Zachary Foster, Palestine Nexus, 16-10-2025
Traducido por Tlaxcala
El pueblo palestino de Gaza ha vivido dos años de genocidio. Y, sin embargo, a pesar de los desplazamientos forzados incesantes, la campaña de hambre y los asesinatos masivos, l@s jóvenes escritor@s de Gaza se negaron a ser silenciad@s. Han narrado sus cuerpos famélicos, sus experiencias cercanas a la muerte y la lucha por encontrar comida, medicinas, agua y refugio. Viajan durante horas para encontrar una conexión a internet y escriben con el estómago vacío mientras apoyan a sus familias y ayudan a quienes tienen aún menos. Arriesgan sus vidas cada día para contarle al mundo las historias de Palestina, y siempre estaremos asombrados por su valentía y su resistencia. Aquí están algunas de sus reflexiones al mirar atrás sobre estos dos años.
— Dr. Zachary Foster, fundador de Palestine Nexus
Hani Qarmoot, 22 años, periodista y narrador del campo de Jabalia
«Durante los dos años de genocidio, cada día estuvo marcado por el hambre, el
desplazamiento, el derramamiento de sangre y el sonido de las explosiones. Por
nuestra supervivencia, por la continuidad de nuestras historias y por el
reconocimiento de nuestro sufrimiento y nuestra risa, escribo en la oscuridad.
Aunque he perdido amigos, compañeros de trabajo, maestros y seres queridos, sus
recuerdos me sostienen. El sonido de la risa de un niño, el mensaje de un amigo
o el silencio entre las explosiones son cosas que me dan vida. Escribir es un
acto silencioso de resistencia que demuestra que seguimos vivos. Nuestras
palabras son nuestro escudo, y nuestra voz nunca será silenciada.»
— Hani QarmootRama Hussain AbuAmra, 23 años, escritora y traductora de la Ciudad de Gaza
«Todavía me cuesta creer que este genocidio pueda realmente estar terminando.
Durante dos años, vivimos una pesadilla que robó todo rastro de amor, seguridad
y alegría. Fuimos despojados de nuestros hogares, de nuestros recuerdos y de
las personas que amamos. Cada momento estaba empapado de miedo: miedo a
perdernos a nosotros mismos, miedo a perder a los que amamos.
Hay una noche que me persigue más que ninguna otra: la del 10 de octubre de
2023. A la 1:30 a. m., recibimos una llamada advirtiéndonos que evacuáramos
nuestro edificio antes de que fuera bombardeado y reducido a escombros. ¿Cómo
se puede meter toda una vida en una sola bolsa? Mi infancia, mis libros, mi
ropa favorita, el rincón que amaba al amanecer y al atardecer, todo quedó
atrás. Corrimos, sin aliento, hacia un hospital cercano, esperando lo
desconocido. Luego vino el sonido de la explosión que destruyó nuestro hogar y
nuestros corazones. Al día siguiente, huimos a Al-Zawaida, en el sur de Gaza,
solo para presenciar otro horror: 25 almas de una misma familia aniquiladas. El
humo llenaba nuestros pulmones, el vidrio caía como lluvia y la sangre cubría
el suelo. Aún veo las cenizas, las ventanas rotas, los miembros esparcidos.
Sobrevivimos, de alguna manera. Pero las cicatrices permanecen. Y ahora, no
esperamos en paz, sino con una esperanza frágil.»
— Rama Hussain AbuAmraDalal Sabbah, 20 años, estudiante de traducción inglesa de Rafah
«Durante los últimos dos años, he asumido el desafío de documentar la vida en
Gaza, asegurando que nuestras historias lleguen al mundo más allá de los
escombros y del silencio. Cada día ha sido una prueba de resistencia, pero me
mantuve firme, porque estas historias merecen ser contadas.
A pesar de los desplazamientos repetidos, el agotamiento, el miedo constante y
la cercanía de la muerte; a pesar de haber perdido a muchos miembros de mi
familia, tuve que seguir escribiendo para registrar estos momentos y honrar la
memoria de quienes hemos perdido. Escribir se convirtió en algo más que una
profesión; se transformó en un grito silencioso del corazón hacia el mundo, un
testimonio de vidas que desafían la muerte cada día y una prueba de que
nuestras voces no desaparecerán entre el humo y los escombros.
Incluso cuando la desesperación me oprime, sigo adelante. Escribo, hablo, doy
testimonio, porque es mi deber hacia mi pueblo, hacia mi patria, hacia
Palestina.
Y pase lo que pase, Palestina es libre, desde el río hasta el mar.»
— Dalal SabbahJaled Al-Qershali, 22 años, periodista independiente de Al-Nasser
«Aunque el genocidio de la ocupación
israelí ha terminado y he sobrevivido, nada de lo que me fue arrebatado volverá
jamás. He perdido a dos amigos muy queridos, Mohammed Hamo y Abdullah
Al-Khaldi, junto con mi casa y la vida que conocía antes del 7 de octubre de
2023.
Desde ese día, la vida tal como la conocía fue destruida. Los últimos dos años
han estado marcados por el desplazamiento, el hambre, el miedo y la pérdida
constante.
Espero que el alto el fuego se mantenga, pero me cuesta creerlo. Durante el último
alto el fuego, en enero, mi abuelo y mis tíos regresaron a Gaza para
reconstruir sus vidas desde las ruinas. Pero era una trampa: el genocidio se
reanudó y todo lo que habían reconstruido desapareció.»
— Khaled Al-QershaliJaydaa Kamal, 23 años, periodista y traductora de Jan Yunis
«Cada historia que escribo se siente como una batalla por la supervivencia. He
escrito desde las ruinas, desde las tiendas, desde lugares donde la
electricidad y el internet son milagros. A veces caminaba durante horas bajo el
sol abrasador porque el transporte era demasiado caro, y porque el silencio no
era una opción.
Mi computadora portátil lleva el polvo de mi casa destruida. La saqué de entre
los escombros después de un bombardeo, la limpié con manos temblorosas y la
devolví a la vida. Se ha congelado, se ha apagado, me ha fallado muchas veces,
y aun así sigue sobreviviendo, igual que yo.
He escrito a través del hambre, el agotamiento y el miedo, documentando lo que
significa vivir y trabajar bajo bombardeos constantes. Hubo momentos en que
escapé de la muerte por cuestión de minutos.
Pero sigo escribiendo, porque si dejo de hacerlo, ellos ganarán — no solo
matándonos, sino borrando nuestras historias.»
— Jaydaa Kamal
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire