17/12/2022

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
¿Aspiramos a un gobierno mundial medicalizado?
Estado de situación de un presente tan confuso

Luis E. Sabini Fernández, 17-12-2022

Estamos, estaríamos a la vez, en el mejor y en el peor de los mundos posibles.

Si escuchamos a los dirigentes y gurúes del Foro Económico Mundial, como Klaus Schwab, Bill Gates o Yuval Harari anunciando las bondades del gobierno mundial, a los programadores de la Agenda 2030 que articulan su estrategia de “superación” o eliminación de los estados nacionales desde la ONU, a la industria farmacéutica con sus nuevos y milagrosos medicamentos y aparatología médica sin precedentes que en rigor articula una medicalización generalizada, sustituyendo la condición de ciudadano por la de paciente, si escuchamos a los gobernantes de, por ejemplo, EE.UU. y la UE, jamás hemos alcanzado tal grado de conciencia y responsabilidad sobre el planeta y nuestro destino humano.

 

Rachel Gold

Si atendemos, empero, a abordajes que registran el estado planetario, la primera y principal conclusión a que llegan muy diversos analistas es si el planeta es todavía siquiera parcialmente salvable o recuperable, o si ya hemos entrado en un proceso de deterioro irreversible. Como explicita Herbert Girardet: ¿Ante una emergencia de alcance planetario, es todavía posible una ‘megametamorfosis’ de la sociedad moderna? [1] Girardet aclara que el desarrollo tecnológico a costa del saqueo permanente del mundo natural –que denomina “biosfera” y cuya integridad ve bajo absoluto peligro− nos ha ido llevando a un desarrollo antieconómico: “deforestación, pérdida de recursos, contaminación y trastornos climáticos afectan inevitablemente la relación entre la humanidad y el planeta.” (ibíd.)

La perspectiva política que vemos desarrollándose, el papel referencial de los que rigen los movimientos económicos, de los dirigentes profesionales, de quienes ocupan los lugares claves de las instituciones, la red córporomílitocleptocrática (al bien decir del analista Gustavo Salle), decisiva en muy diversos órdenes de nuestras sociedades,  nos lleva a entrever un muy sombrío panorama para nuestras vidas.

ERROR DE DIAGNÓSTICO O DE COMPRENSIÓN

Abundan datos y signos de porqué el abordaje de estas grandes instancias institucionales no nos puede llevar a buen puerto. Como explicara Ernst Schumacher en su tan invocado Lo pequeño es hermoso (1973), hace ya medio siglo: “El hombre moderno no se piensa a sí mismo como parte de la naturaleza  sino como una fuerza exterior destinada a dominarla y conquistarla. Se refiere incluso a una batalla contra la naturaleza, olvidando que, si ganara semejante batalla, él mismo pertenecería al bando perdedor.” Sólo podemos verificar que hoy estamos todavía peor, mucho peor, en términos de contaminación planetaria, de angostamiento de recursos, destrozo del mundo natural –todavía visto hoy como entorno a nuestro servicio− que cuando Schumacher describiera la situación.

Baste pensar en uno de los desquiciantes proyectos de Yuval Harari, de procurar, con el auxilio médico, sanitario, científico, alcanzar la amortalidad humana.

Este personaje, presentado en todos los circuitos mediáticos como historiador y filósofo para tener en cuenta, advierte que no postula alcanzar la inmortalidad porque, aclara que, si un cuerpo humano es alcanzado por un impacto automovilístico o de aviación, por ejemplo, el colapso vital es irreversible e inevitable. Pero, nos cuenta, que tenemos tal grado de nivel médico y operacional que sí podemos sustituir arterias, muelas, riñones, tendones, diversos órganos gastados, el corazón incluido, de tal modo que, satisfactoriamente reemplazados, podremos sí, alcanzar una edad indeterminada: “prolongar nuestras vidas indefinidamente se está convirtiendo en un objetivo cada vez más alcanzable.” [2]

La falta de sentido del proyecto harariano, su desvarío ombliguista, nos da la dimensión de tantos proyectos de “la modernidad”. Tal proyecto resulta contrario a lo vital, y su fluir. No solo llama la atención su estulticia sino su crudo racismo o aristocratismo, porque es evidente que el proyecto de la amortalidad no va a ser para los humanos en general sino para una muy restringida minoría, amparados en todos los resortes de poder a su servicio que ya sabemos; sociales, científicos, militares, políticos. Si la discrecionalidad del poder y la desfachatez consiguiente lo permite, el proyecto de amortalidad se destinará a muy contados centros hospitalarios, digamos en Nueva York o Londres; ya sabemos que no va a alcanzar a los habitantes pobres de Dacca o Tegucigalpa, por ejemplo.

El proyecto “Harari”, con todo su daño a la noción de la vida inescindible de la muerte, es apenas un capitulejo de una agenda con un objetivo geopolítico inescapablemente totalitario.

HACIA EL GOBIERNO MUNDIAL

Y el primer ensayo a escala general, universal (o casi) de sociedad planetaria, de gobierno común de la humanidad, ha sido la pandemia decretada desde ONU-OMS en 2020, con mucho mayor “éxito” que otros intentos también pandémicos en décadas previas de este mismo siglo.

El lector recordará el mar de ignorancia en que nos movimos a comienzos de 2020 con una pandemia que se habría desencadenado en China, con un segundo brote en Irán y un tercero en el norte italiano: una pandemia que no alcanzaba geográficamente ese estatuto de “en todas partes” y que a la vez era curiosamente saltarina en términos puramente geográficos.

