La justicia francesa ante el dilema de expulsar a los palestinos
A pesar de las decisiones prefectorales de expulsión, los jueces no pueden validar estas solicitudes debido a la situación sobre el terreno. La detención de algunos extranjeros se prolonga, a pesar de que este sistema sólo debería aplicarse a aquellos cuya expulsión es inminente.
Christophe Ayad y Julia Pascual, Le Monde, 30-8-2024
Traducido por Fausto Giudice, Tlaxcala
Fue la sexta persona que compareció ante el juez de libertades y detención el miércoles 28 de agosto. En este anexo del tribunal de primera instancia contiguo al centro de retención administrativa (CRA) de Mesnil-Amelot (Seine-et-Marne), el juez se pronuncia cada día sobre la prórroga de la retención de extranjeros solicitada por la administración. A tiro de piedra, los aviones despegan continuamente de las pistas del aeropuerto de Roissy-Charles-de-Gaulle.
El centro de retención administrativa de
Mesnil-Amelot (Seine-et-Marne), el 6 de mayo de 2019. CHRISTOPHE ARCHAMBAULT / AFP
En principio, las personas en retención administrativa deben ser deportadas en un plazo máximo de noventa días. Pero Issa (las personas citadas fueron anonimizadas) no tiene prácticamente ninguna posibilidad de ser deportado. Y por una buena razón: es de Gaza. Su abogado, Samy Djemaoun, alegó aquel día: «No hay ninguna perspectiva de que sea deportado», a pesar de que la ley establece que un extranjero sólo puede ser retenido «durante el tiempo estrictamente necesario para su salida». “En Gaza hay una situación de violencia indiscriminada, no hay un metro cuadrado que no sea bombardeado, así que ir a Gaza significa ir a matarse», argumentó Djemaoun. “Y Palestina no tiene control sobre sus fronteras exteriores, por lo que pedir a Palestina un salvoconducto consular no tiene sentido”.
Sin embargo, eso es lo que hizo el prefecto de Seine-Saint-Denis, que en agosto detuvo a Issa y pidió a las autoridades palestinas que permitan su deportación, a pesar de que Francia no reconoce el Estado palestino. Este hombre de 34 años, padre de dos hijos franceses y esposo de una francesa, llegó a Francia en 2010. En junio de 2022 fue condenado a cuatro meses de prisión con suspensión de pena y a cinco años de prohibición de entrada en Francia por introducir ilegalmente en el país a dos sirios. Su nombre también aparece -aunque no ha sido condenado- en casos de robo, violencia, daños a la propiedad privada y fraude. Para las autoridades francesas, constituye una «amenaza para el orden público».
“Aberración”
A última hora del miércoles, el juez decidió finalmente ponerle en libertad, alegando una irregularidad procesal. Varios otros como él han sido retenidos. En total, desde principios de año, y según datos recopilados por Le Monde a partir de varias asociaciones que trabajan en los CRA, casi una veintena de ciudadanos palestinos han sido detenidos. Según el Ministerio del Interior, tres siguen retenidos. En cada ocasión, Francia se ha dirigido a las autoridades consulares palestinas con vistas a su identificación y expulsión. Sin embargo, ninguna de estas personas ha sido deportada a Palestina.
En cambio, algunos fueron devueltos a un Estado del que eran ciudadanos, como la activista palestina de extrema izquierda Mariam Abudaqa, que debía participar en varias conferencias sobre el conflicto israelo-palestino y que fue expulsada a Egipto en noviembre de 2023. Algunos palestinos también fueron expulsados a otro país europeo donde tenían permiso de residencia o una solicitud de asilo pendiente. Otros fueron finalmente puestos en libertad. Para Claire Bloch, de la Cimade, una asociación de ayuda a migrantes, “es una aberración que los jueces prolonguen la retención cuando no hay posibilidad de deportación a Palestina. Y si la hubiera, se estaría violando el artículo 3 del CEDH [Convenio Europeo de Derechos Humanos], que prohíbe la tortura”.
Sin embargo, en una decisión fechada el 16 de junio, un juez de Burdeos prorrogó la retención de un ciudadano de Gaza con el argumento principal de que «se ha notificado a las autoridades consulares de Palestina e Israel». Hoy sigue retenido. En otra decisión dictada el 17 de julio, esta vez por un juez de Lille, se prorrogó 30 días la retención de un palestino alegando que «se había solicitado un salvoconducto consular a la misión palestina en Francia», aunque no se había recibido respuesta.
Según una fuente del Ministerio de Interior, «no existe a priori ninguna prohibición de expulsión a ningún país, aunque pueda haber imposibilidades técnicas o diplomáticas». Esta fuente afirma también que algunas personas que reclaman la nacionalidad palestina son en realidad de otro país.
“Riesgo de trato inhumano”
“Las personas retenidas son principalmente extranjeros que representan una amenaza para el orden públic”, añade Place Beauvau [sede del ministerio de interior]. Esto se refleja, en particular, en las condenas penales que implican la inadmisibilidad. La administración no duda en alegar este punto ante el juez de libertades y detención. “La retención no debe ser un medio de regular la seguridad”, afirma Claire Bloch. “Es un abuso de la ley de inmigración con fines represivos”.
El jueves 29 de agosto, el Sr. Djemaoun acudió al tribunal para defender a otro palestino, Youssef, detenido desde el 9 de agosto en Mesnil-Amelot. El prefecto de Seine-Saint-Denis decidió expulsarlo tras una serie de condenas, entre ellas una segunda por manipulación de teléfonos móviles robados y la prohibición de entrar en territorio francés. El 23 de agosto, el tribunal administrativo de Montreuil anuló la decisión de determinar el país de devolución alegando que su expulsión a Palestina le expondría a “un riesgo de trato inhumano o degradante”, en violación del artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Sin embargo, un juez de Meaux rechazó su solicitud de puesta en libertad. Ha recurrido esta decisión. “El prefecto, a pesar de la anulación del país de retorno, pidió a Marruecos que lo acogiera. ¿Por qué Marruecos? No lo sabemos”, ironizó Djemaoun ante el juez. “Si no hay posibilidad de salida, ¿qué hace mi cliente retenido?” Al abogado de la prefectura le cuesta responder por qué ha elegido Marruecos, país con el que Youssef no tiene ninguna relación. El 29 de agosto, el juez decidió finalmente mantenerlo en retención alegando que la prefectura había hecho «gestiones» -sin respuesta hasta el momento- para deportarlo a Marruecos.
Durante su retención administrativa en Mesnil-Amelot, Youssef, que vivía en Francia desde 2003, solicitó asilo. La Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas rechazó su solicitud porque no se presentó el día de la entrevista programada: estaba enfermo y había avisado de su indisponibilidad. Tiene intención de recurrir ante el Tribunal nacional del derecho de asilo.
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