المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

09/07/2025

GREGORIO ONETO
“Aurora”, “Gran Confianza”: El Financial Times revela planes genocidas para reconstruir Gaza
Investigación

Según reveló el Financial Times, el Boston Consulting Group y el Instituto Tony Blair estuvieron involucrados en la militarización de la ayuda humanitaria en Gaza y en el desarrollo de un proyecto genocida para reconstruir Gaza.

Gregorio Oneto,  Révolution Permanente , 7-7-2025
Traducido por Atahualpa Guevara, Tlaxcala
 


Investigaciones del Financial Times han revelado ( aquí y aquí ) la participación de dos empresas occidentales, Boston Consulting Group y el Instituto Tony Blair , en los planes israelíes de colonizar y limpiar étnicamente la Franja de Gaza. Estas revelaciones ponen de relieve la estrecha relación entre las altas esferas del capitalismo occidental y la maquinaria genocida israelí.

El Proyecto Aurora: Consultoría para militarizar la ayuda humanitaria en Gaza

Todo comenzó en octubre de 2024, cuando Boston Consulting Group (BCG), una de las consultoras estratégicas más prestigiosas del mundo, fue contactada por la empresa de seguridad privada Orbis para realizar un estudio de viabilidad de un proyecto de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Este proyecto de ayuda militarizada era entonces solo una opción considerada por el Instituto Tachlith , un centro de estudios sionista, mandatario de Orbis. Esta opción se ha convertido en un objetivo de guerra por derecho propio desde el inicio de la operación israelí “Carros de Gedeón”, que reanudó las operaciones genocidas en Gaza a principios de mayo . El estallido de una ocupación a gran escala de la Franja estuvo acompañado, de hecho, por la implementación de un supuesto sistema “humanitario”, bajo la gestión de milicias de seguridad privada, cuyo objetivo era militarizar la hambruna y desplazar a la población hacia el sur de la Franja, concentrando allí los únicos puntos de distribución de ayuda alimentaria.

A principios de 2025, mientras esta operación se concretaba, BCG comenzó a colaborar con la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), organización respaldada por Israel y USA y responsable de estas distribuciones letales, así como con la empresa militar privada Safe Reach Solutions (SRS), encargada de garantizar la seguridad de estas operaciones. Según se informa, el contacto con la consultora fue establecido por Phil Reilly, fundador de SRS y exempleado de BCG. Las funciones de la empresa yanqui, en el marco del proyecto Aurora, incluían la planificación detallada de las actividades de GHF. Si bien este trabajo, que involucró a un equipo de media docena de personas, fue inicialmente pro-bono, a partir de marzo se materializó en un contrato con una cuantiosa remuneración superior al millón de dólares, firmado por McNally Capital, un grupo de capital privado propietario de Orbis y con participación en SRS.

A partir de ese momento, dos consultores de BCG se trasladaron a Tel Aviv para supervisar directamente las operaciones. Colaboran directamente con SRS y GHF, en particular para asistir en la gestión logística, la construcción de centros y la entrega de ayuda. Milicias privadas como SRS se vieron obligadas a entregar la ayuda ellas mismas, ya que la mayoría de las ONG presentes en Gaza se negaron categóricamente a participar en este proyecto criminal. Cuando estos campos de distribución se inauguraron oficialmente a principios de mayo, la participación de BCG se intensificó aún más, enviando a tres consultores adicionales y ampliando el contrato con McNally por un monto que alcanzó los 4 millones de dólares.

Antes de marzo, existían 400 centros de distribución gestionados por diversas ONG. Hoy en día, solo cuatro centros de distribución de alimentos están activos, todos gestionados por la GHF. Estas instalaciones, insuficientes para aliviar la hambruna organizada por Israel, están construidas como campos de concentración: los gazatíes atraviesan pasillos alambrados para recibir raciones distribuidas por hombres armados. Con frecuencia, las distribuciones se convierten en masacres. Como reveló Haaretz , los soldados israelíes controlan los movimientos de la multitud disparando ametralladoras para impedir que se acerquen. Desde el establecimiento de estos campos de concentración, al menos 500 gazatíes han sido ejecutados por milicias de seguridad o fuerzas israelíes.

Los habitantes de Gaza esperan en los pasillos de alambre de púas del centro de distribución de ayuda de Tal al-Sultan, operado por GHF

El despliegue de centros de la GHF en la Franja podría ser, por lo tanto, un primer paso hacia una “solución final” al “problema palestino”: un documento interno de la GHF, al que tuvo acceso Reuters, establece que, tras una etapa inicial de distribución de ayuda humanitaria, los centros se transformarán en " zonas de tránsito humanitario ", es decir, campos de concentración, donde se retendrá a la población palestina y donde podrán “desradicalizarse, reintegrarse y prepararse para reasentarse en otro lugar si así lo desean”. Si bien la GHF niega este plan y este documento podría ya no ser relevante para los planes de la organización, su mera existencia da testimonio del radicalismo genocida de los actores que operan bajo las órdenes de Israel.


Vista aérea del sitio de Tal al-Sultan tomada por el ejército israelí

Un sistema criminal planificado y organizado por los mejores consultores del imperialismo yanqui, que permite a las empresas usaméricanas de “seguridad” enriquecerse con los cadáveres de palestinos. Ante la indignación generada por las revelaciones de la participación de BCG en esta operación, la dirección del grupo desautorizó por completo el proyecto, se separó de dos empleados involucrados y declaró que había renunciado al pago de estos servicios. Si bien la dirección de la empresa intenta responsabilizar plenamente a subordinados desobedientes que actuaron por iniciativa propia, este asunto revela la profunda implicación de las altas esferas financieras del capitalismo yanqui en la puesta en marcha del proyecto genocida de Israel.

“La Gran Confianza”: un nuevo plan para la reconstrucción de Gaza y la deportación de los gazatíes

Pero el trabajo de los consultores de BCG no terminó ahí. Según información del Financial Times , el grupo también participó en el desarrollo de un plan para “el Posguerra”, como parte de la reconstrucción de Gaza, muy inspirado en las propuestas de Trump de convertir la franja en una nueva “Riviera de Oriente Medio”. El desarrollo de este proyecto fue financiado, según se informa, por varios donantes de GHF, quienes, obviamente, no quieren limitarse a su labor “humanitaria”, sino proponer un proyecto a largo plazo para la franja: la colonización total de Gaza, como la derecha y la extrema derecha israelíes llevan mucho tiempo soñando.

Este proyecto también involucra al Instituto Tony Blair, una organización sin fines de lucro fundada por el ex primer ministro británico Tony Blair, cuya misión es ayudar a los países del Sur Global a optimizar su desarrollo bajo la presión de instituciones internacionales como el FMI. Tras alinear a la clase trabajadora británica, este defensor del liberalismo pretende ofrecer sus valiosos consejos a los líderes del Tercer Mundo sobre la mejor manera de que sus países prosperen. Es natural que sienta el deber de participar en un proyecto que permitirá la transformación de un campo de ruinas en un espacio económico ultramoderno y desarrollado.

Es precisamente este discurso “humanitario” el que envuelve y justifica este proyecto de colonización, llamado “The Great Trust ”, siendo “Great” el acrónimo de “Reconstitución Económica,aceleración y transformación de Gaza”. Como dice uno de los colaboradores del proyecto: “Este es el trabajo de un grupo de empresarios que han trabajado incansablemente durante los últimos 20 meses para crear un futuro mejor para Gaza”. Un futuro mejor para Gaza, pero sin gazatíes.

Los consultores de BCG, quienes proporcionaron modelos, análisis comparativos y diapositivas para este informe, calcularon el costo económico de esta reconstrucción considerando varios escenarios. Uno de ellos incluía la salida voluntaria de 500.000 palestin@s con “paquetes de reasentamiento”, que incluyen “5.000 dólares, alquiler subsidiado durante cuatro años y alimentos subsidiados durante un año “. En este escenario, más de tres cuartas partes de los residentes que se marcharían nunca regresarían al enclave. Las conclusiones de las comparaciones financieras son claras: “El reasentamiento fuera de Gaza es de 23. 000 dólares más barato por palestino que el coste de ayudarlos en Gaza durante la reconstrucción” . Por lo tanto , los consultores de BCG terminan abogando por la limpieza étnica para asegurar la viabilidad financiera del proyecto .

Si los inversores que encargaron estos modelos se aferraron a la idea de Trump de transformar Gaza en la “Riviera de Oriente Medio”, es también porque este proyecto les promete una verdadera bonanza financiera. Los cálculos del modelo financiero de BCG son implacables: este plan de reconstrucción “aumentaría el valor de Gaza de 0 a 324 000 millones de dólares actuales”. Y, para intentar atraer más apoyo, varias series de diapositivas destacan el potencial del proyecto con numerosos guiños a los posibles inversores.

La franja estaría dotada de la más moderna infraestructura, incluidas autopistas .“MBZ Central” y “Anillo MBS , estas iniciales son las de los líderes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita , una zona industrial discretamente llamada “Fabricación inteligente del k Área Elon Mus” , sin olvidar por supuesto el “Riviera e islas de Gaza Trump” , en honor a la inspiración detrás de todo el proyecto. Esto es, de hecho, entendido por sus creadores como un verdadera “Exploración económica de las ideas aportadas por el presidente Trump”. El objetivo declarado es transformar Gaza en un centro comercial, con la promesa de proporcionar “a la industria usamericana, acceso a 1.3Mil millones de dólares en minerales de tierras raras del Golfo” .


Si bien Trump revivió estas fantasías imperialistas con su propuesta de transformar la Franja en un paraíso inmobiliario para multimillonarios en febrero, los líderes israelíes no esperaron a que estableciera sus propios planes para el futuro de Gaza. En mayo de 2024, Netanyahu propuso su propio plan de recolonización titulado “Gaza 2035”, ilustrado con imágenes futuristas generadas por IA. Su ambición es muy similar a la de la “Gran Confianza” : transformar el territorio completamente destruido por el ejército israelí en una zona económica altamente desarrollada , gracias a las inversiones internacionales y su integración en el tejido económico circundante . Ya sea “desradicalizarla población palestina o evacuarla “voluntariamente” fuera del territorio, o incluso exterminarla pura y simplemente, la lógica de estos proyectos es intrínsecamente colonial y genocida .


Imagen producida como parte del plan “Gaza 2035”, reutilizada en el folleto del plan “Gran Confianza”

Paralelamente a estos planes, los dirigentes sionistas han venido desarrollando desde el día de octubre múltiples proyectos para reubicar a la población de Gaza, comenzando con el informe de inteligencia israelí del 13 de octubre de 2023, que proponía su traslado al desierto del Sinaí. Desde entonces, se han multiplicado las ideas sobre el futuro destino de los deportados, aunque ninguno de estos proyectos parece viable actualmente.

El Boston Consulting Group ha desautorizado por completo las actividades de sus socios involucrados en la organización de la ayuda humanitaria militarizada del GHF y en la modelización de la reconstrucción de Gaza. El Instituto Tony Blair , por su parte, afirma haber tenido únicamente un papel de observador en el desarrollo de la “Gran Confianza” , sus enviados se contentaron con “escuchar en los grupos de discusión. Estas negaciones no deben ser engañosas. El imperialismo occidental, tanto yanqui como europeo, es el mejor y más cercano aliado de Israel. Como resultado, el genocidio en curso en Palestina se lleva a cabo en estrecha colaboración con agentes usamericanos, ya sean servicios estatales o agencias privadas. Lejos de tener reparos en participar, las empresas que colaboran con el Estado sionista encuentran la manera de lucrarse con la masacre de palestinos.

Pero estas negaciones también demuestran que, ante la opinión pública mundial, estos agentes del imperialismo temen asumir su responsabilidad por el genocidio en curso en Gaza. Para frustrar todos estos proyectos de colonización y limpieza étnica, la única solución es transformar esta desaprobación generalizada en un movimiento activo de lucha en solidaridad con Gaza y todo el pueblo palestino.

Si bien las burguesías árabes, lideradas por Arabia Saudita y las petromonarquías del Golfo, participan en estos proyectos y son consideradas actores confiables por Israel y USA, urge que se reanude la movilización en las capitales árabes. Desde Jordania hasta Egipto, en toda la región, solo la movilización de las masas árabes puede poner fin a la maquinaria genocida que opera en Gaza. El genocidio del pueblo palestino no es una realidad ajena a la existencia de los trabajadores en Oriente Medio . Abre el camino a formas de contrarrevolución y aniquilación de una brutalidad sin precedentes . Ante la atrocidad de los planes israelíes y yanquis , apoyados por las potencias occidentales que siguen defendiendo “el derecho de Israel a la legítima defensa” , la lucha de l@s trabajador@s y las clases populares de la región es una necesidad vital , al igual que la de la juventud y l@s trabajadore@ de las metrópolis occidentales .

 

 

NATE BEAR
Las aplicaciones más vendidas fueron creadas por espías israelíes
Una nueva frontera para el movimiento BDS


Nate Bear, Do Not Panic!, 2/7/2025

Traducido por Tlaxcala

Nate/Nathan ha trabajado como periodista y responsable de relaciones públicas y comunicación para empresas, fondos monetarios, ONG, organizaciones climáticas y grupos de defensa de la fauna silvestre. Ha vivido y estudiado en Inglaterra, USA y España. Su vida adulta ha estado marcada por un proceso de radicalización. Ha pasado de ser un liberal moderado a alguien cuyas convicciones y comprensión del mundo se acercan más a las de un revolucionario.

Los desarrolladores detrás de cientos de aplicaciones para Android y iPhone con miles de millones de descargas son antiguos espías israelíes cuyas aplicaciones están generando importantes ingresos para la economía de guerra genocida de Israel.

Las aplicaciones que he identificado van desde inocuas aplicaciones de edición de imágenes y vídeos hasta juegos casuales, y la mayoría de los usuarios no son conscientes de que están instalando productos israelíes en sus teléfonos. Muchos de estos desarrolladores de aplicaciones operan bajo el radar, sus estructuras de propiedad son opacas y la identidad de sus propietarios no es de dominio público.

La identificación de estas aplicaciones debería añadir otra frontera al movimiento de boicot, desinversión y sanciones, ya que proporciona una forma sencilla para que la gente común evite los productos israelíes que contribuyen al apartheid, el genocidio y la limpieza étnica.

La proliferación de estas aplicaciones en la App Store de Apple y en Google Play Store también plantea dudas sobre la privacidad y la recopilación de datos personales, dada la reputación de la tecnología israelí y los escándalos pasados relacionados con el espionaje informático introducido en los dispositivos por aplicaciones creadas en Israel.

Una de las empresas y desarrolladoras de aplicaciones israelíes más importantes es ZipoApps, cuyo modelo consiste en comprar y monetizar aplicaciones a gran escala. Las aplicaciones propiedad de Zipo (que también se conoce con el nombre de Rounds.com) incluyen un conjunto de aplicaciones de edición de fotos y vídeos que han recibido cientos de millones de instalaciones en total. Entre las aplicaciones individuales se encuentran Collage Maker Photo Editor e Instasquare Photo Editor: Neon, ambas con más de 50 millones de descargas en Google Play Store. Otros productos de ZipoApps incluyen herramientas de edición y retoque de fotos de bebés. En 2022, el fundador y director ejecutivo de Zipo, Gal Avidor, declaró en una entrevista (la única que ha concedido hasta la fecha) que todos los fundadores de la empresa son antiguos miembros de la Unidad 8200 de inteligencia israelí. En Reddit, los usuarios se han quejado del enfoque de ZipoApps con respecto a la privacidad y la minería de datos. Un popular grupo de herramientas conocido como Simple Gallery pasó de ser gratuito y de código abierto a un producto de pago con anuncios y rastreadores solo una semana después de que ZipoApps lo adquiriera.

Otra aplicación de edición de fotos de propiedad israelí en Play Store es Bazaart, impulsada por IA, que fue fundada por Dror Yaffe y Stas Goferman, dos exoficiales de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Goferman superó con creces su servicio obligatorio, pasando una década en las FDI hasta 2011.

Facetune, creada por el desarrollador Lightricks y disponible para Android y iPhone, es otra aplicación israelí de edición de fotos con más de 50 millones de instalaciones. Los usuarios de la Apple Store han calificado Facetune, que exige acceso a identificadores únicos y a su ubicación, como una estafa. El cofundador de Lightricks, Yaron Inger, pasó cinco años en la Unidad 8200.

Si le gustan los juegos para móviles o si crea juegos para móviles para vender, probablemente haya conocido la empresa israelí Supersonic de Unity, sin saberlo. Con miles de millones de descargas en los últimos años, Supersonic es uno de los mayores editores de juegos para móviles del mundo, con unos ingresos estimados en unos 23 millones de dólares al año. A principios de este año, la empresa informó de que era propietaria de tres de los diez juegos para móviles más descargados del mundo: Build a Queen, Going Balls y Bridge Race. Trash Tycoon es otro título popular. La empresa también tiene un juego llamado «Conquer Countries», que ha sido descargado millones de veces y en cuyo anuncio aparece una versión caricaturizada de Donald Trump. El fundador de Supersonic, Nadav Ashkenazy, pasó siete años y medio en las Fuerzas de Defensa de Israel, donde ascendió hasta convertirse en jefe de operaciones de la Fuerza Aérea israelí, gestionando casi la mitad del personal a tiempo completo. Puedes ver todos los juegos de Supersonic aquí.

Un fabricante de aplicaciones de juegos para móviles israelí más conocido, cuyos ingresos no tenemos que estimar, es Playtika. Cotizada en el NASDAQ, Playtika genera unos ingresos de más de 2500 millones de dólares, lo que supone una importante fuente de impuestos para la máquina de matanza masiva de Israel. Playtika, que crea aplicaciones de apuestas, está firmemente entrelazada con la genocida maquinaria bélica israelí. La empresa fue fundada por Uri Shahak, hijo del antiguo jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Amnon Lipkin-Shahak, y el año pasado su informe anual reveló que el 14 % de su personal había sido llamado a filas como reservistas para participar en el genocidio de Gaza. El actual director ejecutivo, Robert Antokol, afirma que la empresa tiene una «responsabilidad» con Israel y que los impuestos que pagan sus empleados son «maravillosos para la economía israelí».

Otra empresa israelí cuyas aplicaciones se han descargado miles de millones de veces es Crazy Labs. Con un valor estimado de alrededor de 1000 millones de dólares y unas ventas estimadas de hasta 200 millones de dólares, Crazy Labs es otro fabricante de aplicaciones fundamental para la economía israelí. Sus títulos más vendidos son Phone Case DIY, Miraculous Ladybug & Cat Noir y Sculpt People. Puedes ver la lista completa de las aplicaciones de Crazy Lab en Google Play Store. Los fundadores de Crazy Labs son todos exmiembros de las Fuerzas de Defensa de Israel, incluido Sag. Los fundadores de Crazy Labs son todos exmiembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), incluido Sagi Schliesser, quien superó con creces su servicio obligatorio al permanecer en las FDI y ayudar a construir la arquitectura digital del apartheid durante ocho años.

Una aplicación de la que quizá hayas oído hablar, pero que quizá no sabías que es israelí, es Moovit. Esta aplicación de transporte urbano fue fundada por varios exmiembros de las FDI, entre ellos Nir Erez, que pasó años en el centro informático especializado de las FDI conocido como Mamram, que, según la propaganda israelí, crea «ciberguerreros». Como unidad que gestiona la intranet militar, Mamram es fundamental para el genocidio de Israel en Gaza. Moovit, que tiene cerca de mil millones de usuarios y genera importantes ingresos para Israel, ha sido socio oficial de los Juegos Olímpicos, los campeonatos europeos de fútbol y también colabora con Microsoft.

Con cientos de millones de instalaciones, Call App, que filtra las llamadas telefónicas en busca de spam, es otro producto de la economía militar de Israel. El fundador y director ejecutivo de Call App, Amit On, pasó tres años en la Unidad 8200 en la década de 2000. La aplicación tiene más de 100 millones de usuarios.

En el ámbito de los servicios de transporte, Gett, que se centra en los pasajeros empresariales y es especialmente popular en Londres como forma de llamar a los taxis negros, fue fundada por los exmiembros de la Unidad 8200 Roi More y Shahar Waiser. Cabe destacar la aplicación de navegación GPS Waze, probablemente la aplicación israelí más famosa de la última década, adquirida por Google en 2013 por 1300 millones de dólares y también fundada por exespías de la Unidad 8200.

Otra aplicación israelí de rápido crecimiento que ha aparecido en el show tele de Oprah, en el New York Times y en la CNN es Fooducate, cuyo fundador, Hemi Weingarten, participó en misiones de bombardeo con la Fuerza Aérea Israelí.

Otros veteranos de la Fuerza Aérea Israelí detrás de aplicaciones populares son el matrimonio formado por Gilad y Liat Mordechay Hertanu, que dirigen la aplicación de asistente personal y sincronización de calendarios 24me. Liat era oficial de la Fuerza Aérea israelí, mientras que Gilad era piloto y volaba en misiones de bombardeo.

Esta revelación, que sigue a mis investigaciones sobre la antigua Unidad 8200, que crea IA para los gigantes tecnológicos, y los exsoldados de las FDI que trabajan en Meta y Google, confirma aún más lo profundamente y de forma insidiosa que Israel está arraigado en nuestras vidas digitales.

Estas investigaciones también revelan cómo Israel depende fundamentalmente de mantener un estado permanente de dominio sobre los palestinos, ya que lo único de valor que produce el país son las empresas tecnológicas fundadas por exmiembros de las FDI. Sin la posibilidad de entrenar a sus ciudadanos como espías y soldados, y de masacrar a los palestinos a su antojo, la economía de Israel se derrumbaría.

Sin embargo, la mayoría de las personas que utilizan estas aplicaciones las habrán descargado de buena fe, sin saber que están contribuyendo a la economía de ocupación, apartheid y genocidio de Israel.

 Además, estas aplicaciones recopilarán información y datos, incluidas grandes cantidades de imágenes personales, y los entregarán a los devotos de Israel comprometidos con mantener el país como un Estado de apartheid.

Así que revisen sus teléfonos y, por favor, corran la voz. Deslegitimar, retirar la financiación y eliminar los productos israelíes es un paso fácil que todos podemos dar para ayudar a desmantelar la maquinaria genocida de Israel.



 

NATE BEAR
Les applications les plus vendues ont été créées par des espions israéliens
Une nouvelle frontière pour le mouvement BDS

Nate Bear, Do Not Panic!, 2/7/2025
Traduit par Tlaxcala

Nate/Nathan a travaillé comme journaliste, responsable des relations publiques et de la communication pour des entreprises, des fonds monétaires, des ONG, des organisations climatiques et des groupes de défense de la faune sauvage. Il a vécu et étudié en Angleterre, aux USA et en Espagne. Sa vie d'adulte a été marquée par un processus de radicalisation. Il est passé d'un libéral modéré à quelqu'un dont les convictions et la compréhension du monde se rapprochent davantage de celles d'un révolutionnaire.

Les développeurs à l’origine de centaines d’applications Android et iPhone téléchargées des milliards de fois sont d’anciens espions israéliens dont les applications génèrent des revenus importants pour l’économie de guerre génocidaire d’Israël.

Les applications que j’ai identifiées vont des applications inoffensives d’édition d’images et de vidéos aux jeux occasionnels, et la plupart des utilisateurs ne se rendent pas compte qu’ils installent des produits israéliens sur leurs téléphones. Beaucoup de ces développeurs d’applications opèrent dans l’ombre, leurs structures de propriété sont opaques et l’identité de leurs propriétaires n’est généralement pas connue.

L’identification de ces applications devrait ajouter une nouvelle dimension au mouvement de boycott, de désinvestissement et de sanctions, car elle offre aux citoyens ordinaires un moyen simple d’éviter les produits israéliens qui contribuent à l’apartheid, au génocide et au nettoyage ethnique.

La prolifération de ces applications sur l’App Store d’Apple et le Google Play Store soulève également des questions sur la confidentialité et la collecte de données personnelles, compte tenu de la réputation de la technologie israélienne et des scandales passés impliquant des logiciels espions introduits clandestinement dans des appareils par des applications fabriquées en Israël.

L’une des plus importantes sociétés holding et développeurs d’applications israéliennes est ZipoApps, dont le modèle consiste à racheter et à monétiser des applications à grande échelle. Les applications détenues par Zipo (également connue sous le nom de Rounds.com) comprennent une suite d’applications d’édition de photos et de vidéos qui ont été téléchargées des centaines de millions de fois. Parmi les applications individuelles, on trouve Collage Maker Photo Editor et Instasquare Photo Editor : Neon, qui ont toutes deux été téléchargées plus de 50 millions de fois sur le Google Play Store. Parmi les autres produits de ZipoApps, on trouve des outils d’édition et de retouche de photos de bébés. En 2022, le fondateur et PDG de Zipo, Gal Avidor, a déclaré lors d’une interview (sa seule interview à ce jour) que tous les fondateurs de la société sont d’anciens membres des services de renseignement israéliens de l’unité 8200. Sur Reddit, les utilisateurs se sont plaints de l’approche de ZipoApps en matière de confidentialité et d’exploration de données. Un groupe d’outils populaire connu sous le nom de Simple Gallery est passé d’un produit gratuit et open source à un produit payant avec des publicités et des traceurs seulement une semaine après son acquisition par ZipoApps.

Une autre application de retouche photo israélienne disponible sur le Play Store est Bazaart, qui utilise l’intelligence artificielle. Elle a été fondée par Dror Yaffe et Stas Goferman, deux anciens officiers du renseignement de l’armée israélienne. Goferman a largement dépassé la durée de son service obligatoire, passant une décennie dans l’armée israélienne jusqu’en 2011.

Facetune, développée par Lightricks et disponible sur Android et iPhone, est une autre application israélienne de retouche photo qui compte plus de 50 millions d’installations. Les utilisateurs de l’Apple Store ont qualifié Facetune, qui exige l’accès à des identifiants uniques et à votre emplacement, d’arnaque. Le cofondateur de Lightricks, Yaron Inger, a passé cinq ans dans l’unité 8200.

Si vous aimez les jeux mobiles ou si vous créez des jeux mobiles pour les vendre, vous avez certainement déjà rencontré la société israélienne Supersonic de Unity, sans le savoir. Avec des milliards de téléchargements ces dernières années, Supersonic est l’un des plus grands éditeurs de jeux mobiles au monde, avec un chiffre d’affaires estimé à environ 23 millions de dollars par an. Au début de l’année, la société a annoncé qu’elle détenait trois des dix jeux mobiles les plus téléchargés au monde par les joueurs occasionnels : Build a Queen, Going Balls et Bridge Race. Trash Tycoon est un autre titre populaire. La société propose également un jeu appelé « Conquer Countries », qui a été téléchargé des millions de fois et dont la publicité met en scène une version caricaturale de Donald Trump. Le fondateur de Supersonic, Nadav Ashkenazy, a passé sept ans et demi dans l’armée israélienne, où il a gravi les échelons jusqu’à devenir chef des opérations de l’armée de l’air israélienne, dirigeant près de la moitié du personnel à temps plein. Vous pouvez voir tous les jeux de Supersonic ici.

Playtika est un autre développeur israélien d’applications de jeux mobiles plus connu, dont nous n’avons pas besoin d’estimer les revenus. Cotée au NASDAQ, Playtika génère plus de 2,5 milliards de dollars de revenus, ce qui représente des recettes fiscales importantes pour la machine de guerre israélienne. Playtika, qui développe des applications de jeux d’argent, est étroitement liée à la machine de guerre génocidaire israélienne. La société a été fondée par Uri Shahak, fils de l’ancien chef de l’armée israélienne, Amnon Lipkin-Shahak, et son rapport annuel de l’année dernière a révélé que 14 % de son personnel avait été appelé en tant que réservistes pour participer au génocide à Gaza. L’actuel PDG, Robert Antokol, affirme que la société a une « responsabilité » envers Israël et que les impôts payés par son personnel sont « merveilleux pour l’économie israélienne ».

Une autre entreprise israélienne dont les applications ont été téléchargées des milliards de fois est Crazy Labs. Avec une valeur estimée à environ 1 milliard de dollars et un chiffre d’affaires estimé à 200 millions de dollars, Crazy Labs est un autre fabricant d’applications qui fait partie intégrante de l’économie israélienne. Ses titres les plus vendus sont Phone Case DIY, Miraculous Ladybug & Cat Noir et Sculpt People. Vous pouvez consulter la liste complète des applications Crazy Lab sur le Google Play Store. Les fondateurs de Crazy Labs sont tous d’anciens membres de l’armée israélienne, y compris Sagi Schliesser, qui a largement dépassé la durée de son service obligatoire en restant dans l’armée et en contribuant à la mise en place de l’architecture numérique de l’apartheid pendant huit ans.

Moovit est une application dont vous avez peut-être entendu parler, mais dont vous ne saviez pas qu’elle était israélienne. Cette application de transport urbain a été fondée par plusieurs anciens membres de l’armée israélienne, dont Nir Erez, qui a passé plusieurs années au centre informatique spécialisé de l’armée israélienne, connu sous le nom de Mamram,  qui, selon la propagande israélienne, forme des « cyber-guerriers ». En tant qu’unité chargée de gérer l’intranet de l’armée, Mamram joue un rôle central dans le génocide perpétré par Israël à Gaza. Moovit, qui compte près d’un milliard d’utilisateurs et génère des revenus importants pour Israël, est un partenaire officiel des  Jeux olympiques, des championnats d’Europe de football et partenaire de Microsoft.

Avec des centaines de millions d’installations, Call App, qui filtre les appels téléphoniques indésirables, est un autre produit de l’économie militaire israélienne. Le fondateur et PDG de Call App, Amit On, a passé trois ans dans l’unité 8200 dans les années 2000. L’application compte plus de 100 millions d’utilisateurs.

Dans le domaine des services de transport à la demande, Gett, qui se concentre sur les passagers d’affaires et est particulièrement populaire à Londres pour commander des taxis noirs, a été fondée par les anciens membres de l’unité 8200 Roi More et Shahar Waiser. Il convient également de mentionner l’application de navigation GPS Waze, probablement l’application israélienne la plus célèbre de la dernière décennie, rachetée par Google en 2013 pour 1,3 milliard de dollars et également fondée par d’anciens espions de l’unité 8200.

Une autre application israélienne à croissance rapide qui a été présentée dans l’émission d’Oprah, dans le New York Times et sur CNN est Fooducate, dont le fondateur, Hemi Weingarten, a participé à des missions de bombardement pour l’armée de l’air israélienne.

Parmi les autres vétérans de l’armée de l’air israélienne à l’origine d’applications populaires, on trouve le couple Gilad et Liat Mordechay Hertanu, qui gèrent l’application d’assistant personnel et de synchronisation de calendrier 24me. Liat était officier dans l’armée de l’air israélienne, tandis que Gilad était pilote et a participé à des missions de bombardement.

Cette révélation, qui fait suite à mes enquêtes sur l’ancienne unité 8200 développant l’IA pour les géants de la technologie et sur les anciens soldats de l’armée israélienne travaillant chez Meta et Google, confirme encore davantage à quel point Israël est profondément et insidieusement ancré dans nos vies numériques.

Ces enquêtes révèlent également à quel point Israël dépend fondamentalement de sa domination permanente sur les Palestiniens, car la seule chose de valeur que produit le pays sont les entreprises technologiques fondées par d’anciens membres de l’armée israélienne. Sans la possibilité de former ses citoyens à devenir des espions et des soldats, et de massacrer les Palestiniens à volonté, l’économie israélienne s’effondrerait.

Pourtant, la plupart des personnes qui utilisent ces applications les ont téléchargées de bonne foi, sans se douter qu’elles contribuent à l’économie d’occupation, d’apartheid et de génocide d’Israël.

 De plus, ces applications collectent des informations et des données, y compris de grandes quantités d’images personnelles, et les transmettent aux partisans d’Israël qui s’engagent à maintenir le pays en tant qu’État d’apartheid.

Vérifiez donc votre téléphone et faites passer le mot.

Délégitimer, retirer le financement et supprimer les produits israéliens est une mesure simple que nous pouvons tous prendre pour aider à démanteler la machine génocidaire d’Israël.



NATE BEAR
The Best-Selling Apps Made By Israeli Spies
A new frontier for the BDS movement

Nate Bear, Do Not Panic!, 2/7/2025

The developers behind hundreds of Android and iPhone apps with billions of downloads are former Israeli spies whose apps are generating significant revenues for Israel’s genocidal war economy.

The apps I’ve identified range from innocuous image and video editing apps to casual games, and most users won’t be aware they’re installing Israeli products on their phones. Many of these app developers operate under the radar, their ownership structures are opaque and the identity of their owners isn’t commonly known.

The identification of these apps should add another frontier to the boycott, divest, sanctions movement, as it provides a straightforward way for ordinary people to avoid Israeli products that contribute to apartheid, genocide and ethnic cleansing.

The proliferation of these apps on Apple’s App Store and the Google Play Store also raises questions over privacy and the harvesting of personal data, given the reputation of Israeli technology and past scandals involving spyware being smuggled onto devices by apps made in Israel.

One of the most significant Israeli app holding companies and developers is ZipoApps, whose model is to buy-out and monetise apps at a large scale. The apps owned by Zipo (which also goes by the name Rounds.com) include a suite of photo and video editing apps that have received hundreds of millions of total installs. Individual apps include Collage Maker Photo Editor and Instasquare Photo Editor: Neon, both of which have received more than 50 million downloads from the Google Play Store. Other ZipoApps products include baby photo editing and retouching tools. In 2022, the founder and CEO of Zipo, Gal Avidor, told an interviewer (in his only interview to date), that all the founders of the company are former Unit 8200 Israeli intelligence personnel. On Reddit, users have complained about ZipoApps approach to privacy and data mining. One popular group of tools known as Simple Gallery went from free and open source to a paid product with ads and trackers just one week after ZipoApps acquired it.

Another Israeli-owned photo editing app on the Play Store is the AI-powered Bazaart, which was founded by Dror Yaffe and Stas Goferman, two former IDF intelligence officers. Goferman far exceeded his mandatory service, spending a decade in the IDF up to 2011.

Facetune, made by the developer Lightricks and available for Android and iPhones, is another Israeli photo editing app with over 50 million installs. Users on the Apple Store have called Facetune, which demands access to unique identifiers and your location, a scam. The co-founder of Lightricks, Yaron Inger, spent five years in Unit 8200.

