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19/08/2024

NAGHAM ZBEEDAT
A Poet, a Karate Champion, a Famed Artist: The Life Stories of 40 of the 40,000 Palestinians Killed in Gaza

 

Nagham Zbeedat, Haaretz,15/8/2024

 As Gaza's Health Ministry announces over 40,000 dead, this project tells the stories of Palestinians killed in Gaza since Hamas launched its October 7 attack on Israel, a snapshot of 40 lives lost due to Israeli airstrikes, lack of medical care or malnutrition.

The information presented was gathered from various sources, including interviews with friends and family members of the deceased, publicly shared tributes and accounts and news reports.

Hamas-run Health Ministry death toll figures do not distinguish between civilians and combatants, but there is a broad consensus among international organizations, governments and media outlets backing the credibility of its data.

 


18/08/2024

GIDEON LEVY
Pregunta a la “izquierda” israelí: ¿Os ha conmocionado el pogromo cometido por colonos en Yit, en Cisjordania? ¿Y no lo que está haciendo el ejército en Gaza?

Gideon Levy, Haaretz, 18/8/2024
Traducido por Michel Mujica

Qué fácil es escandalizar a los israelíes por los colonos amotinados. No somos nosotros, no tenemos nada que ver. Ni siquiera forman parte de Israel. Son la «mala hierba salvaje» al margen de la sociedad. Es un hecho, todo el mundo se exime de cualquier responsabilidad. Los políticos se alzan en un coro de condenas, e incluso la prensa pone cara de asombro. ¿Quién lo hubiera creído? Los medios de comunicación se tomaron la molestia de informar sobre el incidente. En un día realmente bueno, uno o dos alborotadores pueden ser detenidos durante una o dos horas. En contraste con la ocultación de los crímenes del ejército, destaca el enfoque de los crímenes de los colonos. De repente se permite mostrar a las víctimas y condenar a los criminales. Pero los crímenes de los colonos palidecen en comparación con los crímenes del ejército.

Derkaoui Abdellah

En Yit, Huwara, Qusra, las colinas del sur de Hebrón y la parte norte del valle del Jordán hay efectivamente gente que vive bajo el terror de los colonos, pero comparado con los estragos que el ejército está causando en Gaza y en Cisjordania, los disturbios de los colonos no son más que un campamento de verano. Un campamento de verano de horror, pero sólo de dimensiones menores. El ejército perpetra a diario el pogromo de Yit, en una versión mucho más letal, en los campos de refugiados de Tulkarem, Yenín, Nablús y, obviamente, en Gaza. Un pogromo cada día. Pero sólo los colonos provocan conmoción. Yit provocó conmoción, pero el asesinato de 100 desplazados que se habían refugiado en una escuela de Gaza sólo provocó un bostezo. La conmoción ante los disturbios de los colonos es forzada y despreciable. Canaliza todo el sentimiento de culpa reprimido hacia los márgenes, encogiéndose de hombros ante cualquier responsabilidad.

Al contemplar el increíble declive moral que ha experimentado Israel en los últimos 10 meses, se puede observar que el ejército ha sido responsable de la mayoría de los crímenes. Incluso en Yit, si el ejército hubiera cumplido con su deber, no se habría producido allí ningún pogromo. Sabe cómo reprimir cualquier protesta pacífica o disturbio palestino, pero se mantiene al margen o apoya los pogromos perpetrados por judíos. Es una política, no un percance. Es la intención, no un error. Pero incluso cuando está claro que el ejército es el culpable del pogromo de Yit, nadie lo condena, porque el ejército somos nosotros, y nosotros no estábamos en Yit; no tuvimos nada que ver con los disturbios que allí se produjeron. Nosotros somos el bello Israel y ellos son los trastornados, con sus largas patillas y sus gigantescas kipás. Otra tribu, la tribu de Judea. Nosotros somos de Israel. Nuestras manos están limpias.

Pero la base de Sde Teiman es del ejército, los escudos humanos utilizados en Gaza son el ejército, los asesinatos son del ejército. Cuarenta mil muertos son del ejército, la destrucción de Gaza es del ejército; los crueles controles de carretera en Cisjordania son del ejército; el asesinato de los gemelos de tres días, junto con su madre y su abuela, mientras el padre estaba fuera obteniendo su certificado de nacimiento, es el ejército; el creciente uso de drones para matar gente en Cisjordania es el ejército; los pilotos, las unidades de artillería, las unidades blindadas, las excavadoras, las unidades caninas, todos son el ejército. Son nuestros hijos; casi cualquiera que camine por una calle o conduzca por la autopista está relacionado de algún modo con ellos. Ellos son los que cometen la mayoría de los crímenes de los que Israel es responsable, no los gángsters de Givat Ronen o las tropas de asalto de Havat Gilad.

Es precisamente el campo de la protesta el que no está dispuesto a ver todo esto. La derecha oculta de su vista cualquier muestra de maldad infligida a los palestinos. Ésta colma su deseo de venganza y sed de sangre. Pero el campo de la protesta no es así. Es humano y ético, mira cómo se escandaliza ante Yit y sus compañeros. Este bando no sólo niega los crímenes del ejército, sino que sigue adorándolo. De ahí provienen la mayoría de sus líderes. Incluso el último líder de la izquierda, Yair Golan [nuevo líder del Partido laborista], procede del ejército.

Tras el pogromo de Yit, uno de los más graves, que se saldó con la muerte de un inocente cuyo asesino nunca será juzgado debidamente, es precisamente el momento de analizar el panorama general. Benjamín Netanyahu es el primer ministro, y él tiene la culpa. Todos los colonos violan la ley y algunos de ellos son asesinos en potencia. Pero sobre todos ellos pende una nube oscura que cubre sus acciones: las Fuerzas de Defensa de Israel. Es la verdadera cabeza de la pirámide criminal y es la responsable. Es el cuerpo que seguimos adorando, ignorando lo que está causando. Está formado por nuestros hijos y sus comandantes son nuestros guías. Nadie está dispuesto a condenar sus crímenes ni a enumerarlos. Quítense el el sombrero ante las FDI, por los siglos de los siglos.

La polio pourrait faire beaucoup plus de victimes que l’attaque israélienne contre Gaza


QNA/Al Araby Al Jadid, 18/8/2024

Original : شلل الأطفال قد يحصد أضعاف عدد شهداء العدوان الإسرائيلي على غزة

Traduit par Tafsut Aït Baamrane, Tlaxcala

    Ø Les Nations Unies mettent en garde contre une catastrophe sanitaire potentielle due à la propagation du virus de la polio dans l’ombre de la guerre israélienne, le virus ayant été détecté dans les eaux usées à Deir al-Balah et Khan Younès.

Ø La détérioration des conditions sanitaires et l’augmentation des risques: le retour du virus après 25 ans menace la vie de la population, en particulier avec des déficiences nutritionnelles et immunologiques, et le premier cas confirmé d’un enfant à Deir al-Balah.

ØLe Secrétaire général des Nations Unies appelle à un cessez-le-feu humanitaire afin de mettre en œuvre une campagne de vaccination ciblant 640 000 enfants, invoquant l’effondrement du système de santé dû à l’agression israélienne.


Dans le camp de réfugiés de Jabalia, dans le nord de la bande de Gaza, le 14 août 2024. Photo Omar al-Qataa/AFP

Alors que les Nations unies appellent à un cessez-le-feu humanitaire pour permettre la mise en œuvre d’une campagne de vaccination contre la polio dans la bande de Gaza en raison de la catastrophe sanitaire attendue en cas d’épidémie, le directeur général des soins de santé primaires dans la bande de Gaza, Musa Abed, a averti que la propagation du virus de la polio pourrait faire plusieurs fois le nombre de victimes de la guerre israélienne en cours contre la bande assiégée depuis le 7 octobre.

Dans une déclaration à l’Agence de presse du Qatar (QNA), M. Abed a exprimé sa crainte de voir se propager d’autres maladies dans un environnement fertile et avec toutes les causes de propagation dans la bande de Gaza. Il a souligné que le ministère de la santé de la bande de Gaza avait déclaré celle-ci zone épidémique à la fin du mois de juin après que le virus de la polio eut été détecté dans des échantillons d’eaux usées dans les villes de Deir al-Balah (centre) et de Khan Younès (sud), ce qui laisse craindre une véritable catastrophe qui pourrait s’abattre sur la bande de Gaza.

Saeed Salah, directeur de l’hôpital Amis du Patient à Gaza Ville (nord), a mis en garde contre le risque de propagation du virus de la polio parmi les Palestiniens de la bande de Gaza, alors qu’il avait disparu des territoires palestiniens il y a 25 ans grâce à des vaccinations régulières. Salah a déclaré à QNA que le retour du virus de la polio menaçait la vie des gens, compte tenu des conditions difficiles dans la bande de Gaza et de la facilité de transmission de l’infection. Il a souligné que la plupart des habitants de Gaza souffrent actuellement d’une faible immunité en raison de la faim, expliquant que le manque d’aliments sains et nutritifs ne donne pas à leur corps suffisamment d’immunité pour vaincre les maladies.

Cette annonce intervient après que le ministère palestinien de la santé dans la bande de Gaza a annoncé le premier cas de poliovirus à Deir al-Balah chez un enfant de dix mois qui n’avait pas été vacciné contre la maladie, notant que l’Organisation mondiale de la santé (OMS) n’a pas encore confirmé l’infection. Le ministère a expliqué que le virus se propage à nouveau dans la bande de Gaza en raison de la détérioration des conditions sanitaires due à la guerre qui dure depuis plus de dix mois, de la propagation des maladies infectieuses due à l’écoulement des eaux usées dans les rues et dans les tentes des personnes déplacées, et du manque de produits d’hygiène personnelle et d’eau potable.

Dans le même ordre d’idées, le secrétaire général des Nations unies, António Guterres, a mis en garde à plusieurs reprises contre l’aggravation de la situation humanitaire dans la bande de Gaza, face à la propagation du virus de la polio et à la menace qu’il fait peser sur des centaines de milliers d’enfants. Il a indiqué que les Nations unies s’apprêtaient à lancer une campagne de vaccination vitale contre cette maladie à Gaza pour plus de 640 000 enfants âgés de moins de dix ans.

Il convient de noter que l’agression continue de l’occupation israélienne sur la bande de Gaza a provoqué une catastrophe sanitaire, comme en témoignent les agences des Nations unies et diverses organisations internationales, avec l’effondrement du système de santé dans la bande assiégée et ciblée, outre la pénurie de produits d’hygiène de base, l’absence de services d’assainissement, l’accumulation de déchets dans les rues et autour des abris pour les personnes déplacées par la machine de guerre israélienne, et l’absence d’approvisionnement en eau potable, autant de facteurs qui ont créé un environnement propice à la propagation du virus de la poliomyélite. Tout cela a créé un environnement favorable à la propagation de nombreuses maladies, y compris des maladies transmises par l’eau comme le poliovirus circulant dérivé d’une souche vaccinale de type 2 (PVDVc2) 

 

Le pogrom commis par les colons à Jit en Cisjordanie vous a choqué ? Et ce que fait l’armée à Gaza, non ?
Gideon Levy interpelle la gôche israélienne

Gideon Levy, Haaretz, 18/8/2024
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Comme il est facile de choquer les Israéliens à propos des colons émeutiers. Ce n’est pas nous, nous n’avons rien à voir avec ça. Ils ne font même pas partie d’Israël. Ils sont les « mauvaises herbes » en marge de la société. C’est un fait, tout le monde rejette toute responsabilité.

Les politiciens condamnent en chœur, et même la presse affiche une expression choquée. Qui l’aurait cru ? Les médias ont même pris la peine de rapporter l’incident. Dans les bons jours, un ou deux émeutiers [juifs, NdT] peuvent être détenus pendant une heure ou deux.

L’approche des crimes des colons se distingue de celle des crimes de l’armée, que l’on dissimule . Soudain, il est permis de montrer les victimes et de condamner les criminels. Mais les crimes des colons font pâle figure à côté des crimes de l’armée.


Des personnes examinent une voiture brûlée au lendemain d’une attaque de colons juifs dans le village de Jit près de Naplouse en Cisjordanie, vendredi. Photo : Jaafar Ashtiyah/AFP

À Jit, Huwara, Qusra, dans les collines du sud d’Hébron et dans la partie nord de la vallée du Jourdain, il y a effectivement des gens qui vivent sous la terreur des colons, mais comparés aux ravages que l’armée fait à Gaza et en Cisjordanie, les émeutes descolons ne sont qu’une colonie de vacances. Une colonie de vacances de l’horreur, mais de dimensions mineures.

Le pogrom de Jit est perpétré quotidiennement par l’armée, dans une version beaucoup plus meurtrière, dans les camps de réfugiés de Toulkarem, Jénine, Naplouse et évidemment à Gaza. Un pogrom tous les jours. Mais seuls les colons suscitent le choc.

Jit a choqué, mais le meurtre de 100 personnes déplacées s’abritant dans une école à Gaza n’a suscité qu’un bâillement. Le choc provoqué par les émeutes des colons est forcé et méprisable. Il canalise tous les sentiments de culpabilité refoulés vers les marges, en rejetant toute responsabilité.

Si l’on considère l’incroyable déclin moral qu’Israël a connu au cours des dix derniers mois, on constate que l’armée est responsable de la plupart des crimes. Même à Jit, si l’armée avait fait son devoir, aucun pogrom n’aurait eu lieu.

Elle sait comment réprimer toute protestation pacifique ou émeute palestinienne, mais reste à l’écart ou soutient les pogroms perpétrés par les Juifs. C’est une politique, pas un accident. C’est une intention, pas une erreur.

Mais même lorsqu’il est clair que l’armée est responsable du pogrom de Jit, personne ne la condamne, parce que l’armée, c’est nous, et que nous n’étions pas à Jit ; nous n’avons joué aucun rôle dans les émeutes qui s’y sont déroulées. Nous sommes le bel Israël et ils sont les détraqués, avec leurs longues papillotes et leurs gigantesques kippas. Une autre tribu, la tribu de Judée. Nous sommes d’Israël. Nous avons les mains propres.


Un homme à côté de voitures brûlées montre les dégâts dans sa maison, un jour après une attaque de colons juifs sur le village de Jit près de Naplouse en Cisjordanie, vendredi. Photo : Jaafar Ashtiyeh/AFP

Mais la base de Sde Teiman, c’est l’armée, les boucliers humains utilisés à Gaza, c’est l’armée, les assassinats, c’est l’armée. Quarante mille morts, c’est l’armée ; la destruction de Gaza, c’est l’armée ; les cruels barrages routiers en Cisjordanie, c’est l’armée ; l’assassinat de jumeaux de trois jours, avec leur mère et leur grand-mère, alors que le père était sorti pour obtenir leur certificat de naissance, c’est l’armée ; l’utilisation croissante de drones pour tuer des gens en Cisjordanie, c’est l’armée ; les pilotes, les unités d’artillerie, les unités blindées, les bulldozers, les unités canines, tout ça, c’est l’armée.

Ce sont nos enfants ; presque tous ceux qui marchent dans une rue ou conduisent sur l’autoroute sont liés d’une manière ou d’une autre à l’armée. Ce sont eux qui commettent la plupart des crimes dont Israël est responsable, et non les gangsters de Givat Ronen ou les Sturmtruppen de Havat Gilad.

C’est précisément le camp des protestataires qui ne veut pas voir tout cela. La droite fond à la vue de toute démonstration du mal infligé aux Palestiniens. Cela répond à son désir de vengeance et à sa soif de sang. Mais le camp des protestataires n’est pas comme ça.

Il est humain et éthique, regardez comme il est choqué par Jit et compagnie. Ce camp ne se contente pas de nier les crimes de l’armée, il continue à la vénérer. C’est de là que viennent la plupart de ses dirigeants. Même le dernier né de la gauche, Yaïr Golan [nouveau chef du Parti travailliste, NdT], vient de l’armée.

Après le pogrom de Jit, l’un des plus graves, qui a entraîné la mort d’un innocent dont l’assassin ne sera jamais jugé comme il se doit, c’est précisément le moment d’examiner la situation dans son ensemble. Benjamin Netanyahou est le premier ministre et c’est lui qui est à blâmer. Tous les colons violent la loi et certains d’entre eux sont des tueurs potentiels.

Mais au-dessus d’eux plane un nuage sombre, qui couvre leurs actions : les Forces de défense israéliennes. C’est la véritable tête de la pyramide criminelle et c’est elle qui est responsable. C’est le corps que nous continuons à vénérer, en ignorant ce qu’il détruit.

Il est composé de nos enfants et ses commandants sont nos guides. Personne n’est prêt à condamner ses crimes ou à les énumérer. Chapeau bas devant Tsahal, pour toujours et à jamais.

17/08/2024

DOHA CHAMS
“Les effacés” : massacres familiaux

Doha Chams, Al Araby, 16/8/2024
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

 Jusqu’à la fin du mois de juillet dernier, plus de cinq cents familles ont été rayées des registres d’état civil de la bande de Gaza. Elles ont été complètement anéanties, il n’y a plus personne. Certaines familles ne comptent plus qu’un ou deux membres. Quelqu’un qui, dans l’horreur de la catastrophe, pourrait souhaiter ne pas avoir survécu, comme je l’aurais fait.

L’imagination diabolique d’Israël, avec son appétit génocidaire, a inventé un nouveau type de massacre : les « massacres familiaux ». Quelle étrange juxtaposition que ces deux mots : à l’oreille, à l’esprit, au cœur.


Cette photo du 21 avril 2023 fournie par Ahmed al-Naouq, réfugié en Turquie, à l’agence Associated Press montre sa nièce Tala al-Naouq, son frère Mohammed al-Naouq, Alaa al-Naouq, son père Nasri al-Naouq, Mahmoud al-Naouq et Dima al-Naouq à Deir Al Balah, dans la bande de Gaza. Des générations entières de familles palestiniennes de la bande de Gaza assiégée ont été tuées par des frappes aériennes Ahmed al-Naouq précise qu'aucun des 21 membres de sa famille, dont 13 enfants, tués lors d'une frappe israélienne sur la maison de sa famille n'appartenait au Hamas.

Vous vous dites que vous avez l’habitude d’entendre chacun des deux mots qui composent cette incroyable expression, seuls, dans deux mondes complètement séparés, voire opposés : le monde effervescent, luxuriant et bruyant de la vie et le monde sinistre de la mort, muet et mortel dans sa sauvagerie et sa primitivité modernisée.

Piscines  pour familles. Restaurants pour familles. Entrées réservées aux familles. Parcs d’attractions pour familles. Films pour familles. Albums de famille. Les massacres, c’est quoi ? Deux mots qui s’annulent l’un l’autre. Non, ce n’est pas une faute de frappe, même si cela y ressemble. C’est le nom d’un nouveau péché.

La juxtaposition des deux mots est étrange. Comment ce mot terrible a-t-il pu se faufiler dans les familles ? Comment sa férocité s’est-elle jetée sur la douceur du mot et l’intimité qui accompagne la multiplication humaine ? Qui aurait pu l’insérer avec son agressivité effrontée si Israël, son auteur, ne l’avait pas inséré dans la phrase ?

Lorsque l’on parle d’Israël, il ne s’agit plus d’une simple insertion dans une phrase. Il s’agit d’une occupation, d’une colonisation forcée et violente, d’un effacement du sens originel. Le viol de la paix par la brutalité, des parcs familiaux par les décombres, des parcs d’attractions par les éclats de roquettes, des fosses profondes bientôt remplies par les restes des familles. Les mots font ce que font les chiffres lorsqu’on leur ajoute un zéro. Ils prennent de la valeur et deviennent le contraire d’eux-mêmes.

Comment des massacres peuvent-ils être familiaux ? C’est un nouveau nom pour le crime génocidaire d’Israël à Gaza.

Vous vous souvenez des photos que vous aviez vues dans les archives d’une organisation qui s’occupe de photos anciennes, en sépia et en noir et blanc. Des photos collectées par un collectionneur dans les archives négligées d’anciens studios photo de Sidon et de Beyrouth. Des studios qui ont disparu et dont les archives sont devenues vides de sens avec l’invention des appareils photo perfectionnés, puis des téléphones portables. Les photos ne sont pas identifiables. La plupart d’entre elles sont des portraits de famille où tous les membres de la famille se sont rassemblés pour capturer un moment qui prouve qu’ils sont un groupe connecté, et qui fait connaître leur identité. Des enfants jouent autour de leurs parents dans un vieux restaurant. D’autres photos, peut-être d’un barbecue en plein air au bord d’une rivière avec une grosse pastèque nageant dedans, attendant d’être refroidie. Des balançoires dans la nature, ou des nageuses en bikini coquin posant au bord de la mer. Des photos d’écolières avec leurs bavoirs et leurs rubans noués dans les cheveux, assises dans leur salle de classe, des photos de garçons nus, ou des photos de jeunes mariés qui ont emprunté leur costume de mariage à un studio photo, comme c’était la norme.

Il s’agit de photos de famille, alors comment les massacres peuvent-ils être familiaux ? C’est un nouveau nom pour le crime de génocide, mais il est plus exact. Le premier rassemble des étrangers, le second des parents.

Au Liban, nous avons aussi eu notre part de massacres familiaux, ceux qui ont été réduits en morceaux sous les décombres, ou qui ont été dispersés dans l’air comme de la poussière par des armes conçues pour effacer, et pas seulement pour tuer. « Effacé » est le nouveau terme que la barbarie contemporaine a ajouté aux dictionnaires de la brutalité que nous connaissions de nos guerres précédentes. Dans notre guerre civile libanaise, au cours de laquelle on a enlevé certains d’entre nous et fait disparaître d’autres par la force, nous connaissions des termes tels qu’enlevés (aux points de contrôle de l’identité religieuse), disparus de force (aux points de contrôle des belligérants) et disparus tout court  (remis à Israël par ses alliés mais non reconnus par eux). Chacun de ces termes a ses propres circonstances et une signification précise. Mais nous n’avons pas été « effacés » au sens invasif du terme. Il s’agit d’une catastrophe dont je ne mesure même pas toute l’ampleur. Il me faut du temps pour en comprendre la brutalité, pour saisir ce que signifie commettre un tel péché, avec préméditation et détermination, contre l’instinct de survie de l’humain.

Oui, nous avons connu des massacres familiaux commis par Israël lors de ses nombreuses agressions contre le Liban, mais il s’agissait de coïncidences. Je me souviens, par exemple, de la famille Al-Barji de Cana, au Sud-Liban, dont les membres ont été tués lors de l’agression israélienne des Raisins de la colère, ou de la famille Bzea de Zibqin, également au Sud-Liban. Je me souviens très bien de la façon dont ces familles, qui étaient presque anéanties, ont essayé de se réunir grâce à un montage de photos des martyrs d’une même famille en une seule grande photo : les anciens au centre pour signifier leur valeur et leur respect, puis les enfants et leurs épouses, puis les petits-enfants, et même les nourrissons. C’est ainsi que les Barajis ont résisté à l’anéantissement. À Gaza, il n’y a aucune trace des maisons, ni des quartiers où elles se trouvaient.

La seule trace laissée est celle des plateformes de médias sociaux, remplies de la volonté de ceux qui étaient certains de « l’inévitabilité du martyre » et n’attendaient que leur tour.

Il n’y a pas eu de massacres génocidaires au Liban. Mais l’intention était claire à Gaza, et les Gazaouis l’ont compris avant tout le monde. Gaza, où les Israéliens connaissent tous ceux qui respirent : Où vit-il ? À quel étage ? Avec qui ? Sur quel lit dort-il ? Avec qui ? Quels types de cuisinières se trouvent dans la cuisine ?

« On commence aujourd’hui par la famille Shihab ? », pourrait dire un soldat à son collègue dans le cockpit d’un avion de guerre perfectionné, avant de lancer ses missiles à 20 000 mètres d’altitude. Il est assis en toute sécurité dans son avion, tout comme un gameur est en sécurité devant son écran d’ordinateur.