Espiguemos algunos episodios del Covid19. El periódico Perfil de Buenos Aires declaraba: “COVID-19 presenta mayor riesgo de causar afecciones cerebrales que las vacunas.” [3] ¡Menos mal! Porque tenemos menudo conflicto entre el soneto y su enmienda. Que expresa la penosa realidad de lo transcurrido bajo el tiempo pandémico; sopesar qué causaba mayor daño; si el Covid19 o  las inoculaciones que con la designación oficial de vacunas se suminstraban (se suministran) para combatirlo. Y no sólo las llamadas vacunas, sino otras medidas sanitarias. Porque hay muchísimos investigadores, virólogos, médicos, infectólogos que sostienen que ha sido peor el remedio que la enfermedad a la vez que hay una multitud de investigadores, virólogos, médicos, infectólogos, generalmente integrados a las estructuras sanitarias, públicas o privadas o a los grandes laboratorios transnacionales, que nos tranquilizan refiriéndose a todas la ventajas que ofrecerían estos suministros.

Algo, empero, resulta claro: las secuelas del suministro de las llamadas vacunas Covid19 han resultado increíblemente más numerosas que las sobrevenidas con cualquier otra vacuna de las forjadas por la ciencia médica hasta ahora.

Espiguemos las consideraciones de Tess Lawrie,[4] médica inglesa (University of  Witwatersrand) consultante de la OMS: “Ahora es evidente que estos productos en el torrente sanguíneo son tóxicos para humanos. Se requiere una interrupción inmediata del programa de vacunación mientras se realiza un análisis de seguridad independiente para investigar el alcance total de los daños que según los datos de la tarjeta amarilla del Reino Unido incluyen tromboembolismo, enfermedad inflamatoria multisistémica, inmunodepresión, […] y anafilaxia.”

Otro pasaje suyo señala: “Centenares de millones de seres humanos han sido introducidos en el experimento médico más grande de toda la historia humana. La vacunación en masa en estas condiciones no tiene precedentes. […] Políticos y otro personal no médico son los que dictan lo que estamos  autorizados a hacer con los enfermos, de modo tal que nosotros los médicos hemos sido puestos ante exigencias que ponen en entredicho nuestro juramento hipocrático. Jamás había sido hasta ahora tan importante nuestro rol como médicos porque nunca antes nos hemos convertido en cómplices para causar tanto daño.”

Lawrie ha sostenido que, científicamente, la ivermectina salva vidas. Y que ha sido mediante corrupción institucional que se ha evitado que dicha medicina salvara millones de seres humanos, y el consiguiente dolor y horror.

Como toda la parafernalia construida para, se supone, combatir el Covid19 se ha hecho en cortísimo lapso, la OMS no tuvo los tiempos para cumplir con las cuatro etapas de control que necesita la aprobación de toda vacuna; en rigor se lanzó al mercado una inoculación en plena etapa experimental, superponiendo etapas de control  y testigos con placebos, con inoculación real a población general. Eso es lo que Lawrie tipifica como un ensayo con cuerpos humanos sin precedentes.

Tales pasos pueden considerarse el más extendido ejemplo de juego del aprendiz de brujo. Y Lawrie, además, alude a razones comerciales  para atender la decretada pandemia.

El historiador argentino Sergio Wischñevsky ha llevado adelante una suerte de biografía del laboratorio más destacado en este asunto del Covid19; Pfizer.

No se puede decir que la conducta de tamaño laboratorio inspire la mayor confianza.

-       En 2019, Pfizer fue condenado por ocultar datos respecto de medicamentos útiles “para prevenir alzheimer”.

-       Una publicación de visitadores médicos argentinos  publicó un fallo judicial de 2012 que condenara a Pfizer por “financiar un oscuro sistema de compras y sobornos a médicos en el marco de la cadena de comercialización de medicamentos”.

-       Por su parte, Médicos sin Fronteras rechazó una donación de Pfizer de un millón de vacunas para su empleo en África porque llegaron a enterarse que esas vacunas eran de descarte para el laboratorio que había rehecho la vacuna, se supone que sin los defectos que tenían las que tan “generosamente” ofrecía para africanos.

-       En 1996 el Washington Post denunció que los experimentadores de Pfizer usaron una niña, nigeriana, como cobayo para ver el curso de una enfermedad, grave, sin actuar. Escarneciendo el juramento hipocrático y dejándola morir.

Hasta aquí, sucintamente lo revelado por Wischñevsky.[5]

 La verdad que, tanto los testimonios y aportes de Lawrie como los de Wischñevsky no hacen sino iluminar el comportamiento sombrío de algunos de los motores de la globalización sanitaria forzosa.

Otros escarceos de poderosos

La opción globalifílica que procura arrear a toda la humanidad hacia “tan venturoso futuro” cuenta mucho más con la ciencia y la conciencia que con la fuerza. Una senda social blanda, medicinal, nos aguarda, mucho más que una militar (que nunca se descarta).

En rigor, Aldous Huxley lo entrevió hace ya un siglo, con su formidable “novela” Un mundo feliz (1931). Huxley era escéptico de la visión orweliana (que en 1948, a la luz de las atrocidades de la IIGM no pudo menos que entrever una opresión de tipo brutal, aunque ya muy teñida de persuasiones y conversiones de tipo ideológico, en su relato también distópico y también formidable; 1984).

Huxley le escribió, inmediatamente después de publicado 1984 a su autor: “Parece dudoso que la política de la bota en la cara pueda continuar indefinidamente. Mi propia creencia es que la oligarquía gobernante encontrará formas menos arduas y derrochadoras de gobernar y de satisfacer su ansia de poder, y estas formas se parecerán a las que escribí en Un Mundo Feliz. Dentro de la próxima generación, creo que los gobernantes del mundo descubrirán que el condicionamiento infantil y la narcohipnosis son más eficientes, como instrumentos de gobierno, que los palos y las prisiones, y que la lujuria de poder puede ser completamente satisfecha tanto sugiriendo a la gente que ame su servidumbre como azotándolos y pateándolos para que obedezcan.” [6]

Objetivo de poderosos: el gobierno mundial

La idea de gobierno mundial, desencadenada con el triunfo aplastante de “Los Aliados” en 1945,[7] ha tenido en 2020 su ensayo general con la declaración de pandemia de la OMS que procuramos reseñar. Entendemos que lo actuado por la OMS y los medios de incomunicación de masas a su servicio merecen un análisis riguroso, un abordaje racional, elementos de difícil acceso justamente por la presencia apabullante de “historia oficial”. Pero la vida es terca y el tendal de muertos con tratamientos equivocados y paralizaciones institucionales tarde o temprano serán abordados.

Los datos duros se harán insoslayables.

La (reiterada) promesa de la Agenda 2030

La Agenda 2030 repite un viejo juego al que las dirigencias políticas mundializadas recurren: estaríamos mal, pero no tanto; tenemos un porcentaje (tolerable) de, pongamos por caso, “necesidades básicas insatisfechas”, si cumplimos este Plan bajaremos su impacto a la cuarta parte. Diez años después, se verifica que el achique previsto no se verificó, y que en realidad, el deterioro cualitativo es mucho más grave, que la contaminación abarca muchas más áreas,  antes insospechadas, que los patógenos se han expandido como nunca antes y que lo que se daba por ganado, como el agua potable, está cada vez más cuestionada o que el “hambre cero” sigue siendo a lo sumo un buen deseo…

Pero ¿por qué y para qué sirvió ese diseño de cauto optimismo? Para inducirnos a creer que estábamos en la buena senda, que podíamos confiar en llegar a un buen estadío. La realidad, en cambio, nos “informa” que estamos cada vez más contaminados, más medicalizados, que las bacterias intrahospitalarias se han convertido en un agente patógeno insoslayable, que los microplásticos han penetrado todos nuestros cuerpos y alojado en nuestros órganos, que los contingentes de refugiados climáticos se agigantan en varios continentes, a causa de la desertificación de campos y zonas rurales (previamente expoliados por la agroindustria, por ejemplo), que los refugiados sociales y políticos también son cada vez más porque las estructuras de poder siguen cumpliendo una función monopolizadora subordinada a la tecnociencia comercial o empresaria y a la agroindustria, que se enfocan en el rendimiento material o crematístico y dilapida tantos recursos en sus emprendimientos a gigaescala.

La urbanización progresiva, empero, sigue haciendo la vida más cómoda a un mayor número. Y nos cuidamos de hacer una suma algebraica de beneficios y perjuicios para todos.

En resumen, que frases y consignas, tan al uso en la Agenda 2030 como “poner fin a la pobreza”, “combatir las desigualdades”, “facilitar el acceso a la justicia”, “reducción de la desigualdad de ingresos” no son sino señuelos.

POR ÚLTIMO, PERO PARA NADA LO ÚLTIMO…

Tendremos una vez más decidir, si los poderes que nos guían y condicionan a través de los medios masivos, de las cadenas mediáticas de persuasión y lavado cerebral, de los celulares “inteligentes”, nos ayudan o nos intoxican. Nos ayudan y nos intoxican a la vez.

Tendremos que aprender a conocer qué es lo que nos intoxica.

Si nos asumimos como lo que somos, seres de carne y hueso, y tratamos de aplicar nuestro discernimiento, o si aceptamos ser guiados por entidades tan falibles como todos nosotros, pero con unos intereses creados incomparablemente mayores que los de cualquier ser humano, de carne y hueso.

 Notas

FRANCISCO PEREGIL
La justice belge enquête sur Abderrahim Atmoun, le lobbyiste marocain qui a gagné presque toutes les batailles à Bruxelles

Francisco Peregil, El País, 16/12/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala 

Abderrahim Atmoun, l'ambassadeur de Rabat en Pologne qui fait l'objet d'une enquête de la justice belge pour corruption présumée au Parlement européen, a conservé un accès privilégié aux députés européens pendant des années.

De gauche à droite : Francesco Giorgi, petit ami de l'ancienne vice-présidente du Parlement européen Eva Kaili ; Antonio Panzeri, eurodéputé italien, et l'actuel ambassadeur du Maroc à Varsovie, Abderrahim Atmoun, le 9 mai 2017, sur une image postée par ce dernier sur sa page Facebook.

L'ambassadeur du Maroc en Pologne, Abderrahim Atmoun, apparaît comme un personnage important dans l'enquête lancée par le parquet belge sur la corruption d'eurodéputés par le Qatar et le pays du Maghreb. Pendant des années, la presse marocaine a attribué à Atmoun - soupçonné d'avoir financé l'une des principales parties impliquées dans le scandale, Antonio Panzeri - plusieurs succès diplomatiques devant un Parlement européen qui a salué à plusieurs reprises les progrès du Maroc en matière de droits humains et n'a pas entravé les ambitions de Rabat concernant le Sahara occidental.