If you’re into mobile gaming, or if you create mobile games to sell, you will have come across Israeli company Supersonic from Unity, probably without knowing it. With billions of downloads in recent years, Supersonic is one of the largest mobile game publishers in the world with revenues estimated at around $23 million per year. Earlier this year the company reported that they owned three of the top ten most downloaded casual player mobile games in the world: Build a Queen, Going Balls, and Bridge Race. Trash Tycoon is another popular title. The company also has a game called ‘Conquer Countries’ which has been downloaded millions of times and on its advertising tile features a cartoon version of Donald Trump. The founder of Supersonic, Nadav Ashkenazy, spent seven and a half years in the IDF where he rose to become the head of operations for the Israeli air force, managing almost half the full-time staff. You can see all Supersonic’s games here.

A better-known Israeli mobile game app maker whose revenues we don’t have to estimate is Playtika. Listed on the NASDAQ, Playtika brings in revenues of more than $2.5 billion, generating significant taxes for Israel’s mass slaughter machine. Playtika, which builds gambling apps, is firmly enmeshed in the genocidal Israeli war machine. The company was founded by Uri Shahak, son of the former head of the IDF, Amnon Lipkin-Shahak, and last year its annual report revealed that 14% of its staff had been called up as reservists to participate in the genocide in Gaza. Current CEO Robert Antokol says the company has a “responsibility” to Israel and the taxes paid by its staff are “wonderful for the Israeli economy.”

Another Israeli company whose apps have been downloaded billions of times is Crazy Labs. With an estimated company value of around $1 billion and sales estimated at up to $200 million, Crazy Labs is another app maker integral to the Israeli economy. Its best-selling titles are Phone Case DIY, Miraculous Ladybug & Cat Noir, and Sculpt People. You can see the full list of the Crazy Lab apps on the Google Play Store. The founders of Crazy Labs are all ex-IDF, including Sagi Schliesser, who well exceeded his mandatory service by staying in the IDF and helping build the digital architecture of apartheid for eight years.

An app you may have heard of, but not have known is Israeli, is Moovit. The urban transport app was founded by a number of ex-IDF including Nir Erez who spent years at the IDF’s specialist computing centre known as Mamram, which Israeli propaganda says creates ‘cyber warriors.’ As the unit which runs the military’s intranet, Mamram is central to Israel’s genocide of Gaza. Moovit, which has close to one billion users and delivers significant revenues to Israel, has been an official partner of the Olympic Games, the European football championships and also partners with Microsoft.

With hundreds of millions of installs, Call App, which screens phone calls for spam, is another product of Israel’s military economy. The founder and CEO of Call App, Amit On, spent three years in Unit 8200 in the 2000s. The app has over 100 million users.

On the ride-hailing front, Gett, which is focused on corporate passengers and is particularly popular in London as a way to hail black cabs, was founded by ex-Unit 8200 Roi More and Shahar Waiser. A notable mention for GPS navigation app Waze, probably the most famous Israeli app of the last decade, acquired by Google in 2013 for $1.3 billion and also founded by ex-Unit 8200 spies.

Another fast-growing Israeli app which has been featured on Oprah, in the New York Times and on CNN is Fooducate, whose founder, Hemi Weingarten, flew bombing missions for the Israeli air force.

Other Israeli air force veterans behind popular apps include husband and wife team Gilad and Liat Mordechay Hertanu, who run the personal assistant and calendar-syncing app 24me. Liat was an officer in the Israeli air force while Gilad was a pilot who flew bombing missions.

This expose, which follows my investigations into former Unit 8200 building AI for big tech giants, and the ex-IDF soldiers working at Meta and Google, further confirms how deeply and insidiously embedded Israel is in our digital lives.

These investigations also reveal how Israel is foundationally reliant on being in a permanent state of dominance over the Palestinians, because the only thing of value the country produces are tech companies founded by ex-IDF. Without being able to train their citizens as spies and soldiers, and butcher Palestinians at will, Israel's economy would collapse.

Yet most people who use these apps will have downloaded them in good faith with little idea they are contributing to Israel’s occupation-apartheid-genocide economy. In addition, these apps will be gathering information and data, including large amounts of personal images, and delivering them to devotees of Israel committed to maintaining the country as an apartheid state.

So check your phone and please spread the word.

Delegitimising, defunding and deleting Israeli products is one easy step we can all take to help dismantle Israel’s machinery of genocide.



HAGAR SHEZAF
Malnutrition, maladie et mort : la routine pour les prisonniers palestiniens à la prison israélienne de Megiddo
Haaretz dénonce

Hagar Shezaf, Haaretz, 6/7/2025

Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala

Correspondante de Haaretz en Cisjordanie, Hagar Shezaf a reçu en mai 2024 le prix de l’Institut de presse israélien pour « avoir révélé les attaques systématiques perpétrées par les jeunes colons et les soldats dans les territoires palestiniens occupés, ainsi que les conditions de détention des Palestiniens dans les prisons israéliennes ».

Ibrahim, un Palestinien de 16 ans, a été détenu à la prison de Megiddo pendant huit mois jusqu’à ce que la commission de libération conditionnelle déclare que son état s’était détérioré au point de mettre sa vie en danger. Il parle d’infections récurrentes par la gale, de maladies intestinales, de coups et de négligence - et une enquête de Haaretz révèle que c’est l’expérience de beaucoup d’autres, dont certains n’ont pas survécu.


Ibrahim, 16 ans, chez lui le mois dernier. Photo Nidal Shtayyeh

Dans le salon d’un appartement parfaitement agréable de Naplouse, un jeune homme mince est assis sur un canapé marron délavé et fume une cigarette. Ses cheveux sont coupés court, ses mains sont minces et osseuses, et sous ses grands yeux, des taches sombres laissent deviner ce qu’il y a en dessous. Ses jambes sont couvertes de marques rouges-grises, denses et de diérentes tailles, qui témoignent d’infections récurrentes par la gale. Ces dernières font partie de son quotidien depuis quelques mois, au même titre que d’autres maladies.

Voici Ibrahim (nom non divulgué car il est mineur), 16 ans, récemment libéré de la prison de Megiddo. La commission de libération conditionnelle de la prison a noté que son apparence était « diicile à regarder et source de grande inquiétude ». Pour compléter le tableau, il faut écouter ce que lui et sa mère disent. « Lorsqu’il a été libéré, il ressemblait à une momie, comme si ce n’était pas vraiment lui », raconte-t-elle. « Nous ne l’avons pas reconnu ». Elle est assise à ses côtés et ne le quitte pas des yeux. 

Sur une photo prise lors de sa libération, il y a environ un mois, montrée par sa mère, Ibrahim avait l’air bien plus mal en point. Aujourd’hui encore, ses mains trahissent sa maigreur, à peine plus que de la peau et des os. Outre la gale, il a souert de violences et de symptômes aigus de maladies intestinales, y compris des évanouissements. 



Ses documents médicaux et juridiques, ainsi que son témoignage, ne constituent qu’une petite partie d’un ensemble bien plus important de preuves émanant de prisonniers - adultes et mineurs - qui ont souert de la même manière à Megiddo. L’un d’entre eux, Waleed Ahmad, 17 ans, y est décédé en mars. D’après les multiples témoignages recueillis par Haaretz, la négligence médicale et la mauvaise alimentation ne sont que deux des nombreux problèmes liés aux conditions de détention.


Prison de Megiddo. La gale n’est qu’une des maladies qui y sévissent. Photo Amir Cohen/Reuters

Un adolescent en bonne santé, autrefois

Ibrahim a été arrêté en octobre 2024. Dans le cadre d’un accord de plaidoyer, il a été reconnu coupable d’avoir jeté des pierres (qui n’ont causé aucun dommage) et condamné à huit mois de détention à Megiddo, un établissement géré par l’administration pénitentiaire israélienne. À son entrée dans la prison, il pesait 65 kilos, comme l’a montré un examen médical. En quelques mois, son poids est tombé à 46 kilos. Mais Ibrahim airme que son dossier médical ne reétait pas entièrement la gravité de son état. Parfois, il pesait même moins que ça, dit-il. Selon la commission des libérations conditionnelles, un avis médical rédigé par un pédiatre (au nom de Physicians for Human Rights) faisait état d’une « situation médicale grave, caractérisée par la malnutrition et une insuisance pondérale mettant en jeu le pronostic vital ». Son indice de masse corporelle (IMC) était de 15,2 (la norme minimale commence à 18,5). Des tests de laboratoire ont également montré qu’il sourait d’anémie.

