25/11/2025

La última escalada en el Líbano sirve a los intereses de Netanyahu y cuenta con el aval de Trump

Amos Harel, Haaretz, 24-11-2025
Traducido por Tlaxcala

Washington está realizando un enorme esfuerzo para forjar una nueva realidad en el Líbano, y quizá considere que una demostración de seriedad por parte de Israel puede sacar las negociaciones del estancamiento. Pero los ataques israelíes también están relacionados con otros frentes – y parecen destinados a desviar la atención de los fracasos de Netanyahu.


Haret Hreik, 23 de noviembre: tras el asesinato selectivo israelí. Foto Ibrahim AMRO / AFP

La operación de asesinato en pleno centro de Beirut el domingo fue la acción israelí más contundente en el Líbano desde que entró en vigor un alto el fuego hace un año. Tras semanas de amenazas, la Fuerza Aérea mató a Haytham Ali Tabatabai, considerado jefe del Estado Mayor de Hezbolá. La mayoría del liderazgo de la organización, empezando por el ex secretario general Hassan Nasrallah, fue eliminada durante la guerra del otoño pasado.


“Alto el fuego” es un término relativo. En la práctica, Israel reanudó sus ataques casi desde el primer día, centrados principalmente en operativos de Hezbolá y en sistemas de armas desplegados al sur del río Litani. Durante el último año, casi 400 personas han muerto en ataques aéreos israelíes en el Líbano. La mayoría eran operativos militares de Hezbolá, pero en un ataque inusual la semana pasada, dirigido contra un objetivo militar de Hamas en el campo de refugiados de Ain al-Helueh cerca de Sidón, murieron 14 palestinos.

Los ataques israelíes apuntan a los esfuerzos de Hezbolá por redistribuir hombres armados e infraestructura militar en la zona de la que debía retirarse conforme al acuerdo de alto el fuego. Pero detrás de bastidores también parecen influir otras consideraciones.

Hasta este verano, había cierto optimismo en Jerusalén y Beirut sobre la situación en el Líbano. La impresión era que el nuevo gobierno libanés y el actual liderazgo del ejército libanés estaban dispuestos a enfrentarse a Hezbolá y decididos a continuar su desarme, un esfuerzo que recibió un impulso gracias a los éxitos de Israel durante la guerra.

Pero en los últimos meses, las evaluaciones se han vuelto más pesimistas. Los esfuerzos del ejército libanés se detuvieron y Hezbolá aceleró su rearme a ambos lados del Litani. En respuesta, Israel intensificó sus ataques, aunque Hezbolá no ha realizado hasta ahora ninguna acción contra Israel.

Tabatabai es uno de los últimos miembros veteranos del liderazgo militar de Hezbolá, entre los pocos que sobrevivieron a la guerra del año pasado. La decisión de matar a un hombre tan alto en la jerarquía señala que Israel está dispuesto a asumir riesgos, incluso si el precio es interrumpir el alto el fuego con varios días de enfrentamientos militares.

El equilibrio de fuerzas entre los bandos es distinto al de hace más de un año. Nasrallah y la mayoría del liderazgo militar de Hezbolá ya no están vivos, el arsenal de cohetes de la organización se ha reducido y su espíritu de combate aparentemente tampoco es el que era. Sin embargo, existe el riesgo de represalias por parte de Hezbolá.

El primer ministro Benjamin Netanyahu presumiblemente no habría decidido asumir este riesgo sin el apoyo total del presidente estadounidense Donald Trump. Los estadounidenses han estado realizando grandes esfuerzos para persuadir a ambas partes de avanzar en un plan para una nueva realidad en el Líbano; quizá, si el proceso diplomático se ha descarrilado, consideraron necesario un ejemplo letal de la seriedad de las intenciones israelíes.

Los acontecimientos del domingo en el Líbano también están relacionados con lo que ocurre en otros frentes. En Siria, la administración Trump intenta promover un acuerdo de normalización con Israel, pero en realidad se topa con objeciones de Netanyahu. Además, Israel está preocupado por el despliegue militar de Hamas en las zonas de Tiro y Sidón. Hamas podría utilizar este despliegue para ejercer presión mientras los estadounidenses intentan hacer cumplir el alto el fuego en la Franja de Gaza.

Pero, como suele ocurrir con Netanyahu, tampoco se puede ignorar la conveniencia política de estos movimientos para él. No es casual que haya aumentado la tensión con el gobierno sirio mediante una visita provocadora al lado sirio de los Altos del Golán la semana pasada. La operación en Beirut tampoco parece desvinculada de tal tipo de cálculos, y lo mismo ocurre con la fricción constante en Gaza.

El hecho de que haya llamas de diversa intensidad ardiendo en varios frentes ayuda a Netanyahu a controlar la conversación pública y a preparar el clima que desea para la campaña electoral próxima. También le proporciona múltiples excusas para retrasar aún más su juicio penal.

Puede seguir jurando que ha aprendido las lecciones del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 y que por eso adopta una postura tan agresiva y combativa. Pero en la práctica, no parece que sus decisiones se tomen únicamente por razones sustantivas de seguridad.

