05/11/2025

Petróleo venezolano, cambio de régimen made in USA y política gangsteril de Washington

El endeble pretexto moral hoy es la lucha contra las drogas, sin embargo el objetivo real es derrocar a un gobierno soberano, y el daño colateral es el sufrimiento del pueblo venezolano. Si esto suena familiar, es porque lo es.

Jeffrey D. Sachs & Sybil Fares, Common Dreams, 4-11-2025

Traducido par Tlaxcala

USA está desempolvando su viejo manual de cambio de régimen en Venezuela. Aunque el eslogan ha pasado de «restaurar la democracia» a «combatir a los narco-terroristas», el objetivo sigue siendo el mismo: el control del petróleo venezolano. Los métodos seguidos por USA son familiares: sanciones que estrangulan la economía, amenazas de fuerza y una recompensa de 50 millones de dólares por la cabeza del presidente venezolano Nicolás Maduro, como si esto fuera el Lejano Oeste.


Carlos Latuff

USA es adicto a la guerra. Con el cambio de nombre del Department of War [ministerio de la Guerra], un presupuesto propuesto para el Pentágono de 1,01 billones de dólares, y más de 750 bases militares en alrededor de 80 países, esta no es una nación que busque la paz. Durante las últimas dos décadas, Venezuela ha sido un objetivo persistente de los intentos usamericanos de cambio de régimen. El motivo, que el presidente Donald Trump dejó claramente expuesto, son los aproximadamente 300 mil millones de barriles de reservas de petróleo bajo la franja del Orinoco, las mayores reservas petroleras del planeta.

En 2023, Trump declaró abiertamente: «Cuando me fui, Venezuela estaba lista para colapsar. La habríamos tomado, habríamos conseguido todo ese petróleo… pero ahora estamos comprando petróleo de Venezuela, así que estamos haciendo a un dictador muy rico.» Sus palabras revelan la lógica subyacente de la política exterior yanqui, que muestra un completo desprecio por la soberanía y favorece en cambio la apropiación de los recursos de otros países.

Lo que está en marcha hoy es una operación típica de cambio de régimen dirigida por USA, revestida con el lenguaje de la interdicción antidrogas. USA ha concentrado miles de tropas, buques de guerra y aeronaves en el mar Caribe y el océano Pacífico. El presidente ha autorizado con orgullo a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela.

Las llamadas del gobierno usamericano a la escalada reflejan un desprecio temerario por la soberanía de Venezuela, el derecho internacional y la vida humana.

El 26 de octubre de 2025, el senador Lindsey Graham (Republicano, Carolina del Sur) apareció en televisión nacional para defender recientes ataques militares usamericanos contra buques venezolanos y para decir que ataques terrestres dentro de Venezuela y Colombia son una «posibilidad real». El senador por Florida Rick Scott, en el mismo ciclo informativo, reflexionó que si él fuera Nicolás Maduro «se iría a Rusia o China ahora mismo». Estos senadores pretenden normalizar la idea de que Washington decide quién gobierna Venezuela y qué sucede con su petróleo. Recuerde que Graham de modo similar defiende que USA luche contra Rusia en Ucrania para asegurar los 10 billones de dólares en riquezas minerales que Graham afirma, de manera fatua, que están disponibles para que USA las tome.

Tampoco son los movimientos de Trump una historia nueva respecto a Venezuela. Durante más de 20 años, administraciones usamericanas sucesivas han intentado someter la política interna de Venezuela a la voluntad de Washington. En abril de 2002, un golpe de Estado militar de corta duración depuso brevemente al entonces presidente Hugo Chávez. La CIA conocía los detalles del golpe por adelantado, y USA reconoció inmediatamente al nuevo gobierno. Al final, Chávez retomó el poder. Sin embargo, USA no puso fin a su apoyo al cambio de régimen.

En marzo de 2015, Barack Obama codificó una notable ficción legal. Firmó la Orden Ejecutiva 13692, declarando la situación política interna de Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad nacional de USA para activar sanciones económicas gringas. Ese movimiento preparó el terreno para una coerción creciente por parte de USA. La Casa Blanca ha sostenido esa afirmación de una «emergencia nacional» usamericana desde entonces. Trump añadió sanciones económicas cada vez más draconianas durante su primer mandato. Asombrosamente, en enero de 2019, Trump declaró a Juan Guaidó, entonces una figura de la oposición, «presidente interino» de Venezuela, como si Trump pudiera simplemente nombrar a un nuevo presidente venezolano. Esta tragicomedia grencha acabó desmoronándose en 2023, cuando USA abandonó esta maniobra fracasada y ridícula.

USA ahora está iniciando un nuevo capítulo de apropiación de recursos. Trump ha sido durante mucho tiempo vocal acerca de «quedarse con el petróleo». En 2019, al hablar de Siria, el presidente Trump dijo: «Nos estamos quedando con el petróleo, tenemos el petróleo, el petróleo está asegurado, dejamos tropas únicamente por el petróleo.» Para los que lo dudan, las tropas usamericanas aún permanecen hoy en el noreste de Siria, ocupando los campos petroleros. Antes, en 2016, sobre el petróleo de Irak, Trump dijo: «Yo decía esto constantemente y de forma consistente a quien quisiera escuchar, decía quédense con el petróleo, quédense con el petróleo, quédense con el petróleo, no dejen que alguien más lo consiga.»

Ahora, con nuevos ataques militares a buques venezolanos y conversaciones abiertas sobre ataques terrestres, la administración invoca los narcóticos para justificar el cambio de régimen. Sin embargo, el artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas prohíbe expresamente «la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado». Ninguna teoría gringa de «guerras de cárteles» justifica remotamente un cambio de régimen coercitivo.

Incluso antes de las incursiones militares, las sanciones coercitivas usamericanas han funcionado como un ariete de asedio. Obama construyó el marco de sanciones en 2015, y Trump lo convirtió en un arma aún más potente para derrocar a Maduro. La afirmación era que la «presión máxima» empoderaría a los venezolanos. En la práctica, las sanciones han causado un sufrimiento generalizado. Como encontró el economista y renombrado experto en sanciones Francisco Rodríguez en su estudio sobre las «Consecuencias humanas de las sanciones económicas», el resultado de las medidas coercitivas usamericanas ha sido una caída catastrófica del nivel de vida en Venezuela, un empeoramiento marcado de la salud y la nutrición, y un daño grave a las poblaciones vulnerables.

El endeble pretexto moral hoy es la lucha contra las drogas, sin embargo el objetivo real es derrocar a un gobierno soberano, y el daño colateral es el sufrimiento del pueblo venezolano. Si esto suena familiar, es porque USA ha emprendido repetidamente operaciones de cambio de régimen en busca de petróleo, uranio, plantaciones de banano, rutas de oleoductos y otros recursos: Irán (1953), Guatemala (1954), Congo (1960), Chile (1973), Irak (2003), Haití (2004), Siria (2011), Libia (2011) y Ucrania (2014), por nombrar solo algunos casos. Ahora Venezuela está en el escaparate.

En su brillante libro Covert Regime Change (2017), la profesora Lindsey O’Rourke detalla las maquinaciones, los reveses y los desastres de no menos de 64 operaciones encubiertas usamericanas de cambio de régimen durante los años 1947-1989. ¡Ella se centró en ese período anterior porque muchos documentos clave de esa época ya han sido desclasificados! Trágicamente, el patrón de una política exterior usamericana basada en operaciones de cambio de régimen encubiertas (y no tan encubiertas) continúa hasta el día de hoy.

Las llamadas del gobierno de Washington a la escalada reflejan un desprecio temerario por la soberanía de Venezuela, el derecho internacional y la vida humana. Una guerra contra Venezuela sería una guerra que los ciudadanos de USA no quieren, contra un país que no ha amenazado ni atacado a USA, y sobre fundamentos legales que fracasarían ante un estudiante de primer año de Derecho. Bombardear buques, puertos, refinerías o soldados no es una demostración de fuerza. Es puro y simple hampa.

NdT: El discurso pronunciado por Tulsi Gabbard en Manama el 31 de octubre, en el que anunciaba el fin de la política de «cambio de régimen» de Washington, pasó claramente desapercibido para los autores. Léase Después del armisticio económico de Seúl, el armisticio militar de Manama 

Pétrole vénézuélien, changement de régime made in USA et politique de gangster de Washington

 

Le prétexte moral vaseux aujourd’hui est la lutte contre les stupéfiants, pourtant l’objectif réel est de renverser un gouvernement souverain, et les dommages collatéraux sont la souffrance du peuple vénézuélien. Si cela vous paraît familier, c’est parce que ça l’est.

Jeffrey D. Sachs & Sybil Fares, Common Dreams, 4/11/2025

Traduit par Tlaxcala

Les USA ressortent leur ancien manuel de changement de régime au Venezuela. Bien que le slogan ait glissé de « rétablir la démocratie » à « combattre les narco-terroristes », l’objectif reste le même : le contrôle du pétrole vénézuélien. Les méthodes employées par les USA sont bien connues : des sanctions qui étranglent l’économie, des menaces de recours à la force, et la tête du président vénézuélien Nicolás Maduro mise à prix pour 50 millions de dollars comme si l’on était au Far West.


Carlos Latuff

Les USA sont accros à la guerre. Avec le renommage du Department of War [ministère de la Guerre], un budget proposé pour le Pentagone de 1,01 billion de dollars, et plus de 750 bases militaires réparties dans quelque 80 pays, ce n’est pas une nation qui poursuit la paix. Depuis deux décennies, le Venezuela est une cible persistante des tentatives usaméricaines de changement de régime. Le motif, clairement exposé par le président Donald Trump, ce sont les quelque 300 milliards de barils de réserves pétrolières sous la ceinture de l’Orénoque, les plus grandes réserves de pétrole de la planète.

En 2023, Trump déclara ouvertement : « Quand je suis parti, le Venezuela était prêt à s’effondrer. Nous l’aurions pris, nous aurions obtenu tout ce pétrole… mais maintenant nous achetons du pétrole au Venezuela, donc nous rendons un dictateur très riche. » Ses mots révèlent la logique sous-jacente de la politique étrangère usaméricaine qui ignore complètement la souveraineté et favorise plutôt l’appropriation des ressources d’autres pays.

Ce qui se déroule aujourd’hui est une opération typique de changement de régime dirigée par les USA, déguisée sous le langage de l’interdiction des drogues. Les USA ont massé des milliers de soldats, des navires de guerre et des avions dans la mer des Caraïbes et l’océan Pacifique. Le président a fièrement autorisé la CIA à mener des opérations clandestines à l’intérieur du Venezuela.

Les appels du gouvernement usaméricain à l’escalade reflètent un mépris irresponsable pour la souveraineté du Venezuela, le droit international et la vie humaine.

Le 26 octobre 2025, le sénateur Lindsey Graham (Républicain, Caroline du Sud) est allé à la télévision nationale pour défendre les récentes frappes militaires usaméricaines contre des navires vénézuéliens et pour dire que des frappes terrestres à l’intérieur du Venezuela et de la Colombie sont une « vraie possibilité ». Le sénateur de Floride Rick Scott, dans le même cycle d’informations, a fait la réflexion que s’il était Nicolás Maduro, il « irait en Russie ou en Chine immédiatement ». Ces sénateurs visent à normaliser l’idée que Washington décide qui gouverne le Venezuela et ce qu’il advient de son pétrole. Rappelons que Graham défend de la même manière que les USA combattent la Russie en Ukraine pour sécuriser les 10 000 milliards de dollars de richesses minérales que Graham affirme connement être disponibles pour que les USA se les approprient.

Les mouvements de Trump ne constituent pas non plus une nouveauté en ce qui concerne le Venezuela. Depuis plus de 20 ans, des administrations usaméricaines successives ont tenté de soumettre la politique intérieure du Venezuela à la volonté de Washington. En avril 2002, un coup d’État militaire de courte durée défit brièvement le président de l’époque, Hugo Chávez. La CIA connaissait les détails du coup d’avance, et les USA ont immédiatement reconnu le nouveau gouvernement. Finalement, Chávez reprit le pouvoir. Pourtant, les USA n’ont pas mis fin à leur soutien à un changement de régime.

En mars 2015, Barack Obama a codifié une remarquable fiction juridique. Il a signé l’Ordre Exécutif 13692, déclarant que la situation politique interne du Venezuela constituait une « menace inhabituelle et extraordinaire » pour la sécurité nationale des USA afin de déclencher des sanctions économiques usaméricaines. Cette décision a préparé le terrain à une coercition usaméricaine croissante. La Maison-Blanche a maintenu cette affirmation d’« urgence nationale » usaméricaine depuis lors. Trump a ajouté des sanctions économiques de plus en plus draconiennes pendant son premier mandat. De façon stupéfiante, en janvier 2019, Trump déclara Juan Guaidó, alors figure de l’opposition, « président par intérim » du Venezuela, comme si Trump pouvait simplement nommer un nouveau président vénézuélien. Cette tragicomédie yankee s’est finalement effondrée en 2023, lorsque les USA ont abandonné ce stratagème foireux et grotesque.

Les USA entament désormais un nouveau chapitre d’appropriation des ressources. Trump a longtemps été clair sur le fait de « garder le pétrole ». En 2019, en parlant de la Syrie, le président Trump déclara : « Nous gardons le pétrole, nous avons le pétrole, le pétrole est sécurisé, nous avons laissé des troupes uniquement pour le pétrole. » Pour ceux qui en doutent, des troupes usaméricaines sont encore aujourd’hui dans le nord-est de la Syrie, occupant les champs pétrolifères. Plus tôt, en 2016, au sujet du pétrole irakien, Trump a dit : « Je disais cela constamment et de façon cohérente à quiconque voulait bien écouter, je disais : gardez le pétrole, gardez le pétrole, gardez le pétrole, ne laissez pas quelqu’un d’autre l’avoir. »

Aujourd’hui, avec de nouvelles frappes militaires contre des navires vénézuéliens et des propos ouverts sur des attaques terrestres, l’administration invoque les stups pour justifier un changement de régime. Pourtant l’article 2(4) de la Charte des Nations unies interdit expressément « la menace ou l’emploi de la force contre l’intégrité territoriale ou l’indépendance politique de tout État ». Aucune théorie usaméricaine de « guerres de cartels » ne justifie à distance un changement de régime coercitif.

Même avant les frappes militaires, les sanctions coercitives usaméricaines ont fonctionné comme un engin de siège. Obama a construit le cadre des sanctions en 2015, et Trump l’a encore plus instrumentalisé pour renverser Maduro. La prétention était que la « pression maximale » habiliterait les Vénézuéliens. En pratique, les sanctions ont provoqué des souffrances généralisées. Comme l’a constaté l’économiste et spécialiste renommé des sanctions Francisco Rodríguez dans son étude sur les « Conséquences humaines des sanctions économiques », le résultat des mesures coercitives usaméricaines a été un déclin catastrophique du niveau de vie au Venezuela, une détérioration nette de la santé et de la nutrition, et des dommages graves pour les populations vulnérables.

Le prétexte moral vaseux aujourd’hui est la lutte contre les stupéfiants, pourtant l’objectif réel est de renverser un gouvernement souverain, et les dommages collatéraux sont la souffrance du peuple vénézuélien. Si cela vous paraît familier, c’est parce que ça l’est. Les USA ont à plusieurs reprises entrepris des opérations de changement de régime à la recherche de pétrole, d’uranium, de plantations de bananes, de tracés de pipelines et d’autres ressources : Iran (1953), Guatemala (1954), Congo (1960), Chili (1973), Irak (2003), Haïti (2004), Syrie (2011), Libye (2011) et Ukraine (2014), pour ne citer que quelques-unes de ces affaires. Maintenant, c’est le Venezuela qui est sur la sellette.

Dans son excellent livre Covert Regime Change (2017), la professeure Lindsey O’Rourke détaille les manigances, les retombées et les catastrophes d’au moins 64 opérations usaméricaines clandestines de changement de régime durant les années 1947-1989 ! Elle s’est concentrée sur cette période antérieure parce que de nombreux documents clés de cette époque ont aujourd’hui été déclassifiés. Tragiquement, le schéma d’une politique étrangère usaméricaine fondée sur des opérations de changement de régime secrètes (et pas si secrètes) perdure jusqu’à aujourd’hui.

Les appels du gouvernement usaméricain à l’escalade reflètent un mépris irresponsable pour la souveraineté du Venezuela, le droit international et la vie humaine. Une guerre contre le Venezuela serait une guerre que les citoyens usaméricains ne veulent pas, contre un pays qui n’a ni menacé ni attaqué les USA, et sur des bases juridiques qui échoueraient à convaincre un étudiant en première année de droit. Bombarder des navires, des ports, des raffineries ou des soldats n’est pas une démonstration de force. C’est du gangstérisme pur et simple.

NdT
Le discours de Manama de Tulsi Gabbard du 31 octobre, annonçant la fin de la politique de “changement de régime” de Washington (lire ici), a manifestement échappé à l’attention des auteurs.

Le plan quinquennal d’une Belle Chine

Biljana Vankovska, Substack, 31/10/2025

Traduit par Tlaxcala

Versión española

Biljana Vankovska (1959) est professeure de science politique et de relations internationales à l’Université Saints-Cyrille-et-Méthode de Skopje, membre de la Fondation transnationale pour la paix et la recherche sur l’avenir (TFF) à Lund, en Suède, et considérée comme l’intellectuelle publique la plus influente de Macédoine. Elle est également membre du collectif No Cold War. Elle a été candidate indépendante, soutenue par le parti Levica (La Gauche) à l’élection présidentielle de 2024.

Quelques jours avant le second tour des élections locales en Macédoine, tout le monde ici semble obsédé par une seule question : qui contrôlera les municipalités — et, à travers elles, qui nous contrôlera ? Le pouvoir dans ce pays s’écoule comme une pyramide : de Vodno (le bureau de la présidente) à Ilindenska (le siège du gouvernement), jusqu’à chaque conseil local.

Mes lecteurs locaux me pardonneront, mais il n’y a rien de nouveau — ni d’inspirant — à dire sur ce pays aux divisions profondes, où la politique tourne autour des appels d’offres, des égos, de la corruption et du contrôle. La Macédoine a depuis longtemps perdu toute vision ; la stratégie est devenue un mot oublié ou galvaudé. Depuis la fin du socialisme, nous sommes gouvernés par les lois sauvages du marché, par la cupidité, la dépendance, et bien sûr, par nos nouveaux patrons coloniaux.

Et pourtant, d’une manière ou d’une autre, la Macédoine survit — miraculeusement — grâce à un régime de prêts et de dettes qui nous maintient à flot sans jamais nous faire avancer. Malgré cette lassitude, je ne veux pas oublier cette petite étincelle : le succès inattendu d’un jeune militant d’extrême gauche [AMAR MECINOVIKJ] qui s’est hissé au second tour [et a obtenu 36,69% des voix, NdT]. Peut-être, juste peut-être, est-ce le début de quelque chose de vraiment nouveau.

