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30/10/2025

Armas británicas, manos emiratíes, sangre sudanesa: la pregunta que el Reino Unido debe responder

 


Darfur Union in the UK, 30/10/2025
British Weapons, Emirati Hands, Sudanese Blood: The Question the UK Must Answer

أسلحة بريطانية، أيدٍ إماراتية، دماء سودانية: السؤال الذي يجب أن تجيب عليه بريطانيا

Traducido por Tlaxcala

Las recientes revelaciones del Guardian exponen un vínculo profundamente inquietante: equipos militares fabricados en el Reino Unido han sido rastreados hasta Sudán, en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), una milicia respaldada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU), ahora acusada de genocidio en Al-Fashir, Darfur del Norte.

Este hallazgo no es teórico. Es una prueba material de que armas y equipos autorizados para exportación por el Reino Unido, vendidos originalmente a los EAU, han sido desviados para alimentar una guerra genocida contra civiles sudaneses. Las personas que hoy mueren bajo bombardeos y ataques con drones en Al-Fashir pueden haber sido asesinadas con herramientas fabricadas en Gran Bretaña.

Una cuestión de responsabilidad

Según el derecho internacional y las obligaciones del Reino Unido bajo el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), el gobierno está obligado a garantizar que las armas británicas no se utilicen para cometer o facilitar crímenes de guerra. Sin embargo, ante las crecientes pruebas de transferencias emiratíes hacia las FAR, surge la pregunta:

¿Qué salvaguardias, si es que existen, ha establecido el gobierno británico sobre sus ventas de armas a los Emiratos Árabes Unidos?

Las investigaciones del Guardian [ver artículo siguiente], confirmadas por expertos de la ONU, revelan una cadena de complicidad: equipos británicos, reexportados o licenciados a través de los EAU, terminan en el campo de batalla de Darfur. Estas armas permiten la campaña sistemática de asesinatos, hambruna y limpieza étnica de las FAR.

Cuando la misericordia murió: la masacre en los hospitales de Al-Fashir

Dentro de la ciudad sitiada de Al-Fashir, el horror alcanzó su punto máximo. Todos los heridos y enfermos que se encontraban en el hospital saudí, las salas de primera clase, la universidad y los dormitorios fueron ejecutados a sangre fría por la milicia FAR respaldada por los EAU: al menos 460 personas asesinadas mientras aún estaban entre la vida y la muerte.

En una época en la que la humanidad ya no tiene lugar, la misericordia murió antes de que la medicina pudiera llegar.

Los hospitales cayeron en un silencio aterrador, roto solo por gemidos que se apagaron de repente.

Mientras tanto, continúan los ataques contra trabajadores humanitarios, incluidos miembros de la Cruz Roja, que sufren golpizas, humillaciones e intimidaciones bajo la supervisión de comandantes de las FAR que actúan con el pleno respaldo y dirección de Abu Dabi.

Estos actos forman parte de una estrategia deliberada para extinguir la vida, borrar testigos y castigar a quienes ofrecen ayuda.

Al-Fashir: una ciudad bajo la sombra británica

Hoy, Al-Fashir yace en ruinas. Más de 2.000 civiles han sido masacrados en pocos días —hombres, mujeres y niños— mientras imágenes satelitales muestran charcos de sangre manchando barrios que antes rebosaban de vida. Hospitales, centros de alimentos y refugios han sido bombardeados bajo un asedio deliberado dirigido por la milicia FAR y supervisado desde Abu Dabi.

Resulta inconcebible que, en 2025, un componente británico —un motor, un sistema de puntería o una unidad de comunicación— pueda desempeñar un papel en la aniquilación de todo un pueblo. Y, sin embargo, aquí estamos.

Preguntas al gobierno británico

Nosotros, la Unión de Darfur en el Reino Unido, exigimos respuestas inmediatas del Gobierno británico, en particular del Secretario de Estado de Defensa:

1.      ¿Qué mecanismos específicos de control del uso final existen para impedir la reexportación de armas británicas desde los EAU hacia terceros como las FAR?

2.     ¿Ha iniciado el Ministerio de Defensa o él de Asuntos Exteriores (FCDO) una investigación sobre las pruebas presentadas por The Guardian y las Naciones Unidas?

3.     ¿Suspenderá el Gobierno las licencias de exportación de armas a los EAU mientras se realiza una revisión independiente de los riesgos de desvío?

4.    ¿Qué rendición de cuentas se exigirá a las empresas británicas cuyos productos han llegado a actores acusados de genocidio?

El público tiene derecho a saber

No se trata solo de política exterior, sino de responsabilidad moral británica. El público británico tiene derecho a saber si su gobierno, consciente o negligentemente, ha facilitado el asesinato de civiles en Darfur.

Las víctimas de Al-Fashir no son anónimas: son maestros, niños, madres, personas comunes atrapadas bajo una lluvia de muerte financiada por intereses extranjeros y posible, en parte, por la falta de supervisión en el Reino Unido.

Un llamado a la acción

Llamamos al Parlamento, a la sociedad civil y a la prensa británica a exigir transparencia y rendición de cuentas.

La exportación de armas no debe convertirse en la exportación de atrocidades.

El Reino Unido no puede proclamarse defensor de los derechos humanos en el extranjero mientras sus armas acaban en manos de quienes cometen genocidio.

Unión de Darfur en el Reino Unido
Justicia, responsabilidad y protección de los civiles en Sudán

 ***

Equipamiento militar británico utilizado por una milicia acusada de genocidio encontrado en Sudán, según la ONU

Exclusiva: dos expedientes presentados ante el Consejo de Seguridad plantean interrogantes sobre la exportación de armas británicas a los Emiratos Árabes Unidos, acusados de suministrar armas al grupo paramilitar FAR.

Mark Townsend, The Guardian, 28/10/2025
Traducido por Tlaxcala

Mark Townsend es periodista senior de la sección Desarrollo global en The Guardian y autor de No Return: The True Story of How Martyrs Are Made.

Equipos militares fabricados en el Reino Unido han sido encontrados en los campos de batalla de Sudán, utilizados por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar acusado de genocidio, según documentos vistos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Se han recuperado sistemas de puntería para armas ligeras fabricados en el Reino Unido y motores británicos para vehículos blindados de transporte de tropas en lugares de combate, en un conflicto que ha provocado la mayor catástrofe humanitaria del mundo.

Los hallazgos han vuelto a generar escrutinio sobre las exportaciones de armas británicas a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), país repetidamente acusado de suministrar armamento a las FAR en Sudán.
También plantean preguntas al gobierno británico sobre su posible papel en la intensificación del conflicto.

Meses después de que el Consejo de Seguridad recibiera material que indicaba que los EAU podrían haber suministrado equipos de fabricación británica a las FAR, nuevos datos muestran que el gobierno británico continuó aprobando exportaciones al Estado del Golfo de equipos militares del mismo tipo.

Los motores británicos fabricados específicamente para un tipo de vehículo blindado de transporte de tropas producido en los EAU también parecen haber sido exportados al emirato, a pesar de las pruebas de que esos vehículos habían sido utilizados en Libia y Yemen en violación de los embargos de armas de la ONU.

Imágenes muestran motores británicos procedentes de vehículos militares fabricados por Nimr, una empresa de los EAU, supuestamente recuperados de posiciones de las FAR en Sudán.
Foto SOPA Images / LightRocket

Los EAU han negado repetidamente haber brindado apoyo militar a las FAR.

Entrando en su tercer año, la guerra entre las FAR y el ejército sudanés ha dejado al menos 150 000 muertos, más de 12 millones de desplazados y casi 25 millones de personas enfrentando hambre aguda. Ambos bandos han sido acusados de crímenes de guerra y ataques contra civiles.

El equipamiento militar británico encontrado en Sudán aparece en dos expedientes, fechados en junio de 2024 y marzo de 2025, vistos por el Consejo de Seguridad.
Ambos fueron compilados por el ejército sudanés y afirman presentar “pruebas del apoyo de los EAU” a las FAR.

El hecho de que el Reino Unido haya seguido suministrando equipamiento militar a los EAU, a pesar del riesgo de que terminara alimentando el devastador conflicto en Sudán, ha provocado una profunda preocupación.

Mike Lewis, investigador y exmiembro del panel de expertos de la ONU sobre Sudán, declaró:

“La legislación británica y los tratados internacionales obligan al gobierno a no autorizar exportaciones de armas cuando exista un riesgo claro de desvío o de uso en crímenes internacionales.”

Los investigadores del Consejo de Seguridad han documentado en detalle el historial de una década de los EAU desviando armas hacia países bajo embargo o hacia fuerzas que violan el derecho internacional humanitario.

Lewis añadió:

“Incluso antes de esta nueva información sobre equipos británicos en Sudán, estas licencias nunca debieron haberse emitido, como tampoco a otros gobiernos responsables de armar el conflicto sudanés.”

Abdallah Idriss Abugarda, presidente de la Asociación de la Diáspora de Darfur en el Reino Unido, que representa a los sudaneses de esa región occidental, pidió una investigación:

“La comunidad internacional, incluido el Reino Unido, debe investigar urgentemente cómo se produjo esta transferencia y garantizar que ninguna tecnología ni armamento británico contribuya al sufrimiento de los civiles sudaneses. La rendición de cuentas y el control estricto del uso final son esenciales para evitar una mayor complicidad en estos graves crímenes.”

Un oficial del ejército sudanés inspecciona equipos incautados tras la captura de una base de las FAR en Salha, Omdurmán, el 26 de mayo. Foto Ebrahim Hamid / AFP


Las imágenes incluidas en los dos expedientes vistos por el Consejo de seguridad –del cual el Reino Unido es miembro permanente– sugieren que dispositivos de puntería británicos para armas ligeras fueron recuperados en antiguos emplazamientos de las FAR en Jartum y Omdurmán.

Aunque es difícil verificarlas sin metadatos o información precisa de geolocalización, varias fotografías llevan etiquetas que indican su fabricación por Militec, una empresa con sede en Mid Glamorgan (Gales), fabricante de sistemas de entrenamiento y puntería para armas ligeras.

Las bases de datos muestran que el gobierno británico concedió a Militec licencias de exportación a los EAU ya en 2013.

Nueva información revela que, entre enero de 2015 y septiembre de 2024, el gobierno británico emitió 26 licencias de exportación permanente de dispositivos de entrenamiento militar a los EAU en la categoría “ML14”, que cubre los productos de Militec.

Estas licencias fueron concedidas a 14 empresas, incluida Militec, pero el gobierno se ha negado a revelar qué licencias correspondieron a qué empresas.

Los documentos indican que el 27 de septiembre de 2024, tres meses después de que el Consejo de Seguridad recibiera imágenes que mostraban equipos de categoría ML14 en Sudán, el gobierno británico emitió una “licencia individual abierta” para exportar productos del mismo tipo a los EAU.

Este tipo de licencia permite al Reino Unido exportar cantidades ilimitadas de ese material durante toda la vigencia del acuerdo, sin necesidad de monitorear su destino final.

Para entonces, aumentaban las preocupaciones de que los EAU estuvieran armando a las FAR.

Nueve meses antes, en enero de 2024, un informe del panel de expertos de la ONU sobre Sudán, designado por el Consejo de Seguridad para supervisar el embargo de armas sobre Darfur, afirmaba que las denuncias de suministro de armas por parte de los Emiratos eran “creíbles”.

Un vehículo militar incendiado en el aeropuerto internacional de Jartum. Foto Giles Clarke / Getty Images

Años antes, el gobierno británico ya había recibido pruebas de que empresas con sede en los EAU podían representar un riesgo de desvío de accesorios para armas ligeras. Tres años antes, el Reino Unido había autorizado la exportación de visores nocturnos fabricados en su territorio a una empresa emiratí, los cuales fueron posteriormente adquiridos por combatientes talibanes en Afganistán.

Militec fue contactada pero declinó hacer comentarios, afirmando que todas sus exportaciones están autorizadas por las autoridades competentes del Reino Unido y que la empresa no ha cometido ninguna irregularidad.

Las imágenes incluidas en los expedientes vistos por diplomáticos de la ONU muestran también vehículos blindados de transporte de tropas Nimr Ajban, fabricados en los EAU por el Edge Group, un conglomerado armamentístico mayoritariamente estatal.

Una fotografía del documento de 2025 muestra la placa de datos de un motor de un vehículo Nimr con la inscripción “Made in Great Britain by Cummins Inc”, fabricado el 16 de junio de 2016 por una filial británica de Cummins, empresa usamericana.

En 2016, el gobierno británico ya sabía que los EAU habían suministrado vehículos Nimr a grupos armados en Libia y Somalia, en violación de un embargo de armas de la ONU.

Pruebas publicadas por el Consejo de Seguridad indican que los EAU entregaron vehículos blindados a las milicias llamadas Brigadas de Zintan en Libia en 2013.

No parece existir registro de licencias británicas que indiquen cuándo fueron exportados los motores británicos para los vehículos Nimr, ya que no están diseñados exclusivamente para uso militar y por tanto no requieren una licencia especial.

Vehículos blindados en la Exposición Internacional de Defensa de Abu Dabi, 2023. Foto Ryan Lim / AFP

Un portavoz de Cummins declaró:

“Cummins tiene una sólida cultura de cumplimiento, como lo demuestran los diez principios éticos establecidos en nuestro código de conducta empresarial.
Nuestro código cubre explícitamente el cumplimiento de las sanciones y los controles de exportación en todas las jurisdicciones donde operamos, y en algunos casos nuestras políticas van más allá de los requisitos legales.
Cummins tiene una política firme de no participar, directa ni indirectamente, en ninguna transacción con destinos bajo embargo de armas sin la autorización completa de las autoridades competentes.
Revisamos exhaustivamente todas las transacciones en defensa para evaluar los aspectos legales y de política, y bajo ese programa hemos obtenido regularmente las licencias de exportación cuando son requeridas, además de aplicar otras medidas de cumplimiento.
Con respecto a Sudán, revisamos todas nuestras transacciones pasadas y no identificamos ninguna operación militar en la que Sudán figurara como destino final.”

Un portavoz de la Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo (FCDO) del Reino Unido afirmó:

“El Reino Unido cuenta con uno de los regímenes de control de exportaciones más rigurosos y transparentes del mundo.
Todas las licencias de exportación se evalúan por el riesgo de desvío a un usuario o uso final indeseado.
Esperamos que todos los países cumplan con sus obligaciones bajo los regímenes de sanciones de la ONU.”

Fuentes gubernamentales indicaron que las decisiones de concesión de licencias se toman caso por caso, y que el Reino Unido es consciente del riesgo de desvío al conflicto en Sudán, razón por la cual algunas licencias, incluidas las dirigidas a los EAU, han sido denegadas regularmente.

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