Una bomba para la cúpula de las FDI

En las horas antes y después del ataque en Beirut, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, estaba absorto en otro asunto: una serie de medidas de mando dirigidas contra altos oficiales de las FDI, en el contexto de las conclusiones del comité Turgeman sobre los fallos del 7 de octubre. El comité, presidido por el general de división (ret.) Sami Turgeman, examinó los principales informes militares y evaluó su calidad. Su informe, entregado a principios de noviembre, incluye recomendaciones generales y explícitas, así como recomendaciones personales contra más de diez oficiales implicados en la toma de decisiones en los días previos al ataque de Hamas contra el Néguev occidental y el día de la masacre.

Turgeman lanzó una bomba al escritorio de Zamir, dado que las medidas de mando no formaban parte oficialmente del mandato del comité. Zamir no estaba inicialmente dispuesto a abordar este asunto, dada la carga que la guerra impone a las FDI y las cicatrices dejadas por las masacres. Es difícil que el jefe del Estado Mayor salga bien librado de este episodio. Muchos oficiales creen haber sido perjudicados. Por otro lado, hay familias en duelo que no quedarán satisfechas con las medidas tomadas, y el Consejo del 7 de Octubre, que agrupa a cientos de ellas, está justificado al exigir una comisión estatal independiente de investigación.

Las medidas anunciadas en la noche del domingo fueron, en definitiva, bastante severas: expulsión del servicio de reserva de tres generales mayores que están en proceso de retiro, y reprimendas de mando para otros tres que aún están en servicio. Medidas similares – expulsión de la reserva, reprimendas de mando e incluso destitución del servicio activo – se adoptaron contra varios otros oficiales de alto rango, desde teniente coronel hasta general de brigada, en Inteligencia Militar y el Mando Sur.

Las decisiones coincidieron casi por completo con las recomendaciones de Turgeman. En cambio, la decisión de Zamir de centrarse en la responsabilidad de los oficiales relevantes el 7 de octubre impidió que se tomaran medidas de mando contra el general de división Eliezer Toledano, quien fue comandante del sur hasta tres meses antes del estallido de la guerra. Toledano, al igual que la mayoría de los otros implicados, ya se había retirado de las FDI durante la guerra.

La principal dificultad de Zamir durante meses ha sido con el jefe de Inteligencia Militar, el general de división Shlomi Binder. La brigada operativa que él comandaba el 7 de octubre formó parte del fracaso de las FDI en prepararse con antelación y responder eficazmente a la invasión de Hamas en el Néguev occidental. Pero como jefe de Inteligencia Militar, Binder es muy estimado por Zamir y esencial para sus próximos movimientos, tras haber destacado en el liderazgo de la Inteligencia Militar en las guerras del Líbano y de Irán.

Zamir no tiene un candidato adecuado para suceder a Binder si decidiera traducir la reprimenda en una retirada inmediata, o si el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Israel Katz intentaran forzar su salida. Finalmente, se acordó que Binder recibiría una reprimenda de mando y no permanecería en las FDI después de completar su mandato como jefe de Inteligencia Militar. Este compromiso le permitirá finalizar su periodo.

Adoptar medidas severas contra los implicados es un paso bienvenido en vista de la gravedad del fallo, y llega con gran retraso – más de dos años después de la masacre. Si Zamir quiere intentar reconstruir la confianza pública en el ejército, gravemente dañada, este es uno de los dos pasos que debe tomar. El otro consiste en abrir un verdadero proceso de implementación de las lecciones de la guerra, un proceso que nunca ha comenzado realmente.

Pero desde una perspectiva política, aún no está claro si Zamir ha tenido éxito. En apariencia, Netanyahu tiene buenas razones para estar satisfecho: el fuego vuelve a dirigirse contra las FDI, y él se cuida mucho de no expresar ninguna sensación de responsabilidad o culpa por la masacre que ocurrió bajo su mandato como primer ministro prácticamente eterno.

Quizá la marcada diferencia entre las medidas – aunque tardías – adoptadas contra los oficiales, por un lado, y la conducta de Netanyahu, por otro, vuelva a intensificar la demanda de establecer una comisión estatal de investigación como cuestión clave en la próxima campaña electoral. La oposición, de hecho, empieza a centrarse en esta injusticia escalofriante.

 

 

La dernière escalade au Liban sert les intérêts de Netanyahou et bénéficie de l’appui de Trump

 

Amos Harel, Haaretz, 24/11/2025
Traduit par Tlaxcala

Washington déploie un immense effort pour forger une nouvelle réalité au Liban et estime peut-être qu’une démonstration de sérieux de la part d’Israël peut sortir les négociations de l’impasse. Mais les attaques israéliennes sont également liées à d’autres fronts – et semblent viser à détourner l’attention des échecs de Netanyahou.


L’opération d’assassinat au cœur de Beyrouth dimanche a constitué l’action israélienne la plus brutale au Liban depuis l’entrée en vigueur d’un cessez-le-feu il y a un an. Après des semaines de menaces, l’armée de l’air a tué Haytham Ali Tabatabai, qualifié de chef d’état-major du Hezbollah. La plupart des dirigeants de l’organisation, à commencer par l’ancien secrétaire général Hassan Nasrallah, ont été tués lors de la guerre de l’automne dernier.