« Quelle famille on va anéantir aujourd’hui ? » dit le soldat en bâillant. « La famille Saidam, la famille Abu Daqqa ou la famille Dawas ? »

« Allons-y », dit le copilote. « Commençons par leurs maisons, pétrissons-les avec et ne leur laissons aucune raison d’avoir une tombe. Nous voulons toute la terre, sans un seul Palestinien dessus, dessous ou dans sa mémoire. Nous voulons une terre propre et vierge, même si c’est par la force. Une terre amnésique, atteinte de la maladie d’Alzheimer. Infectons-la. Nous n’en laisserons aucun, pas même un grain de poussière, et nous aurons tout ». C’est ce que dit le pilote colon à son collègue dans le cockpit de l’avion de guerre perfectionné, alors qu’il franchit le mur du son et s’amuse beaucoup. Effaçons-les, crient-ils ensemble. Jouons.

 

 

RYAN GRIM
Alors qu’Elon Musk se bagarre avec le Royaume-Uni et l’UE à propos de la censure des médias sociaux, Israël emprisonne des citoyens pour des posts Instagram

Ryan Grim, Drop Site News, 14/8/2024
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Elon Musk et sa légion de défenseurs de la liberté d’expression sur Twitter se sont récemment retrouvés dans une bataille avec le gouvernement britannique, ainsi qu’avec l’Union européenne, à la suite des émeutes raciales qui ont secoué le pays ce mois-ci. Le premier ministre britannique Keir Starmer et d’autres membres du gouvernement ont attaqué la plateforme de médias sociaux de Musk pour avoir diffusé de fausses informations sur les immigrés, tandis que Musk a riposté vigoureusement et averti que les menaces de censure de la parole conduisaient inévitablement à l’autoritarisme.

“One two three, votre haine c’est mon grisbi !”
Ben Jennings, The Guardian

Malgré toutes ses préoccupations concernant la liberté d’expression au Royaume-Uni, Musk n’a rien dit de la campagne de censure bien plus agressive actuellement menée en Israël, un pays dont il soutient bruyamment les dirigeants. La répression est le résultat de l’application grossière d’une loi israélienne qui peut criminaliser des actes aussi inoffensifs que l’affichage d’un drapeau palestinien sur les médias sociaux.

À la suite de l’attaque du 7 octobre réalisée par le Hamas, le procureur général d’Israël, Amit Isman, a modifié la procédure légale pour permettre à la police de mener des enquêtes pour incitation ou soutien au terrorisme sans l’approbation des procureurs. La Knesset a ensuite élargi la loi en la modifiant de manière à ce que la simple consommation de médias particuliers ou de médias sociaux soit considérée comme un délit, plutôt que la simple publication ou distribution de ces médias. Dans les mois qui ont suivi, une répression véritablement draconienne s’est abattue sur la liberté d’expression en ligne en Israël.

Selon Adalah, le centre juridique pour les droits des Arabes en Israël, plus de 400 personnes, dont de nombreux citoyens arabes d’Israël, ont été arrêtées et placées en détention pour des motifs liés à leur activité sur les médias sociaux. Environ 190 d’entre elles ont été maintenues en détention tout au long de la procédure judiciaire qui, dans de nombreux cas, peut durer des mois et inclure des conditions d’enfermement brutales au sein du système pénal israélien.

Il est difficile d’obtenir des données complètes. Mais selon les données de la police citées par l’organisation de surveillance Shomrim, également connue sous le nom de Centre pour les médias et la démocratie en Israël, en mai de cette année, le procureur de l’État avait autorisé la police à ouvrir des enquêtes sur 524 messages publiés sur les médias sociaux. Ce chiffre est probablement sous-estimé, car il n’inclut pas les enquêtes sur les activités des médias sociaux ouvertes indépendamment par la police, ni d’autres poursuites qui ont été rapportées publiquement, mais qui n’apparaissent pas sur la liste de Shormin.

