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09/09/2022

LUIS CASADO
La operación fue un éxito. Único detalle: murió el paciente…
Sobre el resultado del plebiscito constitucional en Chile

Luis Casado, 9-9-2022

Obtuvieron lo que buscaban. Las almas inocentes no comprenden, manifiestan ya sea su indignación, su decepción o su cabreo, o todo ello junto. Pero no entienden. Luis Casado ofrece alguna pista. Como dice él mismo, una “lucecilla”...

Por el momento solo quisiera comprender cómo es posible que tantos hombres, tantas aldeas, tantas ciudades, tantas naciones, soporten a veces un tirano aislado que no tiene sino el poder que ellos le dan, que solo puede dañarles en la medida que quieran soportarlo, y que no podría hacerles ningún mal si no prefiriesen aceptarle todo antes que contradecirlo.
(Étienne de la Boétie. Discurso de la Servidumbre Voluntaria. 1547)

La significativa mayoría alcanzada por el Rechazo a la Nueva Constitución generó estupefacción, lo que no deja de ser estupefaciente. La incomprensión general se manifiesta de diversos modos, entre los cuales el cabreo no es el menos frecuente.


 Desafortunadamente, ni el cabreo ni la incomprensión pueden sernos de utilidad a la hora de responder a la célebre cuestión planteada por Vladimir Ilich Ulianov: ¿Qué hacer?

De ahí que ofrecer una interpretación, arrojar alguna lucecilla que aclare la oscuridad del túnel, encender la candela que le evite a los pringaos seguir pisando la mierda en la que viven y caminan… sea obra útil.

Tony Blair solía decir: “la memoria de la opinión pública no dura más de ocho días”, lo que desafortunadamente aparece como una verdad incontrovertible. Chile vive una realidad que es el producto de medio siglo de crímenes e infamias. Tiempo prolongado que ha tenido la virtud de desdibujar la cuestión de fondo, –vivida cotidianamente no obstante–, sustituida por una decisión a propósito de un texto cuya principal característica consiste en que nunca fue puesto en práctica, y que por ende solo podía evocar ilusiones oníricas o bien temores de insomnio.

La pregunta del millón es de una sencillez bíblica: ¿Cuál es la cuestión que tensiona la vida pública desde hace pronto cincuenta años? Las reglas de la vida en sociedad, codificadas como conviene en las sociedades modernas en una Carta Magna llamada Constitución. Texto que en lo que conocemos como ‘democracia’ es, o debiese ser, redactado y aprobado por la ciudadanía, derecho inalienable que la Historia se encargó de denominar Soberanía del Pueblo.

Lo que envenena el cuerpo social es precisamente una Constitución impuesta en dictadura, redactada por un puñado de maleantes intelectuales al servicio de los poderosos que saquean las riquezas del país, explotan a su población y destruyen el ecosistema. Esa es la cuestión de fondo.

¿Cuál fue la pregunta del plebiscito? Esa a la cual cada elector debía responder en consciencia. Hela aquí:

"¿Aprueba usted el texto de Nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional?"

La Constitución en vigor, la mal parida, sigue allí, nadie pregunta nada al respecto, nadie debe pronunciarse en cuanto a su derogación simple y pura, a su eliminación como desecho de una mala digestión, así fuese solo por la impudicia de su origen, para no hablar de sus atroces consecuencias para la inmensa mayoría del país. ¿Acaso no fue eso lo que millones de chilenos salieron a rechazar a las calles obligando a la costra política parasitaria a reaccionar?

Pueden decir lo que quieran, la ilegitimidad del sistema institucional en vigor fue y es razón necesaria y suficiente para borrar de una pluma, como ilegal e inaceptable, todo lo obrado en ese ámbito por la dictadura y más tarde por los traidores a la democracia.

Sin embargo, todos, de Aylwin a Boric, acompañados de sus respectivos secuaces, aceptaron que la “evolución institucional” debía tener lugar en el marco y en los límites de lo decidido por la dictadura.

Todo, incluyendo las leyes electorales y sus curiosas modificaciones, se hizo al amparo y bajo la inspiración del genio de Jaime Guzmán, ese que se auto felicitaba de haber excretado un texto que, sea quien sea que esté en el gobierno, “le obligará a hacer lo que nosotros queremos”.

Luego, como en las caricaturas del deporte tarifado, se modifican las reglas, o se mantienen, en función de la conservación estricta de los intereses de quien debe ganar la competición de cualquier modo.

A nadie le pasó por la cabeza, sumidos como estaban en la repartición del pillaje, la idea de “borrón y cuenta nueva”. Plebiscitos van y plebiscitos vienen, la Constitución de la Dictadura sigue incólume, algo defecada por la incontinencia de Ricardo Lagos, pero sigue siendo ella misma en lo esencial.

¿Ocurrió algo parecido en la Alemania de la pos guerra? ¿Siguió en vigor la institucionalidad nazi mientras se reconstruía un modelo democrático?

¿Ocurrió algo parecido en la Francia liberada? ¿Siguieron en vigor las leyes promulgadas por los traidores colaboracionistas de Vichy mientras se reconstruía la República?

Chile es el único país del mundo en el que el agua y el mar fueron privatizados, y la evolución institucional se hace al abrigo, ¡y qué abrigo!, de las reglas de una dictadura.

CAROLINE ELKINS
Les fictions impériales derrière le Jubilé de Platine de la reine Élisabeth II

Caroline Elkins, The New York Times, 4/06/2022
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Caroline Elkins (1969) est professeure d'histoire et d'études africaines et afro-américaines à l'université Harvard, professeur associée en gestion à la Harvard Business School, fondatrice et directrice du Centre d'études africaines de l'université d'Harvard.

Son livre, Imperial Reckoning: The Untold Story of Britain's Gulag in Kenya ( « Reconnu par l'Empire : l'histoire inédite du goulag britannique au Kenya ») (2005), a remporté le prix Pulitzer de l'essai en 2006. C'est grâce au livre que les plaintes déposées par d'anciens détenus Mau Mau contre le gouvernement britannique, pour des crimes commis dans les camps d'internement du Kenya dans les années 1950, ont abouti. Livre le plus recent : Legacy of Violence: A History of the British Empire.

"Churchill était un raciste" : une manifestation sur la place du Parlement de Londres en 2020. Photo Isabel Infantes/Agence France-Presse — Getty Images

« Je déclare devant vous que toute ma vie, qu'elle soit longue ou courte, sera consacrée à votre service et au service de notre grande famille impériale à laquelle nous appartenons tous. » On dit que la princesse Élisabeth a pleuré lors de la première lecture de ce discours. À l'occasion de son 21e anniversaire, et diffusé en 1947 depuis un jardin rempli de bougainvilliers au Cap, il annonçait l'incarnation future de la Grande-Bretagne, de son empire et du Commonwealth par la jeune reine.

À l'époque, les revendications d'indépendance s'enflammaient dans tout l'empire d'après-guerre. L'Inde et le Pakistan étaient sur le point de se libérer de la domination coloniale britannique, mais le gouvernement travailliste de Clément Attlee n'avait pas l'intention de plier ailleurs. La Grande-Bretagne avait entamé une politique de résurgence impériale, visant à reconstruire une nation d'après-guerre dévastée sur le plan budgétaire et revendiquant le statut de membre des Trois Grands [avec les USA et l’URSS, NdT] sur le dos de la population colonisée de l'empire.

Pendant plus d'un siècle, les revendications de la Grande-Bretagne à la grandeur mondiale ont été enracinées dans son empire, considéré comme unique parmi tous les autres. S'étendant sur plus d'un quart de la masse terrestre mondiale, l'Empire britannique était le plus grand de l'histoire. Après avoir dirigé le mouvement d'abolition, la Grande-Bretagne est devenue le fournisseur d'un impérialisme libéral, ou « mission civilisatrice », étendant les politiques de développement, qui se clivent aux hiérarchies raciales, à ses 700 millions de sujets colonisés, prétendant les introduire dans le monde moderne.

Célébrant les 70 ans de la reine Élisabeth II sur le trône, le jubilé de platine est plein de sens sur le passé impérial de la nation et le rôle surdéterminé de la monarchie dans celui-ci. De grands monuments commémoratifs et des statues célébrant les héros de l'empire ont proliféré après l'époque victorienne, et Londres est devenue un terrain de parade impérial et royal commémoratif. Aujourd'hui, c'est la scène centrale de la célébration sans précédent de la reine à une époque où les guerres sur l’histoire impériale qui couvaient depuis longtemps— avec le public, les politiciens, les universitaires et les médias qui contestent vivement les significations, les expériences vécues et les héritages de l'Empire britannique — explosent.

En Grande-Bretagne, les manifestants sont descendus dans la rue, au Parlement et dans les médias, réclamant la justice raciale et un bilan du passé colonial. Vêtus de masques noirs, certains ont défilé jusqu'à la place du Parlement de Londres en juin 2020, scandant « Churchill était un raciste ». Ils se sont arrêtés à la statue du premier ministre, en supprimant son nom avec de la peinture au pistolet et en le remplaçant par les paroles accablantes qui étaient chantées.

Dans peu d'autres pays, le nationalisme impérial subit des conséquences sociales, politiques et économiques aussi explicites. Se frottant contre les mouvements de « décolonisation » de la Grande-Bretagne, le Premier ministre Boris Johnson et la campagne du Brexit de son Parti conservateur ont revendiqué une vision « globale de la Grande-Bretagne », un Empire 2.0. « Je ne peux m'empêcher de me rappeler que ce pays a dirigé au cours des 200 dernières années l'invasion ou la conquête de 178 pays — c'est la plupart des membres de l'ONU », a-t-il déclaré.« Je crois que la Grande-Bretagne mondiale est une superpuissance douce et que nous pouvons être extrêmement fiers de ce que nous accomplissons. »

Les débats sur les significations et les héritages de l'empire britannique ne sont pas nouveaux. Cependant, les crises récentes entrent en collision avec une occasion singulière de splendeur royale, mettant en lumière les écarts entre les faits et la fiction, les réalités vécues et la création de mythes impériaux, et le rôle historiquement ancré du monarque en tant qu'avatar de l'empire britannique.

Depuis des générations, la monarchie tire des doses substantielles de son pouvoir de l'empire, tout comme le nationalisme impérial a tiré sa légitimité de la monarchie. Ce phénomène remonte au roi Henri VIII, qui déclara pour la première fois l'Angleterre empire en 1532, tandis que ses successeurs accordèrent des chartes royales facilitant le commerce transatlantique des esclaves et la conquête, l'occupation et l'exploitation du sous-continent indien et de vastes étendues d'Afrique.

C'est l'ère victorienne, avec la reine comme matriarche ointe de l'empire, qui a jeté les bases de la mission civilisatrice. Après que la Grande-Bretagne eut mené quelque 250 guerres au XIXe siècle pour « pacifier » les sujets coloniaux, une idéologie contestée, quoique cohérente, de l'impérialisme libéral a émergé qui a intégré des revendications impériales souveraines avec une énorme entreprise de réforme des sujets coloniaux, souvent appelés « enfants ». L'œil perspicace de la Grande-Bretagne jugeait quand les « non civilisés » étaient complètement évolués.

Une caricature éditoriale de 1882 dépeint l'Angleterre comme un céphalopode à 13 bras avec haut-de-forme alors qu'elle pose ses tentacules sur un certain nombre de masses terrestres et en prend une étiquetée “Égypte”. Photo d’archives via Getty Images

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Apotegma del mundo empresario: Time is money
A propósito de un juicio al consorcio Dupont, y la vida ¿qué es?

Luis E. Sabini Fernández, 9-9-2022


Dark Waters

Una película norteamericana reciente, ganadora de premios y reconocimientos, Dark Waters, de 2019, producida y actuada por Mark Ruffalo –basada en una historia contada por Mario Correa y Matthew M. Carnahan  de un abogado en la vida real, Robert Bilott–, expone claramente el trasfondo de la ideología dominante en EE.UU.  Algo que se desenvuelve más allá del contenido expreso de la película y por el cual ha sido muy estimada.

Bilott, abogado de un estudio de los llamados corporativos, dedicados a defender el mundo de los negocios, él mismo proveniente de Virginia Occidental, se entera que un vecino de su abuela, está enfrentando unas muertes inaceptables de vacas que cría. Lleva 190 vacas muertas, que él inicialmente enterraba “como de la familia”, le cuenta  a Bilott, pero a medida que el daño desconocido se expande, el granjero ve cada vez más claro que hay un envenenamiento de las aguas de las cañadas locales, y se ve obligado a quemar grupalmente a los cadáveres.

 Linda con terrenos de un laboratorio, Dupont, y dado que ya nos hallamos en la segunda mitad del s XX, inevitablemente el granjero se pregunta qué veneno proviene de ese terreno.

El papel del protagonista de la película es inicialmente ambiguo: honestamente, quiere ayudar al vecino de su abuela (que es además el anfitrión de un hogar que él conoció bien de niño), un ganadero mediano, Wilbur Tennant, pero sus colegas del buffet le advierten de lo insensato que sería “pelear” contra Dupont. Así que Bilott procura hacer una demanda limitada, como para corregir desprolijidades que, por otra parte, él mismo no entiende.

El abogado que representa a Dupont, viejos compinches del mundillo de las ordenanzas y reglamentos, no acepta ningún abordaje, ni siquiera  el que tímidamente Bilott pensaba hacer. 

El abogado defensor y la empresa

Y la incursión de Bilott en la maraña de disposiciones empresariales y  legales lo va  introduciendo en el universo de tóxicos y venenos usados con impunidad. Va advirtiendo que los estudios y análisis que se hacen, tanto los propios de la empresa como los ajenos encargados revelan daños, que Dupont sin embargo pasa por alto. Amparada por dictámenes “científicos” (en rigor, firmados por científicos) que atestiguan inocuidad o daño ligero de los productos  químicos investigados. 

Bilott se va dando cuenta que la calidad de “cómodo para evitar adherencias”, de un plástico diseñado inicialmente para uso militar y que se ha introducido al mercado hogareño para facilitar y modernizar la vida cotidiana, es un arma mortal; que toda la maravilla deslumbrante del teflón –porque de ese “adelanto tecnológico” se trata– en rigor va siendo más y más asociado a enfermedades como cáncer y malformaciones congénitas.

No es novedad.  El teflón repite el tendal sanitario que han dejado muchos otros polímeros de alto rendimiento comercial, económico y financiero.

Esta maravilla tecnológica fue descubierta “por casualidad” en 1938 por  Roy J. Plunkett (como la inmensa mayoría de los derivados plásticos del petróleo, acaecidos en la primera mitad del siglo XX)

Y en 1945 se lo patentó y salió como mercancía:

Desde que se registró entonces, la marca Teflon™ se ha tornado inmensamente popular y reconocida en todo el mundo por sus propiedades antiadherentes.[1] Se emplea en: “Recubrimientos para utensilios de cocina; telas y productos textiles antimanchas y que repelen la suciedad; recubrimientos para entornos productivos e industriales difíciles.”

Tal vez en recubrimientos industriales habría sido usado sin el potencial patógeno que reveló al aplicarlo a ollas y sartenes, en contacto directo con nuestros alimentos.

”Plunkett recibió el reconocimiento de la comunidad científica, académica y civil de todo el mundo por su contribución. Ingresó al Salón de la Fama de los Plásticos en 1973 y al Salón de la Fama de Inventores de la Nación en 1985.”

Por lo transcripto vemos que el teflón formó parte del tecnooptimismo  empresario que no estaba dispuesto a perder el negoción por algunos afectados.

Rob Bilott en las tierras de los Tennant cerca de Parkersburg, Viginia Occidental. Foto Bryan Schutmaat para The New York Times

SERGIO RODRIGUEZ GELFENSTEIN
Ukraine : une guerre en minijupes ?

 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 8/9/2022
Traduit par
Fausto Giudice,
Tlaxcala

Ce n’est pas suffisamment connu, mais il y a peut-être peu de scientifiques du social qui aient théorisé autant et aussi bien sur la guerre que Vladimir I. Lénine. Étudiant la Première Guerre mondiale, il a écrit : « Le prolétariat lutte et luttera toujours sans relâche contre la guerre, mais sans oublier un seul instant que les guerres ne pourront disparaître que lorsque la division de la société en classes aura complètement disparu ». Le leader soviétique a également enseigné que : « Dans la guerre, c'est celui qui a le plus de réserves, le plus de sources de force, le plus de soutien parmi le peuple qui gagne ».

