المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

06/10/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Las flotillas que secuestran todos los días

 

Tigrillo L. Anudo, 6-10-2025

English Français Italiano عربية

El mundo cambia poco. Se repiten patrones históricos. El pasado nunca se fue. La cosificación de los seres humanos continúa. La colonización está a la orden del día. La piratería en aguas internacionales revive con otros actores (¿quién se quedó finalmente con las ayudas y las pertenencias de los ocupantes de la flotilla humanitaria rumbo a Gaza?). Tildan de “Terroristas” a quienes emprenden acciones en pro de la justicia.

El secuestro de la Flotilla Global Sumud que llevaba ayuda humanitaria al pueblo atormentado de Gaza es lo que ocurre diariamente en muchos países. Está ocurriendo ahora mismo en Ecuador, Perú, Argentina, donde las políticas neoliberales someten a la población al hambre, la falta de atención en salud, educación, vivienda, empleos, muerte lenta.

La diferencia es que no son flotillas que van por el mar. Son flotillas de la inversión social que quedan secuestradas en los Congresos y Asambleas plutocráticas corruptas. La diferencia está en que esa práctica del capitalismo global se hace más visible en una nación invadida, masacrada y humillada por la ideología sionista, concepción de un Estado supremacista que hace una limpieza étnica con quienes considera “inferiores y terroristas”.

En los países mencionados están secuestrados los derechos humanos de otras etnias (indígenas, afrodescendientes, campesinos, obreros mestizos), operan regímenes dictatoriales represivos y antidemocráticos. No asesinan con aviones bombarderos e inteligencia artificial, sino con la negación de la dignidad humana, ignominia invisibilizada por los medios de comunicación empresariales y los aparatos de educación programadores de analfabetas políticos.

Todo está articulado. Daniel Noboa -presidente del Ecuador-, Dina Boluarte -presidenta del Perú-, y Javier Milei -presidente de Argentina-, son aliados del gobierno sionista de Netanyahu. Igual que éstos, Donald Trump -presidente de Estados Unidos- y otros presidentes de naciones europeas, tienen negocios y defienden el régimen de Israel. Aunque gobiernos europeos rechazaron de palabra las acciones terroristas del Estado Israelí en Palestina (entre ellos Italia y España) terminaron agachando la cabeza ante el genocidio. No hay entereza en el rechazo. Les da miedo asumir posiciones enhiestas, no quieren salirse del Club de los poderosos cómplices del mundo.

El gobierno de Estados Unidos sigue la ideología sionista, es su referente. Es el aliado natural de quienes encarnan lo más característico del capitalismo 2.0: la usura, el control de la banca y sistema financiero, el manejo de las industrias más lucrativas, la producción de armas y tecnología de vigilancia, servicios de espionaje y técnicas de combate a “enemigos internos”, desarrollos de Inteligencia Artificial que aumenta la explotación del trabajo y el desempleo. El capitalismo 2.0 avanza la tecnología y decrece la humanidad.

Israel le enseña a Estados Unidos cómo hacer negocios, lo involucra como socio en un ambicioso proyecto hotelero en territorio palestino. A la tasa de ganancia no la detiene ni el Derecho Internacional ni los Derechos Humanos. El mundo político elitista sigue, en gran parte, muy permisivo con el genocidio en Gaza. Les conviene. Son los hilos invisibles de intereses comerciales, diplomáticos, los que predominan en la agenda de las políticas para las relaciones exteriores. Prima la economía política, no la ética ni la solidaridad internacional.

Ni siquiera las novelas distópicas del siglo XX previeron la utopía negativa que vive el mundo hoy. Un pequeño país con un ejército poderoso, respaldado por el imperio estadounidense, “defiende” su derecho a cometer un genocidio. Además, considera la acción de llevar alimentos, agua, medicina y otras ayudas humanitarias, a un pueblo bloqueado, como actos terroristas financiados por Hamas. Se da el permiso para hacer bloqueo marítimo a La Franja de Gaza (desde hace 17 años), sometiéndolo a la sed, el hambre y la ausencia de medicamentos. También se permite violar el derecho al mar al abordar embarcaciones que están en aguas internacionales. ¿A quién le importa Palestina?

