28012 - Madrid
Madrid, 6 de septiembre de 2021
Asunto: Salve a las hermanas Jaya
Excmo. Sr. ministro,
Queremos llamar su atención sobre la grave situación que padecen las hermanas Jaya apresadas en su propia casa, en Bojador, Sahara Occidental ocupado, por las fuerzas marroquíes. Dos de las hermanas, Sultana y Um Almumnin Buta, están enfermas de COVID 19 -Sultana, muy grave al parecer.
Angustiados por su suerte, pedimos encarecidamente a su excelencia que rescate a esas hermanas, trayéndolas aquí y proporcionándoles urgentemente la atención médica necesaria.
Según denuncian las hermanas, no solo están sitiadas y recluidas en su casa sin poder salir ni recibir vistas, sino que están padeciendo continuos ataques de las fuerzas de ocupación.
Sistemáticamente la casa aparece con heces, residuos podridos o productos tóxicos vertidos por la policía en la fachada, la puerta o las ventanas de su casa o tirados al interior de la vivienda. Con las incursiones de la policía en la casa para destruir todos los enseres, robar, violarlas en una ocasión y abusar sexualmente de ellas en otra, también han aprovechado los agentes para infectar todo el interior de la casa con esos productos tóxicos y aguas residuales que podrían ser motivo de enfermedad.
La contaminación por COVID-19 se produce días después de que los agentes de las Fuerzas Especiales de Seguridad marroquíes asaltaran la casa de las activistas el triste día de 22 de agosto cuando la destrozaron, robaron, apalearon a sus moradores, desnudaron a Sultana y a su hermana, Louaara, y las agredieron sexualmente. En esa ocasión, las hermanas dicen que los agentes les restregaron un trapo impregnado con alguna sustancia por la boca y la nariz, avisándoles que después de eso, durarían diez días.
El caso es que los únicos que rompen el aislamiento de la familia Jaya son las fuerzas de ocupación y de formas poco precautorias, por lo que, a falta de información más transparente, consideramos a las autoridades marroquíes de ocupación responsables de atentar contra la vida de una activista tan respetada en el Sahara Occidental.
El acogimiento de Brahim Ghali para curarle del COVID-19 fue un buen gesto humanitario por parte de España, que provocó un monumental enfado de Marruecos, cuyo gobierno acabó desprestigiándose a sí mismo por su reacción cruel, injusta y desmedida.
El momento es excelente, aprovechando el deshielo entre las relaciones de Marruecos y España. El enorme esfuerzo que ha hecho España acogiendo a tantos afganos, debe continuar, en este caso por una causa, la saharaui, en la que España sigue teniendo una responsabilidad histórica.
Cuando la policía marroquí arrancó un ojo a Sultana, fue España quien la acogió y la curó.
Deseando un gesto urgente de humanidad por parte de ese Ministerio,
Cristina Martínez
Benítez de Lugo
Movimiento por los
Presos Políticos Saharauis
Apartado de Correos
7229 – 28080 Madrid
movimientopps[at]gmail.com
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por Alfonso Lafarga
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