien que mercredi, 15 personnes sont mortes de faim, dont trois enfants et un bébé de six semaines. Cent deux personnes sont mortes depuis le début de la guerre, dont 80 enfants, et le nombre de morts est en hausse ces derniers jours.

Les images cachées au public par les médias locaux criminels israéliens, dont le manque de couverture de Gaza ne sera jamais oublié ni pardonné, sont vues par le reste du monde. Ces images rappellent les survivants des camps de concentration, des images de l’Holocauste. Les dissimuler revient à nier le phénomène.

Les squelettes de bébés et de nourrissons, vivants et morts, dont les os dépassent à travers des tissus adipeux brûlés ou des muscles flétris, leurs yeux et leurs bouches grands ouverts, leurs expressions mortes.

Des Palestiniens réagissent en demandant de la nourriture à une association caritative, en pleine crise alimentaire, à Gaza, en juillet. Photo Mahmoud Issa/Reuters

Ils gisent sur le sol des hôpitaux, sur des lits nus ou transportés sur des charrettes tirées par des ânes. Ce sont des images de l’enfer. En Israël, nombreux sont ceux qui rejettent ces photos, doutant de leur véracité. D’autres expriment leur joie et leur fierté de voir des bébés affamés. Oui, c’est aussi ce qui nous est arrivé.

Transformer la famine délibérée en une arme légitime et acceptable pour les Israéliens, que ce soit par un soutien ouvert ou par une indifférence glaçante, est l’étape jusqu’à présent la plus démoniaque dans la guerre lancée par Israël contre la bande de Gaza.

C’est aussi la seule pour laquelle on ne peut inventer aucune justification, excuse ou explication. Même l’appareil de propagande débordant d’Israël ne parvient pas à en trouver. La famine est devenue une arme légitime puisqu’elle constitue un autre moyen d’atteindre l’objectif : le nettoyage ethnique.

Il faut intérioriser ce fait et considérer la poursuite de la guerre sous cet angle. De même qu’Israël profite des morts causées par les armes, il profite aussi de la faim qui tue des centaines de personnes. C’est seulement ainsi qu’il sera possible de transformer Gaza en un lieu invivable , et c’est seulement ainsi que ses habitants partiront « de leur plein gré », d’abord vers la ville « humanitaire » , puis vers la Libye, ou Dieu sait où.

Des Palestiniens fuient leurs maisons avec leurs biens après que l’armée israélienne a ordonné l’évacuation de l’est de Khan Younès, dans le sud de la bande de Gaza, en mai. Photo Hatem Khaled/Reuters

La famine est désormais visible partout. Les journalistes palestiniens de Gaza qui n’ont pas encore été abattus par l’armée israélienne rapportent qu’ils n’ont rien mangé depuis deux ou trois jours.

Même des médecins étrangers ont parlé mercredi de ce qu’ils avaient mangé, et surtout de ce qu’ils n’avaient pas mangé. Une médecin canadienne de l’hôpital Nasser a déclaré n’avoir mangé qu’un petit bol de lentilles au cours des deux jours précédents. Elle ne pourra plus continuer à soigner les malades et les blessés de cette façon. C’est aussi une bonne chose pour Israël.

Une équipe d’Al-Jazeera a accompagné un jeune homme parti à la recherche de nourriture pour ses enfants. Il a cherché, cherché, jusqu’à trouver deux sacs de farine israélienne et une bouteille d’huile sur un étal de marché. Le prix était de plusieurs centaines de shekels le sac, et il est rentré chez lui les mains vides, auprès de ses enfants affamés. Le studio de télévision a ensuite détaillé les trois étapes menant à la mort par inanition. Les enfants de cet homme se trouvaient à la deuxième étape.


Un jeune Palestinien porte un sac de nourriture provenant d’un convoi du Programme alimentaire mondial (PAM) déchargé en route vers Gaza en juin. Photo Jehad Alshrafi / AP Aron Ehrlich / Illustration photo

Cette famine délibérée a fait de cette guerre la plus horrible des guerres israéliennes, et certainement la plus criminelle d’entre elles. Jamais deux millions de personnes n’avaient été affamées de cette façon.

Mais une chose est pire que la famine délibérée : l’indifférence avec laquelle elle est accueillie en Israël. À une heure et demie de route de l’endroit où un autre bébé, Yussef al-Safadi, est mort mercredi, sa famille n’a pas trouvé de substitut au lait maternel.

Au moment de sa mort, Canal 12 diffusait une émission de cuisine et le taux daudience était excellent.

Ben Jennings, The Guardian

24/07/2025

LE MONDE
En la Franja de Gaza, los estragos del hambre

Desde que el ejército israelí impuso un bloqueo humanitario al enclave a principios de marzo, un centenar de habitantes ha muerto de hambre. Esta cifra podría aumentar rápidamente, ya que 600.000 personas sufren desnutrición.

Lucas Minisini (Jerusalén, enviado especial) y Marie Jo Sader, Le Monde, 24-07-2025

Traducido por Tlaxcala


Muhammad Zakariya Ayyoub al-Matouq, un niño de un año y medio de la ciudad de Gaza con desnutrición severa, el 21 de julio de 2025. AHMED JIHAD IBRAHIM AL-ARINI / ANADOLU VIA AFP

Las bombas, los misiles, los proyectiles de tanque, las balas de francotiradores. Y ahora el hambre. Como si no fuera suficiente el suplicio que han soportado los habitantes de la Franja de Gaza a manos del ejército israelí durante veintiún meses, ahora enfrentan un nuevo enemigo, omnipresente e inasible: el hambre. Desde hace meses, el peligro se manifiesta en imágenes de niños con cuerpos esqueléticos y ojos hundidos, provenientes de hospitales del enclave. Ahora se refleja también en los rostros agotados de los periodistas aún activos y en las siluetas que colapsan en las calles, al borde de sus fuerzas.

En un comunicado publicado el 21 de julio y compartido millones de veces en redes sociales, la Sociedad de Periodistas (SDJ) de la AFP describió la angustia de sus colegas en el lugar. El texto narra la situación del principal fotógrafo de la agencia, Bashar, de 30 años, que vive entre las ruinas de su casa en Gaza, con unos cojines como único confort. Su hermano se desplomó en la calle por hambre, y él ya no tiene fuerzas para trabajar.
“Sin una intervención inmediata, los últimos reporteros de Gaza morirán”, advierte la SDJ.

Según las autoridades sanitarias del enclave, 15 personas han muerto de hambre en las últimas 24 horas. Desde la imposición del bloqueo total el 2 de marzo, el número de muertes por falta de alimentos asciende a 101, según responsables palestinos citados por Reuters. Khalil Al-Daqran, portavoz del hospital Al-Aqsa en el centro de Gaza, estima que 600.000 personas sufren desnutrición, entre ellas 60.000 mujeres embarazadas.

“Una película de terror”

En junio, UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) ya había registrado más de 5.000 niños hospitalizados por desnutrición, una vez y media más que en febrero, durante el último alto el fuego entre Israel y Hamás.
El martes 22 de julio, en un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Antonio Guterres, secretario general de la organización, comparó la situación del territorio palestino con “una película de terror”.

Al día siguiente, 111 organizaciones humanitarias, entre ellas Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo y Oxfam International, publicaron un comunicado contundente denunciando “una hambruna masiva” en Gaza y exigiendo un alto el fuego inmediato y la apertura de los puntos de acceso, bloqueados por Israel.
Las ONG señalaron que “las distribuciones en Gaza se reducen a un promedio de solo 28 camiones diarios” (frente a unos 500 antes de la guerra), y que “toneladas de alimentos, agua potable, suministros médicos y artículos esenciales” están almacenadas “justo fuera del enclave”. La catástrofe, subrayan, no es natural.

Khalil Abu Shammala, de 55 años, se considera afortunado: en los últimos días logró comer un plato de lentejas. El arroz y las verduras, que el ex director de la ONG palestina de derechos humanos Addameer hasta hace poco lograba encontrar, ya son un recuerdo lejano. En los escasos mercados de la ciudad, el kilo de harina cuesta entre 35 y 50 dólares (30 a 42 euros). “Casi no queda nada para comer en todo el enclave”, nos escribe por WhatsApp.
Desde el ataque del 7 de octubre de 2023, Israel ha prohibido el acceso a Gaza a todos los periodistas extranjeros.


Rahil Mohammed Rasras, de 32 años, sufre desnutrición severa. Se encuentra en el Hospital Nasser de Jan Yunis, Franja de Gaza, el 21 de julio de 2025. ABDALLAH F.S. ALATTAR / ANADOLU VÍA AFP

Abu Shammala compartió su ración de lentejas con su esposa Sahar, sus hijas Noor y Nisma y su hijo Mohammed, herido en la pierna el 30 de junio durante un bombardeo. “Sin alimentos ricos en calcio y proteínas, no sanará”, lamenta el padre. Había almacenado latas en previsión de una escasez, pero ahora su reserva está casi vacía.

“Elección política”

“El hambre impuesta por Israel en esta guerra es sistemática y organizada”, denuncia Alex de Waal, director de la World Peace Foundation y especialista en hambrunas. Ante la indignación internacional, en lugar de permitir la entrada masiva de ayuda, “la estrategia de Israel ha sido restringir el acceso del personal humanitario que podía documentar la gravedad del hambre”, añade.

A finales de diciembre de 2024, un informe del Famine Early Warning System Network (FEWS NET), que indicaba que el norte de Gaza ya sufría hambruna, fue retirado por presión del embajador usamericano en Israel, Jack Lew, quien lo calificó de “irresponsable”.
“Dado el control absoluto de Israel sobre Gaza, no resolver el hambre es una elección política”, señala De Waal. “Si el primer ministro decidiera abrir los accesos, todos los niños palestinos podrían desayunar en abundancia al día siguiente”.

El ejército israelí niega bloquear la ayuda. El martes afirmó que 950 camiones cargados de alimentos se encuentran en Gaza, esperando ser descargados por agencias internacionales. “No hemos identificado hambruna en este momento, pero entendemos que se requiere acción para estabilizar la situación humanitaria”, declaró un alto funcionario israelí citado por Times of Israel.

El 19 de mayo, en respuesta a las críticas, Israel abrió tres centros de ayuda alimentaria gestionados por la opaca Gaza Humanitarian Foundation (GHF), respaldada por USA. Pero debido al escaso número y la avalancha de personas hambrientas, las distribuciones se tornaron mortales. Según el ministerio de salud de Gaza, más de 1.000 personas han muerto buscando comida en los centros de la GHF, abatidas por disparos de soldados israelíes desplegados cerca.

A pesar del riesgo, Mohammed Abu Asser, refugiado en Al-Mawasi, sigue caminando cuatro horas diarias hasta el punto de distribución de Rafah. “Hoy tres personas murieron ante mis ojos”, relata a Le Monde. “Y no conseguí comida”.
Tirado en el suelo” para evitar los disparos, espera horas por un poco de comida. La mayoría de las veces, los centros cierran en minutos, desbordados por la multitud. Mohammed regresa con las manos vacías.

En la ciudad de Gaza, Abdul Abu Okal, de 43 años, periodista de Al-Hayat Al-Yadida (periódico oficial de la Autoridad Palestina), busca alimentos en el mercado negro. Desde el 7 de octubre, ha acumulado 11.000 dólares de deuda. Su salario mensual de 700 dólares llega de forma irregular, debido al bloqueo israelí de los fondos palestinos.

Cuando lo recibe, debe retirarlo de comerciantes locales, ya que todos los bancos están cerrados. “Pero se quedan con el 40 % al 45 % como comisión”, explica por WhatsApp.
Cuando ya no tiene dinero, considera apostarse cerca de los pocos camiones de ayuda que entran al norte. “Una vez me acerqué, pero el ejército israelí nos disparó
Escapé por poco de la muerte”, relata.

Tensiones entre civiles

El personal médico está sin medios para tratar los casos de “desnutrición aguda”, que aumentan rápidamente. Solo pueden administrar sueros o algunas vitaminas.
Es una tortura no poder hacer más”, dice Ibrahim Al-Ashi, de 29 años, dentista que se ha convertido en médico voluntario. Cada día ve morir a varios niños. Y, según él, la situación empeora “por horas”.


