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10/05/2021

La devastadora invasión de los grandes ‘parques’ solares fotovoltaicos (PSFV) y las protestas de agricultores, ganaderos, ecologistas, sindicatos, científicos y vecinos

 (La batalla de Méntrida y de otros muchos pueblos de España)

Luis Portillo Pasqual del Riquelme
Doctor en Ciencias Económicas, exprofesor de Estructura Económica Internacional en la Universidad Autónoma de Madrid.

Pilar Jiménez-Landi Usunáriz
Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid.

Salvemos los Campos
Asociación con ámbito de acción en Castilla La Mancha, entre cuyos objetivos están la defensa y protección del medio ambiente y el paisaje, el fomento de la biodiversidad, así como velar por que las Administraciones Públicas en materia de medio ambiente defiendan los intereses generales frente a los particulares. Integrada en ALIENTE.

Este artículo nace de la preocupación por el atentado ecológico que se pretende perpetrar contra el patrimonio natural, cultural, económico y paisajístico de Méntrida y el bienestar de sus habitantes, al igual que ya se ha hecho o se pretende hacer en otros muchos lugares de España. Mientras sus pacíficos moradores permanecían confinados por la pandemia, confiados y ajenos a la voracidad de los depredadores de tierras agrarias, las promotoras fotovoltaicas diseñaban silenciosamente la okupación y despiece de sus hermosas tierras de olivares centenarios, viñedos, encinas y chaparras, en tierras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. Los ‘conseguidores’ de tierras aprovechaban el confinamiento de los habitantes para visitarlos individualmente en sus viviendas y embaucarles para que les cedieran su patrimonio agrícola a cambio de una suma de dinero. Al atardecer sobre la lejana Sierra de Gredos, volvían a Castilla los ecos de la advertencia atribuida a Bertolt Brecht: “Primero vinieron por los judíos, … Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde”.

No hay que dejar nunca que sea demasiado tarde. Esa es la finalidad por la que se ha creado en Méntrida (Castilla-La Mancha) la Asociación ‘Salvemos los Campos’ -con el objetivo de evitar “un desastre ecológico y social sin precedentes para la localidad al convertirla en un mar de placas solares”- y muchas otras plataformas similares en toda España. ‘Salvemos los Campos’ está integrada en la ‘Alianza Energía y Territorio’ (ALIENTE).

En el transcurso del tiempo que nos ha llevado elaborar este extenso y dolido artículo -preocupados por el silencio y la ignorancia ante las catastróficas consecuencias de la arrolladora invasión de las plantas solares fotovoltaicas-, han ido apareciendo numerosas noticias alertando y denunciando esta misma situación en muchos lugares de la geografía española. Tantas, que casi han dejado obsoleto el presente trabajo, que al principio pensábamos que iba a ser un grito solitario en el desierto.

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L'Italie au Mali : main dans la main avec les putschistes pour arrêter les flux migratoires et « stabiliser » le Sahel

 Antonio Mazzeo, Pagine Esteri, 5/5/2021
Traduit par Fausto Giudice

Pour le gouvernement Draghi, le Mali est un « partenaire stratégique pour la gestion des flux migratoires et la stabilité du Sahel », mais à ce jour, l'Italie ne dispose pas de sa propre ambassade dans la capitale de l'État africain. En vérité, cela fait des années que la Farnesina a annoncé la création d'un bureau diplomatique à Bamako et le 21 octobre 2020, un décret a été publié qui en officialisait l'ouverture sous quarante jours.

Di Maio chez Bah N’Daw

Les 8 et 9 avril, le ministre des Affaires étrangères Luigi Di Maio s'est rendu en visite officielle au Mali et a assuré les autorités locales que le premier ambassadeur italien serait bientôt nommé. Il importe peu à Rome que le « nouveau » gouvernement de transition civilo-militaire malien ait été nommé un mois après le coup d'État perpétré le 18 août 2020 par un groupe de militaires dirigé par le colonel Assimi Goita. Ce jour-là, les insurgés avaient arrêté le président Ibrahim Boubacar Keïta et dissous le gouvernement et le parlement ; ils ont ensuite installé une junte d'urgence. Le président actuel est Bah N’daw, ancien chef d'état-major de l'armée de l'air et ancien ministre de la Défense ; le vice-président est le chef des putschistes, Assimi Goita. Selon les dirigeants maliens, il faudra attendre au moins un an de plus pour de nouvelles « élections libres ».

¿Podrá cerrarse Guantánamo alguna vez?
Cómo lidiar con la cuestión de la prisión perpetua de las guerras sin fin de USA

Karen J. Greenberg, TomDispatch, 4/5/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández

Introducción de Tom Engelhardt

En 2006 me pareció algo bastante obvio. Incluyendo los “sitios negros” de la CIA por todo el mundo (donde los prisioneros de la guerra contra el terrorismo eran retenidos y torturados regularmente), las prisiones militares usamericanas (como la espantosa Abu Ghraib en Iraq, que acababa de ser vaciada) y los enormes campos militares de prisioneros llamados Bucca y Cropper (que seguían en uso), así como las prisiones militares en Afganistán y el ya infame centro de detención en la Bahía de Guantánamo, Cuba, USA tenía entonces, según mis cálculos, al menos 15.000 presos, la mayoría “de ellos retenidos... fuera de la vista de cualquier sistema de justicia, fuera del alcance de jueces o jurados”. En otras palabras, como dije en aquel momento, la administración Bush había establecido costa afuera su propio “triángulo de las Bermudas de injusticia” fuera del alcance de cualquier concepción del derecho usamericano. Era, dicho sin rodeos, un mini-gulag totalmente usamericano, plagado de actos grotescos, cuya “joya de la corona” extraterritorial era, por supuesto, Guantánamo.

Como escribí entonces:

“Cualquiera que sea la discusión, cualquier tema que parezca estar afectando a Washington o a la nación, sea lo que sea que estén viendo por televisión o leyendo en los periódicos,  la construcción, ampliación, expansión y consolidación continuos de un nuevo sistema global de encarcelamiento en otros lugares -que no guarda relación alguna con ningún sistema penal que los usamericanos hayan imaginado previamente- prosigue sin descanso, sin controles ni ajuste por parte del Congreso o los tribunales, sin que la Republica tenga efecto alguno, aunque se halle inequívocamente bajo la bandera ‘que representa’”

Seis años después, en 2012, llegó a TomDispatch Karen Greenberg, directora del Centro de Seguridad Nacional de Fordham Law, que para entonces había escrito un libro sombrío e impresionante sobre los primeros días de ese campo de prisioneros en la bahía de Guantánamo. Enseguida empezó a relatar las prácticas de tortura globales de USA y cómo, por ejemplo, los “no harás” con los que Barack Obama había entrado en la Oficina Oval, incluido el no mantendrás Guantánamo abierto, lamentablemente se habían convertido en “harás”. Aun así, si nos hubieran preguntado a alguno de nosotros, casi una década después, si esa joya de la corona en Cuba todavía estaría abierta, lo habríamos dudado. Y, sin embargo, aquí estamos, en mayo de 2021, en los primeros meses de la cuarta administración desde su creación y ahí sigue abierto. Con eso en mente, resultaba demasiado obvio y conveniente, en el momento en que el presidente Biden comenzaba a lidiar con la guerra interminable contra el terrorismo de este país, pedirle a Greenberg que considerara, una vez más, la cuestión del cierre de la prisión del infierno, y confiar en que no nos sobreviva a todos. Tom.

Escultura de José Antonio Elvira, Guantánamo, Cuba

El problema de Guantánamo parece no acabarse nunca.

Hace doce años tenía otras expectativas. Contemplé la idea de un proyecto de escritura que sin duda formaría parte de mi futuro: un relato de los últimos 100 días de Guantánamo. Esperaba narrar, al revés, los episodios de un libro que acababa de publicar: The Least Worst Place: Guantánamo’s First 100 Days, sobre -el título es demasiado obvio- los primeros días en esa lúgubre prisión en ultramar. Esos días se iniciaron el 11 de enero de 2002, cuando los primeros prisioneros encapuchados de la guerra usamericana contra el terror fueron sacados de un avión en esa base militar usamericana en la isla de Cuba.

No hace falta decir que no he llegado a escribir ese libro. Lamentablemente, en el transcurso de los años, pocas señales aparecieron por el horizonte que auspiciaran el cierre inminente de esa prisión militar usamericana. Semanas antes de que se publicara mi libro en febrero de 2009, el presidente Barack Obama prometió, de hecho, cerrar Guantánamo al final de su primer año en la Casa Blanca. Esa esperanza comenzó a desmoronarse con notable rapidez. Al final de su presidencia, su administración había logrado liberar a 197 de los prisioneros recluidos allí sin cargos (muchos, incluido Mohamedou Ould Slahi, cuya historia aborda la película “El mauritano”, también habían sido torturados), pero quedaban 41, incluidos los cinco hombres acusados, aunque sin someterlos a juicio, de planear los ataques del 11 de septiembre. Hasta el día de hoy, allí permanecen 40.