Vous pourriez vous attendre à ce que j’écrive sur l’Europe à la place. Ah, pitié — épargnez-moi cette illusion. L’Europe que nous admirions autrefois est devenue un continent de désindustrialisation, de peur et de rhétorique guerrière. Autrefois Vénus, elle est désormais Mars, vivant selon la logique du complexe militaro-industriel. Et pourtant, notre « Belle au bois dormant » présidentielle [Siljanovska Davkova] continue de se laisser charmer par le palais étincelant de Macron, bien qu’il brille moins qu’avant.

Alors pourquoi la Chine ? Pourquoi, au milieu d’une telle décadence locale et européenne, tourner mon regard vers Pékin et son nouveau plan quinquennal ? Parce que, franchement, quand tout autour de moi ressemble au chaos, j’ai besoin d’une oasis de développement, d’ordre, d’harmonie et de vision. J’ai besoin de me rappeler qu’un autre monde est possible — qu’il existe encore un lieu où l’on pense au-delà de la prochaine élection, au-delà de l’horizon de la peur et du populisme.

Peu de Macédoniens ont remarqué que la quatrième session plénière du 20 Comité central du Parti communiste chinois s’était récemment tenue. Et pourtant, son importance est immense : elle a jeté les bases du 15 plan quinquennal de la Chine, qui sera finalisé en mars 2026. Pour la plupart des Macédoniens, lexpression « plan quinquennal » évoque un terme poussiéreux tiré dun manuel dhistoire. Mais pour ceux dentre nous qui se souviennent du socialisme, elle résonne encore avec une certaine nostalgie. À l’époque, l’État — et surtout, les travailleurs eux-mêmes — planifiaient leur avenir commun à travers l’autogestion socialiste. C’était un exercice collectif d’imagination et de responsabilité. Oui, des erreurs grossières ont été commises, certaines fatales. Mais au moins, il y avait une direction.

Aujourd’hui, les campagnes électorales ont remplacé la planification. La politique est devenue un carnaval de promesses creuses — des listes de vœux bon marché déguisées en visions (éphémères).

En Chine, c’est l’inverse. Contrairement aux stéréotypes, ces plénums ne sont pas des rituels bureaucratiques ennuyeux. Ce sont des moments d’intensité créative. Une nation de 1,4 milliard d’habitants concentre son esprit pour tracer une voie à travers un monde incertain. Le plan quinquennal chinois n’est pas une relique de la planification centrale — c’est un instrument vivant de vision nationale, sans cesse adapté aux réalités changeantes.


Cette fois, le mot d’ordre est développement de haute qualité. Fini l’obsession de la croissance à tout prix. Le nouvel objectif est un progrès autonome, durable et technologiquement souverain. Dans un monde de sanctions, de guerres commerciales et de chaînes d’approvisionnement brisées, la Chine a appris que la dépendance est une vulnérabilité. Elle investit donc massivement dans l’intelligence artificielle, la biotechnologie, les technologies vertes et l’innovation domestique. Elle construit une résilience face à un système mondial conçu pour la maintenir dépendante.

Le concept directeur est l’autosuffisance et la résilience. La logique est simple : plus jamais personne ne doit pouvoir « nous couper l’électricité ».

Un autre pilier central est la prospérité commune. Le terme peut sembler démodé, mais son sens est profond : la stabilité sociale dépend de la justice. La richesse ne doit pas s’accumuler entre les mains de quelques-uns ; la Chine rurale et la Chine urbaine ne doivent pas vivre dans des siècles différents. La réduction de la pauvreté ne suffit pas — ce qui compte, c’est la juste répartition, la dignité et la foi en un ordre moral.

Et voici ma partie préférée — l’idée de « belle Chine» (Beautiful China). Non, ce n’est pas un slogan touristique. C’est une philosophie. Elle affirme que le développement ne doit pas détruire la terre qui le soutient. Elle imagine une civilisation verte où le progrès humain et la nature évoluent ensemble. C’est la même intuition que celle du concept de Gaia — la reconnaissance que l’humanité et la planète forment un seul organisme vivant.

« Belle Chine» signifie un air plus pur, une alimentation plus sûre, une meilleure santé, moins de pollution, plus d’harmonie. Cela signifie une civilisation qui mesure son succès non seulement par le PIB, mais aussi par la qualité de vie et l’équilibre entre le monde humain et le monde naturel.

