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10/02/2025

SANTIAGO GONZÁLEZ VALLEJO
La UE y España asociadas a los crímenes de guerra

Santiago González Vallejo, 10-2-2025

El autor es un economista español que trabaja en la Unión Sindical Obrera y es un vocal y cofundador del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

 

A la Unión Europea la hemos acusado desde hace muchos años de ser cómplice de la ocupación y colonización de los Territorios Ocupados por Israel (la Palestina anterior a 1967, los Altos del Golán sirios y las Granjas de Sebaa, en El Líbano) y el bloqueo de la palestina Gaza. Pero, su inacción global y su apoyo de facto a Israel, en comercio de armas, acuerdos securitarios, mantenimiento de comercio –incluyendo desde y hacia los asentamientos en los Territorios Ocupados-, asociación en programas de todo tipo y participe de ayudas, nos obliga a considerar que la UE no sólo es cómplice, sino que es parte en los crímenes de guerra y de lesa humanidad que Israel ejecuta.



La Unión Europea (y la OTAN) con sus Acuerdos ha considerado a Israel como socio, aliado, etc., a pesar de ser un estado ocupante, con leyes supremacistas, discriminatorias de los palestinos y que desprecia el derecho internacional, incluido el derecho del retorno de los palestinos. Origen y causas de la injusticia al pueblo palestino que, al ponerse la Unión Europea y otros países Occidentales al lado de Israel, les hace parte en la ejecución de los crímenes de represión y violencia continua que ejerce Israel para mantener el dominio territorial, la discriminación y el desprecio al cumplimiento del derecho internacional.

 

Unas excusas a ese abandono de los supuestos valores que informan a la Unión Europea, respeto del derecho internacional, democracia, prosperidad compartida se están haciendo desde el planteamiento ideológico en el que viven secuestrados muchos europeos de aceptación de una narrativa que establece que los israelíes son los judíos a los que masacraron y discriminaron en el siglo pasado. Pero esos europeos que discriminaron y masacraron a ciudadanos de sus países, judíos, ¡no somos nosotros, los europeos actuales!, fueron genéricamente nuestros ancestros. Esto nos lleva a las preguntas ¿los europeos actuales tienen que aceptar pagar por crímenes que no han cometido? Y ¿los israelíes actuales son las víctimas de esas atrocidades?

Los israelíes no pueden arrogarse que sean las mismas personas que esos judíos que sufrieron el Holocausto junto a otros colectivos. Tampoco se pueden justificar las actuaciones de estos israelíes frente a los palestinos, con su ocupación, colonización y leyes supremacistas por el sufrimiento e intento de aniquilación de judíos por parte de las ideologías supremacistas nazis y fascistas (ahora recreadas por parte de muchos partidos europeos e israelíes). Es curioso, además, porque todos lo sabemos, que los líderes judíos sionistas padres de Israel, David Yosef Grün (Ben Gurion), nacido polaco; Vladímir Yevgénievich Jabotinsky, nacido en Rusia; Jaim Azriel Weizmann, nacido en Bielorrusia-Rusia; o Golda Mabovitch (Golda Meir), nacida en el Imperio Ruso, actual Ucrania, y el resto de los diferentes liderazgos sionistas no padecieran en sus carnes los crímenes ejecutados por el nazismo de la época, pero que para su proyecto sionista, la creación del Estado [‘judío’] de Israel, con la pretensión de que no hubiera árabes, han sabido identificar para muchos judíos y no judíos, que el proyecto de Israel  -anterior al holocausto- es consecuencia de ser víctimas los judíos (el todo)* de la barbarie y capitalizar el exterminio nazi a los judíos para legitimar su ideología sionista colonial a costa de la población autóctona árabe que no formó parte de esa maquinaria criminal europea. Si hemos puesto entre comillas la palabra ‘judío’ entre Estado e Israel es por caracterizar la ideología colonial y supremacista sionista, que pervive en la mayoría de la población israelí, en sus leyes y en su parlamento.

Al final, varios vectores, de forma torticera, confluyen para que, en la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos, etc., sobrevivan, se asuman y se hagan propios, rescoldos coloniales, de destino manifiesto o pueblo elegido que son remedos teocráticos alejados de esos valores humanistas que predican poseer. Ahora, hay una pequeña brecha del entendimiento de esas falacias, por la visibilidad del desigual tratamiento que han dado la Unión Europea y los países occidentales a la invasión rusa de Ucrania con respecto a su toma de partido por Israel que no hace sino descubrir los rotos de su discurso amoral. Esto, también afecta al gobierno de España, quizá con menos aparatosidad que a otros, pero no dejan de verse sus incoherencias engordadas por su aproximación a su aliado estadounidense, ¿dónde están las sanciones a Israel?

 

No todos los judíos, ni todos los israelíes judíos aceptan la manipulación que realizan el liderazgo israelí y los sionistas de cualquier nacionalidad de que ser judío debe suponer defender a este Israel. Einstein, de origen alemán, rechazó ser presidente de Israel, siguió siendo ciudadano de Estados Unidos que le había acogido. Hay múltiples asociaciones de judíos, incluyendo también a israelíes, que rechazan a este Israel e, incluso, la lógica de la existencia de Israel frente a una Palestina donde todos y todas tengan los mismos derechos y obligaciones. Este ha sido el planteamiento histórico de la OLP que ha sido rechazado por el sionismo.

 

En la actualidad, asistimos a una decantación entre la palabra y los hechos. Ante el hecho de una ocupación prolongada y colonización israelí en Territorios Ocupados y la posible conculcación de genocidio, las Cortes Internacionales de Justicia y la Penal han reclamado que Estados y cualesquiera agentes no faciliten la colonización y corten cualquier atisbo económico y de otro tipo que la promueva y que Netanyahu como presunto criminal de guerra y de lesa humanidad pueda ser juzgado en la sede de la Corte Penal Internacional.

 

Los hechos son que las actuales autoridades europeas consideran que todo lo están haciendo bien, ante la ocupación y colonización israelí, que el comercio con los asentamientos continúe, se mantengan los programas y demás con el socio israelí y que se ‘vigile’ que haya diferenciaciones semánticas entre este Israel y el Israel ficticio anterior a 1967. Sobre el comercio de armas dice que es cosa de los Estados miembros, pero la ayuda, acrítica, militar a Ucrania sí es política europea. Por otro lado, Polonia, actual presidencia semestral europea, como la anterior húngara, han declarado que desoyen a la justicia internacional si afecta a Israel y han invitado a Netanyahu a sus países.

 

Es decir, que la Unión Europea conforma la política y es corresponsable de este Israel frente a las demandas de cada vez más parte de la ciudadanía europea.

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