L’avocate Mona Abo Alyounes Khatib, qui représentait Ibrahim au nom du Bureau du  défenseur public, a présenté l’avis médical à la commission de libération conditionnelle. La commission a estimé que l’état de santé d’Ibrahim était “inhabituel et grave” et a noté que l’agent de l’administration pénitentiaire responsable du bien-être des prisonniers n’avait pas détaillé son état de santé dans les lettres qu’elle avait adressées à Abo Alyounes. L’agent a seulement  entionné que les autorités pénitentiaires étaient au courant de son état de santé et qu’il était traité. La commission, après avoir réduit sa peine de 11 jours, a noté que « les conditions d’emprisonnement diiciles que le prisonnier a endurées ne peuvent être ignorées ». Mais Ibrahim n’est pas “inhabituel”. Haaretz a obtenu des déclarations sous serment de quatre autres détenus de Megiddo qui ont signalé des problèmes médicaux similaires au cours des derniers mois. Physicians for Human Rights a traité cinq autres cas de prisonniers ayant des problèmes similaires. D’autres déclarations sous serment obtenues par Haaretz font état des quantités dérisoires de nourriture servies aux prisonniers et de la gale endémique, une maladie de peau diicile à éviter pour quiconque purge une peine à Megiddo. Il y a aussi l’histoire de Waleed Ahmad. En mars, il s’est eondré dans la cour de la prison et est décédé. Un médecin qui a assisté à l’autopsie pour le compte de la famille a rapporté qu’Ahmad n’avait presque plus de tissu adipeux, qu’il sourait d’une inammation du côlon et qu’il était infecté par la gale.



Prison de Megiddo. : « Ils nous ont menottés et leurs chiens marchaient devant nous en aboyant, tandis qu’ils nous donnaient des coups de pied », raconte Ibrahim.

Haaretz a demandé au ministère de la santé, qui supervise l’Institut national de médecine légale, si l’autopsie avait donné lieu à des mesures. Le ministère a refusé de fournir des détails, notant seulement que « comme l’exige la loi, les résultats inhabituels sont transmis aux autorités compétentes ». L’unité nationale d’enquête sur les gardiens de prison de la police continue d’enquêter sur le décès.

La prison de Megiddo, située sur la route 65 entre Umm al-Fahm et Afula, est peut-être un cas extrême, mais au moins certains des problèmes qui y existent touchent d’autres établissements pénitentiaires accueillant des détenus et des prisonniers palestiniens.

Selon Physicians for Human Rights [Médecins pour les droits humains], depuis le mois dernier, la gale sévit dans les prisons de Ketziot, Ganot et Ayalon. En outre, une pétition concernant la réduction des rations alimentaires pour les prisonniers de sécurité (terme israélien désignant la plupart des prisonniers palestiniens) comprend des déclarations sous serment de détenus témoignant d’une grave perte de poids dans plusieurs établissements. Les avocats airment que Megiddo est le “pire des pires"” dans presque toutes les catégories.

En ce qui concerne les décès derrière les barreaux, Megiddo se classe deuxième après Ketziot. Cinq personnes sont mortes à Megiddo - Waleed Ahmad et quatre adultes -contre sept à Ketziot. Mais tous ces chires font partie d’une statistique plus large : selon le Club des prisonniers palestiniens, au cours des 20 derniers mois, 73 prisonniers et détenus identiables sont morts dans les prisons de l’armée et de l’administration pénitentiaire. En ce qui concerne Megiddo, dans deux cas, les autopsies ont révélé des signes de violence possible.

Le premier cas est celui d’Abd al-Rahman Mar’i, un habitant de Qarawat Bani Hassan, dans le centre de la Cisjordanie, décédé en novembre 2023. Son corps portait des traces de traumatisme, notamment des côtes cassées et un sternum brisé. Un prisonnier qui était avec lui à l’époque et qui a été libéré depuis, a déclaré à Physicians for Human Rights que Mar’i avait été sévèrement battu à la tête avant sa mort.

Le deuxième cas est celui d’Abd al-Rahman Bassem al-Bahsh, un habitant de Naplouse décédé à Megiddo en janvier de l’année dernière. Son corps portait des ecchymoses sur la poitrine et l’abdomen, ainsi que des côtes cassées, une rate endommagée et une grave inammation des deux poumons. Les enquêtes sur ces deux décès sont en cours et restent sous le sceau du secret. Ce que l’on sait, c’est que ces deux aaires ne font pas l’objet d’une enquête de la part de l’Unité nationale d’enquête sur les gardiens de prison, ce qui signie que les gardiens de prison ne sont pas suspectés.



Les allégations de violence de la part des gardiens de prison ne surprennent pas Ibrahim, qui airme qu’il s’agit d’une pratique courante à l’intérieur des murs de la prison. « Ils nous faisaient nous agenouiller au fond de la pièce, nous disaient de mettre nos mains sur la tête, puis entraient, nous aspergeaient de gaz au visage et nous frappaient avec des matraques sur tout le corps », raconte-t-il. « Une fois, ils sont entrés et m’ont frappé à la tête et à la bouche avec un pistolet, me disloquant la mâchoire. Une autre fois, raconte-t-il, l’une des unités de l’administration pénitentiaire est entrée et a battu les prisonniers, les a aspergés de gaz, puis les a traînés dans la cour de la prison, où ils sont restés allongés pendant près d’une heure sous la pluie.

« Ils nous ont menottés et leurs chiens marchaient devant nous en aboyant pendant qu’ils nous donnaient des coups de pied », se souvient-il. Il y a eu d’autres cas, dit-il. Lors d’un incident, il a été battu si violemment avec un gourdin que celui-ci s’est brisé sur son corps. D’autres exemples ont été cités dans un rapport de Josh Breiner publié par Haaretz en septembre dernier.

D’autres preuves d’abus apparaissent dans une plainte déposée en septembre par le Centre Hamoked pour la défense de l’individu, au nom d’un autre prisonnier mineur de Megiddo, auprès de l’unité d’enquête de la police sur les gardiens de prison. « La violence est telle que les prisonniers de la cellule ont  constamment peur de ce qui va se passer », indique la plainte. Les gardiens pénètrent dans les cellules pendant l’appel et agressent les détenus à coups de poing ou de bâton. Le prisonnier mineur a indiqué qu’il avait été frappé une fois dans l’estomac - où il avait subi une intervention chirurgicale - jusqu’à ce qu’il perde connaissance.

Les prisonniers parlent peu, voire pas du tout, de la violence, de peur que les gardiens ne l’entendent - directement ou par l’intermédiaire d’autres détenus - et ne se vengent. « Un jour, quelqu’un a parlé des gardiens au tribunal et ils l’ont battu », raconte Ibrahim. Après la mort d’Ahmad, ajoute-t-il, la violence a diminué mais n’a pas cessé.

Ces récits ne se limitent pas à une période spécique ; ils se sont produits à la fois au cours des premiers mois de la guerre de Gaza, lorsque le commissaire adjoint Muweed Sbeiti dirigeait la prison, et au cours des mois suivants, sous le commandement du commissaire adjoint Yaakov Oshri.

 

Le commissaire adjoint Yaakov Oshri. Photo NWS News/YouTube

 

Un plat, 10 personnes

L’entretien avec Ibrahim a eu lieu le jour de son retour à l’école après sa sortie de prison. Cet élève de 11e année, qui a passé la majeure partie de l’année écoulée à apprendre principalement comment rester en vie, résume son expérience en prison en un mot : “torture”. Ce mot ne rend que partiellement compte de son apparence maladive et des souvenirs qu’il aimerait pouvoir eacer. Il s’agit peut-être d’un cas extrême, mais tout au long de l’entretien, il répète que d’autres prisonniers ont enduré les mêmes choses - certains plus, d’autres moins.

« Personne n’avait l’estomac plein en prison, et pas seulement moi », dit-il. « Ils apportaient une assiette de riz pour dix personnes. C’était suisant pour une personne, mais nous le partagions tous ».

Il s’agissait d’un plat typique du repas de midi, explique-t-il. Les autres repas n’étaient guère meilleurs. Les petits-déjeuners, par exemple, se composaient d’une seule assiette de labneh (fromage crémeux), de conture, de pain et d’un légume - non pas pour une personne, mais pour 10. « Et il n’y avait pas assez de labneh pour couvrir le pain », raconte-t-il. En raison de la pénurie constante de nourriture, les prisonniers combinaient tout, mélangeaient et partageaient. Il y en avait un peu pour tout le monde et il n’y avait pas de restes. « Je demandais aux gardiens plus de nourriture, mais ça ne servait à rien », ajoute-t-il, précisant qu’il s’endormait tous les soirs le ventre vide.

La seule chose qui rivalisait avec la maigreur des portions était leur mauvaise qualité : parfois, les légumes de la salade étaient pourris, le riz à moitié cru. Des descriptions similaires sont apparues dans les témoignages de deux autres mineurs détenus à Megiddo. Ils ont déclaré à leur avocat que chaque plat des repas représentait environ deux à trois cuillères à soupe.


Dans une certaine mesure, ces témoignages étaient prévisibles : ils résultent de la politique du ministre de la sécurité nationale, Itamar Ben-Gvir, qui, après le 7 octobre, a introduit des changements radicaux dans les conditions de vie des prisonniers palestiniens en Israël. Entre autres mesures, l'accès aux cantines des  prisons leur a été interdit, la vaisselle et le matériel de cuisine ont été retirés de leurs cellules et une directive visant à réduire leurs portions alimentaires au minimum légal a été émise.

En août dernier, après que l'Association pour les droits civils en Israël a déposé une pétition contre les changements de politique, l'administration pénitentiaire a airmé qu'elle avait augmenté la taille des portions. La réponse était accompagnée d'un menu actualisé comparant la nourriture fournie aux prisonniers de sécurité à celle des détenus de droit commun. L'examen des deux montre que les prisonniers palestiniens reçoivent deux fois moins de viande, pas de fruits et pas de sucreries à l'exception de la conture, contrairement à leurs homologues criminels. La diérence entre les deux menus soumis à la Cour par l'administration pénitentiaire s'élève à 1 300 calories par semaine et par personne.

Dans leur réponse, les pétitionnaires ont fait valoir que la loi n'autorisait pas une telle diérence entre les deux groupes. (L'aaire est actuellement examinée par la Haute Cour.) Cependant, le témoignage de deux mineurs de la prison de Megiddo indique qu'au début de cette année, même le maigre menu présenté par l'administration pénitentiaire n'était pas fourni. Plus important encore - comme le montrent clairement les témoignages des prisonniers - ils avaient toujours faim.

Et il y a un autre problème. Jusqu'à ce que la guerre éclate, chaque aile de jeunes dans les prisons de sécurité avait un prisonnier adulte chargé de distribuer la nourriture. Mais un autre changement de politique de Ben-Gvir a éliminé cet arrangement, transférant la responsabilité de la distribution de la nourriture aux mineurs. Selon Ibrahim, ces jeunes prisonniers avaient tendance à voler une partie de la nourriture pour eux-mêmes, ce qui réduisait d'autant le peu qui restait pour les autres.

Ibrahim. À un moment donné, il a été transféré dans une cellule réservée aux détenus qui avaient perdu beaucoup de poids. Photo Nidal Shtayyeh

Mais les maigres portions et la mauvaise qualité de la nourriture ne sont pas le plus important de l'histoire. Les maladies dont sourait Ibrahim n'étaient pas moins graves, c'est le moins que l'on puisse dire. Outre la gale qu'il a contractée à plusieurs reprises, il sourait d'une maladie intestinale contractée en prison. « Je suis resté allongé sur le lit, incapable de me lever », raconte-t-il en décrivant son état en mars dernier, environ deux semaines après le début du ramadan. « J'ai mangé du pain et, une heure plus tard, je n'ai pas pu me retenir - je me suis souillé. Je voulais me lever pour aller aux toilettes, mais je n’avais pas la force. J'ai dormi tout le temps et je n'ai rien mangé ».

Cinq de ses neuf compagnons de cellule souraient des mêmes symptômes. « Les médecins venaient dans notre aile, regardaient par la fenêtre, nous donnaient de l'Acamol [paracétamol] et nous disaient : mangez du pain et du riz ordinaire », raconte-t-il pour décrire les “soins médicaux” prodigués les premiers jours. D'autres prisonniers ont fait des descriptions similaires dans leurs témoignages. Au cours des mois de guerre, l'Acamol est devenu la réponse par défaut à la plupart des plaintes, tandis que les transferts à l'hôpital étaient rarement pris en considération.

Une exception apparente est le cas de Zaher Shushtari, 61 ans, qui a été placé en détention administrative - détention sans procès - en raison de son appartenance au Front populaire de libération de la Palestine. Shushtari, qui est atteint de sclérose en plaques et de diabète, a souert d'une grave insuisance pondérale au cours de sa détention et a nalement été transféré au centre médical de l'administrationpénitentiaire. Mais ça ne s'est pas produit uniquement en raison de ses problèmes de santé chroniques. Ce n'est qu'après que Haaretz a révélé en mai qu'il n'avait pas reçu le traitement nécessaire - et qu'il n'avait pas été emmené à l’infirmerie alors qu'il sourait de la gale - que l'administration pénitentiaire a changé de cap.

L'avis médical soumis dans le cas de Shushtari indiquait qu'il sourait également des symptômes d'une maladie digestive - comme ceux décrits par Ibrahim - dont la diarrhée et la perte de poids (d'autres personnes présentaient également des symptômes tels que des vertiges et des évanouissements). Derrière les barreaux, dit Ibrahim, ils l'appelaient “l'amibe”. Le professeur Amos Adler, médecin spécialisé en microbiologie clinique, n'a pas cité de maladie spécique, mais, sur la base des informations dont il disposait, il a conclu qu'il y avait une forte probabilité d'apparition d'une maladie intestinale contagieuse. Dans un appel adressé à l'administration pénitentiaire par Médecins pour les droits humains - Israël, il a écrit que les documents indiquaient que la promiscuité, une alimentation inadéquate et une mauvaise hygiène avaient pu contribuer au problème.

Le témoignage d'Ibrahim confirme cela. Selon lui, avant même la maladie intestinale et la perte de poids drastique, il y avait la gale. La propagation de cette maladie cutanée contagieuse dans les prisons israéliennes n'est pas un secret ; n 2024, l'administration pénitentiaire a reconnu, en réponse à une pétition, qu'environ 2 800 prisonniers palestiniens avaient contracté la maladie. Les prisonniers constituent une population à haut risque pour la gale en raison de la promiscuité dans les cellules. La plupart des gens contractent la maladie par contact avec une personne infectée ou en partageant des objets avec une personne infectée dans des conditions d'hygiène insuisantes.

L'administration pénitentiaire a estimé que de nombreux détenus avaient déjà contracté la maladie en Cisjordanie ou dans la bande de Gaza. Quoi qu'il en soit, les conditions dans lesquelles ils ont été détenus en Israël, comme l'attestent de nombreux témoignages et documents, n'ont rien arrangé.

Ibrahim raconte qu'il a contracté la gale presque immédiatement après son entrée dans la prison de Megiddo. « Les démangeaisons ont commencé dès la première semaine. D'abord sur mes mains, puis sur le reste de mon corps. Ça gratte et ça fait mal comme la mort. Un prisonnier avait la gale sur les mains et cela lui faisait tellement mal qu'il ne pouvait même pas tenir un mouchoir en papier ».

Prison de Megiddo. Un détenu de 17 ans raconte qu'il n'a été examiné par un médecin qu'après la mort d'un autre jeune prisonnier. Photo Alon Ron

Il raconte que la plupart du temps, il y avait 10 prisonniers dans la cellule, mais seulement huit couchettes - donc à tout moment, deux devaient dormir sur un matelas à même le sol. Ceux qui parvenaient à obtenir un lit n'avaient généralement pas de drap et devaient dormir sur le matelas nu. Ibrahim, lui, avait un drap, mais ce n'était pas beaucoup plus hygiénique. « Ils ne lavaient jamais le drap », dit-il. « Jamais ».

Il a bien reçu un traitement - des pilules et des bandages avec une pommade, et une fois une crème dans un gobelet en plastique - mais l'eicacité a été de courte durée. Les mauvaises conditions sanitaires et la propagation rampante de la maladie parmi les prisonniers ont fait qu'il a été infecté, dit-il, une deuxième et une troisième fois.

Les descriptions d'Ibrahim, ainsi que celles d'autres prisonniers, suggèrent que la gale et les maladies intestinales se sont propagées simultanément dans la prison, de nombreux prisonniers sourant des deux à la fois. « Waleed [Ahmad] avait aussi l'amibe.

C'est de ça qu'il est mort », suppose Ibrahim. « Je l'ai vu. Il est sorti par la porte de la cellule et il était très, très maigre. Nous nous sommes salués. Il marchait dans la cour, il est tombé sur le visage et du sang a commencé à couler de sa bouche. Les médecins sont arrivés et l'ont emmené sur une civière et il n'est pas revenu ».

Selon Ibrahim, avant d'être atteint de cette maladie intestinale, Ahmad était en bonne santé, hormis la gale. Sa mort a provoqué une onde de choc dans la prison. Soudain, dit Ibrahim, on s'est intéressé à ceux qui avaient “l'amibe”. Deux prisonniers ont été emmenés au centre médical Emek d'Afula (« Nous pensions qu'ils étaient morts », dit Ibrahim, « mais nalement ils sont revenus »). Lui-même a d'abord été vu par un médecin, puis envoyé à plusieurs reprises à l'inrmerie de la prison, où il a subi des analyses de sang et des transfusions de liquides. À aucun moment, il n'a été conduit à l'hôpital.

