La Convención Constitucional chilena ratificó el cuórum de dos tercios para la aprobación de normas constitucionales. Luis Casado nos cuenta un precedente histórico.
Luis Casado, 18/10/2021
Se
ha usado y abusado del aforismo de Karl Marx, quien dijo que la
Historia se repite. Primero como tragedia, y luego como una farsa. Para
Luis Casado merece la pena señalar que una vez más "No hemos inventado nada". Vivimos solo una mala copia del pasado...
Mi serie “No hemos inventado nada” se enriquece cada día.
El follón de los dos tercios, contrariamente a lo que se pudiera pensar, no tiene nada de nuevo. Quienes controlan el palito del emboque y no quieren ceder ninguno de sus privilegios, buscan modo de evitar el cambio. Muchas veces cambiando las reglas del juego, torciéndolas, o bien eternizando el statu quo más allá de lo conveniente.
Cuando Louis XVI, debidamente pauteado por su Consejo Real, decidió convocar los Estados Generales –asamblea que reunía los tres órdenes del sistema monárquico–, buscaba apenas el respaldo necesario para recaudar los impuestos que debían restablecer el equilibrio de sus finanzas.
Justamente. La corona siempre gastó más de lo que recaudaba. Los impuestos los pagaba exclusivamente el Tercer Estado que reunía la casi totalidad de los 26 millones de franceses. La nobleza y el clero –unas 400 mil almas– se distribuían alegremente los privilegios, inmunidades, ventajas y derechos acordados por el rey.
Grosso modo, 26 millones de campesinos, agricultores, peones, industriales, comerciantes, profesionales de todo tipo, artesanos y obreros, generaban la riqueza que luego era distribuída equitativamente: 50% para quienes la creaban, y 50% para el rey, la nobleza y el clero, cuya inutilidad y parasitismo se hacían cada día más evidente.
De cara a los Estados generales la Nobleza tenía derecho a 285 diputados, el Clero a 291 y el Tercer Estado a 289. Para más inri, debían votar por ‘orden’, es decir cada orden por separado, lo que finalmente daba tres votos…
Pero el 18-O, perdón, la movilización masiva de los pringaos logró obtener de Su Majestad que el número de diputados del Tercer Estado doblase, pasando a 578. Teóricamente estaban empatados con la suma del Clero y la Nobleza.
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