Milena Rampoldi, 12/07/2022
Traducido por María Piedad Ossaba
¿Cómo descubriste a Joe Hill?
Yo era un joven inmigrante en Suecia a finales de los años 60. Eran los “años dorados” de la socialdemocracia reinante, que declaraba toda disidencia como “desviación”, que debía ser tratada por la psiquiatría. Me identificaba con los “condenados de la tierra” y encontraba la moral reinante luterana de una hipocresía incomparable. Los que decían querer el bien del pueblo habían reescrito la historia, borrando “el otro movimiento obrero”, que había combatido al capital por todos los medios salvo los pacíficos. Joe Hill era una figura legendaria de este “otro movimiento obrero”. En 1970, me encontré con algunos centenares de marginales como extras en la película rodada por Bo Widerberg sobre Joe Hill, en los barrios en el sur de Estocolmo. Lo único que sabía de él hasta entonces era la canción que cantó Joan Baez en Woodstock. Joe Hill me decía que la clase obrera sueca no siempre había sido ese pacífico paquidermo de la representación socialdemócrata. Y descubrí a Anton Nilsson, “el hombre del Amalthea”. Este trabajador de 21 años había colocado, junto con dos compañeros, una bomba cerca de un barco llamado Amalthea, amarrado en Malmö, que albergaba a los esquiroles británicos importados por los patrones contra una huelga de estibadores, en 1908. Anton Nilsson fue sentenciado a muerte y se le conmutó la pena por la de cadena perpetua tras una campaña internacional, encabezada en particular por los de los IWW (Trabajadores Internacionales del Mundo), el sindicato en el que militaba Joe Hill en USA.
¿Qué nos dice Joe Hill hoy?
Nos dice esencialmente dos cosas: 1- se puede organizar a los más explotados, a los más oprimidos de una manera inteligente y eficaz adaptando las formas de organización a la realidad social de los “de abajo”, los migrantes, las mujeres, los precarios, los no cualificados, que es lo que han hecho los IWW, evitando cualquier forma de burocracia de tipo socialdemócrata. El “otro movimiento obrero” es eso, frente a los aparatos de tipo DGB, AFL-CIO o LO: un movimiento que se adhiere a la realidad de la clase, que es móvil, fluida, cambiante.
2- se pueden inventar formas de comunicación populares, creativas, contundentes y llenas de humor. Las canciones de Joe Hill son un magnífico ejemplo de eso.
¿Hay algún Joe Hill actualmente?
No que yo sepa. Algunos raperos podrían serlo, si eligieran cantar con y para los trabajadores que se organizan en Amazon, McDonald’s, Starbucks, Deliveroo, Uber y todas las empresas del “nuevo capitalismo”, que sólo es nuevo en sus formas.
¿Qué habrían hecho hoy Joe Hill y los IWW?
Habrían organizado a los “otros” trabajadores
caminando sobre dos piernas: la física y la virtual. Esto es lo que está
ocurriendo en China, por ejemplo, donde los jóvenes trabajadores de las
fábricas-mundo, sin ningún sindicato que los defienda, están utilizando las
redes sociales para reivindicar (y organizarse.
¿Por qué la colección “Erga Omnes”?
“Erga Omnes”, “Para todos”, era el lema de los esclavos rebeldes bajo el liderazgo de Espartaco que pusieron en peligro la República Romana entre el 73 y el 71 a.C. Esta colección pretende publicar libros sobre las grandes figuras, a veces olvidadas, de las revueltas lógicas a lo largo de los siglos.
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