Ce qui n'a jamais été révélé, c'est qu'Atmoun est impliqué dans un réseau de pots-de-vin à des parlementaires sur lequel le parquet belge enquête, comme l'a révélé cette semaine le quotidien Le Soir. Selon Le Soir, deux agents du service d'espionnage marocain à l'étranger, la Direction Générale des Études et de la Documentation (DGED), sont également impliqués dans le réseau. Le quotidien italien La Repubblica a ajouté jeudi que les deux noms faisant l'objet d'une enquête de la justice belge sont le chef des services secrets à l'étranger lui-même, Yassine Mansouri, et l'agent Belharace Mohammed.

Ni les représentants du ministère marocain des Affaires étrangères ni le diplomate Abderrahim Atmoun lui-même - tous deux contactés par téléphone par ce journal - n'ont souhaité commenter les accusations de corruption qui atteignent le cœur des institutions européennes.

Atmoun, 66 ans, n'est pas un diplomate de carrière mais un homme politique. Mais il pratique les arts de la diplomatie et du lobbying depuis plus d'une décennie, en grande partie par le biais de la commission parlementaire mixte Maroc-UE, créée en 2010 et dont Atmoun a été coprésident de 2011 à 2019. Dans une période de ce mandat (entre 2016 et 2019), il a convergé avec une coprésidente espagnole de cette commission, Inés Ayala Sender, 65 ans, alors députée européenne du groupe socialiste. Au sein de ce genre de commissions, le Maroc choisit ses fonctionnaires et représentants et l'UE les siens, aucune des parties ne disposant d'un droit de veto sur l'autre. De ce poste, Atmoun a eu un accès total aux plus hauts représentants d'une institution de 705 membres où sont décidées les questions essentielles pour le Maroc.

Ayala, qui est conseillère de l'opposition au conseil municipal de Saragosse depuis 2019, a été contactée par ce journal mercredi. Après avoir été informée de l'objet de l'appel - la prestation d'Abderrahim Atmoun auprès des députés européens - Mme Ayala a indiqué qu'elle ne pouvait pas répondre à ce moment-là, mais qu'elle rappellerait. Elle a ensuite refusé de répondre au téléphone.

La socialiste a été député européenne pendant 15 ans, de 2004 à 2019. En 2018, elle s'est exposée aux critiques d'associations pro-saharaouies en évoquant au parlement le Sahara occidental dans les mêmes termes que ceux utilisés par l'État marocain pour désigner ce territoire contesté : « les provinces du sud ». Ses propos ont été filmés sur les réseaux sociaux : « Ce n'est pas à l'Union européenne de prendre des décisions ou de résoudre le problème du Sahara. D'autre part, il nous appartient de ne pas créer de problèmes plus importants, tant pour les citoyens des provinces du sud que pour le gouvernement ou le royaume marocain lui-même ».

Un an plus tôt, Mme Ayala s'était rendue à Rabat en sa qualité de coprésidente de la commission parlementaire mixte Maroc-UE et avait déclaré que le pays était « fermement engagé à jeter les bases d'un système judiciaire indépendant du pouvoir exécutif », selon l'agence de presse officielle marocaine MAP.

La conseillère socialiste de Saragosse, Inés Ayala Sender, alors membre du Parlement européen, à côté de l'actuel ambassadeur du Maroc en Pologne, Abderrahim Atmoun, dans une image de mars 2017 publiée par Atmoun sur sa page Facebook.

Au-delà de sa participation à la commission mixte avec l'UE, l'homme politique marocain, qui a passé près de 26 ans de sa vie en France, a évoqué son travail de lobbyiste en septembre 2017 dans l'hebdomadaire marocain Tel Quel. Il faisait référence aux accords agricoles et de pêche que Rabat négociait à l'époque avec Bruxelles : « Le Maroc est le partenaire privilégié de l'Union européenne, mais nous avons un rôle de lobbying pour défendre les intérêts du royaume ».

Atmoun était en excellents termes avec le député socialiste italien de l'époque, Antonio Panzeri, qui est désigné dans l'enquête comme le cerveau du réseau de corruption Qatar-Maroc. Panzeri a occupé, entre autres fonctions au Parlement, celle de président de la sous-commission des droits de l'homme (2014-2017), a été membre de cet organe jusqu'en 2019 et président de la délégation pour les relations avec le Maghreb entre 2014 et 2017.

La justice belge a inculpé Panzeri lundi dans le cadre de ce que l'on appelle désormais le Qatargate, après que la police a saisi 600 000 euros en espèces à son domicile. Lundi, aucune information n'avait encore émergé concernant le Maroc. Mais depuis ce jour, Abderrahim Atmoun, qui est toujours ambassadeur en Pologne, a cessé de poster des commentaires sur sa page Facebook, où il est habituellement assez prolifique.

Le député marocain de l'époque avait été interviewé en 2013 par le quotidien makhzénien Le Matin, où il citait trois « victoires diplomatiques » » remportées au Parlement européen. L'un d'entre elles, selon Atmoun, était le rapport d'Antonio Panzeri sur la politique européenne de voisinage (PEV), qui régit les relations de l'UE avec 16 de ses plus proches partenaires du sud et de l'est. En 2017, alors que Panzeri était président de la sous-commission des droits de l'homme, Atmoun a également salué sur en Le Site le rapport sur les droits de l'homme et les réformes auxquelles Panzeri avait contribué dans ce rapport.

En novembre 2016, une série de manifestations sociales dans la région du Rif au Maroc, connues sous le nom de hirak (mouvement) du Rif a éclaté, entraînant l'arrestation de centaines de jeunes. Une demi-centaine de personnes ont été condamnées en 2018 à des peines allant d'un an à deux décennies de prison pour quatre des manifestants les plus en vue. Parmi les condamnés figure le journaliste Hamid el Mahdaoui, condamné à trois ans de prison pour avoir reçu un appel, intercepté par les services secrets, dans lequel un Rifain exilé en Europe lui disait qu'il était prêt à entrer dans le Rif avec des chars. Mahdaoui a purgé ses trois ans de prison ; le leader des mobilisations, Naser Zafzafi, est toujours en prison avec une peine de 20 ans, sans que le Parlement européen n'ait jamais condamné la répression dans le Rif ou les peines qui ont suivi.

Cependant, en octobre 2020, le Parlement européen a montré toute sa dureté à l'égard de l'Algérie dans une résolution sur la « détérioration de la situation des droits de l'homme », suite aux manifestations qui ont débuté en mars 2019 dans ce qui est devenu le hirak algérien, réclamant une véritable démocratie. À cette occasion, le Parlement a adopté la résolution contre le régime algérien par 669 voix pour, 3 contre et 22 abstentions. La résolution demandait la libération urgente de tous les « prisonniers d'opinion », dont plusieurs journalistes.

Atmoun a étudié à l'Institut de statistique de Paris, comme le rappelait l'hebdomadaire marocain Maroc Hebdo en mars dernier, a travaillé en France comme homme d'affaires prospère dans le secteur hôtelier, selon Maroc Diplomatique, et est entré en politique en 1984 avec le parti de l'Union constitutionnelle (un parti se proclamant centriste libéral). En 2008, il rejoint le Parti authenticité et modernité (PAM), également connu sous le nom de « parti du roi », un parti fondé par un conseiller du monarque. Maroc Hebdo, qui le décrit comme un « expert en relations et en lobbying », affirme qu'il a accès à des députés européens de tous les partis politiques, avec « des centaines d'amis dans la droite européenne ». Atmoun a été décoré de la Légion d'honneur française en 2011 par le président de l'époque, le conservateur Nicolas Sarkozy. Il a été le premier homme politique marocain à la recevoir.

 

 

 

15/12/2022

GIDEON LEVY 
Et si Jana Zakarneh, 16 ans, exécutée à Jénine, avait été un garçon ? Vous n’en auriez jamais entendu parler

Gideon Levy, Haaretz, 15/12/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Et si Jana Zakarneh avait été un garçon ? Jana était une jeune fille de 16 ans qui avait un chat blanc nommé Lulu, et très probablement des rêves, aussi. Elle avait récemment été photographiée tenant une pancarte sur laquelle elle avait écrit des pensées obscures typiques d'une adolescente : « Ne pensez pas et n'ayez pas de doutes sur Jana, car les filles ont beaucoup de problèmes ».


Un journaliste militaire, qui comprend que c'est son travail, a fait l'éloge, comme à son habitude, du sniper “décoré” et “expérimenté” de la police aux frontières qui a mis fin aux problèmes et aux rêves de Jana avec neuf balles. L'une d'elles lui a fracassé le crâne. D'autres reporters militaires ont répété, comme à leur habitude, ce qui leur avait été dicté : Jana était une terroriste ; elle prenait des photos et les transmettait aux terroristes ; elle se tenait près d'un terroriste armé qui a tiré sur les soldats ; ou, quand tout le reste a échoué, Jana a été tuée “par erreur”.

Les USA ont posté un tweet pleurnicahrd, les médias israéliens ont consenti, ce qui n'est pas leur habitude, à mentionner son assassinat. Canal 13 a même ouvert son bulletin d'information avec cette mention, ce qui est tout à son honneur. Le ministre de la Défense a “regretté” - ce mot maudit et crispé réservé exclusivement à ces occasions ; le premier ministre a “présenté ses condoléances” pour “sa mort”, comme si elle était morte d'une maladie dans la fleur de l'âge, sans la citer nommément.

Toutes les quelques dizaines de Palestiniens tués, quelque chose soulève une faible vague d'intérêt, un semblant de tristesse forcée. Shireen Abu Akleh parce qu'elle était une journaliste avec un passeport usaméricain, Jana Majdi Zakarneh parce qu'elle était une fille. Et si elle avait été un garçon ? Personne n'aurait entendu parler d'elle, ni de sa mort, ni certainement de sa vie.

Mohammad Nuri, Haitem Mubarak, Moamen Jabar, Hussein Taha, Dirar Salah, Mohammad Suleiman, Odeh Sadka, Reit Yamin, Amjad Fayed, Ta'air Mislet, Kusai Hamamra, Mohammad Kassem, Send Abu Atiya, Nader Rian et Mohamad Abu Salah sont anonymes. Ils étaient tous de la génération de Jana, des jeunes de 16 ans, et tous ont été tués cette année seulement par Israël. Aucun d'entre eux ne méritait de mourir - aucun jeune de 16 ans ne le mérite. Ils auraient tous pu être arrêtés, blessés si besoin était, mais pas tués.

Une société qui se vautre dans ses morts, qui canonise chaque victime juive - chaque colon tué sanctifie le nom de Dieu et chaque soldat a donné sa vie pour que nous puissions vivre - a fermé son cœur pendant des décennies aux milliers de morts causées par ses soldats, même lorsqu'il s'agit d'enfants, de personnes âgées, de femmes, de journalistes ou de professionnels de la santé. Cette société se ment constamment à elle-même avec une foule d'excuses, nie et supprime ce qui devrait être évident, d'autant plus récemment, à l'époque où un chef de l'armée [Avi Kochavi] fait la comptabilité des ennemis abattus et où le gouvernement st celui du  changement. Au cours de l'année écoulée, les FDI et la police aux frontières ont tiré sur tout ce qui bouge, sans aucune responsabilité ni culpabilité, bien avant que Washington ou La Haye n'entendent parler d'Itamar Ben-Gvir.