« Cessez-le-feu » est un terme relatif. Dans la pratique, Israël a repris ses attaques presque dès le premier jour, visant principalement des opérateurs du Hezbollah et des systèmes d’armes déployés au sud du fleuve Litani. Au cours de l’année écoulée, près de 400 personnes ont été tuées dans les frappes israéliennes au Liban. La plupart étaient des combattants du Hezbollah, mais lors d’une frappe inhabituelle la semaine dernière, visant une cible militaire du Hamas dans le camp de réfugiés d’Aïn El Heloueh près de Sidon, 14 Palestiniens ont été tués.

Haret Hreik, 23 novembre : après l'assassinat ciblé israélien. Photo Ibrahim AMRO / AFP


Les frappes israéliennes visent les efforts du Hezbollah pour redéployer des hommes armés et une infrastructure militaire dans la zone que l’organisation était censée évacuer en vertu de l’accord de cessez-le-feu. Mais en coulisses, d’autres considérations semblent également entrer en jeu.

Jusqu’à cet été, un certain optimisme régnait à Jérusalem et à Beyrouth quant à la situation au Liban. L’impression était que le nouveau gouvernement libanais et l’actuelle direction de l’armée libanaise étaient prêts à affronter le Hezbollah et déterminés à poursuivre son désarmement, un effort renforcé par les succès d’Israël durant la guerre.

Mais ces derniers mois, les évaluations sont devenues plus pessimistes. Les efforts de l’armée libanaise ont cessé, et le Hezbollah a accéléré ses tentatives de se réarmer des deux côtés du Litani. En réponse, Israël a intensifié ses attaques, même si le Hezbollah s’est jusqu’à présent abstenu de toute attaque contre Israël.

Tabatabai est l’un des derniers membres vétérans de la direction militaire du Hezbollah, parmi les rares à avoir survécu à la guerre de l’an dernier. La décision de tuer un homme aussi haut placé signale qu’Israël est prêt à prendre des risques, même si cela implique de rompre le cessez-le-feu avec plusieurs jours d’affrontements militaires.

Le rapport de forces entre les deux parties n’est plus le même qu’il y a plus d’un an. Nasrallah et la plupart des dirigeants militaires du Hezbollah ne sont plus en vie, les stocks de roquettes de l’organisation ont diminué et son moral de combat semble également en baisse. Néanmoins, il existe un risque de représailles du Hezbollah.

Netanyahou n’aurait vraisemblablement pas pris ce risque sans l’appui total deTrump. Les USAméricains déploient de grands efforts pour convaincre les deux parties d’avancer vers un plan pour une nouvelle réalité au Liban ; peut-être, si le processus diplomatique est effectivement enlisé, ont-ils estimé qu’un exemple létal de la détermination d’Israël était nécessaire.

Les développements de dimanche au Liban sont également liés à ce qui se passe sur d’autres fronts. En Syrie, l’administration Trump tente de promouvoir un accord de normalisation avec Israël, mais se heurte à des objections de Netanyahou. En outre, Israël s’inquiète du déploiement militaire du Hamas dans les régions de Tyr et Sidon. Ce déploiement pourrait être utilisé par le Hamas pour exercer une contre-pression alors que les USAméricains tentent de faire respecter le cessez-le-feu dans la bande de Gaza.

Mais, comme souvent avec Netanyahou, il est impossible d’ignorer l’utilité politique de ces actions pour lui. Ce n’est pas un hasard s’il a ravivé les tensions avec le gouvernement syrien par une visite provocatrice du côté syrien du Golan la semaine dernière. L’opération à Beyrouth ne semble pas non plus étrangère à ce type de calculs, et il en va de même pour les frictions régulières à Gaza.

Le fait que des foyers de tension plus ou moins intenses brûlent sur plusieurs fronts aide Netanyahou à contrôler la conversation publique et à créer l’état d’esprit qu’il souhaite pour la prochaine campagne électorale. Cela lui fournit également une multitude d’excuses pour retarder encore son procès pénal.

Il peut continuer à affirmer avoir tiré les leçons de l’attaque du Hamas le 7 octobre 2023 et que c’est pour cette raison qu’il adopte une ligne agressive et combative. Mais en pratique, ses décisions ne semblent pas motivées uniquement par des considérations de sécurité.

Une bombe pour l’état-major de Tsahal

Dans les heures qui ont précédé et suivi la frappe de Beyrouth, le chef d’état-major de Tsahal Eyal Zamir était absorbé par un autre dossier : une série de mesures de commandement visant des officiers supérieurs de Tsahal, dans le contexte des conclusions du comité Turgeman sur les défaillances du 7 octobre. Le comité, présidé par le général de division (rés.) Sami Turgeman, a examiné les principaux briefings militaires et évalué leur qualité. Son rapport, déposé début novembre, comprend des recommandations générales et explicites, ainsi que des recommandations personnelles contre plus de dix officiers impliqués dans la prise de décision dans les jours précédant l’attaque du Hamas sur le Néguev occidental et le jour du massacre.