Palestinos esperan recibir comida de un comedor social en la ciudad de Gaza, el 23 de julio de 2025. MAHMOUD ISSA / REUTERS

La desesperación aumenta las tensiones entre civiles. Videos muestran a personas empujándose y pisoteándose en las zonas de distribución.
El gobierno israelí quiere que nos matemos entre nosotros”, suspira Amjad Shawa, director de la red de ONG palestinas en Gaza. El hombre de cincuenta años relata ataques contra almacenes de ayuda realizados por mafias o a veces por simples gazatíes llevados al límite.

El martes 22, Shawa observó la entrada de 20 camiones del Programa Mundial de Alimentos con sacos de harina, a través del paso de Zikim. Pero ningún saco fue distribuido: apenas unos metros después, los camiones fueron saqueados por habitantes hambrientos.

En la Ciudad de Gaza, coordina una de las últimas cocinas comunitarias (“tekkya”) aún activas. Hasta hace poco, producía 1.000 comidas diarias, principalmente para personas con discapacidad que no pueden desplazarse.
El miércoles 23 de julio, su equipo le informó que cerrarían al día siguiente: ya no queda comida para preparar ni un solo plato.

 

LYNA AL TABAL
Georges Ibrahim Abdallah, un combattant digne du Nobel, et le fiancé de toutes les révolutionnaires

Dr. Lyna Al Tabal, Rai Al Youm, 24/7/2025

جورج إبراهيم عبد الله… مناضل بحجم نوبل، وعريس كل الثائرات

Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala 

Ceci n’est pas un article, mais une déclaration rédigée à la hâte, imprégnée de l’esprit d’une époque révolutionnaire… C’est la déclaration finale avant l’action. Avant l’affrontement, avant que les mots ne se transforment en actes. Ce texte n’a pas sa place dans les salons de l’élite, ni à Baabda* non plus.
Il parle d’un homme, de quarante-et-un ans de détention injuste, d’un procès injuste, d’une condamnation injuste dans un lieu injuste.

Cet article parle d’un homme qui aurait dû être libre depuis longtemps… d’un homme nommé Georges  Ibrahim Abdallah, et quiconque ignore ce nom devrait remettre en question son engagement.


En France, on lit Amélie Nothomb, on verse des larmes sur Hiroshima, on organise des expositions artistiques sur les souffrances des autres, et on signe des pétitions naïves pour des tortues en voie de disparition. Mais si vous leur parlez d’un prisonnier politique dont la peine a dépassé quatre décennies… ils vous regardent comme si vous troubliez l’ordre public – et la morale publique aussi. Ils vous regardent avec incrédulité, ou pire : avec indifférence. Peut-être ne vous croient-ils pas… mais peu importe.

La France, qui a fait la révolution, tremble devant un homme révolté qui dit “non”.
La France ressemble à ce vieux militant qui a tout perdu, qui s’éloigne de tous ceux qui l’approchent, parce qu’ils lui rappellent des jours qu’il ne supporte plus dans son cœur…

Quarante années pendant lesquelles Georges  n’a jamais courbé l’échine, répétant chaque jour “non”.
La France considère ça comme une menace terroriste. Dire “non” au colonialisme, c’est une menace sécuritaire. Honte à un État qui punit pour un seul mot.

Le Prix Nobel de la paix est devenu une récompense pour ceux qui excellent dans la destruction de la vie. Tous ceux qui ont serré la main des assassins ont été récompensés. Sauf les hommes libres comme Georges . Juste parce qu’ils ont dit “non”. Même Trump… oui, Trump veut aussi un Nobel. N’a-t-il pas nourri la guerre de Gaza avec toutes sortes de bombes et de missiles aveugles ? N’a-t-il pas expérimenté toutes les armes de destruction massive ? N’a-t-il pas jeté des Tomahawk comme on jette un plat pourri à la poubelle ? Des dizaines de missiles largués, alors qu’il riait. Trump et ses semblables ont l’habitude de lancer des bombes comme on raconte des blagues… Il rit, passe la main sur sa touffe oxygénée… Avant lui, Obama, le vendeur d’espoir mensonger, a signé des centaines de raids : oui, Obama, président lauréat du Nobel de la paix.

Rien ne révèle mieux l’hypocrisie morale du monde que l’attribution du Nobel à ceux qui imposent la violence. Netanyahou ? Ahmed al-Charaa ? Deux bouchers professionnels, glorifiés pour le carnage qu’ils ont causé. Je vais vous dire ce qui arrivera : ne soyez pas surpris s’ils sont nominés, voire récompensés. Pourquoi pas ?
Imaginez-les souriant sous une bannière “Pour la paix”, une colombe blanche - égorgée, bien sûr - au-dessus de leurs têtes…
Son plumage blanc imbibé de sang épais, coagulé. Elle se débat avec ses ailes brisées, les yeux retournés, son âme s’échappant de son cou tordu, vomissant son sang… la blessure ouverte saigne, un flot de sang coule, épais, comme s’il sortait d’un cœur encore battant découpé vivant… Imaginez.

Mais qui se soucie de la colombe ? Tout le monde applaudit les puissants… et les idiots aussi.

Revenons à Georg , notre héros qui a refusé de se soumettre.
Le dernier des prisonniers dans l’arène de l’honneur international – de Guevara à Mandela, à Mumia Abu-Jamal… Tous les combattants ont connu la prison, ont sacrifié des décennies, leur jeunesse, ont été arrachés à leurs familles, n’ont pas vu leurs enfants grandir. Mais Georges a fait de la prison sa patrie.
Il a vécu en cellule, l’a transformée en bastion de résistance. Il a vu les générations naître et mourir derrière les barreaux, et lui, il est resté.
Trois générations sont passées, Georges est toujours là, analysant notre situation misérable… et il ne s’est jamais incliné.

Quand Georges Ibrahim Abdallah a été arrêté, les partis communistes brandissaient encore la faucille et le marteau. Puis le Mur de Berlin est tombé, emportant avec lui bien des illusions, et la gauche européenne s’est tournée vers la modernisation. Mais Georges, lui, est resté dans sa cellule, le poing levé.

La gauche mondiale s’est réinventée sous des termes plus présentables : gauche des droits de l’homme, gauche écologique, gauche oéngéisée… Elle a cherché à adoucir la bête au lieu de l’abattre.
L’Irak est tombé, la seconde Intifada s’est essoufflée, les Brigades des Martyrs d’Al-Aqsa ont fané… mais Georges est toujours dans sa cellule, seul, sans compte sur les réseaux sociaux. Mais qui a dit qu’il en avait besoin ?

Le printemps arabe a explosé puis s’est effondré comme un cadavre…
La gauche s’est perdue entre soutien aux peuples et peur du chaos. Elle s’est tue face aux massacres, prétendant la neutralité…
Quarante ans où tout a changé… sauf Georges.

N’importe où dans le monde, Georges aurait été élu président. Mais au Liban, le président du palais n’a même pas accueilli sa famille.
Son Excellence la Honte est trop occupée par ses propres intérêts… trop occupé à organiser des festivals d’été.

Georges sortira de prison, oui, mais il ne sortira pas de la ligne de mire.
La cellule se ferme peut-être, mais le sniper est toujours en place. Et l’Israélien n’a pas abandonné sa requête : “interdiction de libération”.

Pendant 23 ans, Israël a fait pression sur la France pour le maintenir incarcéré.
L’indécence israélienne bombarde Beyrouth et Damas, perpètre un génocide à Gaza, puis exige de Paris de maintenir en prison celui qui s’oppose à ces crimes.
Georg , comme Basil al-Araj, Zakaria Zubeidi, Nasser Abu Hamid, Samir Kuntar, Abou Ali Mustafa… qu’ils sortent ou non des prisons, ils restent dans le viseur.

Mais à toi, ennemi occupant, regarde-moi bien et écoute.
Cette voix ne t’apporte aucune paix. Cette voix t’annonce la prophétie de ta propre destruction.
Lis-la comme on lit une sentence, et lis-la attentivement :

“Nous ne sommes pas vaincus lorsque nous triomphons, nous triomphons même lorsque nous sommes martyrisés”.