Les forces de sécurité ont tué 144 Palestiniens, dont 34 enfants et adolescents, selon B'Tselem, au cours de ce qui a été une année relativement calme pour Israël. Pour les Palestiniens, cette année a été la plus meurtrière depuis 2004.

Il faut en parler, mais il n'y a personne à qui en parler. Il faut en parler bien avant toutes les nouvelles passionnantes, mais il n'y a pas de place pour ce genre de discussion. Israël ne veut ni entendre ni savoir. Bezalel Smotrich n'est pas le problème. Ben-Gvir non plus. Le terrain pour cette horrible obtusité a été préparé bien avant eux, et maintenant tout le monde est consterné. Que va-t-il se passer ? Ils auraient d'abord dû se demander ce qui s'est passé, que le fait d'abattre une jeune fille de 16 ans sur le toit de sa maison dans une ville palestinienne, envahie par les forces d'occupation, n'émeut personne.

Jana était une fille dont les parents ont trouvé le cadavre entre les chaudières à eau de leur toit, dans une mare de sang coulant de sa tête. Si elle avait été un garçon, vous n'auriez jamais entendu parler d'elle.

 

13/12/2022

  AMIRA HASS
Des documents internes révèlent que les colons israéliens sont déterminés à chasser les “Arabes” de Cisjordanie

Amira Hass, Haaretz, 12/12/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Un document interne de l'Administration civile*, sous la forme d'une carte et d'une feuille de calcul Excel, montre l'étroite coopération entre l'État et les colons pour déposséder les Palestiniens.

Un bâtiment de l'administration civile en Cisjordanie. Photo : Amira Hass

 

Le vendredi 2 septembre, le shabbat a commencé à 18 h 36 au Conseil régional de Samarie. À 18 h 41, le coordinateur foncier du conseil a signalé à l'Administration civile israélienne qu'un engin de terrassement était en train d'améliorer la route d'accès au village palestinien de Qusra, au sud-est de Naplouse.

 

Le fait qu'il ait violé le jour saint du repos en faisant ce rapport ne semble pas l'inquiéter : lors de trois sabbats différents, en août et en octobre, il a également fait état de travaux effectués par des Palestiniens dans le nord de la Cisjordanie, dans l'espoir que les inspecteurs de l'Administration civile les arrêtent. Une fois, il a évoqué les préparatifs de la mise en place de lignes électriques entre les villages d'Aqraba et de Majdal, à l'est de Naplouse ; une autre fois, une route était en cours de construction vers le village d'Asira al-Shamaliya, au nord de Naplouse ; et le troisième incident concernait le défrichage du sol près du village de Qafin, à l'ouest de Jénine.

L'urgence de signaler, en dehors des heures de travail officielles, une réparation mineure effectuée sur un tronçon de route menant à un village palestinien, témoigne d'un dévouement qui va bien au-delà du rôle d'un employé d'un organisme public - surtout dans une administration locale où de nombreux résidents sont des sionistes religieux, voire des ultra-orthodoxes.

 

Ces rapports sont soumis au moyen d'un formulaire en ligne intitulé « Rapport sur les violations présumées des lois sur l'urbanisme et la construction », une plate-forme informatisée qui a remplacé le centre d'appel de la « salle des opérations C », un organe de l'Administration civile créé fin 2020.

 

Son objectif explicite : accélérer les opérations de contrôle et de démolition des constructions palestiniennes sur environ 61 % de la superficie de la Cisjordanie - c'est-à-dire dans les territoires connus sous le nom de zone C, dont les pouvoirs de planification et d'administration devaient rester temporairement entre les mains d'Israël, selon les accords d'Oslo. En 1999, les pouvoirs de planification, de construction et d'administration dans la majeure partie de ce territoire étaient censés être transférés à l'Autorité palestinienne, mais Israël n'a pas respecté les accords.

 

Lorsque le centre d'appel a été lancé, en janvier 2021, il a été décrit dans une publicité sur le site Internet de la colonie de Kokhav Ya'akov (qui est construite sur les terres de Kafr Aqab) comme une “ligne de mouchardage”.

 

L'annonce se lisait comme suit : « Avez-vous vu des travaux de construction effectués par des Palestiniens qui vous semblent suspects et non autorisés ? Avez-vous rencontré un problème sanitaire causé par des Palestiniens qui traitent la loi avec mépris ? A partir de maintenant, vous avez votre propre ligne de dénonciation - adressez-vous à elle à tout moment, de toutes les manières possibles et déposez une plainte ».

 

Contrairement au centre d'appels, en principe destiné à l'usage de tous, le formulaire en ligne est utilisé principalement par les “coordinateurs fonciers” ou “inspecteurs fonciers” travaillant pour les conseils régionaux israéliens en Cisjordanie.

 

Un document interne de l'Administration civile, que Haaretz a récemment obtenu sous la forme d'une carte et d'une feuille de calcul Excel intitulée “Operations Room C”, répertorie 1 168 signalements par le biais du formulaire en ligne au cours d'une période d'environ huit mois cette année, du 1er mars au 19 octobre.

 

Le document donne un autre aperçu de l'implication intense des colons dans les opérations de l'Administration civile et de l'armée israélienne, depuis les expulsions des Palestiniens de la majeure partie du territoire de la Cisjordanie et l'empêchement de leurs travaux de construction et d'infrastructure, jusqu'aux efforts méticuleux pour s'assurer qu'ils ne dépassent pas les limites des enclaves qu'Israël leur a attribuées.

 

La récente demande du parti de “Sionisme religieux” de contrôler les organes qui gèrent la vie des Palestiniens et leurs terres en Cisjordanie n'est pas sortie de nulle part : elle est la suite naturelle de la pression exercée depuis des années sur le terrain, à la Knesset, dans les médias et dans les tribunaux, par le lobby de la colonisation qui, depuis une trentaine d'années, présente une image fausse selon laquelle le territoire désigné comme zone C appartient uniquement à Israël et aux Juifs.

 

Dans une colonne séparée de la feuille de calcul que Haaretz a obtenue, on trouve les commentaires des personnes qui ont réalisé les rapports, qui reflètent à quel point la construction et les autres travaux entrepris par les Palestiniens en Cisjordanie sont devenus criminels selon les critères établis par l'Administration civile et les colons.

 

Par exemple : « défricher et déblayer la terre dans un endroit rocheux qui n'a pas été cultivé au cours des 20 dernières années «  ; « préparer un terrain pour la construction près de la route » ; « rouleau compresseur, tracteurs et camion en train de paver une route au nord du village de Kafr Laqif «  ; « préparation apparente d'un fossé dans lequel poser un tuyau » ; « construction massive et préparation de parcelles de terre » ; « travail dans la carrière illégale où une confiscation a été effectuée il y a quelques mois » ; « des Arabes construisent actuellement une structure près d'Al-Tuwani » ; « construction manuelle d'un campement et installation d'une citerne d'eau » ; « creusement d'un puits » ; « pelleteuse travaillant pour le deuxième jour consécutif au sud du village de Beitillu » ; « Arabes travaillant à l'intérieur de la Ligne bleue [zone qu'Israël prévoit de déclarer terre d'État] » ; « Des Arabes plantent des arbres » ; « Des Arabes placent une maison préfabriquée près de Kiryat Arba «  ; «  véhicules - Arabes faisant des travaux de terrassement » ; «  pelleteuse à Beitillu travaillant pour le troisième jour consécutif  ; et « [une pelleteuse] transforme un chemin en route ».

 

L'heure (y compris les minutes et les secondes) à laquelle chaque rapport a été rédigé apparaît dans le document, ainsi que l'heure à laquelle il a commencé à être abordé par les autorités, le nom de la personne qui l'a signalé, son numéro de téléphone et les outils et machines qu'elle a observés.

12/12/2022

DANIEL LANDES
L’échec moral profond de “Sionisme religieux”

Daniel Landes, Haaretz, 11/12/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Le rabbin Daniel Landes, né à Chicago, a dirigé de 1995 à 2016 l’Institut Pardes pour l’éducation juive ; il est le fondateur et directeur de l’organisation religieuse YASHRUT, qui construit un discours civil à travers une théologie de l’intégrité, de la justice et de la tolérance. YASHRUT comprend une initiative de semikhah (ordination de rabbins) ainsi que des programmes pour les dirigeants rabbiniques.

Les trois figures clés du parti sioniste religieux d’extrême droite, qui siégeront bientôt au gouvernement de Netanyahou, ne sont pas seulement un mélange délétère de fondamentalisme, de loi de la populace et de machisme messianique. Ils sont, ainsi que la communauté qui les a propulsés au pouvoir, une tache sur notre foi juive.

Des colons israéliens se battent avec des Palestiniens à Hébron le mois dernier : un sionisme religieux avili se dirige vers une sainteté sans retenue et un Dieu sans pitié ni justice. Photo : MUSSA ISSA QAWASMA/ REUTERS

Je suis un sioniste religieux convalescent. Je ne peux pas appartenir à une idéologie qui, dans son hyper-nationalisme, s’apparente aux politiques sauvages et dictatoriales de Viktor Orbán en Hongrie, et dans son fondamentalisme religieux haineux, au racisme virulent et au messianisme farfelu de Louis Farrakhan. Les sionistes religieux s’emparent de la Torah et la présentent à travers un triste miroir de maison de fous, avec des abcès théologiques et des distorsions éthiques qui nous effraient à juste titre.

Le sionisme religieux contemporain rejette la sagesse du judaïsme rabbinique. Confronté à une crise de vie ou de mort il y a 2 000 ans, le judaïsme rabbinique n’est pas devenu asinien, stupide et mesquin comme le sionisme religieux d’aujourd’hui ; il est plutôt devenu sérieux, intelligent et chaleureux.

Le judaïsme rabbinique a dû trouver comment survivre afin de s’épanouir, et survivre signifiait déclarer nos valeurs fondamentales en tant que Juifs. En relatant un vote secret du Sanhédrin dans la clandestinité [Traité Sanhédrin 74a], les dirigeants juifs de l’époque ont établi une nouvelle règle extrêmement importante - en changeant la lecture d’une lettre de la Bible. C’est une leçon pour les fondamentalistes juifs d’aujourd’hui.

Le verset (Lev. 18:5) conclut une liste de formes de commandements divins (mitzvot), se terminant par l’injonction que ceux-ci sont « ce qu’une personne doit faire et vivre par eux ». L’implication de la conjonction vav dans va’chai (“et vivre”) est que l’on ne vit que par l’observance des mitzvot, et que l’on doit choisir de les observer, même si cela exige une mort de martyr.

