Ryan
Devereaux,
The Intercept, 3/11/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
Ryan
Devereaux es un galardonado periodista usamericano de investigación que cubre temas de
justicia penal, aplicación de la ley de inmigración y seguridad nacional. Ha
informado sobre la guerra contra el narcotráfico en México y fue uno de los
principales reporteros de la premiada serie de The Intercept “Drone
Papers”, en la que sacó a la luz una campaña antiterrorista de EE. UU. en el
noreste de Afganistán que tuvo graves consecuencias para los civiles sobre el
terreno. Ganador del Premio de Periodismo Online 2017 a la mejor redacción de
reportajes para una pequeña redacción, Devereaux ha informado sobre las
prácticas policiales desde la ciudad de Nueva York hasta Ferguson, Missouri.
Devereaux recibió el premio 2020 del Deadline Club al mejor reportaje
periodístico o digital por “Bodies in the Borderlands” (Cuerpos en la
frontera), una investigación de un año sobre la represión de la administración
Trump contra los voluntarios de ayuda humanitaria que prestan asistencia a los
migrantes en el desierto de Arizona. Ha informado ampliamente sobre el
Departamento de Seguridad Nacional y, en 2019, reveló una operación conjunta de
recopilación de inteligencia entre EE. UU. y México dirigida contra
periodistas, abogados y defensores de la inmigración en la frontera entre ambos
países; ha hecho el seguimiento de las protestas por la separación de familias
por parte de una empresa de inteligencia privada; y se ha infiltrado en un
grupo secreto y profundamente controvertido de Facebook utilizado por miles de
agentes actuales y antiguos de la Patrulla Fronteriza, incluido el jefe de
esta. Antes de colaborar con The Intercept, Devereaux trabajó en el Guardian US. Sus trabajos se han publicado también en Rolling Stone, The Nation y Village Voice. Vive en Brooklyn, Nueva York.
Amber Ortega fue detenida por bloquear la construcción en tierras sagradas
del sur de Arizona. Ahora se enfrenta a un juicio en Tucson.
Amber Ortega, una activista de la tribu
hia ced o’odham y tohono o’odham posa ante el Monumento Nacional Organ Pipe
Cactus el 9 de noviembre de 2019. (Foto: Kitra Cahana/MAPS para The
Intercept)
Han pasado cuatro meses desde que Amber Ortega, miembr@ de
la tribu hia ced o'odham, de 35 años, fue detenida por bloquear la construcción
del muro fronterizo que amenazaba un oasis sagrado del desierto en el sur de
Arizona. Ortega fue detenida junto con Nellie Jo David, otra mujer hia ced o'odham,
en el manantial de Quitobaquito Springs, un ecosistema de fama mundial situado en el extremo
sur del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus que ha sido un centro de tradición
cultural y espiritual para los o'odham durante miles de años.
Bajo el mandato del presidente
Donald Trump y para abrir paso al muro, los contratistas del gobierno
atravesaron el prístino hábitat desértico de Organ Pipe en vehículos de varias
toneladas, bombeando cientos de miles de galones de agua del acuífero que
sustenta los manantiales y destrozando secciones de un cementerio cercano con potentes explosivos. En
septiembre de 2020, Ortega y David estaban rezando en los manantiales cuando se
encontraron con uno de los equipos de construcción. La pareja se sentó encima
de los vehículos del equipo y les dijo que no eran bienvenidos. Los
trabajadores llamaron a los equipos tácticos de los agentes de la Patrulla
Fronteriza y de la policía del parque, y Ortega y David fueron detenidas.
Por un delito menor que
normalmente se resuelve con una multa por allanamiento, las dos mujeres fueron
desnudadas, encadenadas y conducidas a una cárcel gestionada con carácter
privado a unos 210 kilómetros de distancia, donde las mantuvieron incomunicadas, sin poder acceder a un abogado, durante casi 24 horas. Al
principio de su caso, un abogado designado por el tribunal le dijo a Ortega que
era probable que los esfuerzos para luchar contra sus cargos, que conllevan una
condena máxima de seis meses, pudieran acabar en fracaso. Ortega decidió no
seguir con ese abogado. Aunque comprende su opinión, no luchar no era una
opción para ella.
“Quería seguir adelante para
concienciar sobre la opresión que hemos sufrido los nativos, los o'odham. Siempre
nos han negado tener voz”, dijo Ortega a The Intercept. “El gobierno de
Estados Unidos nos ha arrebatado nuestros derechos y el acceso a las tierras, a
los lugares sagrados, y esto ha venido sucediendo desde la colonización”.
El jueves, Ortega se declarará
no culpable en su caso y argumentará ante un tribunal de Tucson que las
acciones por las que fue detenida estaban arraigadas en creencias espirituales
profundamente enraizadas. El nuevo abogado de Ortega, Paul Gattone, abogado de
derechos civiles con sede en Tucson, cree que su caso es sólido. “Es una joven
indígena que tiene creencias muy arraigadas, religiosas y culturales, por eso
estaba allí”, dijo Gattone a The Intercept. “Debido a esas creencias
culturales y religiosas, se sintió obligada a actuar, y eso es lo que hizo”.
El juicio marca la primera
instancia de la administración de Biden, que prosigue con la persecución de la
era de Trump contra una defensora de las tierras fronterizas en Arizona, y la
segunda vez en los últimos años en la que una activista del estado ha articulado
una defensa de la libertad religiosa en respuesta a los cargos de alto perfil vinculados
al aparato de seguridad fronteriza del gobierno. El trabajador humanitario
Scott Warren, a quien la administración de Trump acusó de contrabando de
personas por proporcionar ayuda a los migrantes en el desierto, realizó una exitosa defensa de la libertad religiosa contra dos intentos de procesamiento federal en 2019. Sustentado por el
Servicio de Parques Nacionales, el caso de Ortega hace que el Departamento del
Interior la procese por intentar detener la misma construcción contra la que la
propia funcionaria principal de la agencia, y primera secretaria nativa
americana, Deb Haaland, se había manifestado ya como miembr@ del Congreso.