Toi, l’ennemi, veux-tu que je te le répète dans une autre langue ?
Pas besoin de crier. Écoute, simplement :
Dans notre pays, nous ne choisissons pas nos fins.
Nous ne mourons pas de vieillesse ni de maladie.
Nous ne mourons pas dans nos lits…
Nous mourons sur vos listes d’assassinats.
Nous mourons parce que nous avons dit “non” à un moment interdit.

Demandez à Israël pourquoi il craint un homme de plus de soixante-dix ans ?
La réponse est simple : parce que son existence vivante et libre redéfinit qui nous sommes… et qui ils sont.

Le militant Georges, icône de l’amour révolutionnaire…
C’est le bien-aimé que nous avons attendu et qui n’est jamais venu – parce qu’il n’a jamais quitté sa cellule.

Sais-tu, Georges, que les femmes du pays sont fascinées par toi ?
Elles rêvent d’un homme qui te ressemble.
Nous ne cherchons plus un prince sur un cheval blanc ; les femmes du pays te cherchent toi, toi qui marches avec le poids des années d’emprisonnement, avec la noblesse de celui qui n’a jamais trahi la cause.

Toi, Georges, le fiancé qui porte un keffieh et un bracelet de fer, avec un cœur de feu courageux, un cœur qui ne s’apaise jamais.

Dis-nous, Georges, quel est ton charme ?
Toi qui ne possèdes que ta liberté et ta dignité jamais humiliée.
Les femmes t’envoient leurs cœurs sur les réseaux sociaux, te demandent un regard, une étreinte, ou une fleur cueillie de ta cellule… N’oublie pas de nous rapporter ces fleurs, s’il te plaît.

Elles ne veulent ni bague ni collier.
Elles veulent juste un mot de toi.
Tout en toi vaut plus que l’or : ton nom, ton silence, ta posture.

Quel est ce mystère qui t’a permis de traverser le temps, alors que tout le temps s’est courbé ?
Quelle sérénité en toi a troublé le vacarme ?
Quelle force t’a fait tenir ?
Tout en toi semble simple, mais tout en toi nous frappe.
Tout en toi nous accuse – accuse la France, accuse les Arabes, accuse la gauche.

Y a-t-il encore quelqu’un parmi vous qui écoute ?
Georges n’a pas besoin du Nobel.
Il est lui-même un prix.
Georges est hors du temps, il blesse chaque époque, il fait face à un présent arabe massacré.

Il est notre héros qui ne sera jamais vaincu, car il n’appartient pas à la logique de la défaite. Il ne marchande pas.

Non, Georges Ibrahim Abdallah ne peut pas être compris.
Face à lui on ne peut que ressentir de la honte

NdT

*Baabda : localité de la banlieue sud de Beyrouth, où est situé le palais présidentiel

JOHN CATALINOTTO
Qu’a donc perdu l’État colon israélien ?

John Catalinotto, Workers World, 23/7/2025
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala



Médecins Sans Frontières est l'une des nombreuses organisations qui protestent contre les crimes de l’État paria israélien à Gaza. Genève, Suisse, 5 juin 2025

Depuis plus de 650 jours après le Déluge d’Al-Aqsa (7 octobre 2023), un changement remarquable s’est produit dans la conscience des secteurs les plus politiquement actifs de la population des USA

Les lecteurs de Workers World sont pleinement conscients des horreurs du génocide à Gaza. Ces horreurs sont rapportées de manière graphique dans des vidéos, même lorsqu’elles sont ignorées ou déformées par les médias dominants. Elles sont insoutenables et appellent à l’action pour y mettre fin.

Dans le Sud global, la conscience de la nature réactionnaire des objectifs sionistes était déjà forte. Ce qui a changé, c’est la conscience au sein des pays impérialistes d’Europe, Grande-Bretagne inclue, et aux USA. Ces évolutions sont cruciales pour la Palestine, et potentiellement pour l’humanité tout entière.

La classe dirigeante impérialiste usaméricaine a toujours considéré l’État colon israélien comme son arme la plus fiable pour imposer la domination des USA sur les ressources énergétiques de l’Asie occidentale et de l’Afrique du Nord.

Pendant les guerres de juin 1967 et de 1973 contre la Syrie et l’Égypte, et de façon continue après la chute de la monarchie en Iran, les USA ont offert un soutien militaire, économique, diplomatique et médiatique total à la machine de guerre israélienne. Le gouvernement usaméricain a également permis à des organisations prosionistes comme l’AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) d’opérer sans entrave sur le sol usaméricain.

Résultat : les dirigeants usaméricains sont parvenus à créer un soutien populaire à l’État d’Israël — jusqu’au 7 octobre 2023 et au génocide qui a suivi. Chaque jour de massacres israéliens à Gaza fait perdre un peu plus de soutien populaire à l’État sioniste aux USA.

Parmi les jeunes, de plus en plus nombreux sont devenus des militants contre le génocide peu après le 7 octobre. Initié par les jeunes ayant des racines en Asie occidentale, ce mouvement s’est étendu à bien d’autres. Ceux qui, au départ, étaient simplement horrifiés par le génocide en sont venus à soutenir la lutte héroïque du peuple palestinien pour sa libération.

(Les lecteurs doivent savoir que la direction sociale-démocrate du mouvement contre la guerre du Vietnam en juin 1967 a refusé de s’opposer à la guerre israélienne des Six jours. En 1982, des dirigeants similaires d’un immense rassemblement antinucléaire à Central Park, à New York, ont refusé de mentionner les atrocités israéliennes alors en cours au Liban. La première et seule manifestation nationale de masse ayant invité un orateur palestinien a eu lieu lors de la Marche sur le Pentagone le 3 mai 1981, où le Workers World Party a joué un rôle de premier plan.)

La jeunesse d’aujourd’hui refuse d’être complice

Les jeunes d’aujourd’hui ont rapidement compris que le gouvernement usaméricain — incluant aussi bien l’establishment démocrate et républicain que le mouvement MAGA de Trump — est également coupable du génocide à Gaza. Et ils refusent d’être complices.

Une grande partie des étudiants et des jeunes juifs ont commencé, dès 2023, à protester contre les massacres de civils à Gaza. En 2025, nombre d’entre eux appelaient à la libération de la Palestine.

Le gouvernement, la police et les administrations universitaires ont réprimé les militants solidaires de la Palestine, les accusant à tort d’“ antisémitisme”. En réponse, ces mêmes militants ont commencé à se tourner contre les dirigeants de ces institutions.

À l’image de l’Afrique du Sud avant la fin légale de l’apartheid dans les années 1990, Israël est désormais considéré comme un État colonial de peuplement, un État génocidaire, un État paria. Aux USA, des manifestations quotidiennes s’élèvent contre l’État sioniste.

Au Royaume-Uni, les dirigeants sont si effrayés qu’ils ont interdit le groupe Palestine Action, connu pour ses actions directes spectaculaires, et arrêtent ses sympathisants. Palestine Action poursuit le combat. Dans les stades, les foules acclament les athlètes et artistes arborant le drapeau palestinien. En Grèce, des dockers ont refusé de charger des armes à destination d’Israël dans les ports.

Les organisations qui s’identifient à la lutte pour le socialisme doivent continuer à trouver des moyens de faire cesser la répression et d’élargir la lutte en faveur du peuple de Gaza et de la libération de la Palestine. Réussir cela, c’est porter un coup décisif à la guerre d’agression et au génocide israéliens.

Alors que nous nous engageons dans des actes de solidarité, nous devons garder cela à l’esprit : beaucoup ont transformé leur vie pour arrêter le génocide à Gaza. C’est un moment où leur militantisme peut se transformer en une conscience de la nécessité d’abolir l’impérialisme et le capitalisme, et de s’engager dans un combat pour un monde d’égalité, ouvrant ainsi la voie au socialisme et à la paix.

Commençons par construire un mouvement mondial pour soutenir la libération de la Palestine — du fleuve à la mer !