Turgeman a déposé une bombe dans le bureau de Zamir, étant donné que des mesures de commandement ne faisaient pas officiellement partie du mandat du comité. Zamir n’était pas initialement désireux de traiter ce dossier, compte tenu du poids que la guerre fait peser sur Tsahal et des cicatrices laissées par les massacres. Il est difficile pour le chef d’état-major de sortir indemne de cet épisode. Beaucoup d’officiers estiment avoir été lésés. Inversement, des familles endeuillées ne seront pas satisfaites des mesures prises, et le Conseil du 7 octobre, qui regroupe des centaines d’entre elles, est fondé à exiger une commission d’enquête d’État indépendante.

Les mesures annoncées dimanche soir ont finalement été assez sévères : suspension du service de réserve pour trois généraux majors en instance de retraite, et réprimandes de commandement pour trois autres toujours en service. Des mesures similaires – suspension de la réserve, réprimandes de commandement et même renvoi du service actif – ont été prises contre plusieurs autres officiers supérieurs, du grade de lieutenant-colonel à celui de général de brigade, au sein du renseignement militaire et du commandement sud.

Les décisions correspondent de très près aux recommandations de Turgeman. En revanche, la décision de Zamir de se concentrer sur la responsabilité des officiers en poste le 7 octobre a empêché la prise de mesures contre le général de division Eliezer Toledano, qui était commandant du sud jusqu’à trois mois avant le déclenchement de la guerre. Toledano, comme la plupart des autres impliqués, avait déjà pris sa retraite durant la guerre.

La principale difficulté de Zamir depuis des mois concerne le chef du renseignement militaire, le général de division Shlomi Binder. La brigade opérationnelle qu’il commandait le 7 octobre était partie prenante dans l’échec de Tsahal à se préparer et à répondre efficacement à l’invasion du Hamas dans le Néguev occidental. Mais en tant que chef du renseignement militaire, Binder est très apprécié de Zamir et essentiel pour ses orientations futures, après avoir excellé dans la direction du renseignement militaire durant les guerres au Liban et en Iran.

Zamir n’a pas de candidat adéquat pour succéder à Binder s’il devait traduire la réprimande en un départ immédiat, ou si Netanyahou et le ministre de la Défense Israel Katz tentaient de pousser à sa sortie. Il a finalement été décidé que Binder recevrait une réprimande de commandement et ne resterait pas dans Tsahal à l’issue de son mandat à la tête du renseignement militaire. Ce compromis lui permettra d’aller au bout de son mandat.

Prendre des mesures sévères contre les responsables constitue une étape bienvenue au regard de la gravité de la défaillance, même si elle intervient très tard – plus de deux ans après le massacre. Si Zamir souhaite tenter de reconstruire la confiance du public israélien envers l’armée, fortement ébranlée, il doit accomplir cette étape, l’une des deux essentielles. L’autre consiste à ouvrir un véritable processus de mise en œuvre des leçons de la guerre, un processus qui n’a jamais réellement commencé.

Mais d’un point de vue politique, il n’est pas encore clair si Zamir a réussi. En apparence, Netanyahou a de bonnes raisons d’être satisfait : le feu est de nouveau dirigé contre Tsahal, et il prend soin de n’exprimer aucun sentiment de responsabilité ou de culpabilité pour le massacre qui s’est produit sous sa surveillance de premier ministre quasi-éternel.

Peut-être que la différence flagrante entre les mesures tardives prises contre les officiers, d’une part, et la conduite de Netanyahou, de l’autre, intensifiera à nouveau la demande d’établissement d’une commission d’enquête d’État comme enjeu central de la prochaine campagne électorale. L’opposition commence effectivement à concentrer son attention sur cette injustice accablante.

23/11/2025

Armes de volonté : le Hamas et le Jihad islamique face au plan de Trump pour Gaza

Jeremy Scahill & Jawa Ahmad, Drop Site News, 23/11/2025

Traduit par Tlaxcala

ملخص المقال باللغة العربية في نهاية الوثيقة

Resumen del artículo en español al final del documento

L’ONU vient d’apposer un sceau de légitimité sur le plan colonial du président Donald Trump pour Gaza. Dans ce reportage exclusif de Drop Site, des dirigeants de la résistance palestinienne évaluent l’état actuel de la guerre.

Introduction

Israël poursuit le siège de Gaza malgré le « cessez-le-feu » officiellement entré en vigueur le 10 octobre. Jour après jour, les forces israéliennes attaquent les Palestiniens dans l’enclave, tuant plus de 340 personnes depuis que Donald Trump a présenté son plan de « paix » comme un accomplissement monumental ouvrant une nouvelle ère. La majorité des morts sont des femmes et des enfants.

Durant la semaine écoulée, les forces israéliennes — qui occupent toujours plus de 50 % du territoire de Gaza — ont avancé encore davantage au-delà de la « ligne jaune ». Israël menace de reprendre son siège total si le Hamas ne désarme pas et ne se rend pas. L’État israélien refuse par ailleurs d’autoriser l’entrée des quantités de nourriture, de médicaments et de produits essentiels convenues dans l’accord.