L’un des premiers posts arrêtés est celui d’un certain Yarmuk Zuabi, propriétaire du restaurant Al Sheikh à Nazareth. En octobre dernier, Zuabi a remplacé sa photo de profil sur WhatsApp par un drapeau palestinien et a publié la caricature suivante sur son compte :


La caricature, qui visait à critiquer les différences de réaction internationale aux conflits ukrainien et palestinien, ne parlait pas de terrorisme ni de justification de la violence. Il n’en fallait pas plus pour que la police s’en prenne violemment à Zuabi.

« Deux voitures de police se sont arrêtées avec huit officiers », a déclaré plus tard Zuabi à Shomrim, dans un rapport publié cette année sur la liberté d’expression en Israël. « Lorsqu’ils m’ont emmené, je n’étais pas menotté. Je connais la plupart des policiers de Nazareth, alors quelqu’un m’a appelé pour que je sorte et m’a dit que j’étais convoqué pour un interrogatoire au commissariat. Un autre policier a saisi mon téléphone, qui était sur la table, et l’a confisqué. Au poste et pendant l’interrogatoire, j’ai été menotté ».

DANIEL DOLEV
“Je ne crois plus que nous vivons dans une démocratie. Nous avons été bâillonnés”
Les Palestiniens de 48 interdits d‘expression

Les chiffres sont sans équivoque : depuis l’attaque terroriste du 7 octobre, la liberté d’expression en Israël est devenue un privilège réservé aux seuls Juifs. Sous prétexte de guerre, le nombre d’inculpations pour délit d’expression a explosé et des centaines de citoyens arabes ont été arrêtés pour incitation au terrorisme pour avoir fait des commentaires critiques - dont certains n’atteignent même pas le seuil de la criminalité. Dans certains cas, la police a contourné le contrôle des enquêtes sensibles par le ministère public.
Une enquête de Shomrim [“Gardiens”, Centre israélien pour les médias et la démocratie]

Yarmuk Zoabi dans son restaurant à Nazareth. Photo : Shlomi Yosef

Daniel Dolev, 25 /6/ 2024

Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Issa Fayed, originaire du village de Yafia, près de Nazareth, réfléchit désormais à deux fois avant de télécharger une vidéo ou un message sur les médias sociaux. Quelques jours après l’attaque du 7 octobre, M. Fayed, père de cinq enfants et militant de longue date contre la discrimination anti-arabe dans la société israélienne, a téléchargé une vidéo sur Facebook dans laquelle il se plaint des restrictions à la liberté d’expression pour les citoyens arabes d’Israël et avertit ses 70 000 abonnés que tout commentaire n’exprimant pas un soutien total et une identification avec le discours sioniste est désormais interdit. « La seule chose autorisée aujourd’hui est de croire et de s’identifier au discours sioniste », déclare-t-il dans la vidéo. « À part ça, rien n’est autorisé. Ce qui est autorisé se réduit sans cesse. Aujourd’hui, même si vous publiez la photo d’un bébé, d’un enfant tué à Gaza par un missile de l’occupation, vous risquez d’être interrogé. Le but de ces interrogatoires est la dissuasion. Lorsqu’ils arrêtent quelqu’un et éliminent une déclaration, cela a pour but de dissuader et d’intimider les gens. Et nous, les Arabes citoyens d’Israël - à l’exception d’une minorité - la plupart d’entre nous avons été formés. Hier, j’étais assis avec ma famille, avec mes filles, et je leur ai dit que si j’étais arrêté, je ne voulais pas qu’elles crient ou qu’elles aient peur : ce ne sera qu’un jour ou deux... Mais ils [la police] pourraient essayer de me piéger ».

Dès le lendemain, des dizaines de policiers armés ont fait une descente au domicile de Fayed et l’ont arrêté. « Ils voulaient faire une démonstration de force », explique-t-il à Shomrim. « Des grenades dans tout le quartier, des officiers masqués, des forces antiterroristes. Oubliez tout ça. Ils m’ont bandé les yeux et m’ont passé les menottes, ils m’ont vraiment fait mal aux bras... Alors qu’ils m’emmenaient dans la voiture de police, ils m’ont donné un coup à la tête. L’officier qui m’a frappé m’a dit : “Tu es propriétaire d’un garage à Haïfa, n’est-ce pas ? Tu vis des Juifs ? Je vais faire en sorte que ta boîte entreprise soit fermée” ».