Manifeste socialiste de Zimmerwald contre la guerre, septembre 1915 : « la guerre qui a provoqué tout ce chaos est le produit de l'impérialisme, des efforts des classes capitalistes de chaque nation pour satisfaire leur appétit d'exploitation du travail humain et des trésors naturels de la planète... ils enterrent, sous des montagnes de décombres, les libertés de leurs propres peuples, en même temps que l'indépendance des autres nations. »

De même, l'un des plus brillants stratèges militaires contemporains, le général vietnamien Vo Nguyen Giap, a souligné le fait que les victoires au combat étaient étroitement liées aux « activités de production, de communication, de transport, de culture, de santé et autres ». Ainsi, le général Giap a considéré que « la victoire multilatérale [...] est le résultat de la lutte héroïque de tous les compatriotes de toutes les branches, services et régions qui ont consacré leurs efforts prodigieux, défié les bombes et les balles et surmonté d'innombrables difficultés ».

Il est donc nécessaire de comprendre que le phénomène de la guerre est très complexe, notamment parce que le facteur subjectif joue un rôle décisif pour forger des victoires en cas d'absence ou d'insuffisance des éléments matériels qui en constituent l'aspect objectif.

À l'époque moderne, bien que les instruments technologiques jouent un rôle de plus en plus important, l'outil principal et concluant reste la composante humaine qui participe au conflit. Quels que soient les développements technologiques, l'objectif de la guerre reste l'occupation d'un territoire, ce qui n'est possible que lorsque les soldats d'une armée et les officiers qui les commandent prennent le contrôle effectif de l'espace géographique.

Seuls ceux qui ont participé à une guerre connaissent la barbarie qu'elle implique. Dans la guerre, le meilleur et le pire de l'être humain se déchaînent, le meilleur parce que la décision de donner sa vie pour une chose à laquelle on croit dépasse toute analyse de la subjectivité qui pourrait motiver une telle action. Cela ne s'applique certainement pas aux mercenaires et aux tueurs à gages qui ne se battent que pour l'argent et les émoluments qu'ils peuvent obtenir. Mais la guerre libère aussi le pire de la condition humaine, à savoir le besoin de tuer pour survivre.

Il est bien connu que ce qui sépare un politicien ordinaire d'un homme d'État, c'est essentiellement sa capacité à gérer avec succès les éléments de défense et de sécurité, en premier lieu, à être capable de diriger les forces armées ; il est également fondamental de posséder le génie et la compétence pour mener la politique étrangère et les relations internationales. Tout le monde peut faire le reste, surtout s'il est bien conseillé. J'ai eu la chance de rencontrer le commandant en chef Fidel Castro, le plus grand génie militaire du XXe siècle en Amérique latine, et je sais de quoi je parle.

Je veux ici parler de la conduite de la guerre en Ukraine et sur l'élément décisif de la direction et du commandement stratégiques dans le conflit, qui ne se joue pas seulement sur le terrain de la guerre. D'une part, le président russe Vladimir Poutine a montré des signes clairs de sa capacité à gérer la guerre « comme une continuation de la politique par d'autres moyens ».


On ne peut pas en dire autant de ceux qui gèrent la guerre depuis l'autre côté. Lorsque le chef de la “diplomatie” européenne, Joseph Borrell, affirme que la fin du conflit interviendra sur le plan militaire, puis, plus récemment, assure que « la Russie a déjà perdu la guerre et est sur la défensive contre Kiev" » alors que la Russie a déjà conquis 27,2 % du territoire ukrainien - où, soit dit en passant, dans une bonne partie de celui-ci, la vie évolue vers la normalité sous le contrôle de la Russie - nous nous rendons compte que nous sommes confrontés à des niveaux très dangereux d'ignorance et de stupidité. Surtout, parce que cette vision des faits conduit à des décisions profondément erronées qui aboutissent au sacrifice inutile de milliers de soldats pour des intérêts politiques qui ne sont même pas liés à la rhétorique et à l'attirail traditionnels de l'Occident.

Lorsque l'on regarde la carte des opérations militaires, la récente “contre-offensive” ukrainienne tant vantée dans le sud, il est difficile de croire qu'une telle action a été planifiée par des militaires professionnels : une pénétration dans un secteur de défense russe, laissant les flancs ouverts et avançant en profondeur jusqu'à ce qu'il devienne impossible pour la logistique de remplir sa mission d'assurer les fournitures de combat nécessaires au succès, présageait un désastre... et ce fut le cas : 152 chars, 151 véhicules de combat d'infanterie, 110 véhicules blindés de combat, 56 camions blindés, 17 véhicules spéciaux, 11 avions de chasse de divers types et 3 hélicoptères détruits, et pire encore, 3100 soldats anéantis entre le 29 août et le 6 septembre, voilà le bilan de cette folie, motivée uniquement par la nécessité de montrer des résultats pour justifier l'arrivée et l'augmentation de l'aide occidentale, même s'il est évident que c'est une cause perdue. Il convient de noter que les médias occidentaux se sont massivement précipités pour intituler ce désastre «  Victoire épique des forces armées ukrainiennes », trompant leurs lecteurs en toute impunité.

Pendant ce temps, l'armée russe continue de concentrer ses efforts sur la reprise du contrôle de l'ensemble du territoire de Donetsk, en conservant les régions libérées des provinces de Kherson, Kharkov, Zaporojié et Nikolaïev. Au même moment, le président Poutine, le ministre de la Défense, le général Shoigu, et le chef d'état- major général des forces armées russes, le général Gerassimov, se sont rendus dans l'Extrême-Orient du pays pour inspecter sur place les manœuvres militaires Vostok 2022 qui se déroulent sur sept champs de tir et dans les mers du Japon et d'Okhotsk, et auxquelles participent quelque 50 000 soldats, plus de 5 000 unités d’armement lourd, 140 avions et 60 navires de Russie ainsi que d'Algérie, d'Arménie, d'Azerbaïdjan, de Biélorussie, de Birmanie, de Chine, d'Inde, du Kazakhstan, du Kirghizstan, du Laos, de Mongolie, du Nicaragua, de Syrie et du Tadjikistan.

Dans le cas de l'“offensive” ukrainienne dans le sud du pays, les dirigeants politiques (Zelensky, Biden, Johnson, Scholz, Macron, Borrell, Stoltenberg & Co), qui ne connaissent rien à la guerre, ont imposé aux forces armées le caractère obligatoire d'une opération militaire qui, dès le départ, n'avait aucune chance d'aboutir et qui a coûté la vie à 3100 jeunes Ukrainiens qui ont cru qu'ils étaient en train de se sacrifier pour la Patrie, alors qu'en réalité ils l'ont fait pour les intérêts commerciaux des grandes transnationales usaméricaines de l'énergie et de l'armement qui tirent d'énormes profits de cette guerre.

La vérité est donnée par des avis d'experts, dont aucun n'est l'ami de Poutine ou de la Russie. Lisons ce que certains d'entre eux disent. Au tout début de la guerre, dans une longue interview, Jacques Baud, colonel de l'armée suisse, expert en renseignement militaire et en service à l'OTAN et à l'ONU, à qui l'on demandait comment il évaluait l'offensive russe, répondait : « Attaquer un autre État est contraire aux principes du droit international. Mais il faut aussi tenir compte du contexte dans lequel s'inscrit une telle décision. Tout d'abord, il convient de préciser que Poutine n'est ni fou ni déconnecté de la réalité. C'est une personne méthodique et systématique, c'est-à-dire très russe. Je crois qu'il était conscient des conséquences de son opération en Ukraine. Il a estimé, manifestement à juste titre, que, qu'il s'agisse d'une "petite" opération pour protéger la population du Donbass ou d'une opération "massive" en faveur de la population du Donbass et des intérêts nationaux de la Russie, les conséquences seraient les mêmes. Il a donc opté pour la solution maximale ».

Dans un article paru mardi dans le Wall Street Journal, le général de brigade Mark Kimmitt, de l'armée usaméricaine, a affirmé : « Entamer un règlement diplomatique serait désagréable et pourrait sembler défaitiste, mais il y a peu de chances de sortir de l'impasse actuelle, il est donc peut-être préférable d'entamer les négociations maintenant plutôt que plus tard ». Kimmitt a rappelé que l'OTAN ne peut plus faire face à la nécessité de maintenir le rythme des livraisons d'armes à l'Ukraine car les forces ukrainiennes les perdent trop souvent sur le champ de bataille. Le général usaméricain a écrit qu'il pensait que la réduction des fournitures occidentales à Kiev aurait un effet "désastreux" sur l'armée ukrainienne.

Enfin, le général à la retraite et ancien secrétaire adjoint du Conseil de sécurité nationale et de défense de l'Ukraine, Serhiy Krivonos, a exprimé sa consternation face aux pertes “monstrueuses” de l'armée ukrainienne, qui, selon lui, se chiffrent par « dizaines de milliers, et pourraient même atteindre des centaines de milliers ». S'interrogeant sur les causes de cette situation et sur le refus des autorités et des médias occidentaux d'en parler, Krivonos écrit : « Les histoires selon lesquelles ce n'est pas le moment d'en parler ne sont rien d'autre qu'une tentative de brouiller la mémoire, d'effacer l'histoire. Mais comment pouvez-vous effacer le sang des morts, qui se comptent déjà par centaines de milliers ? Qui répondra de cela ? »

Pendant ce temps, le Washington Post, dans un article publié mardi 6 septembre, a été contraint d'affirmer que les militaires ukrainiens qui ont pris part à la tentative de contre-offensive dans la région de Kherson, dans le sud du pays, « se plaignent de lourdes pertes, du manque de munitions et du retard technologique par rapport à l'armée russe ». Le quotidien de la capitale impériale cite un soldat qui a déclaré que presque tous ses camarades, au nombre de 120, « ont été blessés, dont beaucoup grièvement ». Il a imputé cette situation à la nécessité d'économiser les munitions, mais a également écrit que lorsqu'ils ont tiré, « il était difficile d'atteindre les cibles en raison des problèmes liés aux systèmes de guidage des vieilles armes ». Le Post conclut que « de nombreux combattants des forces armées ukrainiennes doutent que la tentative en vaille la peine [face à] de telles pertes ».


Quelques jours avant que cela ne se produise sur le champ de bataille, Zelensky et sa femme ont posé pour le magazine Vogue, dont le dernier titre était : « Toutes les tendances minijupe pour l'automne et l'hiver 2022 ». Traiter la guerre comme s'il s'agissait d'un événement banal, de type showbiz, et supposer que la mort de tant de jeunes gens restera impunie en raison de l'irresponsabilité politique des dirigeants européens, cela fera partie des prochaines chroniques à écrire lorsque cette histoire sera terminée. Mais je ne pense pas que ce seront des minijupes que les soldats ukrainiens porteront au combat à l'approche du redoutable hiver boréal.


 

08/09/2022

ILAN BARUCH/ALON LIEL
“Ce qui se passe en Palestine, c'est de l'apartheid”
Deux ex-ambassadeurs israéliens accusent

Ilan Baruch et Dr. Alon Liel, Berliner Zeitung, 6/9/2022
Traduit par Fausto Giudice


Ilan Baruch (à gauche) a servi comme ambassadeur d'Israël en Afrique du Sud, en Namibie, au Botswana et au Zimbabwe. Le Dr Alon Liel (à droite) a servi comme ambassadeur d'Israël en Afrique du Sud et comme directeur général du ministère israélien des Affaires étrangères.

Deux anciens ambassadeurs d'Israël en Afrique du Sud lancent un appel au Conseil œcuménique des Églises pour qu'il condamne la politique de colonisation d'Israël en tant qu'apartheid.

En tant qu'anciens ambassadeurs d'Israël en Afrique du Sud, nous avons appris de première main la réalité de l'apartheid et les horreurs qu'il a causées. Nous avons à cette époque vu de nos propres yeux comment les victimes et leurs alliés ont lutté contre cette injustice. Et comment le monde les a progressivement rejoints dans leur lutte pour mettre fin à l'apartheid en Afrique du Sud.

C'est sur la base de cette expérience que nous sommes de plus en plus inquiets de la réalité en Cisjordanie et à Jérusalem-Est, où nous retrouvons aujourd'hui l'apartheid tel que nous le connaissions en Afrique du Sud dans notre propre arrière-cour. En tant qu’Israéliens qui ont consacré toute leur vie professionnelle à la défense des intérêts d'Israël, il nous est pénible de voir comment notre pays perpétue aujourd'hui ces injustices dans les territoires palestiniens occupés.

Nous partageons cette triste mais juste appréciation avec l'évêque sud-africain Frank Chikane et d'autres membres de la mission d'enquête du Conseil œcuménique des Églises (COE), pour laquelle ils sont venus en Israël et en Palestine au début de cette année. Ils nous ont appris que l'assemblée générale du COE se réunit ces jours-ci à Karlsruhe, où doit notamment être discutée une résolution sur l'apartheid israélien.

Une grande partie de l'Occident reste muette sur la réalité dans les territoires palestiniens

Nous espérons que les membres de l'Assemblée générale reconnaîtront la réalité dans les territoires palestiniens occupés pour ce qu'elle est : un apartheid. Ils feraient ainsi un pas décisif vers la promotion de l'honnêteté et de la justice, alors qu'une grande partie du monde occidental continue de garder le silence à ce sujet. Depuis plus d'un demi-siècle, Israël s'emploie à modifier à la fois la géographie et la démographie des territoires palestiniens occupés par le biais d'une politique de colonisation expansive - une politique illégale au regard du droit international.

Ces colonies sont situées entre et autour des communautés palestiniennes, créant ainsi des enclaves au sein de la population palestinienne. En isolant ces communautés dans des nids denses et fragmentés, Israël tient en respect la population indésirable et renforce son contrôle sur elle - une ressemblance frappante avec les bantoustans de l'apartheid sud-africain.

La fragmentation géographique totale de la Cisjordanie empêche ce que l'on pourrait appeler la « continuité territoriale » des Palestiniens - la possibilité d'un territoire palestinien continu. Elle ne laisse aucun doute sur l'intention d'Israël d'empêcher la création d'un État palestinien et de consolider sa domination militaire sur les Palestiniens. L'apartheid est en outre consolidé en Cisjordanie par un système juridique dual. Alors que les colons israéliens vivent sous le régime du droit civil israélien et jouissent de tous leurs droits civils et politiques, les Palestiniens vivant sur la même bande de terre sont soumis au droit militaire et n'ont aucune influence sur l'organe qui les domine.

 

Deux systèmes juridiques, selon des critères ethniques

La politique de séparation et d'un système juridique à deux niveaux, basé sur la discrimination nationale et ethnique, peut-elle être autre chose que de l'apartheid ? D'éminentes organisations israéliennes et internationales de défense des droits humains, telles que Yesh Din, Human Rights Watch et Amnesty International, sont arrivées à la conclusion, après une étude approfondie, que le crime d'apartheid, tel que défini dans le Statut de Rome, est commis dans les territoires palestiniens occupés.

Il faut également souligner qu'il n'est pas antisémite de qualifier le traitement des Palestiniens par Israël d'apartheid. En tant qu'Israéliens juifs, nous estimons que l'instrumentalisation de l'antisémitisme pour atteindre un objectif politique constitue un mépris flagrant du terme. Nous sommes également préoccupés par la tentative du gouvernement allemand de faire pression sur le COE pour empêcher l'adoption d'une résolution sur l'apartheid israélien.

Israël s'éloigne de la vision des pères fondateurs

Cette intervention est censée soutenir Israël, mais en réalité, elle éloigne de plus en plus Israël de la vision démocratique de ses pères fondateurs. Il est temps que les églises du monde entier et les amis d'Israël se rendent compte que ce que nous avons vécu en Afrique du Sud il y a des décennies se répète.

Après avoir été témoins du rôle crucial joué par l'Église dans l'élimination de l'apartheid en Afrique du Sud, nous sommes encouragés par le fait que, des décennies plus tard - alors que la question de l'apartheid est toujours d'actualité - ses principaux acteurs continuent à s'engager contre l'injustice.

Nous espérons que le reste de la communauté internationale, y compris l'Allemagne, prendra des mesures diplomatiques fermes pour mettre fin à l'apartheid dans les territoires palestiniens occupés et créer un avenir d'égalité, de dignité et de sécurité pour les Palestiniens comme pour les Israéliens.


SERGIO RODRIGUEZ GELFENSTEIN
Ucrania: ¿una guerra en minifaldas?

 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 8/9/2022

Aunque sea insuficientemente conocido, tal vez haya pocos científicos sociales que hayan teorizado tanto y tan bien sobre la guerra como Vladimir I. Lenin. Al estudiar la primera guerra mundial dijo que: “el proletariado lucha y luchará siempre indefectiblemente contra la guerra, pero sin olvidar ni por un momento que solo podrá acabarse con las guerras cuando se acabe totalmente con la división de la sociedad en clases…”. El líder soviético también enseñaba que: “En la guerra vence quien dispone de más reservas, de más fuentes de fuerza, de mayor apoyo en el seno del pueblo”.

Manifiesto socialista de Zimmerwald contra la guerra, septiembre de 1915: la guerra que ha provocado todo este caos es producto del imperialismo, de los esfuerzos de las clases capitalistas de cada nación para satisfacer su apetito por la explotación del trabajo humano y de los tesoros naturales del planeta… están enterrando, bajo montañas de escombros, las libertades de sus propios pueblos, al mismo tiempo que la independencia de las demás naciones.

De la misma manera, uno de los más brillantes estrategas militares contemporáneos, el general vietnamita Vo Nguyen Giap exteriorizaba que las victorias en los combates estaban estrechamente vinculadas con “la producción, la comunicación, el transporte, las actividades culturales, sanitarias y otras”. Así, el general Giap consideraba que la victoria multilateral […] es el resultado de la lucha heroica de todos los compatriotas en todas las ramas, servicios y regiones que dedicaron sus prodigiosos esfuerzos, desafiaron bombas y balas y superaron innumerables dificultades”.

Es necesario comprender entonces, que el fenómeno de la guerra es muy complejo, sobre todo porque el factor subjetivo interviene de manera decisiva para forjar victorias cuando hay carencias o insuficiencias de los elementos materiales que configuran su aspecto objetivo.

En la modernidad, aunque los instrumentos tecnológicos juegan un papel cada vez más relevante, la herramienta principal y concluyente sigue siendo la del componente humano que participa en el conflicto. Por mucho que se haya desarrollado la técnica, el objetivo de la guerra sigue siendo el de ocupar territorios y eso solo es posible cuando los soldados de un ejército y los oficiales que los comandan toman posición efectiva del espacio geográfico.

Sólo el que haya participado en una guerra conoce la barbaridad que ella entraña, en el conflicto bélico se desata lo mejor y lo peor del ser humano, lo mejor porque la decisión de entregar la vida por algo en lo que se cree, rebasa cualquier análisis acerca de la subjetividad que pudiera motivar tal actuación. Por cierto, esto no es válido para mercenarios y asesinos a sueldo que solo combaten por el dinero y los emolumentos que pudieran obtener. Pero la guerra desata también lo peor de la condición humana que es la necesidad de matar para sobrevivir.

Es sabido que lo que distancia a un político común de un estadista es básicamente su capacidad para manejar exitosamente los elementos atingentes a la defensa y la seguridad, en primer lugar, ser capaz de dirigir a las fuerzas armadas; así mismo es básico poseer el genio y habilidad para conducir la política exterior y las relaciones internacionales. Lo otro, lo puede hacer cualquiera, sobre todo si está bien asesorado.  Tuve la posibilidad de conocer al comandante en jefe Fidel Castro, el mayor genio militar del siglo XX en América Latina y sé de lo que hablo.

Toda esta larga disquisición viene a cuenta de la dirección de la guerra en Ucrania y el elemento decisivo que significa la conducción y el mando estratégico en el conflicto que no sólo se desarrolla en el terreno bélico. De un lado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin que ha dado muestras claras de su capacidad para manejar la guerra “como continuación de la política por otros medios”.


 No se puede decir lo mismo, de los que gestionan la guerra desde la otra trinchera. Cuando el jefe de la “diplomacia” europea Joseph Borrell afirma que el fin del conflicto se producirá en el terreno militar y posteriormente, en fecha más reciente asegurara que “Rusia ya ha perdido la guerra y está a la defensiva ante Kiev” a pesar que Rusia ya ha conquistado el 27,2% del territorio ucraniano - en los que por cierto, en buena parte de ellos, la vida transita hacia la normalidad bajo control de Rusia- nos damos cuenta que estamos ante niveles de ignorancia y estupidez muy peligrosos. Sobre todo, porque esta visión de los hechos conduce a decisiones profundamente erradas que traen como consecuencia el sacrificio innecesario de miles de soldados en función de intereses políticos ni siquiera vinculados a la retórica y la parafernalia tradicional de Occidente.

Cuando se observa sobre el mapa de operaciones militares, la reciente y muy cacareada “contraofensiva” ucraniana en el sur, cuesta pensar que tal acción fuera planeada por militares profesionales: una penetración en un sector de la defensa rusa dejando los flancos abiertos y avanzando en profundidad hasta hacer imposible para la logística poder cumplir su misión de garantizar los abastecimientos combativos necesarios para el éxito, presagiaban el desastre… y así fue: 152 tanques, 151 vehículos de combate de infantería, 110 vehículos blindados de combate, 56 camionetas blindadas, 17 vehículos especiales, 11 aviones caza de diferente designación y 3 helicópteros destruidos, y lo que es peor, 3100 soldados aniquilados entre el 29 de agosto y el 6 de septiembre es el saldo de esta locura, solo motivada en la necesidad de mostrar resultados para justificar la llegada y el incremento de ayuda occidental, aunque sea evidente que es una causa perdida. Vale decir que los medios de prensa occidentales se apresuraron masivamente a titular este desastre como “Victoria épica de las Fuerzas Armadas de Ucrania” engañando impunemente a sus lectores.

Mientras ello ocurre, el ejército ruso sigue centrando sus esfuerzos en recuperar el control de todo el territorio de Donestsk, manteniendo las regiones liberadas de las provincias de Kherson, Kharkov, Zaporozhye y Nikolaev. Al mismo tiempo, el presidente Putin, el ministro de defensa general Shoigú y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia general Guerasimov, se trasladaron al extremo oriente del país para inspeccionar in situ la realización de las maniobras militares Vostok 2022 que se desarrollaron en siete polígonos y en los mares de Japón y de Ojotsk y en las que participan unos 50.000 soldados, más de 5.000 unidades de armamento pesado, 140 aviones y 60 buques de Rusia  además de Argelia, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Birmania, China, India, Kazajistán, Kirguistán, Laos, Mongolia, Nicaragua, Siria y Tayikistán.

En el caso de la “ofensiva” ucraniana en el sur del país, los  líderes políticos (Zelensky, Biden, Johnson, Scholz, Macron, Borrell, Stoltenberg y compañía), que no saben nada de la guerra, le impusieron a las fuerzas armadas la obligatoriedad de una operación militar que desde su inicio no tenía las menores posibilidades de éxito y que costó la vida a 3100 jóvenes ucranianos que creían que se estaban inmolando por la Patria, cuando en realidad lo hicieron por los intereses comerciales de las grandes transnacionales energéticas y de armamento de Estados Unidos que están haciendo pingües ganancias con esta guerra.

La verdad viene dada en opiniones de expertos, ninguno de ellos amigo de Putin o de Rusia. Leamos lo que dicen algunos. Cuando la guerra recién comenzaba, en una larga entrevista realizada a Jacques Baud, coronel del ejército suizo, experto en inteligencia militar y adjunto en la OTAN y la ONU, ante la pregunta de ¿Cómo evalúa la ofensiva rusa?, contestó:Atacar a otro Estado va en contra de los principios del derecho internacional. Pero también se debe considerar el trasfondo de tal decisión. En primer lugar, hay que dejar claro que Putin ni está loco ni ha perdido el contacto con la realidad. Es una persona metódica y sistemática, es decir, muy rusa. Creo que era consciente de las consecuencias de su operación en Ucrania. Evaluó, obviamente con razón, que, si realizaba una operación "pequeña" para proteger a la población de Donbass o una operación "masiva" a favor de la población de Donbass y de los intereses nacionales de Rusia, las consecuencias serían las mismas. Entonces, fue a por la solución máxima”.

Por su parte, el martes pasado en un artículo para The Wall Street Journal el general de brigada de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Mark Kimmitt afirmó que: “Comenzar un acuerdo diplomático sería desagradable y tal vez aparentemente derrotista, pero hay pocas posibilidades de salir del atolladero actual, por lo que podría ser mejor comenzar las negociaciones ahora que más tarde”. Kimmitt recordó que la OTAN ya no puede hacer frente a la necesidad de mantener el ritmo de abastecimiento de armas a Ucrania, porque las fuerzas de ese país las pierden con demasiada frecuencia en el campo de batalla. El general estadounidense expuso que creía que la reducción de los suministros occidentales a Kiev tendría un efecto “desastroso” para el ejército ucraniano.

Finalmente, el general retirado y exsubsecretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, Serhiy Krivonos mostró su consternación por las pérdidas “monstruosas”, del ejército de Ucrania que según él se cuentan por “decenas de miles, e incluso podría llegar a cientos de miles”. Al cuestionarse sobre las causas de esta situación y la negativa de hablar del asunto por las autoridades y los medios de comunicación occidentales, Krivonos manifestó: "Los cuentos de que ahora no es el momento de hablar de ello no es más que un intento de nublar la memoria, borrar la historia. ¿Pero cómo se puede borrar la sangre de los muertos, que ya van por cientos de miles? ¿Quién responderá por ello?".

Mientras ello ocurre, el Washington Post en un reporte del martes 6 de septiembre se vio obligado a decir que los militares ucranianos que participaron del intento de contraofensiva en la región Kherson en el sur del país, “se quejan de grandes pérdidas, falta de municiones y retraso tecnológico con respecto al ejército ruso”. El diario de la capital imperial citó a un soldado que dijo que casi todos sus compañeros en un total de 120 “resultaron heridos, muchos de gravedad”. Lo achacó a la necesidad de ahorrar munición, pero también afirmó que cuando disparaban “era difícil acertar por problemas con los sistemas de guiado de las armas antiguas”.  El Post concluye afirmando que “muchos combatientes de las Fuerzas Armadas de Ucrania dudan si el intento valió la pena [ante] tales pérdidas". 

Unos días antes que esto aconteciera en el campo de batalla, Zelensky junto a su esposa posaron para la revista Vogue, cuyo último titular fue: “Todas las tendencias en minifalda para este otoño e invierno 2022”. Tratar la guerra como si fuera un hecho banal y de la farándula y suponer que la muerte de tantos jóvenes quedará impune por la irresponsabilidad política de los líderes europeos, formará parte de las próximas crónicas que habrán de escribirse cuando concluya esta historia. Pero no creo que sean minifaldas las que van a usar los soldados ucranianos que combaten cuando se aproxima el temido invierno boreal.