Le 17 novembre, dans un geste sans précédent, le Conseil de sécurité des Nations unies a approuvé le plan néocolonial de Trump pour Gaza, incluant le déploiement d’une force internationale qui n’opérerait pas sous commandement onusien, mais sous la direction d’un conseil privé contrôlé par Trump. Selon ce dernier, cette force serait chargée de désarmer la résistance palestinienne et de démilitariser Gaza, afin de priver le peuple palestinien de son droit à l’autodéfense.

Dans le cadre de la série de Drop Site consacrée à la résistance palestinienne depuis le 7 octobre, des responsables de haut rang du Hamas et du Jihad islamique analysent le chemin qui a mené à la situation actuelle. Nous avons mené une série d’entretiens en personne avec ces dirigeants, qui y décrivent les événements ayant précédé l’accord de cessez-le-feu d’octobre, leur position sur le désarmement et sur le plan Trump, ainsi que leur vision de la lutte actuelle pour la libération nationale palestinienne.

Ce rapport de Jeremy Scahill et Jawa Ahmad est long et détaillé, mais nous pensons qu'il vaut vraiment la peine d'être lu.

L’incapacité de la plupart des médias occidentaux à relayer la perspective de la résistance palestinienne constitue une faute professionnelle et nuit profondément à la compréhension du public.


Des membres des Brigades Al-Qassam du Hamas près de la rue Bagdad, dans la ville de Gaza, le 5 novembre 2025. Photo Hamza Z. H. Qraiqea / Anadolu via Getty Images.

 La frappe de Doha

Peu après 15h46, heure de Doha, le 9 septembre, Osama Hamdan — un dirigeant de haut rang du Hamas — reçut l’appel d’un journaliste lui demandant s’il avait entendu parler d’une explosion qui venait de secouer la capitale qatarie. Hamdan se trouvait alors à une réunion, à l’autre bout de la ville, loin des bureaux du mouvement islamique de résistance, situés dans le quartier huppé de Legtaifiya, rue Wadi Rawdan. Il n’avait entendu aucun bruit.

« Il y a eu une explosion à Doha », se souvient-il que le journaliste lui a dit. « Je crois que vos gens ont été ciblés. »
Hamdan commença à appeler d’autres responsables du Hamas. « Personne ne répondait. Tous les téléphones étaient hors service », se remémore-t-il. « Au bout de cinq minutes environ, un des frères est venu me voir et m’a dit : “Il y a eu une frappe aérienne contre le bureau.” »

La tentative d’assassinat à Doha et le récit d’Osama Hamdan

Alors qu’il se rendait sur les lieux, Hamdan apprit par les médias que des responsables israéliens confirmaient une série de frappes visant à assassiner plusieurs dirigeants de haut rang du Hamas.
L’armée israélienne déclara que les membres de la direction visés « dirigeaient depuis des années les activités terroristes », qu’ils avaient « planifié et supervisé le massacre du 7 octobre » et « dirigeaient la guerre contre Israël ».

Selon Israël, la frappe avait pour objectif d’assassiner le chef du Hamas à Gaza, le Dr Khalil Al-Hayya. « Nous attendons de voir les résultats », déclara un responsable israélien.

Au moment des frappes, Benyamin Netanyahou participait à un événement organisé par l’ambassade usaméricaine à Jérusalem.
Il s’en vanta immédiatement : « Au début de la guerre, j’ai promis qu’Israël atteindrait ceux qui ont perpétré cette horreur. Aujourd’hui, c’est fait. »

Ces frappes israéliennes représentaient une escalade spectaculaire, d’autant qu’elles furent menées sur le territoire du Qatar, pays allié des USA, qui abrite le CENTCOM, l’un des principaux centres névralgiques militaires USaméricains au Moyen-Orient.

Les bureaux du Hamas à Doha avaient été établis en 2011 à la demande directe du gouvernement usaméricain, précisément afin de maintenir une voie de communication diplomatique ouverte avec le mouvement. Le Qatar, avec l’Égypte, joue depuis longtemps un rôle crucial de médiateur dans les conflits et négociations régionales.

Pour Hamdan, l’objectif israélien était clair : « C’était un message politique évident : Netanyahou ne voulait ni cessez-le-feu ni solution.
Il voulait éliminer la délégation qui négociait. En frappant au Qatar, il a montré qu’il ne respectait même pas ceux qui cherchent à obtenir un accord. »


Fumée s’élevant après les explosions survenues dans la capitale qatarie Doha, le 9 septembre 2025. Photo Jacqueline Penney / AFPTV / AFP via Getty Images.

Désinformation et bilan humain

Quelques minutes après les frappes, les réseaux sociaux furent inondés de comptes pro-israéliens affirmant que : Khalil Al-Hayya avait été tué, ainsi que Khaled Mechaal et Zaher Jabbarin.

Netanyahou se félicita publiquement de frappes visant « les chefs terroristes du Hamas ».

Mais Hamdan découvrit rapidement qu’aucun dirigeant majeur n’avait été tué. « Ils ont concentré les frappes sur l’endroit où ils pensaient que la réunion se tenait », explique-t-il. « Mais ils ont échoué. »

En réalité, les frappes tuèrent Hammam Al-Hayya, fils du Dr Khalil Al-Hayya, son secrétaire personnel, trois assistants et gardes du corps ainsi qu’un officier de sécurité qatari.

L’armée israélienne tira entre 10 et 12 missiles sur le complexe, détruisant les bureaux administratifs et l’appartement de la famille Al-Hayya. L’épouse du dirigeant, sa belle-fille et ses petits-enfants furent blessés.

Hamdan dut annoncer lui-même la mort de son fils à Al-Hayya. Ce dernier, qui avait déjà perdu un autre fils — Osama — tué dans une frappe israélienne en 2014, a perdu de nombreux membres de sa famille dans le génocide en cours.

Dans une déclaration publique empreinte de dignité, Al-Hayya affirma ensuite : « La douleur de perdre mon fils, mon compagnon, le directeur de mon bureau et les jeunes autour de moi, c’est une douleur immense. Nous ne sommes pas faits de fer ou de pierre. Nous pleurons nos martyrs, nos familles, nos frères. Mais ce que je vois chaque jour — les tueries, la tyrannie, les assassinats, la destruction à Gaza — me fait oublier ma douleur personnelle. Parce que je sens qu’ils sont tous comme mes propres enfants. »

Une frappe motivée par les négociations

Bien qu’Israël justifie publiquement la frappe de Doha au nom du 7 octobre, la réalité était toute autre : Il s’agissait d’éliminer l’équipe de négociation du Hamas au moment exact où elle examinait une nouvelle proposition usaméricaine.

Dans les jours précédant les frappes, l’administration Trump avait transmis au Hamas, via les médiateurs qataris, un texte présenté comme une nouvelle initiative de cessez-le-feu.
Ce document exigeait notamment la remise immédiate de tous les captifs israéliens — vivants et morts — détenus à Gaza.

Du point de vue du Hamas, cette “offre” ressemblait à un piège : elle était vague, elle n’engageait pas clairement Israël à mettre fin au génocide, elle ne garantissait aucune levée du siège ou retrait militaire.

Le Hamas se souvenait aussi qu’en mai, Trump avait renié une promesse similaire faite lors d’un échange visant à libérer le soldat usaméricano-israélien Edan Alexander.

Funérailles à Doha

Les funérailles furent organisées dès le lendemain, dans la capitale qatarie. Elles rassemblèrent une foule nombreuse : diplomates, responsables politiques, membres de la diaspora palestinienne, journalistes, et figures du mouvement national.

Le cercueil du fils de Khalil Al-Hayya — Hammam — fut porté en tête du cortège, suivi de ceux des quatre membres du Hamas tués dans la frappe, ainsi que celui de l’officier de police qatari. Les dirigeants du Hamas, visiblement éprouvés, prononcèrent des discours de deuil et de résilience.
Ils insistèrent sur le fait que l’attaque ne briserait pas la volonté palestinienne de poursuivre les efforts diplomatiques pour mettre fin à la guerre — malgré l’évidence que l’objectif israélien était précisément d’éliminer la délégation chargée de négocier.


Funérailles à Doha du fils de Khalil Al-Hayya, de quatre membres du Hamas et d’un officier qatari tués lors de la frappe israélienne. Photo Diwan de l’Émirat du Qatar / Anadolu via Getty Images

Le Hamas avait accepté un accord avant les frappes israéliennes

Le 18 août — soit trois semaines avant la tentative d’assassinat de Doha — les factions palestiniennes avaient déjà accepté un accord de cessez-le-feu élaboré par les USA et Israël.

Cet accord, appelé “cadre Witkoff”, du nom de l’émissaire spécial usaméricain Steve Witkoff, comportait 13 points. Il incluait :

  • un cessez-le-feu de 60 jours,
  • la reprise de l’aide humanitaire,
  • la libération de la moitié des captifs israéliens, vivants ou morts,
  • la possibilité de prolonger la trêve pendant que les négociations se poursuivaient.

Pour les dirigeants palestiniens, il s’agissait d’un compromis difficile, mais acceptable, afin de stopper l’hécatombe à Gaza. Mohammad Al-Hindi, chef de la délégation du Jihad islamique, raconte : « Trump pensait que le Hamas ne remettrait jamais vingt captifs d’un seul coup. Nous avons consulté toutes les factions et décidé d’accepter l’accord Witkoff. »

Des concessions palestiniennes majeures

Dans l’accord du 18 août, les Palestiniens avaient accepté :

  • la libération immédiate de huit captifs le premier jour,
  • l’absence de calendrier clair pour le retrait israélien du corridor de Philadelphie,
  • une zone tampon israélienne plus profonde que ce qu’ils avaient exigé,
  • la possibilité d’un accord même sans garantie que la guerre cesserait complètement.

Selon un haut responsable qatari, le Hamas avait accepté 98 % de ce que les USA et Israël réclamaient.