Regardez-nous maintenant, dans les Balkans. « Développement de haute qualité » ? « Autosuffisance technologique » ? « Prospérité commune » ? Ces mots sonnent comme des fantasmes utopiques venus d’une autre planète. Ici, dans notre capitalisme sauvage de vol et de privilège, le bien commun n’apparaît même pas sur les bulletins de vote. Chaque promesse s’arrête là où commence l’intérêt personnel de quelqu’un.

Comparez les trois capitales : Pékin, Bruxelles et Skopje. La Chine planifie — avec discipline, continuité, prudence et prévoyance. L’Europe débat — surtout de sanctions et de militarisation. La Macédoine improvise — dérivant d’une crise à l’autre, toujours surprise par ce qu’elle aurait dû prévoir.

Nos soi-disant « stratégies nationales » sont écrites pour les donateurs, non pour le peuple. Ce sont des documents sans âme, sans vision. Nous avons oublié que planifier n’est pas contrôler — c’est espérer, structurer dans le temps. Sans plan, chaque désastre semble être un destin, chaque problème un accident.

Skopje, fin octobre 2025

Pendant ce temps, notre capitale Skopje s’enfonce dans les ordures, les rats et la décadence morale. Et nous attendons encore que le prochain maire [Orce Gjorgjievski] règle ça en 72 heures — après les élections, bien sûr.

La Chine, malgré tous ses problèmes, regarde vers 2030 et dit : nous aimerions ressembler à ceci et cela. La Chine n’est pas parfaite, elle ne réussira pas tout, mais elle ose penser en siècles. Rien que ça est déjà une forme de beauté.

Car « Belle Chine» ne parle pas seulement de la terre — elle parle de la croyance que l’avenir peut être conçu, et pas simplement subi.

04/11/2025

اعتداءات وحرائق ومجازر جماعية كأنها قطعان تساق إلى الموت : الضفة الغربية تواجه عنفًا إسرائيليًا غير مسبوق

جوناثان پـولّاك، هآرتس، 25 أكتوبر 2025

ترجمها   تلاكسكالا

جوناثان پـولّاك (تل أبيب، 1982) مصمّم غرافيك إسرائيلي وكاتب في صحيفة هآرتس. شارك سنة 2003 في تأسيس مجموعة العمل المباشر الأناركيون ضد الجدار. وقد اعتُقل مرات عديدةمنها في السادس من كانون الثاني / يناير 2020.



ميليشيات من المستوطنين الإسرائيليين، مدعومة بقوات الجيش، تشنّ هجمات على القرى الفلسطينية وتعمل على تدميرها منهجيًا: اعتداءات على السكان، حرق للمحاصيل، تخريب للمركبات، وذبح للحيوانات.

الكاتب الإسرائيلي جوناثان بولّاك يروي مشاهداته خلال مرافقته لمزارعين فلسطينيين في موسم جني الزيتون، وكيف كاد يفقد حياته لمجرد تضامنه معهم.

في الجنوبِ... تُثمرُ الأشجارُ ثمرًا غريبًا،

دماء تلطخ الأوراق و الجذور،

وأجسادٌ سوداءُ تحركها نسمات ثقلى،

ثمرٌ غريبٌ يتدلّى من الحورِ الحزين.

مشهدٌ رعويٌّ من الجنوبِ الجريء،

عيونٌ جاحظةٌ، وأفواهٌ ملتوية،

عبيرُ الماغنوليا... عذبٌ، نديّ،

ثمّ فجأةً... تفوحُ رائحةُ لحمٍ بشريٍّ محترق.

ثمارٌ للغربان،

وللمطر، والريح، والشمس،

حتى تملّ الأشجارُ حملها،

وتهوي بها إلى التراب.

يا له من حصاد غريب... و مرْ.

«ثمار غريبة»، لأبِل ميروبول

 عنف المطلق

شهد العامان الأخيران موجةً من العنف الإسرائيلي الجامح. في قطاع غزة بلغ العنف ذروته إلى حدِّ الوحشية، لكن الضفة الغربية كانت مسرحًا لقدرٍ مماثل من الألم.
العنف هنا منظَّم منسّق،  بمشاركة مختلف الأجهزة الإسرائيلية : الجيش، الشرطة، حرس الحدود، جهاز الشاباك، مصلحة السجون، منسّقو أمن المستوطنات، إضافةً إلى المدنيين المسلّحين.


مدنيون يحملون العصيّ والأنابيب المعدنية والحجارة، وبعضهم البنادق — ميليشياتٌ تعمل خارج القانون وتحت مظلّته في آنٍ معًا.
أحيانًا يبدأ المدنيون الهجوم والجيش يتبعهم، وأحيانًا العكس؛ لكن النتيجة واحدة: ترويعٌ وتدميرٌ ممنهج.

منذ مطلع موسم جني الزيتون، تصاعد العنف الإسرائيلي في الضفة الغربية — عنف مدروس ومنسَّق — إلى مستويات غير مسبوقة.

