07/11/2023

GUSTAVO PETRO
Pour qui sonne le glas ? Le glas sonne pour toi

Gustavo Petro, Président de la Colombie, 27-10-2023

Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala

 

Une réaction du président colombien au vote de la résolution de l’AG de l’ONU du 27 octobre demandant une trêve humanitaire en Palestine, contre laquelle ont vote 14 pays, dont les îles Marshall, Fiji, Nauru, la Micronésie, la Papouasie Nouvelle-Guinée et Tonga

 

Ce que la puissance militaire barbare du Nord a déchaîné sur le peuple palestinien est le prélude de ce qui sera déchaîné sur tous les peuples du Sud lorsque la crise climatique nous laissera sans eau ; le prélude de ce qui sera déchaîné sur l'exode des populations qui, par centaines de millions, iront du Sud vers le Nord. 

 

 

Des [représentants de] peuples insulaires au bord de l'abîme à cause de la montée des eaux ont voté aujourd'hui contre une trêve dans la barbarie israélienne en Palestine. Pensent-ils sauver leurs nations ?

 

Un monde de consommation et de richesse basé sur l'utilisation intensive de combustibles fossiles est construit sur la puissance militaire du Nord, c'est-à-dire sur ce qui fait monter le niveau de la mer et entraîne des milliards de personnes dans une vie catastrophique, une ère d'extinction. Cette puissance militaire sert à défendre cette richesse et cette consommation qui se fait par la mort des autres.

 

Les premiers à disparaître seront les peuples insulaires vivant au niveau de la mer. Pourquoi certains ont-ils voté pour la barbarie aujourd'hui ?

 

Un sondage en Colombie dit que les jeunes se droitisent.

N'est-ce pas la droite qui nie le changement climatique, qui proclame qu'il faut continuer à consommer du charbon et du pétrole comme si de rien n'était et qui conduit la terre à détruire la vie, c'est-à-dire à détruire surtout la vie de ceux qui sont aujourd'hui des jeunes et des enfants ?

 

La droite conduit les jeunes d'aujourd'hui, non plus à la fête de la nature, de la connaissance, de l'art et de l'intensité de la vie, mais à la catastrophe climatique de demain, où les jeunes d'aujourd'hui vivront plus mal que les vieux d'aujourd'hui, si les changements que la droite rejette ne sont pas mis en œuvre.

 

N'est-ce pas la droite aujourd'hui qui applaudit à la barbarie des bombardements d'enfants et à la destruction de la justice dans le monde ? Quel genre de vie les jeunes qui se disent de droite vont-ils avoir avec une droite qui détruit la vie, la justice et applaudit à la mort des enfants ? Elire ceux qui tueront vos enfants demain ? Où va notre capacité au suicide et à l'omnicide ?

 

 

Pourtant, aujourd'hui, 120 nations de la planète, dont la Colombie, ont voté pour la paix. Aujourd'hui, de puissantes [sic] nations du Nord ont voté avec nous. L'Espagne, la France, la Belgique, la Norvège et la Suisse ont voté, et presque toute l'Amérique latine a voté ensemble, sauf là où les mafias ont progressé. L'Afrique et l'Asie ont voté en majorité. Et le monde commence à s'unir en sachant que glas qui sonne ce soir en Palestine ne sonne pas pour eux, il sonne pour nous, il sonne pour toi.

 

 José Vico @josevico4

27 octobre

L'ambassadeur palestinien s'effondre en lisant une lettre, moi aussi.

 


 

GUSTAVO PETRO
¿Por quién doblan las campanas? Las campanas doblan por tí

 Gustavo Petro, Presidente de Colombia, 27-10-2023

Reacción del Presidente de Colombia a la resolución de la Asamblea General de la ONU del 27 de octubre en la que se pedía una tregua humanitaria en Palestina, contra la que votaron 14 países, entre ellos las Islas Marshall, Fiyi, Nauru, Micronesia, Papúa Nueva Guinea y Tonga.

Lo que el poder militar bárbaro del norte ha desencadenado sobre el pueblo palestino es la antesala de lo que desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por la crisis climática quedemos sin agua; la antesala de lo que desencadenará sobre el éxodo de las gentes que por centenares de millones irán del sur al norte. 


Pueblos isleños a punto de hundirse por el ascenso del mar votaron hoy en contra de una tregua en la barbarie de Israel sobre Palestina. ¿Acaso creen que salvarán sus naciones? 

Sobre el poder militar del norte se construye un mundo de consumo y riqueza fundado en la utilización intensiva del combustible fósil, es decir, sobre lo que hace subir el nivel del mar y conduce a miles de millones de personas a una vida catastrófica, a una era de extinción. Ese poder militar es para defender esa riqueza y ese consumo que se hace con la muerte de los demás. 

Los primeros en extinguirse serán los pueblos isleños que viven a ras del mar ¿Por qué algunos votaron hoy a favor de la barbarie? En una encuesta de Colombia se dice que la juventud se está derechizando. 

¿Acaso la derecha no es la que niega el cambio climático, proclama continuar consumiendo carbón y petroleo como si nada y conduce a la tierra a destruir la vida, es decir a destruir, sobretodo la vida de los que hoy son jóvenes y niños? 

La derecha conduce a los jóvenes de hoy, ya no a la fiesta de la naturaleza, del conocimiento, del arte y de la intensidad de la vida, sino a la catástrofe climática de mañana que vivirá peor el joven de hoy que el actual anciano sino se produce los cambios que esa derecha rechaza. 

¿Acaso la derecha hoy no es la que aplaude la barbarie del bombardeo a los niños y la destrucción de la justicia en el mundo? ¿Qué vida van a tener los jóvenes que se dicen de derecha con una derecha que destruye la vida, la justicia y que aplaude la muerte de la niñez? ¿Elegir a los que matarán a tus hijos mañana? ¿A dónde va nuestra capacidad de suicidio y de omnicidio? 


Pero sin embargo, hoy votaron 120 naciones de la tierra y Colombia entre ellas, por la Paz. Hoy votaron con nosotros algunas naciones poderosas del norte. Votó España y Francia y Bélgica, y Noruega y Suiza y votó casi toda Latinoamérica unida excepto donde las mafias han avanzado. Un voto mayoritario él de África y del Asia. Y el mundo comienza a unirse sabedor que las campanas que doblan esta noche en Palestina no doblan por ellos, doblan por nosotros, doblan por ti.



El embajador de Palestina se derrumba leyendo una carta, yo también

04/11/2023

Carta abierta de israelíes a los israelíes: merecemos la verdad sobre el 7 de octubre

 

Mondoweiss, 31-10-2023
Traducido por Luis CasadoTlaxcala

Nota del editor de Mondoweiss: La siguiente declaración fue escrita por un grupo de ciudadanos israelíes que desean permanecer en el anonimato por su propia seguridad y por temor a represalias del gobierno.

מכתב פתוח מישראליות/ים לישראליות/ים – עברית להלן

Como israelíes, pedimos una comisión oficial sobre los sucesos del 7 de octubre. Se está perpetrando un genocidio en Gaza en nombre de las víctimas israelíes y seguimos sin saber quién fue asesinado, cómo fue asesinado ni quién lo mató. Exigimos respuestas y tú también deberías hacerlo.

Foto de los sucesos del 7 de octubre de 2023, publicada por el ejército israelí

A nuestros compatriotas israelíes,

Les apelamos desde la niebla del genocidio. Lloramos y nos preocupamos por «los nuestros», así como por aquellos a quienes la mayoría de ustedes ignora o considera «animales«.

Cuando los militares israelíes empezaron a difundir rumores sobre «bebés decapitados» en los medios de comunicación israelíes en lengua inglesa, nos quedamos inmediatamente impactados. Nos dimos cuenta de que la propaganda de nuestro gobierno no sería la misma que durante los anteriores ataques asesinos contra Gaza.

Mientras Israel sigue difundiendo imágenes de supuestos «edificios de Hamás» en el campo de concentración de Gaza (¿qué no lo es, a ojos israelíes?) para excusar sus bombardeos, la retórica nacional e internacional de Israel contiene ahora algo mucho más cercano a la propaganda de exterminio nazi.

Sabemos cuál es el objetivo de esta propaganda. Más de 8.500 niños, mujeres y hombres palestinos han sido exterminados, y la cifra sigue aumentando en el momento de escribir estas líneas. Muchos están atrapados bajo los escombros de sus casas, muriendo lentamente. Otros se enfrentan a la sed, el hambre y las enfermedades infecciosas. Al mismo tiempo, altos funcionarios israelíes, e incluso nuestro Presidente, siguen afirmando que «no hay civiles inocentes» en Gaza.

No nos equivoquemos, lo que Israel está haciendo actualmente en Gaza perseguirá a los israelíes durante décadas. Es hora de asegurarse de que todos los israelíes lo entienden. Y esa comprensión debe comenzar con la plena divulgación de los acontecimientos del 7 de octubre de 2023.

He aquí algunas exigencias que todos los israelíes deberían hacer ahora mismo, incluso si niegan el genocidio en curso en Gaza. La primera es una lista completa de todas las víctimas israelíes que han sido identificadas. No existe una lista exhaustiva en un sitio web oficial del gobierno. La lista publicada por Ha’aretz es parcial. Algunos nombres están a la espera de ser «autorizados para su publicación», y nos gustaría saber qué significa esto.

La ausencia de una lista completa, tres semanas después del inicio de la operación, conduce a la siguiente exigencia de los ciudadanos israelíes: la creación de una comisión oficial de investigación. Los fallos masivos de las unidades de inteligencia y combate, así como la insistencia israelí en convertir Gaza en una prisión al aire libre durante las décadas anteriores, deberían ser abordados, obviamente, por dicha comisión. Nos gustaría saber cómo contribuyeron estos fallos a la muerte de civiles el 7 de octubre y en los días posteriores.

Además, según el portavoz de Hamás, ya han muerto 50 cautivos israelíes como consecuencia de la decisión de nuestro gobierno de bombardear Gaza. Se puede considerar o no al portavoz de Hamás una fuente fiable, pero lo que sí sabemos es que los cautivos israelíes, familiares de muchas de las personas que se encuentran hoy aquí, han sido dispersados por toda la Franja de Gaza y que Israel no parece conocer su ubicación exacta.

Los ciudadanos israelíes deberían preguntarse si apoyan el bombardeo indiscriminado que amenaza la vida de los cautivos. Un acuerdo de intercambio está sobre la mesa. Sabemos que Hamás lo propuso desde el primer día. La venganza genocida indiscriminada de Israel no tiene en cuenta el bienestar de los prisioneros israelíes.

Y mientras nuestro ejército extermina seres humanos en Gaza, las plataformas de hasbará (propaganda) de Israel están en pleno apogeo, sobre todo en el extranjero. Los restos carbonizados de seres queridos se exhiben, sin nombre, en el único contexto de llamamientos deshumanizadores a la erradicación de los reclusos del campo de concentración de Gaza. Cuando vemos estas imágenes, destinadas a un público occidental y con total desprecio por las familias de los supervivientes, nos damos cuenta una vez más de que todos merecemos información precisa sobre la identidad de estas víctimas y sobre cómo murieron.

Sin una investigación independiente, sólo podemos esperar reunir artículos esporádicos y testimonios de los supervivientes. Florecerán las teorías conspirativas. Ya estamos viendo intentos de negar el hecho mismo de que civiles israelíes fueran asesinados por combatientes de Hamás.

Además, rechazamos los intentos de Israel de caracterizar a sus soldados caídos y a otros miembros del personal de seguridad como víctimas del terrorismo equivalentes a las víctimas civiles. Si un soldado israelí es sólo un civil israelí, entonces un civil israelí es sólo un soldado. Rechazamos esta peligrosa ecuación.

Por último, la cuestión de quién mató a determinados civiles israelíes nos atormenta. Varios informes muestran que algunos fueron asesinados por el ejército israelí. Tanto si quedaron atrapados en el fuego cruzado, como si fueron atacados deliberadamente por tanques o helicópteros para eliminar a combatientes de Hamás o impedir que Hamás tomara más cautivos, merecemos una respuesta.

Exigimos respuestas porque en Gaza se está perpetrando un genocidio en nombre de las víctimas israelíes, aunque las familias de los fallecidos se opongan firmemente a esta atrocidad vengativa. Exigimos respuestas y usted también debería hacerlo.

מכתב פתוח מישראליות/ים לישראליות/ים

אנו קוראות אליכם מערפל רצח העם. אנו מתאבלים ואנו דואגים ל”שלנו” כמו גם לשלום אלה שרובכם מתעלמים מהם או מחשיבים ל”חיות אדם“.

כאשר אנשי בטחון ישראלים החלו להפיץ שמועות באמצעות תקשורת ישראלית דוברת אנגלית על “תינוקות ערופי ראש”, הופתענו. הבנו שהתעמולה של ממשלתנו לא תהיה זהה לזו שראינו בהתקפות רצחניות קודמות על עזה.

ישראל ממשיכה להציג תמונות של ‘בנייני חמאס’ כביכול במחנה הריכוז בעזה (איזה בניין אינו כזה, בעיניים ישראליות?), כדי לתרץ את ההפצצה שלהם, אך השיח הפנימי והבינלאומי של ישראל מכיל כעת משהו הרבה יותר דומה לתעמולת ההשמדה הנאצית.

אנו יודעות מהי מטרת התעמולה הזו. יותר מ-8,500 ילדים, נשים וגברים פלסטינים ילידים כבר הושמדו – והמספר עולה עם כתיבת שורות אלו. רבות לכודות מתחת להריסות בתיהם, גוססות באיטיות. אחרים סובלים  מצמא, רעב ומחלות זיהומיות. במקביל, בכירים בישראל, אפילו הנשיא שלנו, ממשיכים לצעוק לעולם כי “אין אזרחים חפים מפשע” בעזה.

בל נטעה, מה שישראל מעוללת כעת בעזה עכשיו ירדוף את הישראלים במשך עשרות שנים. עכשיו הזמן לוודא שכל ישראלי/ת מבינים זאת. והבנה זו צריכה להתחיל בחשיפה מלאה של אירועי 7 באוקטובר 2023.

הנה כמה דרישות שכל ישראלי/ת צריכים להציב עכשיו, גם אם הם מכחישים את הג’נוסייד המתחולל בעזה. הראשונה היא רשימה מקיפה של כל הקורבנות הישראלים שזוהו. אין רשימה מקיפה באתר ממשלתי רשמי. הרשימה שפרסם עיתון “הארץ” היא חלקית. חלק מהשמות ממתינים ל”אישור לפרסום”, ואנו תוהים מתי יאושרו לפרסום.

היעדר רשימה מקיפה, שלושה שבועות לאחר האירועים, מוביל לדרישה הבאה שאזרחי ישראל צריכים להציב – הקמת ועדת חקירה רשמית. ועדה כזו תידרש כמובן לכשלים עצומים מצד יחידות מודיעין וצבא, אך עליה לעסוק גם בהתעקשות הישראלית להפוך את עזה למכלאה הגדולה בעולם במשך עשרות שנים. ברצוננו לדעת כיצד כישלונות אלו תרמו למספר הגבוה של הרוגים אזרחיים ב-7 באוקטובר ובימים שלאחר מכן.

יתרה מכך, לפי דובר חמאס, 50 שבויים ישראלים כבר נהרגו כתוצאה מהחלטת ממשלתנו על הפצצות שטיח בעזה. בין אם דובר חמאס מקור מהימן או בלתי מהימן בעיניכם, אנו יודעות ששבויים ישראלים, אהובים על רבים כאן, פוזרו ברחבי הרצועה ונראה שישראל לא יודעת את מיקומם המדויק.

אזרחי ישראל צריכים לשאול את עצמם האם הם תומכים בהפצצות חסרות הבחנה המאיימות על חייהם של שבויים. הצעה לעסקת חליפין מונחת על השולחן. אנו יודעים שחמאס מציע זאת מהיום הראשון. נקמת רצח העם העיוורת של ישראל מתעלמת משלומם של שבויים ישראלים.

ובעוד הצבא הישראלי משמיד בני אדם בעזה, ערוצי ההסברה הישראלית נכנסו להילוך גבוה, במיוחד בחו”ל. שרידיהם המפוחמים של יקירי ישראלים רבים מוצגים לראווה, חסרי שם, כאשר ההקשר הוא רק קריאות לחיסול הכלואים במחנה הריכוז בעזה, שעברו דה-הומניזציה מוחלטת. בראותנו את התמונות הללו, המיועדות לקהל מערבי, ותוך התעלמות מוחלטת ממשפחות הניצולים, אנו מציינים שוב כי לכולנו מגיע מידע מדויק מי הם הקורבנות הללו וכיצד הם מתו.

ללא חקירה עצמאית, אנו יכולות רק לקוות לחבר כתבות מפה ומשם ועדויות של ניצולים. תיאוריות קונספירציה כבר פורחות. אנו כבר רואים ניסיונות להכחיש את עצם עובדות ההרג של אזרחים ישראלים על ידי חמאס.

יתרה מכך, אנו דוחות את הניסיונות הישראלים לתייג חיילים ואנשי כוחות צבאיים שנהרגו כקורבנות טרור שקולים להרוגים אזרחיים. אם חייל ישראלי הוא רק אזרח ישראלי, אזרח ישראלי הוא רק חייל. אנו דוחים את המשוואה המסוכנת הזו.

לבסוף, השאלה מי הרג אזרחים ישראלים במקרים מסוימים מטרידה אותנו. מכמה דיווחים עולה כי חלקם נהרגו על ידי הצבא הישראלי. בין אם הם נלכדו באש צולבת, או שכוחות ישראלים ירו לעברם באמצעות טנקים ומסוקים כדי לחסל אנשי חמאס או למנוע מהם לקחת עוד שבויים, מגיעה לנו תשובה.

אנו דורשות תשובות כי בעזה מתבצע רצח עם בשם קורבנות ישראלים, למרות שמשפחות שכולות מתנגדות נחרצות לזוועת הנקמה הזו. אנו דורשות תשובות וגם אתם צריכים לדרוש תשובות

Lettera aperta a Slavoj Žižek, un filosofo che nega il diritto alla politica dei palestinesi

Collaboratore anonimo, Mondoweiss, 30 ottobre 2023
Tradotto da Giulietta Masinova, Tlaxcala

Questa lettera aperta è stata scritta da un critico culturale, autore e artista palestinese che ha scelto di pubblicarla in forma anonima per paura di rappresaglie da parte del regime israeliano, che dal 7 ottobre scorso ha sottoposto le voci palestinesi a una violenta campagna di arresti e repressione. 
 

Caro Slavoj Žižek,

Circa due settimane fa lei ha pubblicato un articolo in cui affermava che “la vera linea di demarcazione in Israele-Palestina” si colloca tra i “fondamentalisti” di entrambe le parti e tutti coloro che cercano realmente la “pace”, per cui lei invita a una posizione che non scelga tra una “linea dura” e l’altra. Nonostante l’equiparazione di principio tra le due parti, lei inizia e conclude il suo articolo con una condanna senza appello della condotta di Hamas, senza mai condannare esplicitamente l’altra fazione della “linea dura”, che ha perseguito la medesima condotta, lentamente e giorno per giorno, nel corso degli ultimi 75 anni. Inizio la mia risposta con una domanda fondamentale: in che veste parla?

Parla in veste di filosofo strettamente occidentale impegnato in un progetto occidentale, tristemente noto per la secolare e perdurante tradizione di colonialismo – con cui non si sono ancora fatti i conti dal punto di vista morale – e per la logora narrazione che contrappone civile e barbaro? Se è così, accetto la sua posizione e non ho altro da dirle. Ha scelto da che parte stare. Ma se si esprime in veste di filosofo, di portatore della verità, mi aspetto un minimo di pensiero critico soprattutto per quanto riguarda il canone politico su cui fonda il suo giudizio, la sua visione e il suo invito all’azione. Non mi aspetterei nulla di meno dalla star della “critica dell’ideologia”, che è senza dubbio esperta nel rilevare l’ampia e brutale autorità della manipolazione ideologica, soprattutto quando le prospettive geopolitiche occidentali sul Medio Oriente, espresse sia attraverso i media che attraverso le narrazioni storiche, hanno spesso dimostrato di essere alterate da tale manipolazione.


La sua principale intuizione sull’ideologia è che essa funziona in quanto tale; non ci crediamo ma la pratichiamo, come mostra la scena culminante di They Live [Essi vivono, John Carpenter, 1986], dove i titoli cubitali celano una plasmazione più profonda e disturbante del soggetto. Lo vediamo nei titoli urlati sui cartelloni fisici e virtuali dei media occidentali dopo il 7 ottobre e le sue presunte atrocità– stupri, neonati decapitati e altri massacri così indicibili da colpire molti lettori sul piano umano e personale.

Queste affermazioni appaiono profondamente inopportune se riferite a una fazione politica che conduce una guerra per la giustizia e la liberazione – e questo, naturalmente, se si è adeguatamente attrezzati e moralmente impegnati a riconoscere, anche in seguito a un’analisi distratta, che si tratta in effetti di una fazione di resistenza. Alcune di quelle affermazioni brutali, come il mito dei “neonati decapitati”, sono state confutate da molti, compresi gli israeliani e il presidente degli Stati Uniti Joe Biden. Nel frattempo altre affermazioni sono state almeno contestate, e molte sono state confutate dalle testimonianze di ostaggi israeliani liberati. Alcuni di essi hanno coraggiosamente dichiarato che i partecipanti del festival musicale, per esempio, non erano stati uccisi da Hamas ma erano stati vittima del fuoco incrociato, suggerendo che si trattasse di fuoco amico degli israeliani, poco attenti alla presenza di civili sul loro cammino. Con tali contraddizioni e per effetto della censura mediatica, la verità su quei fatti rimane sconosciuta.

Tuttavia, c’è una marcata insistenza perché una fazione della resistenza palestinese nata nell’evidente contesto dell’occupazione militare venga equiparata all’ISIS, malgrado le loro storie contrastanti e i loro diversi obiettivi e ideologie. Questo tentativo, che risale alla guerra del 2014 contro Gaza, è stato messo in atto da Netanyahu per la campagna elettorale del suo partito di destra, ed è stato già respinto da alcuni studiosi israeliani come una distorsione della realtà finalizzata a eludere i negoziati. Da un  punto di vista critico, la ripresa di questa affermazione nel clima politico attuale si presenta come un ulteriore abuso della crescente islamofobia in Occidente per assicurare a Israele un sostegno incondizionato.

Questa premessa solleva dubbi non solo sull’integrità dei media, ma anche sull’intero apparato politico occidentale, poiché si fonda su un rifiuto unilaterale delle fazioni di resistenza etichettandole come puro terrorismo in nome dell’Islam, insistendo al contempo sulla narrazione rivale di una “legittima difesa” politicamente giustificata. Se tali dubbi vanno presi in considerazione – e dovrebbero esserlo –, le posizioni politiche, le storie e i contesti hanno una grande importanza. Se lei liquida Hamas (e altri movimenti di resistenza) come terrorismo, non rischia di liquidare anche tutta la storia della lotta armata palestinese contro un’occupazione armata di tutto punto?


Žižek in conversazione con Hegel e Stalin

Lei inizia chiedendo una via d’uscita attraverso il contesto storico, ma la sua riflessione storica sembra escludere la parte in cui la resistenza palestinese si forma e si plasma a livello nazionale. Liquidare la resistenza come terrorismo significa decontestualizzarla politicamente e privare i palestinesi del diritto fondamentale all’organizzazione e all’aspirazione politiche. Ciò rende nichilista il soggetto palestinese e conduce a interpretazioni errate, come quando lei descrive l’Intifada di Gerusalemme nel 2015 – chiamata “Intifada dei coltelli” – come un’espressione violenta della disperazione. Un simile approccio sociologico alla politica impone un serio approfondimento.

Nei casi di attentati suicidi dei cosiddetti “lupi solitari” può esserci un piccolo numero di attentatori motivato dalla disperazione economica o personale, ma la maggior parte di essi dedica di fatto le proprie azioni al progetto generale di resistenza, solitamente sotto forma di testamento scritto. In molti casi, riflettendo sui precedenti post sui social media di questi individui, è solo dopo il martirio che le loro intenzioni politiche iniziano ad acquisire significato. Questi attentati locali riconoscono il poco tempo a disposizione per “agire”. Tengono conto della natura della polizia israeliana, dei soldati, delle forze di sicurezza e anche della popolazione pesantemente armata, soprattutto a Gerusalemme – queste forze sono sempre all’erta e pronte alla violenza, che si tratti di infliggerla o di subirla. In questi scontri di guerriglia, perfino gridare “Palestina libera” metterebbe in pericolo la “missione”. Si tratta di conoscenza basilare del contesto.

“La resistenza è un impegno continuo e fattibile”. Questa frase appare spesso sui muri graffitati delle città e dei villaggi palestinesi e sui muri virtuali dei social media. Essa incarna una filosofia coniata dal più famoso martire intellettuale della Palestina, Basil al-Araj [1], filosofia che si è trasformata in una teoria della resistenza nella cultura nazionale palestinese e che abbraccia la convinzione secondo cui un atto di resistenza sarà sempre ripagato dal raggiungimento degli obiettivi nazionali, durante la vita delle generazioni future se non della propria. Non c’è ricerca della morte “fine a se stessa”, non c’è “violenza” priva di un inno politico. È un investimento della vita individuale in una vita collettiva libera. Un dissolversi nella collettività.

Questo dogma pone l’enfasi sulla sacralità del ruolo collettivo dell’individuo, posizione cruciale nella risposta alla distruzione sistematica della capacità di auto-organizzazione dei palestinesi. Il sociologo norvegese Johan Galtung ha coniato il termine “sociocidio” per descrivere ciò che Israele pratica sui palestinesi, e che comporta la distruzione della loro capacità di auto-creazione e di ricreazione come comunità. Ciò permette di comprendere come la nozione religiosa di “jihad”, o “guerra santa”, sia divenuta rilevante e perfino imperativa per la causa nazionale palestinese.

La diffusa necessità di un legame più forte con la lotta per la liberazione, qualcosa di materialmente indistruttibile come la fede, ha dato origine al “jihad” come forma di lotta. La fede infonde agli individui la resilienza necessaria a sostenere un consenso collettivo, anche in condizioni di isolamento politico, e il jihad, nel suo significato linguistico di base, consiste nell’“esercitare il massimo della forza e dell’impegno” [2]. Se si esamina il contesto storico, Hamas e il Jihad islamico, le principali fazioni di resistenza islamica in Palestina, sono stati creati dopo il fallimento del nazionalismo arabo e la sconfitta del 1967. Per i palestinesi la religione è stata e continua a essere un impegno incrollabile nei confronti della loro causa, un patto sacro per la liberazione.

Ciò potrebbe sfuggire agli osservatori occidentali. Come sottolinea il giornalista Omar Al-Agha in un articolo per Al Jazeera, l’incapacità di Israele e dell’Occidente di prevedere le azioni di Hamas si spiega con la loro incapacità di comprendere appieno le intenzioni di un “combattente dogmatico” politico, elemento centrale della resistenza palestinese. Questa difficoltà, spiega Omar Al-Agha, deriva da un cambiamento storico del pensiero occidentale.

Tale evoluzione è caratterizzata dalla convinzione che la società occidentale incarni il culmine dell’evoluzione umana, astenendosi da considerazioni teologiche. Al-Agha distingue anche tra combattenti dogmatici e combattenti ideologici che l’osservatore occidentale conosce con il nome di “combattenti comunisti”. La principale differenza risiede nella componente della fede e nella convinzione che vi sia una ricompensa sotto forma di vita ultraterrena.

Complico ulteriormente la diagnosi esaminando la sintesi di questo dogma in una “struttura organizzata”, come un progetto di resistenza nazionale, vale a dire la formazione di un gruppo politico. Tale sintesi conduce a un’evoluzione della percezione della ricompensa da parte dell’individuo – la forma della ricompensa stessa non cambia per quanto riguarda l’aldilà, ma la fede nella ricompensa subisce una trasformazione. Dapprima fondata sul concetto di un aldilà personale ricompensato, tale fede evolve abbracciando una dimensione nazionale più ampia, una vita collettiva iniziata dalla morte del combattente. Questa “vita dopo la morte” diventa la ricompensa politico-terrena, l’occasione di una migliore esistenza collettiva.

Questa sociologia può anche essere individuata nella creazione del “tavolo comune delle fazioni della resistenza palestinesi”, dove le fazioni di sinistra e comuniste si uniscono alle fazioni islamiche sospendendo le differenze (anche tra islamisti) per risolverle politicamente dopo la liberazione. Inoltre, un’analisi antropologica del “pubblico” palestinese e arabo della resistenza rivela un ampio spettro di individui che comprende liberali, cristiani, atei, comunisti, persone LGBTQ+ e femministe, composizione che ricorda quella di una moltitudine politica “laica”. 

Queste e molte altre analisi smontano le narrazioni di “fondamentalismo” e “antisemitismo” brutalmente abbracciate dall’Occidente riguardo a qualsiasi tentativo di liberazione palestinese. Non è un segreto che il mondo occidentale sia diventato un ambiente ostile e perfino violento per la libertà di espressione sotto il falso pretesto dell’antisemitismo. Le violenze scatenate contro i manifestanti pro-palestinesi dagli apparati di Stato in Europa sono troppo simili a quelle delle forze israeliane contro i manifestanti palestinesi. Come dice lei, professor Žižek, la violenza rappresenta il fallimento dell’autorità paterna, e ciò solleva una questione: l’Occidente ha mai desiderato che i palestinesi cercassero un dialogo politico, o tutto il discorso sul “fondamentalismo” è un tentativo di cancellare le aspirazioni palestinesi autonome riducendole al puro odio e all’annientamento del popolo ebraico?

Anche alcune voci israeliane hanno visto nella liberazione incondizionata dei prigionieri e nel trattamento umano ricevuto dal personale di Hamas, come dichiarato alla stampa, un’indicazione che trattative di pace, o perfino trattative politiche con Hamas, siano possibili. Ma questo cosa significherebbe per lo “Stato di Israele”? E perché qualsiasi discussione sulla “pace” deve essere preceduta da una condanna esclusivamente di Hamas, e non dalla condanna incondizionata dell’esercizio della violenza? Dal momento che gli accordi internazionali legittimano la resistenza, perché la legittimità della resistenza politica palestinese deve essere presa di mira, persino dalle voci più critiche dell’Occidente?

Sono forse queste le vere linee di demarcazione in Israele-Palestina, professor Žižek: le narrazioni incentrate sull’Occidente che tengono attivamente al di fuori dello spazio politico le iniziative politiche palestinesi. Un cambiamento di approccio a questo riguardo è forse la chiave per un’eliminazione pratica della violenza su questo territorio. In ultima analisi tutti i palestinesi che conosco, persone che hanno sofferto troppo a lungo, si oppongono principalmente alla violenza contro ogni vita innocente.

Note

[1] Basil al-Araj. I Have Found My Answers: Thus Spoke the Martyr Basil al-Araj (2018).

[2] Edward Lane, An Arabic-English Lexicon, vol. 1 (London: Williams and Norgate, 1865), 473.



 

 

KARIM KATTAN
Au seuil de l’humanité : Gaza n’est pas une abstraction

Karim Kattan, The Baffler, 31/10/2023
Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala

Il y a trois semaines, dans un monde sensiblement différent de celui d’aujourd’hui, je préparais une causerie. J’avais été invité à parler de mon travail à Innsbruck, en Autriche, lors d’une conférence sur la langue française à travers les frontières. Suite à l’attaque du Hamas le 7 octobre, j’ai reçu un message des organisateurs me demandant de leur communiquer le titre de mon discours et de « m’abstenir de mentionner la situation actuelle et de laisser la dimension politique en dehors de [mon] discours afin d’éviter tout remue-ménage ». J’ai répondu que je ne pouvais pas participer dans ces conditions, toute ma pratique et ma vie étant en jeu dans ce qui se passe dans mon pays. L’organisatrice a insisté pour m’appeler afin de m’expliquer que « la situation actuelle » - un euphémisme - lui semblait très confuse et compliquée, voire un champ de mines, et qu’ils voulaient donc simplement s’assurer que mes propos étaient appropriés. « Je sais, a-t-elle ajouté, que vous ne diriez rien d’horrible. Je veux juste m’en assurer ».


J’ai réfléchi à cette conversation dans les semaines qui ont suivi, à ce qu’elle révèle de la manière dont nous, Palestiniens, sommes considérés en tant qu’êtres vivants, respirant, écrivant, politiques. Le fait que je ne sois pas allé à un événement littéraire est une conséquence mineure et ridicule de ce qui se passe. Mais cela peut suggérer un cadre, une forme, pour ce que j’ai encore du mal à nommer de peur que cela ne devienne réalité, ce qui se passe actuellement à Gaza et en Cisjordanie.

 « Trouvons une solution positive », a suggéré l’organisatrice au téléphone. Mais le dilemme qu’elle avait créé était insoluble. Toutes les solutions possibles impliquaient mon silence. La seule solution positive disponible était de ne pas exister tel que je suis ; d’aller à Innsbruck et de prétendre que mon pays n’était pas bombardé, affamé et dévasté. Aller faire semblant que ma vie n’est pas définie, comme elle l’a toujours été, par l’apartheid et la colonisation. Même si j’avais voulu me plier à ses exigences, je n’aurais pas su comment m’y prendre : non seulement parce que je suis personnellement touché, comme l’est l’existence même de ma famille et de ma nation, mais aussi parce que le roman dont je devais parler se déroule en Palestine.

Quelques jours plus tard, j’ai appris que le Litprom avait annulé la cérémonie de remise du prix célébrant le roman d’Adania Shibli, Détail mineur, qui devait avoir lieu à la Foire du livre de Francfort. Si le monde littéraire a réagi par une condamnation rapide - et nous devons reconnaître la solidarité là où elle émerge - l’idée a été comprise par tous : La pensée, l’écriture et la vie des Palestiniens sont parfois tolérées, mais jamais bienvenues.

Depuis des années, nous savons que notre humanité, en tant que Palestiniens, est conditionnelle aux yeux du monde et que, même lorsqu’elle est accordée, elle n’est jamais pleinement reconnue. Ce privilège nous a été parfois accordé si nous étions polis, réservés, presque invisibles.

Au cours des semaines qui ont suivi cet appel téléphonique, nous avons progressé vers quelque chose que j’ai du mal à nommer. Cette chose est devenue de plus en plus évidente au cours du week-end, alors que l’Occident observait avec une satisfaction à peine voilée la coupure de Gaza avec le reste du monde et le début des incursions terrestres d’Israël. Les discussions permanentes et superficielles sur la nécessité d’un “couloir humanitaire” vident le mot “humanitaire” de sa composante humaine ; on en parle comme on parlerait de la survie d’ “animaux humains”.

La plupart des gouvernements occidentaux ont fait preuve d’une solidarité sans faille avec Israël. Gaza subit une punition collective sadique d’une ampleur sans précédent. Pourtant, le président Biden, le Premier ministre britannique Rishi Sunak et le président français Emmanuel Macron sont venus en avion avec des mots de soutien, de gratitude éternelle et des promesses de financement ; ils ont offert des poignées de main fermes et des accolades viriles, sans prononcer une seule phrase sur les massacres à Gaza. Le silence inquiétant des gouvernements occidentaux est un consentement vicieux aux exactions israéliennes. En France, où je vis et travaille, les choses ont été particulièrement glaçantes. Le 12 octobre, le ministre de lIntérieur, Gérald Darmanin, a ordonné à tous les préfets du pays d’interdire les manifestations dites pro-palestiniennes par crainte de troubles à l’ordre public. Bien que le Conseil d’État ait par la suite annulé cette interdiction générale, de nombreux préfets l’ont maintenue, souvent sous les prétextes les plus fallacieux. Nous pourrions analyser ici l’ironie des pays européens, bastions autoproclamés de la liberté d’expression, qui interdisent des manifestations, annulent des cérémonies de remise de prix et exigent de revoir les propos prévus d’un écrivain. Mais là n’est pas la question.

Ceux qui devraient être les artisans de la paix ont accueilli avec dédain les appels à une cessation immédiate des hostilités. Cela donne en effet le feu vert à Israël pour agir en toute impunité, exacerbant une crise humanitaire sans précédent née de dix-sept années de siège et de nombreux assauts militaires majeurs.

Cette insouciance gratuite et cette déshumanisation sont la raison pour laquelle nous ressentons un besoin impérieux de documenter et de décrire tout, petit ou grand, afin de nous assurer que les gens comprennent ce qui est en jeu : « Mais ceci était un enfant », voulons-nous dire, « et ceci un adulte ». Il ne s’agit pas d’une chose vouée à une mort atroce dans une ville dévastée, mais d’un enfant qui aurait grandi au bord de la mer, qui aurait été, peut-être, un bon nageur et un mauvais mathématicien, ou qui aurait grandi en aimant vraiment les voitures ou la cuisine. « Et ceci », voulons-nous dire, « était un immeuble résidentiel, ceci un restaurant au bord de la mer, ceci une maison avec un jardin, où quelqu’un jouait ou se battait dans la cuisine, et tout cela a disparu ». Ce sont des gens qui ont des noms, nous voulons le dire, des visages aussi, des vies, des amis qui les pleurent, s’ils ne sont pas eux-mêmes morts, et des villes, des villes, entières. De vraies villes et des villes qu’ils appellent leurs propres villes et qui sont maintenant des cimetières. À la télévision, les experts parlent des milliers de morts comme de dommages collatéraux justifiés, mais nous voulons dire qu’il s’agit de l’anéantissement joyeux d’un bord de mer, de familles, d’histoires, de villes.

Dans les médias, Gaza est une abstraction, un espace conçu pour la mort violente d’un peuple abstrait qui l’habite. Cette mort est le fait d’une force naturelle et impersonnelle, et non de l’une des armées les plus puissantes du monde, soutenue par l’État le plus puissant du monde, doté d’un gouvernement et d’un peuple qui élit ce gouvernement. Il s’agit d’un cadrage commode, qui détourne la culpabilité d’Israël. La destruction vient d’en haut, et ceux qui meurent sont censés mourir. Tout est comme il se doit. À cela, nous apportons une correction : Gaza n’est pas une abstraction. C’est un rivage, des plages, des rues, des marchés et des villes avec des noms de fleurs et de fruits, pas une abstraction, mais des lieux, des vies et des gens qui sont expédiés aux oubliettes à coups de bombes.

En tant que Palestiniens, nous nous trouvons au seuil de l’humanité. Nous sommes parfois invités, mais pas toujours. Je ne cesse de revenir à cet appel téléphonique, à une voix au téléphone, venant de la terre lointaine de l’humanité, où je suis un invité jusqu’à preuve du contraire. La voix au téléphone, gentille, conciliante, compréhensive, ne cessait de répéter : « S’il te plaît, Karim, trouvons une solution positive ». L’organisatrice n’a pas vraiment rejeté mon humanité. C’était simplement un fait très gênant pour elle que je sois un humain ; elle devait s’en accommoder et était très mal à l’aise. Elle a suggéré que nous puissions parler de choses telles que « l’exil, la mémoire, la transmission, les frontières », mais, s’il te plaît, sans mentionner la Palestine. Je me suis demandé comment je pouvais parler de l’exil sans mentionner la cause matérielle de cet exil, qui est une histoire d’occupation. Je me suis demandé en quoi consistait la “mémoire” dans ce contexte, si ce n’est la survie en dépit d’une campagne concertée et centenaire d’effacement de toutes nos histoires. Je me suis également demandé si elle s’imaginait qu’il était très amusant pour moi de parler de sujets déprimants. Croyez-moi, je préférerais parler de n’importe quoi d’autre si je le pouvais. Mais je ne peux pas.

Ce qu’elle exigeait de moi, c’était de rendre acceptable et inoffensive chaque complication de mon être politique et intime, de cesser d’être un handicap pour elle. Ce sont les contradictions que nous sommes censés, en tant que Palestiniens, résoudre en nous-mêmes : exister sans parler de notre raison d’être. D’une certaine manière, elle souhaitait, très poliment, que je puisse, très poliment, cesser d’exister. Qu’étais-je donc censé prononcer à Innsbruck, si ce n’est le consentement à ma propre disparition ? Et aujourd’hui, je comprends ce que j’ai ressenti pendant que nous parlions. L’ombre de choses que je ne veux pas nommer. Je n’étais ni en colère, ni triste, ni indigné : j’étais désespéré. J’ai continué à parler. Je ne pouvais pas raccrocher le téléphone. Je ne pouvais pas dire « Non, je ne viendrai pas » et raccrocher. J’avais besoin que cette voix au téléphone reconnaisse mon humanité. Pendant quelques minutes, j’ai été convaincue que si nous raccrochions, sans cette reconnaissance de sa part, sans cette reconnaissance de moi, je disparaîtrais.

Voici les faits : pas d’eau, pas de carburant, pas d’électricité. Oxfam a prévenu que le manque d’eau et l’effondrement des services d’assainissement entraîneraient des épidémies de choléra et de maladies infectieuses. Les hôpitaux, les maisons, les écoles, les mosquées et les églises sont bombardés sans discernement (un mot insensible que je répugne à utiliser, car que faut-il bombarder si ce n’est sans discernement ?) À l’heure où j’écris ces lignes, Gaza est plongée dans l’obscurité, toutes ses communications avec le monde extérieur sont coupées. Sur les images en direct et les photographies, les explosions illuminent la ligne d’horizon. Gaza est devenue un lieu conçu pour la mort. Et nous, Palestiniens et humanistes du monde entier, nous nous interrogeons : quelle sera l’horreur qui sera jugée suffisamment horrible pour franchir enfin le seuil de l’horreur universelle ?

Il semble qu’il n’y ait pas assez d’horreurs infligées aux Palestiniens pour inciter la communauté internationale à exiger, sans ambiguïté, la cessation des hostilités. La voix au téléphone, comme une grande partie du monde qui nous entoure, demandait la même chose : s’il vous plaît, laissez-nous trouver une solution positive. Si seulement vous pouviez disparaître, ou - plus facilement encore - si seulement vous n’aviez jamais existé, et si seulement vous pouviez nous épargner l’horreur, les déplacements, les bombardements, les meurtres, l’affamement d’un peuple que vous nous forcez à déchaîner sur vous. Le monde lui-même résonnait dans cette voix au téléphone qui me disait : il y a une solution, si seulement tu n’étais pas si têtu, il y a une solution, c’est de disparaître dans les contradictions qui t’habitent ; si seulement tu pouvais te désinvestir du monde, si seulement tu ne compliquais pas le monde avec ton existence, si seulement je n’avais pas à te parler, si seulement je n’avais pas à t’écouter, si seulement.

 

03/11/2023

FAUSTO GIUDICE
Petite histoire d'un mot qui répand la terreur

 Fausto Giudice, Basta!, 11/9/2010

« Un terrorista no es sólo alguien con un revólver o una bomba, sino también aquel que propaga ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana
Un terroriste n’est pas seulement quelqu’un avec un revolver ou une bombe, mais aussi celui qui propage des idées contraires à la civilisation occidentale et chrétienne
»
Général Videla, chef de la junte militaire argentine, responsable de la disparition forcée de 30 000 “terroristes”, 1978
En ce 11 septembre, où tous les médias de la planète nous abreuvent d’images et de discours sur l’horrible attentat de 2001, il m’a semblé utile d’apporter une modeste contribution à l’analyse du phénomène qualifié de terrorisme, en commençant par l’histoire même de ce mot. Il n’est en effet pas inutile, pour comprendre une réalité complexe et surtout obscure, de déconstruire les mots utilisés pour la désigner et la décrire.

Dans un rapport d’étude publié en 1988, l’armée US constatait qu’il existait plus de 100 définitions du terrorisme. Et l’ONU elle-même n’est pas parvenue à ce jour à établir une définition universellement acceptable. Ce n’est pas étonnant : les combattants de liberté des uns sont les terroristes des autres. Les éphémères maîtres nazis de l’Europe occupée qualifiaient les résistants qui , de la Norvège au Danemark, leur tiraient dessus ou posaient des bombes pour faire dérailler leurs trains militaires, de terroristes. Idem pour les occupants sionistes de la Palestine, qui ont eux-mêmes été les premiers, dès 1936, à utiliser l’arme de l’attentat aveugle contre des civils pour parvenir à leurs fins.

Terroristes d’hier et d’avant-hier


Aujourd’hui, et depuis le 11 septembre 2001, terroriste est synonyme d’islamiste. Il n’en a pas toujours été ainsi : dans l’Europe des années 1970, terroriste désignait les clandestins des Brigades rouges italiennes, de la Fraction armée rouge, des Cellules révolutionnaires et du Mouvement du 2 Juin en Allemagne fédérale, de la Angry Brigade anglaise, d’Action directe en France, des Cellules communistes combattantes (Belgique), du Mouvement du 17 Novembre et Rigas Feraios (Grèce), sans oublier, bien sûr, l’ETA basque et l’IRA irlandaise. Ailleurs dans le monde, des Tupamaros uruguayens et des Weathermen usaméricains au FPLP palestinien, les « terroristes » étaient généralement des gens d’extrême-gauche, issus de diverses scissions du mouvement communiste international.
Le sens actuel du mot terroriste - combattant clandestin utilisant des méthodes de lutte armée non-conventionnelles pour déstabiliser l’ennemi – est relativement récent : il remonte à la fin du XIXème siècle.