Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
Esta comparación, muy utilizada, confunde falsamente a los sionistas con los judíos, trivializando el carácter anticolonial de la lucha palestina
Tras la invasión de Líbano por parte de Israel en 1982, cuando los combatientes palestinos se vieron obligados a evacuar Beirut, el poeta palestino Mahmoud Darwish puso su pluma sobre el papel. En el desgarrador poema “Madih al-Zil al-Ali” (Alabanzas de la Alta Sombra), escribió sobre los soldados israelíes como “una víctima que mató a su propia víctima; yo heredé su identidad”.
Dos décadas más tarde, durante la Segunda Intifada, Darwish volvió a la metáfora en “Halat Hisar” (Estado de sitio): “A un asesino: Si hubieras mirado el rostro de tu víctima y reflexionado detenidamente, podrías haber recordado a tu madre en la cámara de gas, y te habrías liberado del prejuicio del rifle, y habrías cambiado de opinión. Ahora bien, esta no es forma de restaurar una identidad”.
Darwish no fue el único en utilizar esta noción de los palestinos como “víctimas de las víctimas”. En las últimas décadas, otros intelectuales palestinos, entre los que destaca Edward Said, la han empleado repetidamente en sus intentos de captar la esencia de la lucha palestina con Israel. Sin embargo, por muy poderosa que sea, la metáfora es falsa, y su uso generalizado, tanto entre los palestinos como entre los no palestinos, es profundamente preocupante en múltiples frentes.
Según la comparación, así como los judíos fueron víctimas de los nazis durante el Holocausto y perseguidos en toda Europa durante siglos con anterioridad, los palestinos son ahora las víctimas. En una tragedia conmovedora, sus victimarios judíos fueron recientemente víctimas ellos mismos.
La idea que subyace en estas imágenes es noble, ya que pretende empatizar con los judíos israelíes y reconocer su dolor. Sin embargo, establece un vínculo directo, si no causal, entre el Holocausto e Israel, al tiempo que ignora la historia del proyecto sionista, que comenzó a finales del siglo XIX, mucho antes del genocidio de los judíos europeos.
Sin duda, algunos supervivientes del Holocausto se establecieron en Palestina después de la Segunda Guerra Mundial. Pero esto no significa que todos los sionistas que viven en Israel hayan sobrevivido al Holocausto y sean por tanto víctimas.
Los padres fundadores de Israel no vivían en Europa durante el Holocausto; la mayoría ni siquiera vivía allí cuando Hitler asumió el poder en Alemania en 1933. Mientras los judíos de Europa experimentaban los horrores del nazismo, un grupo de sionistas ya establecidos en Palestina emprendía un proceso de colonización de la tierra, que culminó en la Nakba de 1948.
La metáfora, sin embargo, crea la percepción de que todos los israelíes fueron víctimas del Holocausto.