فقد اجتاح العنف قرى دوما وسلواد ونور شمس والمعرجات وكفر مالك والمغيّر الدير، قبل أن تلامس الأيدي أغصان الزيتون.

هو قدر القرى الفلسطينية المنسية، تواجه وحدها قسوة الحدود حيث تمتدّ المستوطنات الإسرائيلية كقلاعٍ من الحديد والحصار.

 مقتل محمد الشلبي وسيف المصالحة

ركض محمد الشلبي لينجو بحياته — دون أن يدرك أنه يركض نحو موته. شاحنة رمادية تقلّ مستوطنين إسرائيليين مسلّحين طاردته هو وعشرة آخرين.

بعد ساعات، عُثر على جثّته: رُمي بالرصاص من الخلف، وعليها آثار عنفٍ وحشيّ لا يوصف. المصير نفسه لاقاه سيف الدين مصاليت، الذي تعرّض لهجومٍ وتمكّن من الفرار لبرهة، قبل أن يسقط مغشيًّا عليه.

ظلّ ممدّدًا على الأرض، بين الحياة والموت، لساعاتٍ طويلة، فيما كان الجنود والمستوطنون يجوبون التلال بحثًا عن فريسةٍ جديدة.

كان ذلك يوم 11 يوليو 2025، أثناء مذبحة جبل الباطن، شرق رام الله.

لم أكن أعلم بعدُ أنهم ماتوا، لكنني كنت أعرف خوف الموت.

قبل بضع ساعات، كانت جموع من الإسرائيليين قد اجتاحت بلدة البطن؛ فحاولت مجموعة من الشبان الفلسطينيين من القريتين المجاورتين سنجل والمزرعة الشرقية صدّهم.

في البداية كانت الكفّة تميل لصالحهم، ثم وصلت شاحنة رمادية تقلّ رجالًا مسلّحين.

اندفعت الشاحنة نحو الفلسطينيين ودهست أحدهم. وبينما كنت أساعد في إجلاء الجريح، اضطررنا إلى الفرار — فقد أظهرت الأيام السابقة ما الذي يحدث لمن يتخلّف عن الهرب.

لم ننجح في الفرار. فقد لحق بنا مجموعة من الإسرائيليين المقنّعين، مسلّحين بهراوات الشرطة. انهالت الضربات على الوجوه، على الأضلاع، على الظهر — قبضات، أقدام، غبار، وعنف جامح لا نهاية له. وبينما كانت وجوهنا متورّمة وأجسادنا مثخنة بالكدمات، كنّا — وكما هو متوقّع — الوحيدين الذين جرى اعتقالهم عندما وصل الجنود.

وبينما كنّا ننتظر أن يُقتادونا، عادت الشاحنة متجهة نحو سنجِل، حيث كانت هناك سيارة إسعاف وأخرى مدنية. هناك بدأ الاعتداء الوحشي بكل مكونات العنف الإسرائيلي: قوّات رسمية وميليشيات خاصة، لكلٍّ دوره في المشهد، ولكلٍّ نصيبه من الجريمة.



 موسم الزيتون يتحوّل إلى ساحة حرب

لطالما كان موسم الزيتون مناسبةً فلسطينيةً عائليةً وثقافية، لا مجرد نشاط اقتصادي. كانت العائلات تجتمع تحت الأشجار، تغنّي الأهازيج الشعبية، وتطهو «قلاية البندورة» ( طماطم، بصل و فلفل) على النار في الهواء الطلق.
تحويل هذا المحفل الجماعي إلى كابوسٍ من المراقبة والخطر ليس مجرد استيلاءٍ على الأرض، بل هو اعتداءٌ على الذاكرة والانتماء، محاولةٌ لاقتلاع الهوية ذاتها. إنه كما يصفه القانون الدولي شكلٌ من أشكال تدمير شعب كامل
.

الهجوم الذي أودى بحياة محمد وسيف كان مجرد حلقة إضافية في سلسلة من المجازر. لقد توقفت عن عدّ الجنائز التي شاركتُ فيها خلال الأشهر الماضية.

إلى جانب العنف، يعاني المزارعون من آثار التغيّر المناخي.
فالزيتون يُثمر عامًا ويضعف في العام التالي، وهذه السنة كان المحصول ضعيف: شتاءٌ قليل المطر وحرٌّ شديد في الربيع جفّف الأشجار وأسقط ثمارها.
الكثير من الحقول خالية من الزيتون، قبل أن نحتسب حتى آلاف الأشجار التي اقتُلعت. ومع تقلّص العائد الاقتصادي وازدياد المخاطر، باتت عملية القطف مغامرةً قد تُكلّف الحياة.