¿Cómo enfrentar el peligro que significa el terrorismo de Estado de Israel? Las marchas y las flotillas humanitarias son más simbólicas que efectivas. Sin embargo, son valiosas y deben continuar porque visibilizan la infame ofensiva de una máquina que mata niños y mujeres. También hay campañas de boicot a empresas que financian el terrorismo del ejército sionista. Su alcance también es limitado pero van sumando al clamor por la paz. El presidente Petro propuso un Ejército de Salvación de la Humanidad, pero no hubo respuesta oportuna para cristalizarlo. El presidente Trump anunció un “Plan de Paz” recolonizador para frenar la “guerra” (no dice genocidio) y administrar con Tony Blair (asesino de asiáticos) La Franja de Gaza. Un engaño y burla al mundo. Anulan la autodeterminación de los pueblos de un plumazo, deciden por Palestina.

Todo indica que el desorden que destroza el Derecho Internacional sólo podrá ser compensado con el uso de la fuerza por nuevos y audaces actores. Los hutíes de Yemen, un país pobre asolado por la guerra, se han atrevido a lanzar drones y misiles a Israel; lo hacen por solidaridad con Palestina, lo hacen para hacerse sentir como nación ignorada y golpeada, lo hacen por motivos histórico religiosos, lo hacen por estrategia, lo hacen por cálculo político, lo hacen porque tienen la dignidad y la valentía de la que carecen las naciones ricas. Estas acciones, más las respuestas con misiles supersónicos de Irán que volvieron trizas el domo de hierro de Israel, están alentando a otros países a intervenir para frenar las masacres que impunemente cometen a diario los enloquecidos milicos dirigidos por Netanyahu. Israel no es tan invulnerable, ya quedó demostrado. Y un país diminuto como Yemen entiende que puede jugar controlando el Mar Rojo por donde navega gran parte de los combustibles y mercancías del comercio internacional. En un mundo donde se violan las reglas de la convivencia y el respeto entre naciones, se autoriza la continuidad de la violación de dichas reglas por parte de otros interesados. Israel está arriesgando a ser borrado del mapa por su persistente desafío a la paz y moralidad internacional.

Ahmed Rahma, Türkiye

Si el ejército israelí se abroga el derecho a secuestrar barcos en aguas internacionales está validando que los hutíes ataquen barcos que les lleven armas o mercancías o combustibles por el Estrecho de Bad el-Mandeb, la entrada sur del Mar Rojo, por donde transitan buques cargados de petróleo que abastecen no sólo a Israel, sino a Europa y Estados Unidos. Los barcos de este último país también sufrirán. Los precios del petróleo pueden subir. La economía mundial se podría afectar. La ley de la selva se expande en el planeta, un futuro incierto podría marcar las relaciones internacionales.

La disputa de los mercados y las rutas comerciales mundiales tiene en un ajedrez a Rusia, China, Europa y Estados Unidos. A ninguno de ellos le importa la suerte de Palestina. Están preocupados de cómo se posicionan frente a sus contrincantes. Cada que se abre un nuevo frente de guerra para Estados Unidos, se aprovecha por parte de rusos y chinos, sacan partido de ello. Les interesa que Estados Unidos se desgaste ayudando a sus socios israelíes. De ahí que los osos y dragones no entren con energía a defender a Palestina. Así funciona la economía política. Hacen más por los gazatíes países pequeños como Yemen y Líbano (Hezbolá) que las grandes potencias. Los gobiernos árabes tampoco se ponen de acuerdo en cómo apoyar a sus hermanos palestinos, ni en cómo hacer frente al desafío sionista.

Sólo los pueblos salvan a los pueblos. Otras iniciativas serán indispensables para atajar el genocidio. No hay poder militar que salve vidas en Gaza. Ningún gobierno se atreve a interceder por los palestinos masacrados. Ninguno se quiere “meter en problemas”, cada uno mira su interés propio. Hasta ahora, sólo Indonesia ofreció 20.000 soldados para un ejército de salvación improbable. Nadie cree en ejércitos de salvación.

Gaza está sola. Siguen cayendo sus habitantes bajo las balas asesinas de Netanyahu. Después de Hiroshima y Nagasaki, el genocidio palestino es el mayor fracaso de la humanidad. La cúpula sionista está empeñada en exterminar a los gazatíes. Lo viene haciendo desde 1947 cuando sus socios británicos los ubicaron calculadamente en territorio palestino. Su odio y miedo (falta de amor) los ha llevado a considerar a todos los palestinos como terroristas. Lo mismo dicen de quienes tratan de llevarles ayuda. El fascismo está reinando y no nos hemos dado cuenta. 

Aucun commentaire: