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11/12/2022

ROBERTO PIZARRO HOFER
Nicaragua: Ortega ofende la memoria de Sandino

Roberto Pizarro Hofer, Politika, 8-12-2022

La lista de vergonzosos criminales -esbirros, secuaces y sicarios de los EEUU- es larga como un día sin pan. La triste historia de nuestro continente recuerda con dolor a Batista, Somoza, Trujillo, Pinochet, Banzer, Castillo Armas, Duvalier, Rojas Pinilla y muchos más. Todos ellos -como hubiera dicho con inigualable elegancia Franklin Roosevelt o Harry Truman- eran unos "hijos de puta, pero son NUESTROS hijos de puta". La involución de algunas revoluciones resulta aun más incomprensible. El panorama latinoamericano actual, de Perú a Nicaragua, pasando por sur y centro América, muestra una peligrosa inestabilidad alimentada por los intereses del Imperio.-LC

 

Los Ortega

El 4 de noviembre de 1967, Daniel Ortega, escapó de morir acribillado en una casa del barrio Monseñor Lezcano, de Managua, luego de una implacable persecución de la Guardia policial del dictador Somoza. Lo salvó Oscar René Vargas, militante de la primera hora del Frente Sandinista (FSLN).

Hace algunos días Oscar René fue capturado por la Guardia policial de Ortega y enviado a la cárcel. Se suma así al nutrido grupo de sandinistas históricos perseguidos por el régimen. Ortega, convertido en dictador, no sólo encarceló al destacado sociólogo nicaragüense, sino también al exvicecanciller, Hugo Tinoco, y a los comandantes Dora María Téllez y Hugo Torres (quien falleció en la cárcel); además obligó al exilio a los destacados escritores Sergio Ramírez y Gioconda Veliz, al comandante de la revolución, Luis Carrión, a los hermanos Mejía Godoy y al ex director del diario Barricada, Carlos Fernando Chamorro. Además, se encuentran habitando cárceles nicaragüenses destacadas figuras políticas democráticas, que intentaron desafiar electoralmente al dictador.

Los delitos imputados a Vargas, como en varios otros casos, son de una inconcebible arbitrariedad: menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas y provocación para cometer rebelión.

Es triste el resultado de la revolución nicaragüense. De la dinastía de la familia Somoza se ha transitado a una nueva dinastía, la de Ortega-Murillo. Ortega, en compañía de su esposa, traicionó a sus compañeros de lucha, ha utilizado el poder para enriquecer a su familia y renunció al proyecto popular y democrático que iniciara la gesta heroica de Sandino y que nuestra poetisa, Gabriela Mistral apoyara con tanto entusiasmo.

La revolución popular sandinista, que asumió el gobierno en julio de 1979, no sólo abría un camino de esperanza para Nicaragua, sino se convertía en un referente de lucha para América Latina, región aplastada en esos años por dictaduras militares oprobiosas. Y así fue en los primeros años, incluso cuando Ortega pierde las elecciones en 1990 y entrega democráticamente el gobierno a doña Violeta Chamorro.

Sin embargo, la irrefrenable pasión por el poder convierte a Ortega en dictador. Luego de ser elegido presidente a fines del 2006, despliega una maquiavélica estrategia para controlar todas las instituciones del Estado. Y, para ello, pacta con el partido liberal somocista, que encabeza Arnoldo Alemán, con el empresariado, la Iglesia católica y el gobierno de los Estados Unidos.

Esa inédita alianza le otorga fuerza para expulsar de la Asamblea Nacional (Parlamento) a los partidos opositores, apropiarse del poder judicial y controlar a las autoridades electorales. Ortega-Murillo han acumulado el poder total de las instituciones estatales, colocando a sus amigos y aduladores en puestos claves, eliminando así la transparencia en la gestión del Estado. Entre otras cosas ello es lo que permitió una reforma constitucional para asegurar a Ortega la reelección perpetua. Nicaragua es hoy un régimen totalitario.

En esas condiciones era inevitable que naciera la insurgencia, la que explotó en 2018. La chispa que encendió la pradera fue una reforma que aumentaba las contribuciones de trabajadores y empleadores al seguro social y, al mismo tiempo, reducía las pensiones a los jubilados.

Durante largos años el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) manejó mal sus inversiones y acumuló un gran déficit financiero, y ahora se cargaban los costos de ese mal manejo a los jubilados. El Fondo Monetario Internacional (FMI), muy amigo del gobierno nicaragüense, exigió un freno inmediato al déficit. Y, la reforma se implementó con el acostumbrado estilo autoritario del gobierno.

Ese hecho fue sólo el desencadenante de la crisis. Porque lo que estaba presente en la sociedad era la acumulada indignación de abusos, corrupciones y arbitrariedades de Ortega-Murillo. Explotaba así el reclamo contra la concentración de poder en manos del matrimonio, así como la delegación dinástica de cargos y negocios en sus hijos, lo que resultaba insoportable para el pueblo nicaragüense.

Una década de autoritarismo, con intolerables agravios, se hacía carne en la ciudadanía, y desata un levantamiento popular sólo comparable a las heroicas luchas callejeras contra el somocismo.

Un mes de protestas dieron por resultado más de 300 muertos, junto a miles de heridos desaparecidos y torturados. La represión policial y de las bandas parapoliciales fue la respuesta del régimen a las demandas ciudadanas contra la arbitrariedad, el robo y la corrupción.

Comienzan entonces a exigirse investigaciones independientes sobre la represión, responsabilidades gubernamentales y juicio a los culpables de los asesinatos. A ello se agregan demandas sobre la democratización del país, la salida de Ortega y el adelantamiento de las elecciones. La respuesta del régimen fue mayor represión de dirigentes sociales, sandinistas históricos y políticos demócratas. Al día de hoy se estima en 219 los presos políticos en Nicaragua.

¿Cómo explicar la sorpresiva y masiva insurgencia de diversos sectores de la sociedad en un país que parecía progresar con tranquilidad? La economía había crecido más de 4% promedio anual entre 2007 y 2017; la pobreza estaba disminuyendo; y, no existían las pandillas juveniles. El FMI aplaudía a Ortega porque cuidaba las finanzas fiscales y el gobierno había convertido a los empresarios en su principal aliado. Curiosa alianza que favorecía las inversiones y facilitaba los negocios.

Por otra parte, el gobierno contaba con el apoyo de la Iglesia, alianza facilitada con la dura legislación que impulsó el gobierno contra el aborto. Se privilegiaba así el apoyo de la Iglesia antes que el derecho a la salud y libertad de las mujeres.

Y, por cierto, la realpolitik del Gobierno norteamericano, convertía a Ortega en su principal aliado en Centroamérica, a cambio de que Nicaragua facilitara las inversiones de empresas estadounidenses, retuviera a los inmigrantes en sus fronteras y colaborara con el trasiego del narcotráfico.

Las banderas rojinegras, democráticas, revolucionarias y progresistas del FSLN de los años ochenta, se habían arriado. De los máximos dirigentes del FSLN, los nueve comandantes y Sergio Ramírez, sólo se encuentra junto a Ortega, Bayardo Arce, aunque más bien interesado en sus negocios personales.

Rosario Murillo calificó a los cuestionadores del 2018 como “…almas pequeñas, tóxicas, llenas de odio, vampiros sedientos de sangre, grupos minúsculos”, mientras Ortega hablaba de “pandillas matándose entre ellos mismos”. La torpeza de esos dichos sirvió para multiplicar el enojo ciudadano.

La élite empresarial, después, de las protestas ciudadanas, se dio cuenta que el gobierno ya no le garantizaba seguridad económica para sus inversiones y que el monopolio político de las instituciones estatales tampoco le daba estabilidad al país. El sector privado llegó a la conclusión que la hermandad de diez años con el gobierno ya no le servía, había hecho agua.

Por otra parte, la Iglesia, aliada al gobierno en temas valóricos, se distancia radicalmente del gobierno y se convierte en referente fundamental de seguridad y de credibilidad para ciudadanía. Finalmente, el gobierno norteamericano, no pudo resistir la presión internacional por los derechos humanos contra Ortega y se vio obligado manifestar su rechazo a las medidas represivas del régimen.

Sin embargo, con la crisis sanitaria de la Covid-19, se debilitaron las protestas lo que dio cierta tranquilidad al régimen de Ortega-Murillo. El gobierno aprovechó para impulsar una legislación que controlara la disidencia y reprimiese cualquier espacio de disensión, para asegurarse una victoria holgada en las urnas. Apuró además una reforma constitucional para permitir la reelección presidencial en los comicios del 7 de noviembre de 2021.

En estas circunstancias, la coalición opositora, que surgió a raíz de la crisis del 2018 y que aglutinaba estudiantes, campesinos, feministas, jubilados, indígenas, católicos, sandinistas históricos, antisandinistas y ecologistas terminó quebrándose. En realidad, era una oposición con excesiva cantidad de sensibilidades ideológicas e intereses sectoriales que sólo convergían en su rechazo al régimen Cuando las movilizaciones desaparecieron surgieron líderes políticos opositores dispersos, sin mayor base social, que el régimen encarceló aprovechando la legislación represiva, lo que abrió camino una victoria electoral no competitiva.

Las pasadas elecciones de noviembre de 2021 sirvieron para la consolidación del régimen totalitario. En efecto, el orteguismo emprendió unos comicios con las cartas marcadas, después de haber sobrevivido al embate opositor de la rebelión de 2018. De hecho, al controlar el Consejo Supremo Electoral, pudo vetar y anular candidatos y organizaciones políticas en función de la reelección de Ortega.

Las dos principales organizaciones surgidas a raíz del estallido –Alianza Cívica (AC) y Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)– no lograron convertir entonces la energía callejera en poder, para negociar reformas clave, ni pudieron convertirse en vehículo electoral o fuerza política. Ello revela la incapacidad de la oposición para articular una propuesta común, la que además se ha equivocado en apelar al antisandinismo.

En efecto, más allá de Ortega, el sandinismo es una cultura nacional, que incluye militantes históricos, hoy día enemigos del dictador. “…es complicado armar un discurso mayoritario si se criminaliza (y no integra) la identidad sandinista que, de lejos, es la más extendida en el país. Además, el discurso antisandinista furibundo reditúa a Ortega porque, al posicionarlo como referente único del sandinismo, favorece su consolidación dentro del partido, en vez de fraccionarlo”. Por otra parte, la oposición se ha mostrado excesivamente dependiente de la comunidad internacional, lo que ha facilitado al régimen apelar al argumento del “golpe blando” y al nacionalismo antiimperialista. (S. Puig y M. Jarquín, El Precio de la Perpetuación de Daniel Ortega, Nueva Sociedad, junio 2021).

Las perspectivas en favor de la democracia en Nicaragua no son alentadoras. Con una oposición débil y fragmentada, la familia Ortega-Murillo, ha consolidado un poder político absoluto en el país. Por ahora Ortega está ganando; pero, como bien ha dicho José Saramago “La victoria tiene algo negativo; jamás es definitiva.”
 

10/12/2022

GIDEON LEVY
Ressuscité après une “attaque à la voiture-bélier” qui n’en était pas une, ce Palestinien ne s'est pas remis de la mort de ses copains

 Gideon Levy et Alex Levac, (photos) Haaretz, 9/12/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Trois jeunes Palestiniens rentrent d'un travail de nuit et des soldats israéliens font feu sur leur voiture, tuant deux d'entre eux et blessant le troisième, qui est hospitalisé et placé en détention. Ses parents pensent cependant qu'il est mort, et les autorités ne voient aucune raison de leur dire le contraire.


Basel Basbous blessé

Sur le mur de la cage d'escalier, quelqu'un a écrit au feutre : « Ceci est la maison de l'héroïque chahid Basel Basbous ». Sur le mur d'un salon, il y a une affiche de deuil réalisée pour l'occasion, avec une photo du disparu, comme le veut la coutume. Mais le défunt n'est pas parti.

Pendant toute une journée, les habitants de cette maison ont cru que Basel avait été tué avec ses deux amis, lorsque des soldats israéliens ont arrosé leur voiture de dizaines de balles. Personne n'a jugé bon d'informer la famille que leur fils était vivant et qu'il se trouvait dans un hôpital israélien, mais en état d'arrestation. Ainsi, les gens sont venus à la maison dans le camp de réfugiés de Jalazun, au nord de Ramallah, pour présenter leurs condoléances.

Seul un membre dévoué du personnel médical du centre médical Shaare Zedek de Jérusalem s'est rendu dans cette maison, tard dans la nuit, pour transmettre l'étonnante information. « Basel est vivant et à l'hôpital ».  Sans lui, la famille aurait pu continuer à croire que leur fils était mort. C'est dire à quel point la vie des Palestiniens n'a aucune valeur aux yeux des Israéliens, et combien Israël fait peu pour informer les familles palestiniennes du sort de leurs proches. Après tout, les Palestiniens n'aiment pas leurs enfants, certainement pas comme nous le faisons.

L'incident s'est produit dans la nuit du 2 au 3 octobre. Trois jeunes Palestiniens - Khaled Ambar, 20 ans, Salama Sharaya, 18 ans, et Basel Basbous, 18 ans - rentraient chez eux dans la voiture de Khaled après avoir terminé leur service de nuit dans une pizzeria à Bir Zeit, près de Ramallah. Khaled vivait à Bir Zeit, mais a proposé de déposer les autres chez eux. Leur premier arrêt devait être Jalazun, où vit Basel, et de là, ils devaient continuer jusqu'à Jifna, une ville voisine, pour y déposer Salama.

Il est presque 3h30 du matin quand ils atteignent la route entre El Bireh et Jalazun, à quelques centaines de mètres du camp, tout près du mur de la colonie de Beit El. Des unités des forces de défense israéliennes opéraient cette nuit-là à Jalazun, plaçant des personnes en détention. Le comité populaire du camp a averti les résidents via les médias sociaux de l'activité de l'armée, et les jeunes du quartier se sont organisés en conséquence. Les trois copains de la pizzeria ont appris ce qui se passait par un conducteur qui passait par là, et ont donc pris la mauvaise direction en remontant une rue menant à la route principale, craignant que les troupes ne se trouvent dans la rue parallèle.

Cette semaine, nous nous sommes tenus à l'endroit où les trois hommes ont été abattus, avec Iyad Hadad, chercheur sur le terrain pour l'organisation israélienne de défense des droits humains B'Tselem, qui a recueilli des témoignages et rédigé un rapport détaillé sur ce qui s'est passé ici cette nuit-là. Ignorant un panneau d'interdiction d'accès, les trois hommes ont tourné dans la rue, qui comporte un virage immédiatement après le tournant, de sorte qu'ils n'ont pas pu voir deux embuscades, composées de cinq à sept soldats de chaque côté de la rue.

Dès qu'ils ont dépassé le premier groupe de soldats, ils ont essuyé des tirs nourris, puis le deuxième groupe, qui se tenait de l'autre côté de la rue, est entré dans la danse. Les jeunes hommes se sont fait tirer dessus de toutes les directions. Une personne qui vit à proximité du site a raconté à Hadad que des dizaines de balles ont été tirées sur la voiture. Khaled, le conducteur, a perdu le contrôle du véhicule, qui a percuté une voiture en stationnement avant de s'arrêter. Salama était assis à côté de Khaled, Basel était à l'arrière.

Les soldats n'ont pas osé s'approcher de la voiture de leur propre chef. Une dizaine de minutes se sont écoulées avant l'arrivée des renforts, et ce n'est qu'à ce moment-là qu'ils se sont approchés du véhicule. À l'avant, il y avait deux corps criblés de balles ; à l'arrière, un blessé gisait sur le sol. Basel nous a raconté plus tard que lorsque les soldats ont finalement ouvert la porte, ils l'ont frappé à la tête et sur le corps avec une crosse de fusil. C'était peut-être leur façon de vérifier s'il était encore parmi les vivants. L'un d'eux a crié : « Il est vivant ! »

Basel avait été touché par quatre balles, deux au bras gauche et deux à la jambe gauche, et il saignait des deux membres. Une photo de son coude montre un grand trou.


Basel Bsbous dans sa maison familiale

Il a été emmené dans un véhicule de l'armée, puis transféré dans une ambulance israélienne, qui l'a conduit à Shaare Zedek. Il était semi-conscient. La voiture, percée d'impacts de balles, a été enlevée par une dépanneuse militaire. Basel a été hospitalisé en tant que détenu. À Jalazun, on le croyait mort. Le lendemain, les médias israéliens, dont Ynet, ont rapporté : « Des soldats déjouent un attentat à la voiture piégée près de Ramallah et liquident deux suspects » ; Le rapport mentionnait explicitement Basel comme l'un de ceux qui avaient été tués.

Cette semaine, nous avons demandé à l'unité du porte-parole des FDI si l'incident était bien une attaque à la voiture piégée. La réponse : « Au cours d'une activité des forces de sécurité dans le camp de réfugiés de Jalazun, dans le secteur territorial de Binyamin, destinée à arrêter une personne soupçonnée d'actes de terreur, les forces ont identifié ce qui était soupçonné d'être une attaque à la voiture piégée, et ont répondu par le feu pour éliminer le danger. Les circonstances de l'incident sont en cours d'éclaircissement.

« L'un des passagers du véhicule, qui était assis seul à l'arrière, a été arrêté immédiatement après l'incident et emmené pour interrogatoire. Après une analyse approfondie du rapport d'enquête, il a été décidé qu'il n'y avait pas lieu de juger le détenu, étant donné l'absence de preuves le reliant aux personnes impliquées dans l'embardée. Nous n'avons pas connaissance d'une allégation selon laquelle le détenu aurait été soumis à des violences ; il a même reçu des soins médicaux de la part des soldats ».

Le père de Basel, Kazem, a travaillé en Israël pendant 48 ans. Il a 62 ans et a neuf enfants dans le camp de Jalazun et trois autres d'une seconde épouse, qui vit sur le Mont des Oliviers à Jérusalem-Est, et il subvient à tous leurs besoins. Le lendemain de l'incident (3 octobre), il était certain que son fils était mort, puisque c'est ce qui avait été rapporté à la fois dans les médias sociaux palestiniens et dans les médias israéliens. La maison s'est remplie de personnes présentant leurs condoléances.


Basel Basbous et son père Kazem

Au même moment, cependant, son fils était en soins intensifs à Shaare Zedek. Un médecin arabe qui entre dans sa chambre lui demande : « Comment te sens-tu, Salama ? » Basel se crispe : « Je ne suis pas Salama, je suis Basel ». C'est ainsi que l'effroyable erreur a été découverte. Le médecin a immédiatement appelé la famille, mais le père de Basel était convaincu que c'était quelqu'un du service de sécurité Shin Bet qui se moquait de lui. Il ne croyait pas que Basel était vivant. Un membre du personnel médical (qui a demandé à ce que son nom ne soit pas divulgué) a décidé de rendre personnellement visite à la famille afin de lui annoncer la nouvelle. Il faut l'en féliciter.

L'homme s'est tenu dans l'entrée de la maison, qui était remplie de personnes en deuil, et a dit aux parents : « Votre fils est vivant ». Kazem et Awataf, sa femme, étaient stupéfaits. « Comme si j'avais eu un mariage », dit Kazem dans son hébreu approximatif. En un instant, la maison de deuil est devenue une maison de joie. Mais jusqu'à ce qu'il ait vu Basel de ses propres yeux, il n'y croyait toujours pas.

Le lendemain matin, Kazem se dépêche d'obtenir un permis d'entrée en Israël et un autre pour l'hôpital, et il se rend à Jérusalem. Les soldats qui gardaient son fils ne l'ont d'abord pas laissé entrer, mais ont fini par céder, lui accordant trois minutes avec son fils. Kazem dit qu'il est sorti au bout d'une minute. Il avait vu ce qu'il voulait : son fils était vivant. Il n'en demandait pas plus. Quelques jours plus tard, il lui a rendu une nouvelle visite, et Basel ne s'est pas souvenu qu'il était déjà venu.

Basel a subi une intervention chirurgicale, tandis qu'entre-temps, le tribunal a délibéré deux fois sur sa mise en détention provisoire. Le 13 octobre, le juge a déclaré qu'il devait être libéré sans condition. Basel est toujours hospitalisé et doit subir une nouvelle opération de chirurgie plastique le 19 octobre. Le matin, le personnel l'a préparé pour l'opération, mais la police est arrivée et a dit à Basel de s'habiller, de préparer ses affaires et de rentrer chez lui à Jalazun. « Faites l'opération dans les territoires », lui ont dit les policiers, se souvient-il maintenant.

Il était seul, il y avait beaucoup de choses dans la pièce et il avait peur de ne pas pouvoir les enlever. Les agents l'ont bousculé, l'ont emmené à l'entrée de l'hôpital et lui ont dit qu'il avait deux heures pour quitter Jérusalem.


Basel aux côtés de son ami Khaled Ambar, qui a été tué lors de l'"incident"

Basel s'est retrouvé seul dans une ville juive, blessé et faible. Il a appelé un de ses frères, qui a contacté l'Autorité palestinienne. L'AP a commandé une ambulance pour lui depuis Jérusalem-Est, qui l'a emmené à l'hôpital arabe Istishari de Ramallah. Il y est resté deux semaines et a subi une opération de chirurgie plastique sur son bras. Il est rentré chez lui il y a quelques semaines et doit encore subir un long processus de rééducation ainsi qu'une autre opération.

Comme à son habitude, Israël a révoqué le permis de travail de Kazem et celui des autres membres de la famille. Kazem est désespéré de ne pas pouvoir continuer à travailler en Israël. Israël n'a pas non plus restitué les corps des deux autres occupants de la voiture, Salama Sharaya et Khaled Ambar, même s'il a effectivement admis, en libérant Basel, qu'il n'y avait pas eu d'attentat à la voiture piégée.

Basel entre dans le salon de sa maison dans le camp de Jalazun avec des béquilles, son bras gauche toujours bandé et plâtré. Notre arrivée en fin d'après-midi, le lundi de cette semaine, l'a réveillé. Son visage était morose, gris et sans expression ; il portait un survêtement noir. Nous lui demandons comment il se sent, et au début, son père se porte volontaire pour répondre en son nom : « Son état mental est la chose principale. Son état mental est très mauvais ».

L'incident a brisé le jeune homme. Il crie dans son sommeil, chaque nuit il se réveille en panique et appelle les noms de ses amis morts. Khaled et Salama apparaissent dans ses rêves, ou plutôt dans ses cauchemars. Son père essaie de le calmer – « C'est fini » - mais il n'est jamais calme, dit son père.

« J'essaie de soutenir les familles de mes amis », dit tranquillement Basel. « J'ai dit à leurs parents que je prendrais la place de leurs fils - mais je me sens aussi perdu qu'eux ».

La famille Sharaya compte neuf enfants, dont le fils décédé ; leur père est mort il y a 13 ans et leur mère, Haijar, qui a 52 ans, parvient à peine à subvenir à leurs besoins. L'une des filles est sourde et l'un des fils souffre de graves handicaps. Haijar espérait qu'un jour Salama l'aiderait à subvenir aux besoins du foyer. Maintenant, il n'est plus là, pas même son corps.

09/12/2022

Franco "BIFO" BERARDI
Feltrinelli m'a accompagné dans son studio

 Franco “Bifo” Berardi , dinamopress.it, 9/12/2022
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Bifo raconte sa rencontre avec l'éditeur, peu avant que celui-ci entre en clandestinité, l'emprisonnement à Bologne, Milan en 1969, le livre Contre le travail. « J'avais dix-neuf ans, je ne connaissais rien du monde de l'édition, ni d'aucun autre d'ailleurs ».

Nous publions ce court texte inédit écrit par Franco “ Bifo” Berardi à l'occasion de la sortie du livre Cambiare il mondo con i libri {Changer le monde avec les livres] (Momo Edizioni) de Mattia Tombolini, illustré par Marta Baroni et avec une note de Carlo Feltrinelli (fils de l’éditeur). Le livre raconte l'histoire de qui était Giangiacomo Feltrinelli, en particulier pour les jeunes.


Illustration de Marta Baroni, tirée du livre Cambiare il mondo con i libri

Au printemps 69, j'ai été détenu dans la prison de San Giovanni in Monte, à Bologne.  Aujourd'hui, il n'y a plus de prison, dans ce bâtiment, mais la faculté d'histoire. C'était une belle prison, pour être honnête, et je n'y ai pas passé un si mauvais moment. Souvent, des groupes d'étudiants passaient sous mes fenêtres en criant Bifo Libero.

J'avais été arrêté pour avoir participé à un piquet de grève des travailleurs de l'usine Longo. La police avait chargé, et quelque temps plus tard, sept personnes, dont moi, ont été arrêtées. Mes compagnons de cellule étaient un syndicaliste nommé Stefano Grossi, qui est mort il y a peu, des étudiants et des militants du mouvement étudiant. Une travailleuse de Longo avait également été arrêtée, mais bien sûr, elle n'était pas détenue dans la cellule avec nous.

Maintenant, la prison est à l'extérieur de la ville, et il n'y a aucun moyen de passer sous les fenêtres pour saluer les détenus.

En tout cas, pendant que j'y étais, j'ai écrit une brochure intitulée Contre le travail.

Dans un langage qui serait obscur pour n'importe qui aujourd'hui (même pour moi lorsque j'ai essayé de le relire), j'ai soutenu une thèse qui semble certainement hors de propos aujourd'hui, mais qui n'a pas perdu son caractère raisonnable. J'ai soutenu que la lutte des travailleurs vise essentiellement (même si ce n'est pas toujours consciemment) à forcer le capital à investir dans la recherche scientifique et le développement technique pour remplacer le travail des travailleurs. Et ce pouvoir des travailleurs est tout ici, dans le pouvoir de forcer le capital à appliquer une innovation scientifique qui se plie aux intérêts de la société et non à ceux du profit.

Comme nous le savons, les choses se sont passées très différemment : la science et la technologie ont été utilisées pour accroître l'exploitation, et non pour réduire le temps de travail. Et l'esclavage est revenu sur la scène du travail.

Lorsque je suis sorti de la prison de San Giovanni in Monte, j'ai travaillé sur ce manuscrit, j'en ai fait un paquet de feuilles dactylographiées, puis je suis allé à Milan.

J'avais l'adresse de la maison d'édition la plus célèbre à l'époque dans nos cercles gauchistes et libertaires, la maison d'édition de Giangiacomo Feltrinelli. Je suis allé au 6 Via Andegari, j'ai pris l'ascenseur et j'ai sonné à la porte. J'ai dit mon nom et ajouté que je voulais voir l'éditeur. J'avais dix-neuf ans, je ne connaissais rien du monde de l'édition, ni d'aucun autre monde d'ailleurs. Et je voulais voir un homme très connu, très riche et surtout influent dans les milieux culturels européens. Je me suis présenté de cette manière, sans avoir aucune référence, aucune expérience préalable, si ce n'est l'expérience de la prison dont je venais d'être libéré. La secrétaire a pris une note, m'a demandé d'attendre et est revenue quelques minutes plus tard en compagnie d'un grand homme moustachu.

Giangiacomo Feltrinelli m'a accompagné dans son studio, un petit espace avec un toit mansardé et des coussins sur le sol, m'a fait asseoir sur une chaise et m'a demandé ce que je voulais.

Je lui ai donné le tapuscrit et lui ai dit que je l'avais assemblé pendant une récente incarcération. J'ai découvert qu'il était au courant de mon histoire et de mon emprisonnement, il a hoché la tête comme pour dire qu’il en avait entendu parler, mais il ne s'y est pas attardé. Il a pris le texte et a promis de le lire. Il m'a accompagné jusqu'à la sortie. Une semaine plus tard, il m'a appelé, m'a dit qu'il avait lu mon livre et qu'il voulait me revoir. Je suis retourné à Milan, il m'a fait asseoir à nouveau sur cette chaise, m'a dit qu'il n'était pas d'accord avec mes thèses, mais qu'il avait l'intention de publier ma brochure. Il allait sortir dans une série appelée Edizioni della libreria, dans laquelle un texte de Fidel Castro et un livre de Régis Debray très lu à l'époque, intitulé Révolution dans la révolution, venaient de sortir.

Il a ajouté que je voulais peut-être une avance. Cent mille lires poivaient-elles suffire ? Je l'ai regardé d'un air interdit. Je ne savais rien des avances, et cent mille lires étaient un peu moins que le salaire que mon père gagnait en un mois avec son travail d'enseignant. J'ai acquiescé et il m'a remis un chèque. Puis nous sommes sortis ensemble pour déjeuner. Nous sommes allés dans un restaurant de la Via Palermo appelé Il Chiodo, et pendant le déjeuner, il m'a reproché de ne pas me rendre compte que des millions de chômeurs sont impatients de mettre leur tête sous cette presse (c'est exactement comme ça qu'il l'a dit). À la fin, il a dit que chacun paierait sa part de l’addition.

Je ne l'ai jamais revu, mais la brochure est sortie peu après, au printemps 1970. Je n'ai appris où était passé le rédacteur en chef que quelques années plus tard, lorsque tous les journaux ont publié sa photo et la nouvelle de sa mort sous un pylône électrique dans la banlieue de Milan.



Un extrait de « Changer le monde avec des livres » de Mattia Tombolini :

Où est Giangiacomo aujourd'hui ?

Dans l'un des derniers articles de Giangiacomo, alors que tout le monde le cherchait et que personne ne pouvait le trouver, il dit : « Je suis là où personne ne peut me trouver. (...) J'étais conscient qu'il y aurait une campagne contre moi et j'ai pris mes propres mesures pour survivre à la tempête ». Giangiacomo marche parmi nous aujourd'hui. Nous devons être capables de le reconnaître, mais son empreinte, et celle de tant d'autres comme lui, est toujours visible : des personnes qui ont pris des décisions radicales parce qu'elles croyaient en un monde plus juste, des personnes qui, comme lui, veulent « survivre à la tempête » mais aussi la combattre. Chaque fois que nous faisons des choix, nous pouvons décider de faire le plus facile ou le plus juste : toi, tu choisis quoi ?

 

Brecht en tiempos oscuros (del apartheid)

Red Palestina de Artes Escénicas, 1-12-2022
Traducido por Fausto Giudice, Tlaxcala 

Estimada Sociedad Internacional Brecht,

Nosotros, las organizaciones culturales palestinas que trabajamos bajo la ocupación militar israelí, les instamos a que trasladen su 17º Simposio, previsto entre el 11 y el 15 de diciembre de 2022, lejos del Israel del Apartheid y de sus instituciones académicas cómplices. Le pedimos que respete la esencia del pensamiento de Bertolt Brecht y que no socave nuestra lucha por la libertad, la justicia y la igualdad.


¿Cómo pueden ustedes organizar con la conciencia tranquila su 17º Simposio, titulado "Racismo, opresión política y dictadura", en un Estado que ha sometido a millones de palestinos a un régimen de colonialismo de colonos y apartheid durante décadas? ¿No reconoce la limpieza étnica, el asedio, el robo de tierras y recursos y las masacres continuas como algunos de los síntomas del sistema de opresión de Israel?

Los palestinos nativos llevamos muchos años diciendo al mundo que Israel está perpetrando el crimen contra la humanidad del apartheid, y ahora las principales organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, dicen lo mismo. Amnistía Internacional dice que Israel trata a todos los palestinos como un “grupo racial inferior”. ¿No ve cómo su conferencia blanquearía toda esta opresión?

Independientemente de las intenciones, celebrar su conferencia en la Universidad de Tel Aviv y en colaboración con la Universidad de Haifa y la Universidad Hebrea, entre otras muchas instituciones israelíes profundamente cómplices, es una grave distorsión de los principios de Brecht. Su obra siempre ha estado asociada a la lucha cultural como herramienta de resistencia en tiempos de guerra y de paz, y como herramienta para construir la identidad nacional y la narrativa local, especialmente en su planteamiento de construir el modelo de teatro épico.

Los brechtianos deben tratar de educar a través del planteamiento teatral de Brecht. Brecht pensaba en el escenario como un espacio para protestar y rechazar la opresión, toda opresión. Se dio cuenta de que esos actos requerían una base consciente y vigilante, así como la toma de conciencia del entorno, comprendiendo la realidad, criticándola, rechazándola y evaluando las revoluciones, para aspirar a un cambio efectivo. Por lo tanto, el papel del actor es un trabajo que requiere estudiar, leer e investigar. El actor es un revolucionario activo y un elemento del cambio que se avecina. Celebrar su Simposio bajo el patrocinio de un régimen que contradice todo esto sería una afrenta a la memoria de Brecht.

La Universidad de Tel Aviv, donde se celebrará su conferencia, está situada en tierras que pertenecieron a Cheij  Muwanis, un pueblo palestino sometido a limpieza étnica en 1948. La Universidad Hebrea, la Universidad de Haifa y la Universidad de Tel Aviv llevan a cabo investigación militar, entrenamiento militar, mantienen asociaciones con fuerzas militares israelíes y empresas de armamento y servicios militares, tienen conexiones con los Servicios Generales de Seguridad (GSS), la tristemente célebre agencia de inteligencia nacional de Israel, y ofrecen beneficios a los estudiantes reservistas. La Universidad Hebrea está parcialmente construida en tierras palestinas robadas.

Le instamos a seguir el ejemplo de cientos de departamentos universitarios, sociedades y sindicatos, además de decenas de miles de académicos, universitarios e investigadores de todo el mundo que están expresando su solidaridad con la lucha del pueblo palestino y, cada vez en mayor número, se comprometen a respetar el llamamiento palestino al boicot académico y cultural del apartheid israelí y sus instituciones cómplices.

En primer lugar, hacemos un llamamiento a las organizaciones e instituciones internacionales para que respeten el piquete pacífico palestino. Además, pedimos a las organizaciones internacionales que no ayuden ni participen en ningún intento de quienes cruzan el piquete de organizar gestos de “equilibrio”. En este caso concreto, hacemos un llamamiento al Instituto Goethe para que cese en sus esfuerzos de encubrimiento para organizar reuniones entre palestinos y académicos internacionales que han decidido ignorar el llamamiento al boicot palestino y participar en esta conferencia en el Israel del apartheid.

Instamos a la Sociedad Internacional Brecht a ponerse del lado de la justicia. En el caso de que decidan seguir adelante con sus planes de celebrar su evento bajo el patrocinio del régimen de colonialismo y apartheid de Israel, declaramos nuestra negativa a reunirnos con ninguno de los participantes en el evento, ya que nos negamos a ofrecerles una hoja de parra o a contribuir a la falsa percepción de simetría entre el opresor colonial y el colonizado.

Brecht in dunklen (Apartheid-)Zeiten

Palästinensisches Netzwerk für darstellende Künste, 1-12-2022
Übersetzt von Fausto Giudice, Tlaxcala 

Liebe Internationale Brecht-Gesellschaft,

wir, die palästinensischen Kulturorganisationen, die unter der israelischen Militärbesatzung arbeiten, bitten Sie dringend, Ihr 17. Symposium, das vom 11. bis 15. Dezember 2022 stattfinden soll, nicht in das Apartheidland Israel und seine mitschuldigen akademischen Institutionen zu verlegen. Wir appellieren an Sie, die Essenz von Bertolt Brechts Gedanken zu respektieren und unseren Kampf für Freiheit, Gerechtigkeit und Gleichheit nicht zu untergraben.


Wie können Sie mit gutem Gewissen Ihr 17. Symposium mit dem Titel „Rassismus, politische Unterdrückung und Diktatur“ in einem Staat veranstalten, der Millionen von Palästinensern seit Jahrzehnten einem Regime des Siedlerkolonialismus und der Apartheid unterwirft? Erkennen Sie nicht die ethnischen Säuberungen, die Belagerung, den Land- und Ressourcenraub und die anhaltenden Massaker als einige der Symptome des israelischen Unterdrückungssystems?

Eingeborene Palästinenser haben der Welt seit vielen Jahren gesagt, dass Israel das Verbrechen der Apartheid gegen die Menschlichkeit begeht, und jetzt sagen führende internationale Menschenrechtsorganisationen wie Amnesty International und Human Rights Watch dasselbe. Amnesty International sagt, dass Israel alle Palästinenser als „minderwertige rassische Gruppe“ behandelt. Sehen Sie nicht, wie Ihre Konferenz all diese Unterdrückung beschönigen würde?

Unabhängig von Ihren Absichten ist die Abhaltung Ihrer Konferenz an der Universität Tel Aviv und in Zusammenarbeit mit der Universität Haifa und der Hebräischen Universität sowie vielen anderen israelischen Institutionen, die mitschuldig sind, eine schwerwiegende Verzerrung von Brechts Prinzipien. Sein Werk war immer mit dem kulturellen Kampf als Mittel des Widerstands in Zeiten des Krieges und des Friedens und als Mittel zum Aufbau der nationalen Identität und der lokalen Erzählung verbunden, insbesondere in seinem Ansatz, das Modell des epischen Theaters aufzubauen.

Brechtianer müssen versuchen, durch Brechts Ansatz im Theater zu erziehen. Brecht betrachtete die Bühne als einen Raum, in dem er gegen Unterdrückung, jegliche Unterdrückung, protestieren und sie ablehnen konnte. Er war sich darüber im Klaren, dass diese Handlungen eine bewusste und wachsame Basis erfordern, ebenso wie das Erkennen der Umgebung, das Verstehen der Realität, die Kritik daran, die Ablehnung und die Bewertung von Revolutionen, um eine effektive Veränderung anzustreben. Daher ist die Rolle des Akteurs eine Aufgabe, die Studium, Lektüre und Forschung erfordert. Der Akteur ist ein aktiver Revolutionär und ein Element des bevorstehenden Wandels. Ihr Symposium unter der Schirmherrschaft eines Regimes zu veranstalten, das all dem widerspricht, wäre ein Affront gegen Brechts Andenken.

Die Universität Tel Aviv, an der Ihre Konferenz stattfinden wird, befindet sich auf einem Gelände, das einst zu Scheich Muwanis gehörte, einem palästinensischen Dorf, das 1948 ethnisch gesäubert wurde. Die Hebräische Universität, die Universität Haifa und die Universität Tel Aviv betreiben militärische Forschung, militärische Ausbildung, unterhalten Partnerschaften mit den israelischen Streitkräften sowie mit Waffen- und Militärdienstleistungsunternehmen, haben Verbindungen zum Allgemeinen Sicherheitsdienst (GSS), Israels berüchtigtem Inlandsgeheimdienst, und bieten Vergünstigungen für Reservistenstudenten. Die Hebräische Universität ist teilweise auf gestohlenem palästinensischem Land gebaut.

Wir fordern Sie auf, dem Beispiel von Hunderten von Universitätsfakultäten, Gesellschaften und Gewerkschaften sowie Zehntausenden von Wissenschaftlern, Akademikern und Forschern aus aller Welt zu folgen, die ihre Solidarität mit dem Kampf des palästinensischen Volkes zum Ausdruck bringen und sich in wachsender Zahl verpflichten, den palästinensischen Aufruf zum akademischen und kulturellen Boykott des Apartheidstaates Israel und seiner mitschuldigen Einrichtungen zu befolgen.

Wir fordern in erster Linie die internationalen Organisationen und Institutionen auf, die friedliche palästinensische Streikpostenkette zu respektieren. Wir fordern die internationalen Organisationen ferner auf, keine Versuche derjenigen zu unterstützen oder sich an ihnen zu beteiligen, die die Streikpostenkette überschreiten, um „ausgleichende“ Gesten zu organisieren. In diesem konkreten Fall fordern wir das Goethe-Institut auf, seine beschönigenden Bemühungen einzustellen, Treffen zwischen Palästinensern und internationalen Wissenschaftlern zu organisieren, die beschlossen haben, den palästinensischen Boykottaufruf zu ignorieren und an dieser Konferenz im Apartheidstaat Israel teilzunehmen. 

Wir fordern die Internationale Brecht-Gesellschaft dringend auf, sich auf die Seite der Gerechtigkeit zu stellen. Für den Fall, dass Sie beschließen sollten, Ihre Veranstaltung unter der Schirmherrschaft des israelischen Regimes des Siedlerkolonialismus und der Apartheid abzuhalten, erklären wir unsere Weigerung, uns mit irgendeinem der Teilnehmer der Veranstaltung zu treffen, da wir uns weigern, Ihnen ein Feigenblatt zu bieten oder zur falschen Wahrnehmung der Symmetrie zwischen dem kolonialen Unterdrücker und den Kolonisierten beizutragen.