حملة «زيتون 2025»

رغم التهديد والاعتقال، انطلقت حملة «زيتون 2025»، وهي تحالفٌ واسع يجمع اليسار الفلسطيني وفصائل من حركة فتح، بهدف تنظيم موسم القطف ودعم المزارعين.
قام النشطاء بتحديد مناطق الخطر واحتياجات القرى، لكن في الليلة الأولى من الموسم داهمت قوات الاحتلال منزل الناشط رَبيع أبو نعيم، أحد منسّقي الحملة، واعتقلته إداريًا — أي من دون توجيه تهمةٍ أو محاكمة.
رَبيع من قرية المغيّر شرق رام الله، وهي من أكثر المناطق تضررًا: اقتلع الجيش فيها 8500 شجرة زيتون، وأتلف المستوطنون المئات ليلاً.

بعضهم لا يزال يُدّعي أن هناك عنفاً "من الطرفين"، وأن الشرطة تحقق، وأن احتجاز ربيعة مبرر. فليصدقوا إذا هذه الخرافات.

 مواسم المجازر

في اليوم الأول من موسم جني الزيتون، قبل أسبوعين، انهمرت موجات العنف كالمطر الغزير.

في جوريش، اعتدى مستوطنون إسرائيليون على العمّال بالعصيّ.

وفي دوما — حيث أُحرِقت عائلة دوابشة حية عام 2015 — منع الجنودُ الفلسطينيين من دخول أراضيهم بحجة “التنسيق الأمني”.

في كفر ثلث، أقدم المستوطنون على ذبح قطيع من الماعز، وفي فرعتا أطلقوا الرصاص الحيّ على المزارعين، بينما كان الجنود يقفون إلى جانبهم دون أن يحرّكوا ساكنًا.

أما في كوبر، قرية مروان البرغوثي، فقد تم اعتقال المزارعين لأنهم عملوا في أراضيهم الخاصة

لكن الذروة كانت في بيتا، قرب نابلس. في العاشر من أكتوبر، توجّه نحو مئة وخمسين عاملاً إلى حقول الزيتون القريبة من بؤرة استيطانية جديدة. فتعرضوا لهجوم واسع من قبل جنود ومستوطنين معًا: ضرب، إطلاق نار، وإحراق متعمّد.

الحصيلة: عشرون جريحًا، أحدهم بالرصاص الحيّ، وإحراق عدد من السيارات وسيارة إسعاف. كما تمّ الاعتداء على ثلاثة صحفيين:

جعفر اشتية، الذي أُحرِقت سيارته، ووهّاج بني مفلح الذي كُسرت ساقه، وسَجى العالمي.



الجيش والمستوطنون: شراكةٌ في القمع

واصلت الاعتداءات انتشارها في الأيام التالية في برقة والمغيّر ولوبان الشرقية وترمسعيا وسلواد.
شارك الجيش الإسرائيلي بطرقٍ شتى: أحيانًا يرافق المهاجمين، وأحيانًا يغضّ الطرف، وأحيانًا يهاجم بنفسه.
في بورين أعلن المنطقة «عسكرية مغلقة»، واعتقل 32 متضامنًا فلسطينيًا وأجنبيًا لشرب الشاي في منازل الأهالي .

في 17 أكتوبر، شهدت بلدة سلواد ساعاتٍ طويلة من الهجمات المتواصلة: سيارات إسعاف مُخرَّبة، وعربات سرقت، وأشجارٌ مقتلعة.

وصلت شاحنة رمادية — هي ذاتها التي شوهدت في اعتداءات سابقة — مكتظّة بشبّانٍ مسلّحين، يتظاهرون بأنهم جنود. وبعدها وصل الجنود الحقيقيون، لكنهم طردوا المزارعين… لا المعتدين.

كنتُ هناك. وعند مغادرتنا، لاحقتنا سيارة إسرائيلية على طريق جبليّ ضيّق يطلّ على منحدر. كانت صور مذبحة جبل الباطن تعود إلى ذهني. نجونا من الموت بأعجوبة.



استمرار العنف وصمود الأرض

مئات الحوادث، صغيرة وكبيرة، تتوالى.

في تورموس عيّا، اعتدى رجالٌ ملثمون على امرأة مسنّة بضربة على رأسها، فأُصيبت بنزيف دماغي. اثنان من النشطاء جُرحا، وخمسُ سيارات أُحرِقت.

وما زالت موسم الجَني لم يكتمل، بل لم يبدأ إلا بالكاد.

لكن هذه الحكاية ليست فقط حكاية عنفٍ وسلبٍ وخراب، بل هي أيضًا حكاية المقاومة الفلسطينية، والتشبّث بالأرض، والإصرار على عدم الانكسار. قالت رَبيعة، قبل أن تُعتقل، من داخل زنزانته:

 إذا اقتُلعتْ أشجار الزيتون من قريتنا، فسنحصدُ السنديان.

وإن لم يبقَ للسنديان جَوزٌ، فسنحصدُ الأوراق