“Esto es racismo anti-negro en nuestra política de inmigración. Punto”
Ryan Devereaux, The
Intercept, 21/9/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
La administración de Biden, menos de un año después de entrar en el cargo con la promesa de aportar un nuevo enfoque humanitario al sistema de inmigración de la nación, está llevando a cabo lo que podría ser la mayor expulsión masiva de posibles solicitantes de asilo en la historia reciente de Estados Unidos. Prácticamente ninguno de los expulsados del país -casi todos negros- ha podido pasar por los tribunales, ni podrán hacerlo con el plan actual de la administración.
Casi todos los expulsados, incluidas familias y niños, serán trasladados en avión a Haití, un país que la propia administración describió el mes pasado como un Estado al borde del colapso. Con las expulsiones ya en marcha y la previsión de que se intensifiquen en los próximos días, los defensores de los derechos humanos se preparan para que una pesadilla, ya de por sí espantosa, se convierta en algo mucho más peligroso.
“No se me ocurre una forma peor de manejar la situación”,
dijo a The Intercept Nicole Phillips, directora legal de Haitian Bridge
Alliance, una organización sin ánimo de lucro con sede en San Diego. En las
últimas semanas, más de 14.000 hombres, mujeres y niños, la gran mayoría de
ellos de nacionalidad haitiana, comenzaron a reunirse bajo un puente en la
ciudad fronteriza de Del Río, en Texas. Durante el fin de semana, agentes de la
Patrulla Fronteriza montados a caballo se abalanzaron sobre la
multitud, blandiendo sus riendas como látigos, cargando contra las personas que
llevaban bolsas de comida, gritándoles que volvieran a México y empujándolas a
las rápidas aguas del Río Grande.
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