Dans une lecture révolutionnaire, les rabbins ont changé le vav pour signifier "mais", donnant ainsi au verset le sens de "mais vis par elles" (et non pas meurs par elles). Par cette élévation d’un nouveau principe, les rabbins ont décrété que l’on doit plutôt transgresser la grande majorité des commandements de la Torah (610 sur 613) si l’observance signifie la mort.

Selon les termes du Dr Maïmonide, il s’agit d’une amputation radicale qui vise à sauver le corps - en référence à la vie d’un individu, au corps politique et au corps des lois juives. En effet, cela a conduit à la conscience juive ultérieure et capitale que le but des commandements est de nous conduire à la Vie elle-même.

La Torah n’est pas le pacte de suicide que les sionistes religieux d’aujourd’hui envisagent, qu’il s’agisse du parti d’extrême droite portant ce nom qui est sur le point de siéger au gouvernement de Netanyahou ou de la communauté qui les y a propulsés.

Leur interprétation de la Torah met en avant la promesse de s’emparer du Mont du Temple et la menace d’expulser des millions d’Arabes israéliens et palestiniens, en s’engageant à ce que ceux qui restent vivent dans des conditions misérables et serviles. Il s’agit moins d’une politique que d’une incitation à l’action collective de la populace. Devons-nous tous devenir des colons, sans même prendre la peine de porter des masques, descendant matraquer les familles de fermiers palestiniens ?

Pour les théocrates juifs d’extrême droite d’aujourd’hui, comme Itamar Ben-Gvir du sionisme religieux, leur messianisme triomphaliste ne s’embarrasse pas de la peur de l’apocalypse. Photo : Oded Balilty /AP

Bien sûr, leur messianisme triomphaliste ne s’embarrasse pas de la crainte d’une apocalypse ; le salut de leur dieu se manifeste par la création de nouveaux faits sur le terrain. Même le grand rabbin Akiva, l’avocat rabbinique du messie raté du deuxième siècle, Bar Kokhba, verrait la bêtise que cela implique.

Selon les normes talmudiques, les sionistes religieux font encore bien pire sur le plan théologique. L’ancien Sanhédrin soutenait qu’il y avait trois exceptions au principe primordial du choix de la vie : l’idolâtrie, le viol et le meurtre. Ces absolus représentent la rupture des alliances avec Dieu, avec sa propre décence intérieure, avec l’autre et avec la société humaine.

La violation de tous ces absolus et de toutes ces alliances a trouvé de nouvelles manifestations chez les théocrates juifs d’extrême droite d’aujourd’hui.

Premièrement : l’idolâtrie. Le sionisme religieux est obsédé par la kedushah (“sainteté”) et ne comprend pas que la seule véritable kedushah réside en Dieu. Toutes les autres saintetés ne sont que des dérivés, comme le grand Meshekh Chokhmah (Rabbi Meir Simcha de Dvinsk, 1843-1926) l’a soigneusement souligné.

Faire en sorte que la sainteté du Temple rivalise avec Dieu ou que la sainteté de la Terre et la sainteté du Peuple semblent faire partie de Dieu lui-même, n’est pas seulement une erreur, mais une idolâtrie. Et c’est vers cela que se dirige le sionisme religieux, vers une sainteté sans retenue et un Dieu sans miséricorde ni justice.

Des visiteurs juifs religieux, surveillés par les forces de sécurité israéliennes, gesticulent en visitant le Mont du Temple et la mosquée Al-Aqsa dans la vieille ville de Jérusalem cette année. Photo : AMMAR AWAD/ REUTERS

Deuxièmement : les agressions sexuelles. Le défilé des “saints” rabbins religieux sionistes intoxiqués par Dieu et accusés d’abus, leurs étudiants confiants qui ferment leurs oreilles en signe de déni, tous affirmant qu’il existe une conspiration contre eux, s’est effectivement normalisé. Le mélange nocif de piété, de pouvoir et de sainteté de ces hommes (qui prouvent leur machisme mishnaïque en menaçant la communauté LGBTQ) est une tache sur notre foi.

Enfin, le meurtre, notre aversion pour les effusions de sang. Lorsqu’on a demandé au grand commentateur du deuxième siècle, Rabbah, si l’on pouvait causer la mort d’un autre pour sauver sa propre vie, il a répondu : « Plutôt être tué que de tuer. Qui dit que votre sang est plus doux ? Peut-être que son sang est plus doux ». Ce principe n’est pas basé sur un verset biblique mais s’appelle sevarah - logique morale.

Bien sûr, nous devons nous défendre, car après tout qui dit que la vie d’un agresseur est plus douce que la nôtre. Mais donner l’autorité de l’application de la loi à ceux qui menacent facilement les autres, qui ne maintiennent la sécurité que pour une partie de la population d’Israël, qui nient manifestement l’humanité de tant d’autres, c’est tolérer et promouvoir les effusions de sang. En outre, dire à des millions de personnes qui s’identifient comme juives dans la diaspora et en Israël d’aller se faire voir ailleurs est, non seulement sur le plan de la sécurité, tout simplement stupide, mais aussi moralement répréhensible.

Nous, les sionistes religieux, qui nous opposons au (parti) Sionisme religieux dans son incarnation actuelle, avilie et extrémiste, le faisons parce que nous croyons en Dieu comme au vrai Saint. Les valeurs humaines du judaïsme rabbinique rejettent le messianisme dévoyé et toxique, mais célèbrent la véritable logique morale qui ordonne : « Et vivez par eux ».