Il a toutefois été transféré dans une cellule spécialement conçue pour les personnes ayant perdu beaucoup de poids. Ils étaient dix dans cette cellule également, dit-il, mais ils devaient manger sous la surveillance des gardiens, chacun dans une assiette individuelle. Pourtant, dit-il, la quantité de nourriture est restée la même, de même que sa qualité.

Une épidémie non traitée

Les noms des intervenants changent, les dates dièrent, mais les descriptions restent étonnamment similaires. L'avocate Riham Nassra, qui représente régulièrement des Palestiniens devant les tribunaux militaires, a visité la prison de Megiddo tout au long de cette période. L'une de ses dernières visites a eu lieu en avril, lorsqu'elle a rencontré Nidal Hamayel, un détenu administratif de 55 ans qui y était incarcéré depuis septembre dernier.

Son apparence en disait long. « J'ai été choquée lorsque je l'ai vu entrer dans la salle de visite », raconte Nassra. Deux mois auparavant, raconte-t-elle, il s'était plaint des maigres portions et d'avoir constamment faim, mais son état de santé semblait globalement correct. Ce n'est plus le cas aujourd'hui.

« Il avait perdu beaucoup de poids et était pâle, émacié, faible et maigre, d'une manière maladive », décrit-elle. « Il pouvait à peine marcher et portait des vêtements sales ».

Hamayel lui a dit que depuis le mois de mars, lui et d'autres détenus avaient commencé à sourir de graves douleurs abdominales, de diarrhée, de perte d'appétit et d'évanouissements. « Je suis erayé par l'aspect de mon corps lorsque je me douche », lui a-t-il dit, selon la déclaration qu'elle a rédigée à la n de la visite.

Bien que Hamayel ait été examiné par un médecin à plusieurs reprises, il n'a pas été orienté vers des examens complémentaires et s'est vu prescrire uniquement une transfusion de liquides et des analgésiques. Comme Ibrahim, il a subi une perte de poids considérable. Au moment de son arrestation, il pesait 86 kg, comme l'indique son dossier médical, mais en février, il n'en pesait plus que 60. L'administration pénitentiaire airme que son poids n'a pratiquement pas changé entre février et avril, mais Nassra pense qu'il a nettement maigri pendant cette période.

Dans une requête qu'elle a déposée auprès du tribunal de district de Nazareth concernant le cas de Hamayel, Nassra a indiqué qu'elle avait également rendu visite à deux autres prisonniers à Megiddo qui souraient de symptômes similaires, n'avaient pas reçu de traitement et s'étaient vu dire de boire de l'eau par l'inrmier. La pétition a également relevé d'autres aspects des conditions de détention de Hamayel. Par exemple, selon lui, il n'avait qu'une seule paire de sous-vêtements, qu'il portait continuellement depuis septembre, et un seul ensemble de vêtements d'hiver. En outre, il n'avait ni brosse à dents, ni dentifrice, ni serviette.

Aucune décision n'a encore été rendue dans cette aaire, mais le tribunal a ordonné à l'administration pénitentiaire de faire examiner Hamayel par un médecin. En mai, Nassra a appris que son client s'était remis de la maladie intestinale, bien qu'il n'ait reçu aucun traitement.  « Il dit toujours qu'il est épuisé et qu'il a des vertiges », dit-elle, « et qu'il est tout le temps fatigué ».

« Tous les soins médicaux sont fournis sur la base d'un avis médical professionnel », déclare l'administration pénitentiaire israélienne. Photo Nidal Shtayyeh

Une autre visite de Nassra à Megiddo est décrite dans une déclaration récemment soumise au tribunal dans le cadre d'une pétition de l'Association pour les droits civils, qui demande que des quantités suisantes de nourriture soient fournies aux prisonniers. « Le détenu est resté assis pendant toute la durée de la visite, grelottant de froid. Il avait l'air extrêmement maigre et malade, et il a dit qu'il avait très faim », a écrit Nassra à propos d'un détenu administratif qu'elle a rencontré en février. Elle n'a pas été surprise lorsqu'il lui a dit qu'il pesait 48 kg.

Un an plus tôt, il avait déjà déposé une plainte par l'intermédiaire de Hamoked - au sujet de l'insuisance de la nourriture et de sa mauvaise qualité, parfois même insuisamment cuisinée. Dans sa réponse à l'époque, l'administration pénitentiaire avait indiqué qu'il recevait trois repas par jour, mais n'avait donné aucune précision sur le contenu des repas ni sur l'identité du diététicien chargé de les superviser.

En mai, le nombre croissant de cas de maladies intestinales et la perte de poids drastique à la prison de Megiddo ont incité Physicians for Human Rights à envoyer une lettre virulente. Celle-ci a été envoyée au conseiller juridique de l'administration pénitentiaire, Eran Nahon, et à son médecin-chef, le Dr Liav Goldstein. Dans cette lettre, l'avocat Tamir Blank demande à l'administration pénitentiaire de prendre des mesures pour empêcher la propagation de la maladie, dont les symptômes « sont communs à des dizaines de détenus ». Dans sa réponse, le Dr Goldstein a écrit que les allégations étaient connues, décrivant "un certain nombre d'incidents concentrés dans un établissement pénitentiaire il y a plusieurs mois ». Il a déclaré que l'administration pénitentiaire avait mis en œuvre toutes les mesures nécessaires, que le nombre d'incidents avait diminué de manière signicative et qu'il n'y avait pas de nouveaux cas à l'heure actuelle.

Cependant, deux semaines auparavant, lorsque l'avocate Nadia Dacca a rendu visite à deux mineurs à la prison de Megiddo, leurs récits indiquaient que peu de choses avaient changé. Tous deux ont déclaré qu'ils étaient tombés malades, qu'ils n'avaient pas été soignés et qu'ils s'étaient rétablis d'eux-mêmes. « Je n'ai reçu aucun médicament de la part des autorités pénitentiaires. Certains prisonniers avaient de l'Acamol [un analgésique] dans leur cellule, alors j'en ai pris », a déclaré l'un d'eux à l'avocate. « Je me suis rétabli après avoir souert pendant longtemps et sans avoir reçu de soins médicaux, tout en sachant qu'un prisonnier de mon quartier en était mort », a-t-il ajouté, faisant référence à Waleed Ahmad.

Le prisonnier a estimé qu'il pesait 62 kilogrammes au moment de son arrestation et qu'au moment où il s'est entretenu avec l'avocate, son poids était tombé à 53 kilos. Il a indiqué qu'il avait deux pantalons, deux caleçons et une chemise à manches courtes à porter. « J'ai un matelas sans housse, ce qui aggrave ma maladie, car je touche le matelas directement et je ne peux pas le laver », a-t-il déclaré.

Le deuxième jeune à qui Dacca a rendu visite, un détenu administratif de 17 ans, a décrit les mêmes symptômes trop familiers. Il a également indiqué qu'il n'avait été examiné par un médecin qu'après la mort d'Ahmad, environ un mois après avoir contracté la maladie. « Mon corps était très faible et je ne pouvais pas marcher », a-t-il déclaré. Lors de l'audience visant à approuver sa détention administrative, il a déclaré qu'il souffrait de la gale et qu'il avait perdu 30 kilos. Le juge a ordonné aux autorités de soumettre son cas au personnel médical de la prison pour s'assurer de son état. Il a ensuite décrit des conditions similaires : un matelas sans drap, un manque de vêtements et des pilules qui ne l'ont pas aidé. « Ils ne prennent toujours pas la gale au sérieux », a expliqué le jeune homme. « Le médecin se moque de moi ».

L'administration pénitentiaire a répondu en déclarant qu'elle « agit conformément aux lois et aux procédures, tout en préservant le bien-être, la sécurité et les droits de tous les détenus de l'établissement - y compris les mineurs. Tous les soins médicaux sont fournis sur la base d'un avis médical professionnel, conformément aux règlements du ministère de la santé et sous la supervision de médecins et de professionnels agissant au sein des établissements et à l'extérieur de ceux-ci. Dans la mesure où une plainte pour traitement défectueux est déposée, elle est examinée par le personnel habilité à le faire ».

Le rapport précise également que « dans tous les cas de décès d'un détenu, l'administration pénitentiaire le signale immédiatement aux autorités d'enquête compétentes - en fonction des circonstances de l'événement. Parallèlement, une enquête interne est lancée pour déterminer les  circonstances de l'aaire, conformément aux procédures. L'administration pénitentiaire continuera à agir de manière responsable et conformément à la loi, tout en préservant la dignité humaine, la sécurité publique et l'application de la loi ».

Bref, ils prennent les enfants du bon Dieu pour moins que des canards sauvages [NdT]