Pourtant…

Israël ne répondit jamais. Les USA firent porter la faute au Hamas

Lorsque les Palestiniens annoncèrent qu’ils acceptaient l’accord, Israël ne donna aucune réponse officielle.

Au lieu de cela :

  • les responsables usaméricains déclarèrent que le Hamas bloquait les négociations,
  • l’armée israélienne accéléra les bombardements,
  • Israël annonça une nouvelle offensive terrestre imminente,
  • les médias israéliens affirmèrent que les Palestiniens « refusaient la paix ».

Al-Hindi : « Ils ont donné à Israël une excuse pour intensifier les frappes et prétendre que nous refusions un accord — alors que nous l’avions accepté. »

Una pauta escrita con sangre: la jerarquía del genocidio desde Al-Fashir hasta El-Geneina y su conexión con la guerra de los EAU contra Sudán

 

Darfur Union in the UK (Unión de Darfur en el Reino Unido), 15/11/2025

نمطٌ مكتوب بالدم: هرمية الإبادة الجماعية من الفاشر إلى الجنينة وصلتها بحرب الإمارات على السودان

A Pattern Written in Blood: The Hierarchy of Genocide from Al-Fashir to El-Geneina and Its Connection to the UAE’s War on Sudan

 

Traducido por Tlaxcala

 

Durante casi tres años, el mundo ha visto surgir fragmentos de horror desde Sudán: una fosa común descubierta aquí, un barrio arrasado allá, un convoy de familias huyendo y perseguido en la carretera. Sin embargo, lo que ocurre hoy en Al-Fashir no es un episodio aislado. Es el capítulo más reciente de un proyecto más amplio y meticulosamente organizado de exterminio. Un patrón de genocidio perfeccionado de una ciudad sudanesa a otra: El-Geneina, Kutum, Zalingei, Nyala, El-Obeid, Al-Gezira, y ahora culminando en la ciudad sitiada e invadida de Al-Fashir.


Marcha “¡Fuera las manos de Sudán!” en Londres el 9 de noviembre de 2024. Foto Mark Kerrison/In Pictures via Getty Images

Esto no es caos.
Esto no es un «conflicto tribal». Esto no es un colapso del orden.
Es un sistema jerárquico y coordinado de violencia, posibilitado, financiado, armado y dirigido con intención.

Y en el centro de ese sistema están las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), respaldadas por los Emiratos Árabes Unidos, junto con las redes extranjeras que las sostienen.

 

I. Un genocidio con plano: el modelo reciclado de aniquilación

Lo que ocurre en Al-Fashir ha ocurrido antes, casi paso a paso, en Darfur y en todo Sudán.
El modelo es consistente:

1.      Rodear la ciudad: asedio, puntos de estrangulamiento, bloqueos.

2.     Cortar las comunicaciones: apagón, interferencias, intimidación a periodistas.

3.     Hambrear y aterrorizar: cortar comida, agua y medicinas.

4.    Invadir con violencia abrumadora: drones, artillería, columnas de combatientes.

5.     Separar a los civiles por origen étnico: los hombres ejecutados; las mujeres violadas en masa.

6.    Saquear, incendiar y vaciar la ciudad: hogares, mercados, hospitales.

7.     Fosas comunes y charcos de sangre: pruebas confirmadas por satélite.

8.    Enviar equipos mediáticos para blanquear la situación y decir al mundo que «la vida es normal».

El-Geneina siguió este guion primero.
Luego Kutum y Zalingei. Después Nyala, Jebel Aulia, Madani y cientos de aldeas rurales.
Y ahora Al-Fashir sufre la misma crueldad calculada, pero a una escala no vista desde el genocidio de Ruanda.

 

II. El-Geneina: la primera Al-Fashir

La Darfur Union in the UK documentó —ampliamente, públicamente y con rigor— lo ocurrido en El-Geneina mediante decenas de artículos en nuestro sitio web.

En El-Geneina, como en Al-Fashir:

• Se cavaban fosas comunes a plena luz del día.
• Cuerpos yacían en las calles, la sangre corriendo por las alcantarillas.
• Mujeres eran violadas, a menudo frente a sus familias.
• Distritos enteros fueron vaciados, incendiados y borrados.
• El gobernador de Darfur Occidental, Khamis Abbakar, fue asesinado bajo custodia, un crimen difundido con orgullo por los perpetradores, seguido de la profanación del cadáver.

Cada uno de los rasgos de aquella campaña de exterminio reaparece hoy en Al-Fashir.
La única diferencia es la escala, y la velocidad con la que las RSF pasan de la masacre a la manipulación mediática.

 

III. Violencia sistemática y jerárquica, nunca «combatientes indisciplinados»

Las atrocidades en Al-Fashir no son actos espontáneos de soldados rebeldes. Son el producto de una cadena de mando con:

• liderazgo estratégico,
• redes logísticas,
• suministros militares extranjeros,
• y un marco ideológico destinado a expulsar a las comunidades no árabes de sus tierras.

Cada fase —desde el asedio hasta el saqueo, desde los videos de tortura hasta las ejecuciones masivas— responde a una doctrina centralizada posibilitada por los Emiratos Árabes Unidos:

• Suministran armas y municiones.
• Envían drones avanzados utilizados para bombardear zonas civiles.
• Proporcionan mercenarios de múltiples regiones.
• Controlan centros logísticos en Chad, Libia y Puntlandia.
• Gestionan narrativas políticas a través de medios bajo su control.

Esto no es apoyo.
Esto es dirección estratégica.
Y debido a este respaldo, las RSF actúan con absoluta impunidad, seguras de que cada masacre recibirá cobertura diplomática y mediática.

 

IV. Borrando las pruebas: la guerra mediática de los EAU

Una vez invadida Al-Fashir, los medios alineados con los Emiratos se apresuraron a entrar.
Sky News Arabia, propiedad de intereses emiratíes, envió Tsabih Mubarak y otros corresponsales,

no para documentar el genocidio, sino para borrarlo.

Grabaron calles seleccionadas.
Sonrieron junto a ruinas aún manchadas de sangre.
Evitaron las fosas comunes.
Evitaron los hospitales donde civiles heridos eran ejecutados.
Evitaron los lugares donde mujeres fueron violadas en masa.

Esta es la rama mediática del genocidio: una máquina de propaganda activada en cuanto termina la matanza, para reemplazar la realidad con «normalidad».

Y en línea, miles de cuentas automatizadas, influenciadores financiados por los EAU y redes coordinadas intentan ahogar los testimonios sudaneses bajo narrativas fabricadas.

Pero su campaña fracasa. Cada hora, voces sudanesas rompen el cerco. Más pruebas se filtran.
Más sobrevivientes hablan. Más documentación emerge.
Como siempre, la verdad supera a la propaganda.

 

V. Al-Fashir hoy: un genocidio en tiempo real

Lo que ocurre ahora en Al-Fashir no es «posconflicto». Sigue en marcha.

• Civiles ejecutados en grupos, a menudo tras separación étnica.
• Mujeres violadas por unidades proporcionadas por los EAU.
• Familias obligadas a pagar rescates por sus familiares secuestrados.
• Barrios enteros incendiados.
• Charcos de sangre captados por satélites de Maxar.
• Civiles torturados en vídeo para aterrorizar a otros.

Este es un genocidio en presente.

 

VI. Una impunidad construida sobre patrocinio extranjero

Cada atrocidad es facilitada por:

• Armas de los EAU (transportadas a través de Chad, Libia y el Cuerno de África).
• Bombardeos aéreos realizados con drones suministrados por los Emiratos que atacan refugios, hospitales y centros de alimentos.
• Estrategia militar coordinada por agentes de inteligencia emiratíes integrados en la estructura de mando de las RSF.
• Equipos mediáticos enviados a Al-Fashir para limpiar la narrativa.

Por eso las RSF luchan sin restricciones: porque no luchan solas.

 

VII. Un llamado al mundo: dejar de fingir que esto es «local»

El genocidio en Al-Fashir, como antes en El-Geneina, no es «sudanés». No es «tribal». No es «caos en un Estado frágil».
Es un proyecto transfronterizo de exterminio patrocinado por un Estado, con logística bien financiada, armas avanzadas, mando externo y protección política deliberada. Para abordarlo, el mundo debe reconocer estos hechos.

El silencio es complicidad. Negarse a nombrar a los EAU es complicidad. Repetir el lenguaje de las RSF es complicidad. Enviar periodistas a blanquear Al-Fashir es complicidad. Tratar el genocidio como un «conflicto» es complicidad.

 

VIII. Conclusión: las pautas solo terminan cuando se les enfrenta

Al-Fashir no es una anomalía: es la última prueba de un sistema de destrucción sin control durante décadas. El mismo plano. Las mismas armas. La misma ideología. Los mismos perpetradores.
Los mismos patrocinadores.

El genocidio se repite cuando el mundo finge no verlo.

La Darfur Union in the UK seguirá documentando, exponiendo y exigiendo responsabilidades a todo actor —sudanés o extranjero— que haya contribuido a la destrucción de nuestro pueblo. Porque esta vez, el mundo no podrá decir: «No lo sabíamos.»

Nosotros, la Darfur Union in the UK y la diáspora sudanesa, exigimos lo siguiente al gobierno británico y a la comunidad internacional:

1.      Imponer sanciones específicas a los Emiratos Árabes Unidos por patrocinar y facilitar genocidios y crímenes de guerra en Sudán.

2.     Designar a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) como organización terrorista según la legislación del Reino Unido.

3.     Abrir una investigación parlamentaria y judicial sobre el uso de armas o tecnología británica en Sudán, y sobre los sistemas financieros que pudieron facilitar estos traslados.

4.    Condenar públicamente el papel de los EAU ante las Naciones Unidas y en todos los foros internacionales, y exigir su cooperación con investigaciones independientes sobre crímenes de guerra.

5.     Apoyar un acceso humanitario sin restricciones a Al-Fashir y Darfur, priorizando la ayuda médica para víctimas de violencia sexual y hambre.

6.    Garantizar la rendición de cuentas por la propaganda de guerra, incluido el uso indebido de medios para ocultar pruebas de crímenes en curso.